jueves, 17 de octubre de 2013

La masacre de Srebrenica. Parte IV

Los medios de comunicación distorsionaron y falsificaron los sucesos de Srebrenica, como los de la guerra en Yugoslavia en general

Si viviésemos en un mundo donde el periodista y el periodismo no fuesen tan deshonestos, muchas tragedias humanas y sociales que han ocurrido se podrían haber evitado. La guerra llevada a cabo contra Yugoslavia es un buen ejemplo de ello. En vez de informar se recurrió a la desinformación deliberada,  a hacer odiar a un grupo o a una nación, falsificando los hechos, tergiversándolos, ocultándolos, magnificándolos o empequeñeciéndolos según los intereses políticos y económicos, de modo que la imagen mostrada en televisiones, prensa o radio se convirtió en una caricatura grotesca de los sucesos reales.
Pocos periodistas de los medios corporativos se libraron de esta gran culpa, uno de ellos, Rafael Poch, nos muestra, a título particular en su blog, claramente el daño irreparable realizado, al frente del cual estaba y está la mala fe y las malas artes de muchos compañeros suyos.

Nada puede hacerse ya por las decenas de miles de muertos de la guerra de Yugoslavia, pero pocas cosas hay más repugnantes para un periodista que la falsificación y el doble baremo en materia de información cuando se trata de crímenes tan horrendos. El procedimiento es viejo y conocido: se trata de ignorar unas masacres y enfatizar otras. Es así como la matanza de Srebrenica se convirtió, y sigue siendo recordada hoy, como, “la peor matanza de seres humanos en Europa desde el fin de la II Guerra Mundial”. En realidad fue uno de los fraudes que jalonaron la guerra humanitaria, con la que Euro Atlántida apuntaló el nuevo orden continental. 

Jürgen Elsäser (en, Kriegslügen, Der Nato-Angriff auf Jugoslawien, 2008), Alexander Dorin, Herman y otros, han apuntado que los líderes bosnios musulmanes ya gritaban “¡genocidio!” antes de que los serbios capturaran la ciudad. Había que agitar a la opinión pública para convertir los horrores de la guerra yugoslava, con claros anclajes en el pasado y con un menú de intereses occidentales muy claro, en una mera cuestión de desmanes, “genocidios” y “limpiezas étnicas” a manos de los serbios. La agitación alrededor de Srebrenica sirvió para eso.(1)

En Srebrenica tenemos un ejemplo de como los hechos pueden intentar cambiarse de cara a la opinión pública cuando el poder económico persigue un interés u objetivo realmente importante. Para ello pone todos sus recursos en movimiento, que son muchos y poderosos, estos incluyen el control de los medios de comunicación, el control de organizaciones "humanitarias", el control de los políticos, pero también el control judicial, con la creación de tribunales ad hoc, no para hacer justicia, sino para utilizar la justicia con otros fines, fines políticos. El Tribunal Penal Internacional para Yugoslavia fue y es un caso de estos.

El sesgo es descarado; la politización de una empresa pretendida como judicial es extrema.

El tratamiento de los medios de los casos de Srebrenica y la Krajina siguió el mismo patrón e ilustra bien como los medios hacen a algunas víctimas dignas y a otras indignas de acuerdo a la agenda política. (2)

La parcialidad de ese tribunal era y es hasta descarada, y cuando existe parcialidad en la justicia no hay justicia, hay otras cosas, pero nada relativo a lo que un sistema judicial debe hacer y ser.

Un problema es que la justicia no puede ser parcial o deja de ser justicia, y muestra su verdadera cara como venganza y cobertura para otros fines políticos. (2)
 
En el caso de Srebrenica, y a pesar de que todas las evidencias, incluso las estadísticas, contradicen la versión oficial, no se ha tenido la decencia de corregir tales desaciertos. Y todo ello pese a que ya nadie en su sano juicio y con un mínimo de información puede sostenerlo, y a que en otros casos, como el 11S, el bombardeo sobre Kosovo o el llevado a cabo sobre la propia Serbia las cifras iniciales, basadas en la propaganda de guerra y no en los hechos, se han ido corrigiendo. ¿Por qué no así en Srebrenica? Bien, la explicación estriba que Srebrenica significa un tótem, un icono y un lugar de referencia clave para la llamada intervención humanitaria con la que se encubre y justifica el poder económico occidental. Si se derrumba el mito de Srebrenica todo lo demás cae como un castillo de naipes, pues no hay evidencias que amparen o justifiquen las intervenciones humanitarias, no hay excusas posibles para toda esa barbarie militar y toda esa barbarie mediática y humanitaria que la acompañan. Las justificaciones, las excusas, las motivaciones que movieron a este poder económico y a los gobiernos que tiene en su bolsillo son una gran mentira completamente injustificable, que está además llena de sangre, dolor y destrucción. Es por eso que el poder económico mantendrá este discurso, este mito de Srebrenica, mientras se mantenga él mismo en el poder. De él depende para continuar, para utilizarlo como referente de nuevas campañas de guerra, para recordar que hubo un motivo por el que se hizo aquello, para ocultar su egoísmo, su falta de moral, su carencia de escrúpulos, su vaciedad. Mentirán y seguirán mintiendo mientras les quede la posibilidad de hacerlo. La historia, que tarde o temprano se abre camino, no será tan generosa, tan benévola con esta gran tergiversación, con esta gran manipulación y falsificación. Porque los hechos son tozudos y las personas, una vez liberadas de la presión y la coacción del momento, terminan por aceptar lo que hechos y evidencias muestran con innegable claridad.
En esta cuarta parte continuamos con la descripción concienzuda y magistralmente expuesta por Edward S Herman sobre Srebrenica y su contexto, en este caso sobre las anomalías, incongruencias y parcialidad del discurso oficial, junto con unas conclusiones obvias de todo este entramado de propaganda que es realmente la historia oficial de la masacre de Srebrenica.
Entre las muchas incongruencias y anomalías de esta historia tenemos que en la supuesta mayor masacre o genocidio después de la Segunda Guerra Mundial, los agresores, los "genocidas", permitieron salir a las mujeres, a los ancianos y a los niños, y los hombres musulmanes permitieron dejar en manos de los serbobosnios a sus seres más queridos y desprotegidos. ¿Cómo se entiende esto? ¿Lo comparamos con una masacre mucho más brutal y mucho menos difundida por los medios de comunicación, la de Sirte en Libia a manos de la OTAN y de los terroristas de Al Qaeda? Aquí, en Sirte, las familias que intentaron huir veían como las mujeres jóvenes eran raptadas para ser violadas y asesinadas por los mercenarios islamistas, hecho que los medios de comunicación silenciaron, y es más,  trataron a sus autores, a los mercenarios de Al Qaeda, como héroes revolucionarios que luchaban por la libertad. (3)
También tenemos el muy diferente rasero del Tribunal Penal creado por las potencias occidentales y la OTAN para los diferentes sucesos de Srebrenica, las masacres previas a la de julio de 1995, cometidas por las milicias bosniomusulmanas, mucho más brutales e indiscriminadas y que fueron la causa de la venganza y represalia final de la masacre oficial. Y también un muy diferente trato para la mayor limpieza étnica de la guerra, la de la Krajina, que se dejó prácticamente de lado. Es más, en el caso de Srebrenica no se mostró el contexto con el fin de ocultar lo que realmente ocurría, y en la Krajina se intentó justificar la limpieza étnica como supuestas venganzas, en este caso sacándolo completamente de contexto, porque no había ninguna justificación para ello.
Las limpiezas étnicas fueron una de las bases y fundamentos para apoyar la intervención militar occidental en Yugoslavia, pero lo que se ocultó y se oculta es que las grandes limpiezas étnicas se llevaron a cabo contra los serbios y precisamente allí donde intervenía el poder occidental: en Croacia, Bosnia o Kosovo.
El mostrar a los serbios como los causantes y los mayores responsables, cuando no los únicos, de los crímenes de la guerra fue la gran mentira de lo que sucedió en Yugoslavia, mentira que hoy perdura en la mente occidental adoctrinada por los medios de comunicación corporativos.
La desigualdad en el trato según quien sea el autor y la falta de equidad conducen no a la reconciliación, sino a la perduración del conflicto, porque la injusticia crea, con motivos justificados, sentimientos de reparación y también de venganza.

En Bosnia y Serbia los serbios han estado bajo continuo ataque, humillados y sus líderes y personal militar castigados, mientras que los criminales entre los bosniomusulmanes, los croatas y los poderes de la OTAN (ej., Clinton, Blair, Albright, Holbrooke) no sufrieron castigos  y pueden incluso ser mostrados como dispensadores de justicia (Clinton y colaboradores). (2)
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Y lo que hace esto todavía peor, tales injusticias buscaban y buscan someter  todo un país, Yugoslavia, a los que lo destruyeron mediante la violencia de la OTAN y de los paramilitares a sueldo, incluidos los miembros de Al Qaeda en Bosnia. Convirtiendo un estado soberano en un conjunto de colonias sometidas: Bosnia lo es, también Kosovo y quieren que lo sean Serbia, Croacia, Eslovenia y los otros miembros de la extinta Yugoslavia. Este era el verdadero objetivo final de la guerra de Yugoslavia, lo demás eran embustes, cortinas de humo para ocultar la dura y atroz explotación económica que ahora se extiende por los Balcanes. Los yugoslavos ya empiezan a llorar la pérdida de su estado de bienestar y empiezan a ver el verdadero rostro humanitario de su "protector", de su "defensor". Los matones, los gánsteres, no ayudan, matan y roban. Y otra vez más, demasiado tarde lo han visto muchas de sus víctimas.
Aquí, en Yugoslavia, el poder occidental se las apañó para ocultar la terrible y aparente incongruencia de utilizar a Al Qaeda como ejército de choque para imponer sus intereses. Mostrando que esta organización no es un enemigo real, sino un medio para destruir gobiernos o países hostiles y al mismo tiempo un medio que sirve como excusa del enemigo exterior a combatir, el enemigo del "terrorismo internacional". Hasta tal punto están alienados, adoctrinados y engañados los habitantes occidentales que no son capaces de ver esta obviedad, obviedad y hecho que se ha repetido en Libia, Mali y ahora sucede en Siria. La indiferencia ante estos terribles hechos por parte de la población occidental hace que sean en parte merecedores de la explotación y marginación que están sufriendo ahora en sus países y que merezcan también poco respeto y apoyo ante tales circunstancias. Ellos miraban a otro lado mientras el monstruo devoraba a otros, ahora el monstruo sigue teniendo hambre y son ellos sus nuevas presas.
Srebrenica, la "historia" oficial, es un triunfo de la propaganda, del engaño generalizado.

La "masacre de Srebrenica" es la mayor triunfo de la propaganda que surge de las guerras de los Balcanes.

Es el símbolo del mal serbio y del victimismo bosniomusulmán, y de la justicia de occidente destruyendo Yugoslavia y de la intervención allí a muchos niveles, incluyendo una guerra de bombardeo y las ocupaciones coloniales de Bosnia-Herzegovina y Kosovo.(2)

Pero hay un enorme pero...

...la relación de este triunfo de la propaganda con la verdad y la justicia es inexistente.(2)

Sin embargo, los medios de comunicación, con la ayuda de las organizaciones humanitarias y de buena parte de la izquierda, que aportó las justificaciones a la guerra después de crear un imaginario de los serbios genocidas, inventaron una realidad favorable a los intereses de las potencias atacantes.
Hoy reconstruimos la realidad, pero es imposible revivir a los muertos y muy difícil reconstruir un país destruido y reparar a las víctimas de los ultrajes y la falsa difamación.

Notas:
(1) Rafael Poch. Aniversario balcánico. Diario de Berlín, 11.7.2010.
(2) Edward S. Herman. The politics of Srebrenica Massacre. Globarl Research, 7.7.2005
(3) Bill Van Auken. Libya: Mass killing and humanitarian disaster in NATO siege of Sirte. Global Research, 29.9.2011.


ANOMALÍAS  Y CONCLUSIONES DE EDWARD S. HERMAN:
4- ANOMALÍAS:
Una anomalía relacionada con Srebrenica ha sido la estabilidad de la cifra de víctimas bosniomusulmanas en julio de 1995, 8000, y 8000 hoy, a pesar de la crudeza de la estimación inicial, la evidencia de que muchos o la mayoría de los 5.000 "desaparecidos" alcanzaron territorio musulmán bosnio o fueron muertos en la lucha, y el claro fallo en mostrar evidencia física que lo sustente, a pesar del enorme esfuerzo realizado. En otros casos, como en la estimación  de víctimas mortales del 11 S, e incluso en las estimaciones de guerra de los asesinatos de bosnios y del bombardeo de Kosovo, las cifras originales fueron radicalmente reducidas mientras la evidencia de los recuentos de cuerpos hicieron insostenibles  los primeros números inflados. (49) Sin embargo, debido a su papel político clave para los Estados Unidos, los musulmanes bosnios y croatas, y a un ardor casi religioso en la creencia en esta afirmación, Srebrenica ha sido inmune a la evidencia. Desde el principio hasta hoy el número se ha tomado como un hecho, una verdad superior, el cuestionamiento de la cual demostraría la falta de fe y muy probablemente "apologética"  del demonio.Otra anomalía mostrando también el carácter sagrado, intocable y politizado de la masacre en la ideología occidental ha sido la designación inmediata de los asesinatos como un caso de genocidio. El Tribunal jugó un importante papel aquí, con una credulidad difícil de igualar, una psicologización incontenida y un razonamiento legal incompetente, el cual los jueces han aplicado solo a los casos relacionados con los serbios. Sobre credulidad, un juez del Tribunal aceptó como hecho la afirmación de un testigo de que los soldados serbios habían forzado a un musulmán anciano a comer el hígado de su nieto; (50) y los jueces indicaron de forma repetida como un hecho establecido que 7 mil u 8 mil hombres musulmanes habían sido ejecutados, mientras al mismo tiempo reconociendo que la evidencia "sugería" que"una mayoría" de los 7 u 8 mil hombres desaparecidos no habían sido muertos en combate, lo que da un número sustancialmente menor que 7 u 8 mil. (51)
El Tribunal trató con el incómodo problema de los serbios supuestamente con intención de genocidio, pero que llevaron en autobuses a las mujeres y niños musulmanes a un lugar seguro, diciendo que lo hicieron por razones de relaciones públicas, pero como Michael Mandel indica, fracasar en hace algún acto criminal a pesar de su deseo es llamado "no cometer un crimen". (52) El Tribunal nunca preguntó por qué los genocidas serbios fallaron al rodear la ciudad antes de su toma para prevenir la fuga de miles de hombres hacia lugar seguro, o por qué los soldados musulmanes bosnios estaban dispuestos a dejar a sus mujeres y niños además de a muchos compañeros heridos a la merced de los serbios;  (53) y fallaron en hacer frente al hecho de que 10.000 residentes, principalmente musulmanes de Zvornik, buscaron refugio de la guerra civil en la misma Serbia, como testificó el testigo de la acusación Borislav Jovic. (54)

Entre las insensateces en el argumento de los jueces del Tribunal estaba que se consideraba genocidio si tu matabas muchos hombres en un grupo con el propósito de reducir la población futura de ese grupo, por consiguiente haciéndola inviable en esa zona. Por supuesto, podías querer matarlos para evitar que ellos te maten en el futuro, pero la corte conoce mejor psicológicamente al serbio para pensar que esa no podría ser la única razón, debe haber sido un objetivo más siniestro. El razonamiento del Tribunal diserta sobre la posibilidad de que con solo un poco de persecución judicial psicologizando cualquier caso de matar soldados enemigos puede ser designado genocidio.
También existe el problema de la definición de grupo. ¿Estaban los serbios tratando de eliminar a todos los musulmanes de Bosnia o a los musulmanes de forma global? Los jueces indicaron que empujarlos fuera del área de Srebrenica fue en sí mismo un genocidio, y ellos básicamente equipararon genocidio con limpieza étnica. (55) Es digno de mención que el ICTY no haya nunca llamado a la limpieza étnica de los croatas de 250.000 serbios de la Krajina "genocidio", aunque en esta caso muchas mujeres y niños fueron muertos y la limpieza étnica fue aplicada a una zona más grande y a una población víctima más numerosa que en Srebrenica. (56) (El 10 de agosto de 1995 Madeleine Albright clamó al Consejo de Seguridad que "hasta 13.000 hombres, mujeres y niños fueron expulsados de sus hogares" en Srebrenica.) (57) Quizás el ICTY habría aceptado la descripción cómica de Richard Holbrooke de Krajina como un caso de "expulsiones involuntarias".(58) El sesgo es descarado; la politización de una empresa pretendida como judicial es extrema.
El tratamiento de los medios de los casos de Srebrenica y la Krajina siguió el mismo patrón e ilustra bien como los medios hacen a algunas víctimas dignas y a otras indignas de acuerdo a la agenda política. Con los serbios en el objetivo de su gobierno, y su gobierno ayudando activamente al masivo programa de limpieza étnica de los croatas en la Krajina, los medios dieron un amplio e indignante trato al primero, con lenguaje denigrante, incitaciones a la intervención, y con poco contexto. Con la Krajina la atención fue escasa y de pasada, la indignación estuvo ausente, la información detallada sobre las condiciones de las víctimas fue mínima, el lenguaje descriptivo fue neutral y se ofreció un contexto que hizo los sucesos entendibles. El contraste fue tan grande como para ser gracioso: el ataque sobre Srebrenica "escalofriante", "asesino", "salvaje", "asesinato a sangre fría", "agresión", y, por supuesto, "limpieza étnica". Con la Krajina los medios no utilizaron un lenguaje tan fuerte, incluso limpieza étnica era demasiado para ellos. El asalto croata no era más que un gran "conmoción" que está "ablandando el enemigo", "una ofensiva relámpago", explicado como una "respuesta a Srebrenica" y como consecuencia de que los líderes serbios "fueron más lejos de lo que debían" . El Washington Post incluso citó al embajador de EE.UU. en Croacia, Peter Galbraith, diciendo que "el éxodo serbio no era una limpieza étnica". (59) El periódico no permite un desafío a ese juicio. De hecho, sin embargo, las operaciones croatas en la Krajina dejaron a Croacia como la zona étnicamente más purificada  de todos los antiguos miembros de la antigua Yugoslavia, aunque la ocupación de la OTAN de Kosovo ha permitido una limpieza étnica albanesa que está rivalizando con Croacia en  esa purificación.
Otra anomalía en el caso de Srebrenica es la insistencia en llevar a todos los criminales (serbios) a juicio y conseguir que los verdugos (serbios) admitan voluntariamente la culpa como algo necesario para la justicia y esencial para la reconciliación. Un problema es que la justicia no puede ser parcial o deja de ser justicia, y muestra su verdadera cara como venganza y cobertura para otros fines políticos. La limpieza étnica en Bosnia no fue de ningún modo de un solo lado, y las muertes por nacionalidad no estuvieron lejos de la proporcionalidad en la población; (60) los serbios denuncian y tienen documentadas miles de muertes a manos de los musulmanes bosnios y de sus cuadros de muyahidines importados y por los croatas, y tienen su grupo propio examinando y tratando de identificar cuerpos en unas 73 fosas comunes estimadas. (61) Esta victimización apenas ha sido tenida en cuenta por los medios de comunicación occidentales y el ICTY -el distinguido experto forense yugoslavo Dr. Zoran Stankovic observó ya en 1996 que "el hecho de que su equipo había previamente identificado los cuerpos de 1.000 serbobosnios en la región de Srebrenica no había tenido interés para el fiscal Richard Goldstone". (62) En cambio, hay un continuo estribillo sobre la tendencia de los serbios a quejarse, mientras las quejas bosniomusulmanas son tomadas como las de aquellos que son las verdaderas víctimas y nunca se designan como lloriqueo.
En vez de producir la reconciliación, el continuo enfoque sobre las víctimas de Srebrenica y los asesinos, hace más intenso el odio y el nacionalismo, tal y como en la guerra de Kosovo y su violencia exacerbó allí el odio y las tensiones y mostró que el objetivo indicado por Clinton de un Kosovo tolerante y multiétnico era un fraude. En Kosovo, este propaganda de un lado y el control de la OTAN desató una seria e incesante violencia albana contra los serbios junto a los gitanos, turcos y disidentes, ayudada por la voluntad de las autoridades de la OTAN de mirar hacia otro lado mientras sus aliados -las pretendidas víctimas- se tomaban su venganza y perseguían su objetivo largamente deseado de la purificación étnica. (63) En Bosnia y Serbia los serbios han estado bajo continuo ataque, humillados y sus líderes y personal militar castigados, mientras que los criminales entre los bosniomusulmanes, los croatas y los poderes de la OTAN (ej., Clinton, Blair, Albright, Holbrooke) no sufrieron castigos (64) y pueden incluso ser mostrados como dispensadores de justicia (Clinton y colaboradores).
Está claro que los objetivos de los que  proponen el castigo no son la justicia y la reconciliación, son unificar y fortalecer la posición de los bosniomusulmanes, aplastar la República de Srpska y posiblemente eliminarla con un estado independiente en Bosnia, para mantener Serbia desorganizada, débil y dependiente de occidente, y continuar poniendo el ataque de EE.UU. y la OTAN y el desmantelamiento de Yugoslavia en la mejor forma posible. El último objetivo requiere desviar la atención del papel de Clinton y del gobierno musulmán en dar una base de apoyo a Al Qaeda en los Balcanes, en la estrecha alianza de Izetbegovic con Osama Bin Laden, su Declaración Islámica declarando hostilidad a un estado multiétnico, (65) la importación de 4.000 muyahidines para librar una guerra santa en Bosnia, con ayuda activa de la Administración Clinton, y la conexión KLA-Al Qaeda.
Estos aspectos de ponerse del lado de los bosniomusulmanes han sido siempre incómodos para los propagandistas de guerra, y se han vuelto más después del 11S -El informe de la comisión del 11S  indica que dos de los 19 secuestradores, Nawaf al Hazmi y Khalid al Mihdhar, y un "cerebro" del ataque, Khalid Sheikh Mohamed, "luchó" en Bosnia, y que Bin Laden tuvo oficinas de "servicios" en Zagreb y Sarajevo. (66) A pesar de la enorme atención sobre el 11S y Al Qaeda, estas conexiones no han aparecido en los grandes medios de comunicación y no han influenciado al procónsul en Bosnia Paddy Ashdown, que fue al funeral de Izetbegovic y continúa impulsando los intereses de los musulmanes bosnios. Los serbios, por supuesto, se quejaban por la brutalidad (y los degollamientos) de los muyaidines en 1993, pero los medios y el ICTY no estaban interesados entonces y siguen desinteresados. Vamos solo a hablar sobre Srebrenica, los musulmanes bosnios como únicas víctimas y Clinton y occidente como generosos a pesar  del servicio tardío a aquellas víctimas que llevaban las de perder.
Pero, ¿no "confesaron" los serbobosnios que ellos asesinaron a 8.000 civiles? Esta ha sido la escena mostrada por los medios de comunicación occidentales, pero demostrando de nuevo su servidumbre a la agenda política de sus líderes. Los serbobosnios en realidad sacaron a la luz un informe sobre Srebrenica en septiembre de 2002, (67) pero este informe fue rechazado por Paddy Ashdown por no coincidir con las conclusiones apropiadas. Él, por consiguiente, forzó un nuevo informe, despidiendo a una corriente de analistas y políticos de la República de Srpska [RS], amenazando al gobierno de la RS  y finalmente extrayendo un informe por gente que se atendría a las conclusiones aprobadas oficialmente. (68) Este informe, emitido el 11 de junio de 2004, fue entonces recibido en los medios occidentales como una significativa validación de la línea oficial que era el repetido estribillo, los serbobosnios "admitieron" la masacre, que debería resolver finalmente cualquier pregunta. Graciosamente, incluso este informe coaccionado e impuesto, no llegó a acercarse a reconocer 8.000 ejecuciones (habla de "varios miles" de ejecuciones). Lo que "prueba" este episodio es que la campaña occidental para hacer a la Serbia derrotada arrastrarse, no ha acabado todavía y los medios están continuando el servicio de propaganda y credulidad.

CONCLUSIÓN:


La "masacre de Srebrenica" es la mayor triunfo de la propaganda que surge de las guerras de los Balcanes. Otras alegaciones y categóricas mentiras han jugado su papel en los conflictos de los Balcanes, pero mientras algunos han conservado un modesto lugar en el repertorio de la propaganda debido al desafío a que fueron sometidas (Racak, la masacre de Markale, la negativa de los serbios a negociar en Rambouillet, 250.000 bosnios muertos, el objetivo de una Gran Serbia como la fuerza motora de las guerras de los Balcanes), (69) la masacre de Srebrenica reina como suprema para el poder simbólico. Es el símbolo del mal serbio y del victimismo bosniomusulmán, y de la justicia de occidente destruyendo Yugoslavia y de la intervención allí a muchos niveles, incluyendo una guerra de bombardeo y las ocupaciones coloniales de Bosnia-Herzegovina y Kosovo.
Pero la relación de este triunfo de la propaganda con la verdad y la justicia es inexistente. La desconexión con la verdad es resumida por el hecho que la estimación original de 8.000, incluyendo 5.000 "desaparecidos" -que habían dejado Srebrenica por las líneas musulmanas bosnias- fue mantenida incluso después de que se hubiese verificado rápidamente que varios miles habían alcanzado aquellas líneas y varios miles más hubiesen perecido en la batalla.  Este bonito número redondo permanece hoy ante un fallo en encontrar los cuerpos ejecutados y a pesar de la ausencia de una solo foto de satélite mostrando las ejecuciones, los cuerpos, las excavaciones o los camiones transportando cuerpos para reenterrar. Los medios de comunicación se han abstenido cuidadosamente de hacer preguntas sobre este punto, a pesar de la promesa de agosto de 1995 de Albright que "Estaremos vigilando".
La declaración de Albright y las fotos que mostró en aquel momento ayudaron a distraer la atención de la ya en marcha "masacre de la Krajina" de serbios en Croacia, un proceso de limpieza étnica de mayor brutalidad y mayor alcance que la de Srebrenica, en la cual hubo menos lucha real que en Srebrenica, siendo principalmente ataques y la muerte y expulsión de civiles indefensos. En Srebrenica los serbobosnios trasladaron a las mujeres y niños a un lugar seguro, y no hay evidencia de que ninguno de ellos fuese asesinado; (70) mientras, en la Krajina no hubo tal separación y un número estimado de 368 mujeres y niños fueron muertos, junto con otros muchos demasiado ancianos y enfermos para huir. (71) Una medida del éxito de la propaganda de la "masacre de Srebrenica" es que la posibilidad de que el intenso enfoque en la masacre de Srebrenica estaba sirviendo como una cobertura para la inmediatamente siguiente "masacre de la Krajina", apoyada por los Estados Unidos, y que estaba fuera de la órbita del pensamiento de los medios de comunicación. Para los medios Srebrenica contribuyó a la Krajina, y los serbios se lo merecían. (72)Los medios han jugado un importante papel en hacer de la masacre de Srebrenica un triunfo de la propaganda. Como se ha indicado antes, los medios se habían convertido en cobeligerantes para  1991 y todos los estándares de objetividad desaparecieron en su servilismo a la agenda pro-bosniomusulmana y antiserbia. Describiendo el informe de Christine Amanpour y otros sobre una batalla en torno a Goradze, el teniente coronel del ejército de EE.UU. John Sray  contestó en octubre de 1995 que esos informes de las noticias "estaban desprovistos de cualquier semejanza con la verdad", que los estadounidenses estaban sufriendo de "una cornucopia de desinformación", que "América no había sido tan patéticamente engañada" desde la guerra de Vietnam y que las percepciones populares de Bosnia "han sido forjadas por una prolífica máquina de propaganda...[que ha] conseguido manipular las ilusiones para conseguir más objetivos musulmanes". (73)Esa máquina de propaganda conquistó además a los liberales y a mucha de la izquierda en los Estados Unidos, quienes se tragaron el discurso dominante de los malvados serbios buscando la hegemonía, empleando únicamente estrategias brutales y genocidas, y perturbando un previo cielo mulitucultural en Bosnia dirigida por el amigo y aliado  de Osama bin Laden Alija Izetbegovic, y ¡con la rectificación aunque tardía de Clinton, Holbrooke y Albright trabajando estrechamente con Irán, Turquía y Arabia Saudí! La coalición de guerra izquierda/liberal necesitó encontrar a los serbios demonios con el fin de justificar la guerra imperial y lo  hicieron aceptando e internalizando una serie de mentiras y mitos que componen el discurso dominante. (74) Este combo liberal/izquierda misil de crucero (CML) fue importante para ayudar a desarrollar la justificación de la "intervención humanitaria" para atacar a Serbia en beneficio del Ejército de Liberación de Kosovo, y de hecho para preparar el terreno para la base final de Bush en sus propias guerras en búsqueda de la "liberación". (75) La masacre de Srebrenica ayudó a hacer a los liberales y a la CML verdaderos creyentes en la cruzada en los Balcanes y dio respaldo moral a expandir el papel imperial de su país y de sus aliados.
El exfuncionario de la ONU Cedric Thornberry, escribiendo en 1996, indicó que "prominentemente en parte de los medios liberales internacionales" la posición es "que los serbios fueron los únicos villanos" y  de vuelta a los cuarteles generales de la ONU en la primavera de 1993 él fue avisado: "Ponte a cubierto esto está fijado". (76) Estaba ya fijado, aun cuando sea solo tácito e incorporado a la relación gobierno-medios-tribunal. El símbolo del mal ayudó a hacer la masacre de Srebrenica y con la ayuda del Tribunal de "justicia" y el apoyo de los liberales y la CML, proporcionó una cobertura para el ataque y desmantelamiento por parte de EE.UU. y la OTAN de Yugoslavia, las ocupaciones coloniales de Bosnia y Kosovo, y la justificación para la "intervención humanitaria" en términos más generales. ¿Qué mas se le podría haber pedido a un sistema de propaganda?

El artículo original de Edward S Herman en inglés:
The politics of the Srebrenica Massacre

Ver los tres primeros capítulos elaborados sobre la Masacre de Srebrenica:

Parte I 
Parte II
Parte III

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