Estamos hablando de uno de los grandes pensadores políticos de todas las épocas, sin embargo, hoy, en un mundo tan antagónico al que el defendió, apenas se le conoce. Es cierto que se sabe su nombre y se reconoce claramente su imagen, pero tan cierto como que se desconoce su pensamiento, expresado en su obra, porque prácticamente casi nadie lo ha leído, como ocurre con otras tantas figuras del pensamiento. No vivimos en mundo reflexivo, sino en uno claramente irreflexivo, primario por satisfacer los primeros impulsos a que se nos induce y muy inconsciente. No, no importa hacer gala de la incultura e ignorancia que inunda nuestra sociedad, pero luego nos quejamos de sus inevitables consecuencias.
Hace unas fechas les cometaba lo siguiente:
Cuando nos preguntan sobre Vladimir Ilich, Lenin, solemos asociarlo o encasillarlo como una especie de dogmático dictador. Una persona poco afín a la democracia, porque, claro, apoyaba "la dictadura del proletariado". Aunque también sería bueno ver aquí quién o quiénes de los que califican así a Lenin han leído algo de su obra y más en concreto si entienden a qué se refiere el pensador ruso cuando habla de esa dictadura del proletariado.
Para entender que nos quiere decir respecto a esta dictadura hay que fijarse primero lo que él ve en la sociedad y más en concreto en las sociedades civilizadas con un estado. En ellas, indica, existen clases sociales antagónicas, donde los intereses de unos, que suelen poseer los bienes de producción, chocan contra los intereses de otros, los no poseedores. Esto convierte a unos en explotadores y a otros, en consecuencia, en explotados. Lo que deviene finalmente por propia relación de los hechos en enemigos a unos de los otros. Lenin, como Marx, se limitaban aquí a relatar una realidad empírica de la propia historia de su tiempo y del pasado (también aplicable al presente).
En relación a si Lenin defendía una sociedad democrática, entendida esta como aquella en la que se sigue lo que quiere la mayoría de las personas que la componen en beneficio de esa mayoría, es bueno que le escuchen a él mismo:
Las clases explotadoras necesitan la dominación política para mantener la explotación, es decir, en interés egoísta de una minoría insignificante contra la mayoría inmensa del pueblo. Las clases explotadas necesitan la dominación política para destruir completamente toda explotación, es decir, en interés de la mayoría del pueblo contra la minoría insignificante de los esclavistas modernos, es decir, los terratenientes y capitalistas. 1
Estas palabras son un ejemplo claro de la preocupación del político por una sociedad con cierta justicia social, por una sociedad realmente democrática.
Y ahora viene cómo se consigue una sociedad sin explotadores ni explotados, y aquí está el problema, pues los explotadores no ceden sus privilegios ni los beneficios que obtienen de la explotación de forma democrática, aceptando la decisión de la mayoría, que no aprueba esto. Y una de dos o se mantiene la explotación de unas personas por otras, divididas en férreas y rígidas clases sociales, o se combate esto. Es decir, se trata de combatir o no una dictadura, la dictadura que ejercen los grandes propietarios sobre los desposeídos. Es lo que se conoce en la obra de Lenin o de Marx como la dictadura de la burguesía, una dictadura no ficticia, sino muy real, entonces como ahora. Contra ella, según Lenin, caben pocas opciones, tan pocas que según él es necesario ejercer la fuerza para combatir la fuerza. Por eso habla de la dictadura del proletariado para acabar con la dictadura de la burguesía.
El derrocamiento de la burguesía solo puede realizarse mediante la transformación del proletariado en ´clase dominante´, capaz de aplastar la resistencia inevitable y desesperada de la burguesía y de organizar para el nuevo régimen económico a todas las masas trabajadoras y explotadas. 1
Para el autor no es una dictadura caprichosa, ni tampoco esta es el objetivo final, sino que es un paso intermedio necesario para alcanzar una sociedad realmente democrática.
Lenin, como también Marx, ven al Estado como un órgano de dominación de clase, y que para que esto deje de ser así el proletariado, los trabajadores, deben hacerse con el control político, pero no para continuar utilizando el Estado de la misma forma a lo que lo hacen los grandes propietarios, sino para finalmente extinguirlo al no ser necesario en una sociedad sin clases sociales.
Así, Lenin, como Marx, ven la dictadura del proletariado como ese paso necesario, no como el fin, el tránsito hacia la abolición de todas las clases y hacia una sociedad sin clases.
Seguramente esta conclusión final es utópica en nuestra época y hemos podido comprobar muchas veces en estos tiempos como la eliminación de un estado ha provocado un verdadero desastre de indefensión para la población, siendo esta robada, violentada y asesinada. Creo que todos recordamos el caso más bien reciente de Libia, de lo que era, la nación más próspera de África, a un sicariato de Al Qaeda. Hoy, sin embargo, el mundo va por otros derroteros. El neoliberalismo no es el amo absoluto, no ha podido hacerse con el control que sus planificadores pensaban, un dominio globlal y total, y está siendo contestado y puesto en entredicho no por una izquierda occidental inexistente y venal, sino por sectores con fuerza que ven los desmanes de los liberales y han empezado a poner coto a sus tropelías y a una globalización de la pobreza. 2 Son nacionalistas que defienden una economía viable donde no imperen a su capricho y antojo los monopolios creados por las influyentes y poderosas familias industriales y financieras. Los trabajadores de Europa y también de Norteamérica apostarán por ellos, por la sencilla razón de que con estos pueden tener unas perspectivas de futuro para ell@s y sus familias que con los demás realmente no tienen.
En otros lugares, como Eurasia, se impondrán sistemas mixtos entre capitalismo y control del estado, que como vemos son los más eficaces para numerosas situaciones, así lo estamos comprobando con el problema del Coronavirus. 3 Estos últimos países son los que dominarán la Tierra.
Si son las instituciones públicas las que están por encima de las privadas, como sucede en China o Rusia, 4 las personas podrán tener medios para poder vivir en condiciones. Estados Unidos si no quiere ir hacia su destrucción, enfrentándose militarmente con las potencias emergentes, como así pretenden esa confrontación las corporaciones, utilizando principalmente al partido demócrata, 5 tendrá que ver la realidad actual y comprender que ya no va a ser este un mundo unipolar dominado por él. La Administración Trump, con sus vaivenes y desvaríos, tendría esa misión, de ahí los enconados ataques de los medios corporativos. 6
Si son las instituciones públicas las que están por encima de las privadas, como sucede en China o Rusia, 4 las personas podrán tener medios para poder vivir en condiciones. Estados Unidos si no quiere ir hacia su destrucción, enfrentándose militarmente con las potencias emergentes, como así pretenden esa confrontación las corporaciones, utilizando principalmente al partido demócrata, 5 tendrá que ver la realidad actual y comprender que ya no va a ser este un mundo unipolar dominado por él. La Administración Trump, con sus vaivenes y desvaríos, tendría esa misión, de ahí los enconados ataques de los medios corporativos. 6
La izquierda de nuestros lares, mientras tanto, seguirá con su falso lenguaje y su carencia de una ética real y de valiosos hechos. Hablará, cuando se lo pidan, de lejanas e imaginarias revoluciones para engatusar y despistar a los incautos, allí donde hay invasiones criminales y mercenarias de naciones que no quieren perder su soberanía, y de "rebeldes", que son matones que deguellan a personas de esos países, para que se sienta simpatía por desalmados que luego podrán repetir algunas de sus fechorías en nuestras mismas calles o salas de fiesta, trayendo el horror, el miedo y el dolor que generaron previamente en otros lugares como Libia, Egipto o Siria.
El mundo sería mejor sin ellos. Les gusta hablar en nombre de las mujeres, pero les hacen la vida imposible allí donde antes podían prosperar. Por todas estas cosas, por no hacer nada útil donde deberían y por utilizar torticeramente a los refugiados suscitan el rechazo que hoy ya sufren con su merecida pérdida de influencia política.
PS:
El odio promovido por el capitalismo hacia Lenin y Marx.
El derecho de autodeterminación y la postura de la izquierda.
El mundo sería mejor sin ellos. Les gusta hablar en nombre de las mujeres, pero les hacen la vida imposible allí donde antes podían prosperar. Por todas estas cosas, por no hacer nada útil donde deberían y por utilizar torticeramente a los refugiados suscitan el rechazo que hoy ya sufren con su merecida pérdida de influencia política.
PS:
El odio promovido por el capitalismo hacia Lenin y Marx.
El derecho de autodeterminación y la postura de la izquierda.
Referencias-Notas:
1. V.I. Lenin. El Estado y la revolución. Alianza Editorial. 2012. p. 68-69.
2. Michel Chossudovsky. The Globalization of Poverty. Global Research. 2003.
3. Gestión de China y Europa ante el COVID-19: apreciaciones comparativas sobre la gestión de la crisis. Misión Verdad. 18.03.2020.
4. Renfrey Clarke&Roger Annis. The Myth of 'Russian Imperialism': In defense of Lenin's Analyses. Links. International Journal of Socialist Renewal. 29.02.2016.
2. Michel Chossudovsky. The Globalization of Poverty. Global Research. 2003.
3. Gestión de China y Europa ante el COVID-19: apreciaciones comparativas sobre la gestión de la crisis. Misión Verdad. 18.03.2020.
4. Renfrey Clarke&Roger Annis. The Myth of 'Russian Imperialism': In defense of Lenin's Analyses. Links. International Journal of Socialist Renewal. 29.02.2016.
5. Overextending and Unbalancing Russia. Rand Corporation.
https://www.rand.org/pubs/research_briefs/RB10014.html
6. Estados Unidos: retroceder siempre, rendirse jamás. La batalla cultural.
https://www.labatallacultural.org/revista-hegemonia/adelanto/11108/
https://www.labatallacultural.org/revista-hegemonia/adelanto/11108/