Abundan los malentendidos y el desconocimiento sobre las lenguas, tanto que se confunden las actuaciones, motivaciones y pensamientos políticos con los lingüísticos. Muchos, por etnocentrismo, interés particular o también y principalmente por desconocimiento, creen que un idioma más hablado, más escrito o más extendido geográficamente que otro tiene un grado de superioridad respecto a sus compañeros que no logran esos números o esa proliferación. Confundiendo, en hábito muy arraigado, especialmente en el mundo capitalista, cantidad con calidad.
Ocurre y es común del mismo modo tener por mejor o natural el tipo de lenguaje que utilizan los dirigentes sociales. Que fue impuesto con fines razonables en casos o perversos en otros al resto de la población en los procesos de escolarización.
Un elemento clave de la ideología del nacionalismo lingüístico es presentar la imposición de una lengua estándar como un proceso natural de desarrollo gramatical de las lenguas, en el que los hablantes acaban aceptando la lengua más cómoda o comprensible para ellos... 1
Ignorando, a drede, que no fueron los que hablan quienes eligieron nada, sino que a temprana edad, de forma obligatoria y sin posibilidad de elección recibieron tal paquete lingüístico. Luego ellos y ellas mismos se fueron distanciando de ese patrón en su habla cotidiana, a la que los que crearon aquella lengua tan artificial llaman como vulgar. Ganas de distinguirse sin fundamento.
En todo esto se oculta o se trata de ocultar, con bastante éxito, el verdadero trasfondo del asunto.
... se hace invisible el trasfondo étnico, social y político de la lengua estándar, se produce un proceso de desetnización y despolitización de ella, que da como resultado una lengua neutral, común, cómoda y fácil para todos. 1
Les tendré que recordar que ninguna es naturalmente común para todos, ya que la propia característica humana, como la de otras especies, genera diversidad, tan fundamental para la supervivencia y riqueza de la vida. Ni que tampoco ninguna está por encima de una etnia o cultura determinada. La estándar es la de la etnia dominante.
Por supuesto tampoco están libres de la influencia política, bien para ser privilegiadas, marginadas o incluso prohibidas.
Ahora reflexionen sobre sus creencias arraigadas al respecto y recapaciten si tienen la suficiente capacidad de autocrítica, siempre tan necesaria.
Referencias-Notas:
Juan Carlos Moreno Cabrera. El nacionalismo lingüístico español. Península. 2014.