La pregunta que les hago conlleva importantes connotaciones que hacen chocar con estrépito nuestras supuestas buenas intenciones con las realidades de los hechos, también de nuestros propios hechos. Llegó el nazismo de nuevo a Europa y con él el drama ucraniano y pregúntense qué hicieron ustedes y las personalidades del mundo intelectual, económico, político, mediático, religioso o artístico, entre otros, para evitarlo. En el mejor de los casos y los menos, no hicieron nada, y en el peor, como una jauría desatada, contribuyeron a tal barbarie. Y luego intentan dar lecciones acusando a tal o cual persona, que no ostenta ningún poder real, por no haberse opuesto al nazismo de comienzos y mediados del siglo pasado. Vivimos la época de la hipocresía más que en cualquier tiempo pasado.
Occidente, como ya ocurrió entonces, vuelve a mostrar lo más siniestro de la sociedad humana. No cambió a mejor.
Y la pregunta la repito: puede negociarse algo con alguien que cree que otros seres humanos de una cultura diferente a la suya son inferiores y que deben ser exterminados o con aquellos que los promocionaron, financiaron y armaron?
La respuesta para una mente cuerda es clara: no, no hay que negociar, no se puede hacer salvo que uno mismo quiera condenarse a ser víctima de ellos. Hay que castigar sin contemplaciones tales actos y pensamientos.
No se derrota al nazismo en una mesa de negociación y menos cuando ha cogido tal fuerza que tiene secuestrada a la sociedad. Una vez que se le ha permitido brotar y se le ha abonado y regado para que crezca con vigor, labor esta responsabilidad otra vez más de tiránicas familias que dirigen el mundo capitalista a su capricho, la tarea es complicada y requiere el mismo o mayor uso de la fuerza que el que requirió para extender este monstruo.
Ya les decía en un artículo anterior que el haber dejado otra vez a los países de occidente en las mismas manos con los mismos intereses que crearon el fascismo del siglo XX, era una cuestión de tiempo que lo volviesen a revivir cuando su locura de poder y codicia lo requiriese y desease. No han tardado ni 30 años para una vez caído su gran rival y la contención para que esto ocurriese, la Unión Soviética, volviesen a resucitar a esta bestia llena de odio y de violencia. Tampoco olvidemos que la estupidez y el egoísmo de personajes nacidos en el estado que derrotó a las hordas de Hitler, como Gorbachov, Yeltsin y otros dirigentes políticos, económicos y mediáticos, contribuyó, con su profunda traición y cobardía, a tal menester. La locura nazi de Ucrania no debió haberse repetido. Ya avisaban de lo que venía, si no se paraba a tiempo, todas las personas con experiencia pasada y con un mínimo de responsabilidad en sus cabezas. La construcción de monumentos y dar nombre a calles y avenidas a verdaderos criminales, como Bandera, y su veneración, junto al ocultamiento de los horrores pasados y sus siniestras fechorías a las nuevas generaciones, unido a la indecisión y corrupción de las nuevas clases políticas, crearon el medio de cultivo para lo que vino y tenemos. Llevado y escalado finalmente, como ya ocurrió, a un guerra mundial. Recordemos, mucho más peligrosa que cualquiera de las pasadas. De aquellos barros se crearon estos lodos que nos hacen hundirnos en ellos.
Es el sino amargo de la historia humana. Su estupidez y el no aprender nada de su existencia pasada los conduce a los mayores desastres. Sino que parecen no entender y por tanto incapaces de salir de él, los dirigentes de la Federación rusa actuales, porque si bien ellos no comenzaron ni provocaron la guerra, la cual abiertamente ya reconoce como su comienzo en 2014 hasta el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, tienen su responsabilidad en no haber querido afrontar de una vez la realidad que tuvieron y tienen delante de ellos.
No puedes tratar, como hace el Ministro de Asuntos Exteriores Serguei Lavrov, de "nuestros compañeros occidentales" a quienes buscan tu destrucción y la muerte de tu gente enviando armas letales a fanáticos sin escrúpulos. Tampoco puedes decir que te sientes decepcionado o engañado, como hace su presidente Vladimir Putin, aunque incluso esto se diga de forma retórica, cuando tras 8 años de unos Acuerdos de Minsk que occidente utilizó solamente para prepararse para la guerra, como reconocen sin tapujos sus firmantes, Ángela Merkel o Francois Hollande, te lancen una guerra masiva en tus fronteras tratando de desestabilizar y destruir tu nación y de provocar un genocidio con las personas de cultura rusa.
La reconciliación en ese estado tan artificial que fue Ucrania es imposible. Los rusos que allí vivían y viven, de Jarkov, Donbass, Jersón, hasta Odessa, deberán ser parte de su verdadero país, donde tienen su existencia garantizada, la Federación rusa. La desnacionalización en otras zonas no puede eludirse, porque ellos no pararán hasta destruir o ser destruidos. No hay alternativa. El que hayan criado una generación de jóvenes en la ignorancia y el odio hacia lo ruso, a los que consideran como subhumanos a los que hay que exterminar, no tiene otra solución.
Como decía no hay otra alternativa. Cerrar en falso esta guerra conducirá a tragedias peores en el próximo futuro. Algunas se convertirán en fatales y definitivas para todos. Por ese motivo no debe volver a ocurrir.
Lo dice muy acertadamente el que fuese diplomático israelí y que vive en la Federación rusa, Yakov Jedmi. Cómo vas a negociar con alguien que llegó al poder ilegalmente y mediante la violencia, para posteriormente perseguir, discriminar y asesinar a personas que son realmente tus hermanos, sino que además busca destruirte a ti mismo y a tu gente? Cómo vas a negociar con aquellos que han incumplido todos los anteriores acuerdos y han provocado todo esto? No se puede hablar de desnazificación sin acabar con los nazis, como no se puede hablar de paz dejando en la impunidad a los que la quebrantaron y quebrantarán.
Solo hay un camino y este es claro. Y no es para aquellos llenos de complejos y prejuicios, y que están abandonados de criterios claros y sensatos. Cuanto más tarde en imponerse la sensatez y el valor para establecerla, más peligro tendremos de que esto finalmente se convierta en un infierno para todos.
PS (20.02.23).
La locura nazi en Ucrania es total. Cantando con los padres y sus niños que hay que acuchillar y colgar a los rusos.