viernes, 20 de noviembre de 2020

Juicios de Nuremberg

 

Klaus Barbie, al  servicio de la oligarquía de los Estados Unidos 

Hoy se conmemora el setenta y cinco aniversario de los juicios de Nuremberg,  una supuesta justicia histórica contra los crímenes cometidos por los nazis. Sin embargo, la realidad cotidiana, de entonces y de ahora, era y es más prosaica y menos justa.

Así, recordemos, una vez acabada la guerra, con la rendición incondicional y destrucción de Alemania y Japón, comienzan una serie de procesos contra presuntos responsables de conspiración para la guerra y crímenes contra la humanidad. Siendo dirigidos, el Tribunal y la fiscalía, principalmente por los norteamericanos. Y como dice el dicho: cuando los jueces son parte…

De esta forma, podemos ver que los criterios que fueron empleados, principalmente para los cargos por crímenes contra la humanidad, fueron ad hoc y post facto, haciendo imposible cualquier posibilidad de justicia ecuánime. Se eligieron aquellos actos que vulneraron los derechos humanos por los que no podían ser castigados los ganadores de la guerra o no lo podían ser de un modo tan claro. Y se excluyeron aquellos crímenes cometidos contra la humanidad por los aliados, como el bombardeo intencionado y sistemático de poblaciones civiles, donde ambos contendientes tenían culpa, pero era mucho mayor todavía en el lado aliado. También se excluyeron de culpa los horribles crímenes cometidos con el lanzamiento de las dos bombas atómicas. 1 En este caso prevaleció la impunidad que otorgaba ser amigo o miembro del país y del ejército más poderoso del mundo, Estados Unidos.

Un letrero sobre el escritorio de Harry Truman indica  “The buck stops here” [indicando que toma la responsabilidad], ha sido señalado para mostrarle a él como un modelo aceptando la responsabilidad

Pero Harry Truman podía evitar cargar con el muerto porque él era el Presidente de los Estados Unidos, para quien la impunidad empieza aquí (mi frase). De este modo él podía hacer caer bombas atómicas en dos considerables ciudades japonesas, matando quizás a un cuarto de millón de civiles en dos explosiones, y nunca sufrir la más ligera amenaza de ser llevado a un tribunal por crímenes de guerra. 2

Los juicios se convirtieron en una farsa, donde  se ensañaron con sus enemigos políticos condenándolos a muerte  y dejando impunes a los criminales propios y a los criminales de las potencias fascistas que decidieron colaborar. Es conocido el caso del emperador Japonés como máximo responsable de su país que quedó completamente libre. John Dower indica lo siguiente al respecto:

Esta exitosa campaña para absolver al Emperador de cualquier responsabilidad de guerra no conoció límites. Hirohito no solo fue presentado como inocente de cualquier acto formal que pudiera hacerle susceptible de ser juzgado por crímenes de guerra. Fue convertido en una figura casi angelical que ni tan solo tenía alguna responsabilidad moral por la guerra. [...] Con el apoyo completo del cuartel general de MacArthur, la acusación funcionó, de hecho, como un abogado defensor del Emperador. 3

También estaban los casos de nazis, fascistas croatas y miembros del clero involucrados en crímenes contra la humanidad que fueron ayudados a escapar con la colaboración de EE.UU. y el Vaticano, llevándolos a través de conventos y monasterios de Europa hacia América del Sur. En la llamada conexión Rat Line:

El sacerdote católico croata Krunoslav Draganovic organizó “special ratlines” para el Gobierno de Estados Unidos, para su servicio de inteligencia, que eran estimados como demasiado “calientes” para una conexión oficial directa con los EE.UU. Estos asuntos calientes eran nazis, líderes utasha [fascistas croatas], sacerdotes católicos y oficiales, antiguos miembros de la GESTAPO y las SS, acusados de crímenes de guerra. De acuerdo a informes del Departamento de Justicia de EE.UU., el gobierno americano sabía que Krunoslav Draganovic era “un alto prelado dentro de la Iglesia católica” quien estaba directamente implicado en la deportación y limpieza étnica de serbios y judíos en Croacia y Bosnia. Él fue indicado como un oficial de “recolocación” en el régimen fascista Utasha de Ante Pavelic. Cuando él se dio cuenta que la Alemania nazi perdería la guerra, se fue de Croacia y se estableció en el mismo Vaticano desde donde organizó uno de los más amplios y más importantes proyectos de “evacuación” de la Guerra Fría, la Operación Ratline. Se especializó en sacar de Yugoslavia a altos mandos de los utasha croatas, acusados de crímenes de guerra contra los serbios, los judíos y los gitanos. 4

En los cargos que se presentaban contra los nazis en Nuremberg tenemos el caso del almirante Gernetz, acusado de hundir embarcaciones civiles con los submarinos. Cuando fue llamado, él solicitó un testigo para su defensa, el almirante americano Nimitz, que testificó que los EE.UU. habían estado haciendo lo mismo por lo que estaba siendo procesado el acusado. Conocido esto Gemetz fue puesto en libertad y no fue ya procesado. Es un ejemplo más del tipo de justicia que se departía.

En el caso de los juicios de Tokio no se prestó ninguna atención a los crímenes cometidos por Japón en los años 30, contra sus vecinos, ya que no iban dirigidos contra EE.UU.


Referencias-Notas:

1.  Noam Chomsky. If the Nuremberg Laws were applied….  Chomsky Info. 1990.

http://www.chomsky.info/talks/1990----.htm

2.  Edward Herman. Impunity: From Harry Truman to Richard Holbrooke. Z magazine. February 2011.

3. Embracing defeat. Japan in the wake of World War II. W.W. Norton & Co. / New Press, 1999.

4. Carl Savich. The Ratline: The US-Ustasha Connection. Serbianna. June 2, 2007. http://www.serbianna.com/columns/savich/089.shtml


2 comentarios:

  1. Capitulo aparte, es la acusación sobre los capitalistas nazis, capitaneados por Alfried Krupp, que lejos de defenderse de cargos como utilizar mano de obra esclava, crímenes de guerra y contribuir a la maquinaria homicida nazi, hizo prácticamente un panegírico sobre Hitler y las políticas nazis. A las que definió como: "normales, ajustados a la ética, y moral, además de exentos de toda responsabilidad".
    El caso es que si tiraban de la manta, se verían la implicación de todos los capitalistas de uno y otro bando, en el ascenso del nazismo y su contribución a la maquina de matar de Hitler.
    Por lo cual, tras unas sanciones simbólicas, fueron puestos al poco tiempo en libertad.
    Las empresas de Alfried Krupp le fueron devueltas en 1951, por orden del juez John J. McCoy y para 1953 funcionaban en plena normalidad.

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    1. Ellos, los grandes industriales y financieros, fueron los que impulsaron al nazismo, para acabar con el pujante y envalentonado, por el éxito soviético, movimiento obrero: http://miguel-esposiblelapaz.blogspot.com/2013/01/la-influencia-del-poder-economico-en-el.html

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