La invasión nazi sobre Polonia
Después del tratado
de Versalles de 1919, tras la Primera Guerra Mundial, el nacionalismo polaco se
ve revitalizado y de haber sido una nación perseguida empieza a comportarse de
modo similar a aquellos que en su día la intentaron someter, como fueron los
zares rusos. Este tratado le dio a Polonia la posesión de dos zonas que habían
sido de Rusia, y también una zona claramente germanófila, Silesia, esta última
la adquirió por un plebiscito fraudulento.13 El nacionalismo
polaco estaba también sustentado en la religión, en un país donde el culto
católico era incluso superior al de España. Este poder católico tuvo un papel
determinante en los sucesos futuros de Polonia, principalmente por las metas
que tenía fijadas el Vaticano. La Santa Sede había fracasado en el intento de
ganarse a su favor a Lenin, con el propósito de tomar ellos el poder religioso
en Rusia a costa de la Iglesia ortodoxa. A raíz de esto la decisión del
Vaticano fue destruir a la nueva Rusia soviética y para ello necesitaba la
ayuda de un poderoso amigo, que no era Polonia sino la Alemania de Hitler.
En Polonia, mientras
tanto, se estaba produciendo una persecución de todos aquellos que no eran católicos. El mariscal
Josef Pilsudski finalmente impuso una dictadura en 1926, apoyado por el clero
católico y por Roma. Dado que el carácter cultural de Polonia no era en
absoluto homogéneo, especialmente en Silesia y en las dos provincias que
pertenecían al imperio ruso y que ahora estaban bajo Polonia, se procedió a
“polonizar” al país por la fuerza. Se llevaron a cabo tanto encarcelamientos de
socialistas, demócratas, como de sacerdotes
ortodoxos y de ucranianos. La persecución y las matanzas fueron abundantes y el
terror se extendió sobre aquellos que diferían del patrón establecido por el
gobierno dictatorial.13 Como iban a hacer en Yugoslavia en los años
40, los sacerdotes católicos participaron activamente en este tipo de acciones
y la falta de respeto y agresión bárbara hacia otros cultos era habitual:
La
mayoría de las iglesias ortodoxas son saqueadas por soldados polacos y usadas
como establos para sus caballos, y aun como letrinas14
En medio de este
ambiente van llegando las noticias de las intenciones de Alemania respecto a
Polonia. La invasión de la
Alemania nazi pone fin a estas atrocidades que se estaban dando en Polonia
contra sus minorías étnicas y religiosas. Hoy en día esto sería considerado como
un ejemplo de libro de una “guerra humanitaria”. No hace falta decir que las
consecuencias de la invasión alemana produjeron males todavía bastante mayores
que los que habían de evitar y detener. Por supuesto, esta no fue una guerra humanitaria, y mucho menos lo fueron las llevadas a cabo contra Yugoslavia, Irak Libia o ahora Siria, donde simplemente se inventaron las excusas. Lo que tienen en común es que fueron y son guerras geopolíticas y comerciales, antes y ahora. Empujada, en el caso que hablamos de Polonia, con la enorme ayuda del poder del Vaticano en toda
Europa, que movilizaría y empujaría a los millones de católicos a apoyar la
guerra que estaba preparada contra Rusia. Y aquí Polonia sería sacrificada por
obtener un beneficio mayor.
Cabe recordar, no
obstante, que Polonia había ayudado hasta entonces en sus invasiones a la
Alemania nazi, participando en el desmembramiento de Checoslovaquia y buscando
quedarse con una parte de esta. Por tanto, la imagen de una Polonia pura e
inocente que sufre el injusto ataque de un agresor, sin haber hecho nada a
nadie, tiene poco de real.
Polonia hablaba el mismo lenguaje de Hitler respecto a su “espacio
vital” y la necesidad de tomar nuevos territorios.13Mirando hacia
Rusia en este sentido. El que fuera ministro de relaciones exteriores de
Polonia, el coronel Beek, fue claro respecto a la política que había seguido el
país:
Uno de los mayores responsables por la tragedia de mi
país es el Vaticano. Demasiado tarde me doy cuenta de que hemos seguido una
política exterior en favor de los fines propios de la Iglesia católica.13
La fe, muchas veces
ciega, del pueblo polaco tendría sus costes. La iglesia ya preparaba a Polonia
para su anexión por parte de Alemania. En abril de 1939, Giovanni Battista
Montini (futuro Papa Pablo VI), indicó al encargado de negocios polaco que si
Polonia entraba en guerra con Rusia esta sería una guerra justa.15
Las presiones de los nuncios y delegados apostólicos en París y Londres iban en
la línea de que Francia e Inglaterra no ayudasen al gobierno soviético.
El nuncio papal Cortesi instó tanto al presidente
polaco Moscicki, como al coronel Beck, que indicaran a la prensa que tenía que
usar un tono mesurado al hablar o referirse al Tercer Reich.15 El mismo Papa Pio XII intervino para que
Polonia cediese en la cuestión de la ciudad de Danzig (actual Gdansk), que
había sido solicitada por Hitler en abril de 1939. Pese a la fuerte oposición
polaca, que ahora ya veía claras las intenciones de la Alemania nazi, Pio XII
se mantiene firme en su gran objetivo final, expresando su política de esta
forma:
Nulla é perduto. Tutto puo esserlo
con la guerra15
El 1 de septiembre de
1939 Hitler lanzaba su ataque sobre Polonia, este se llevó a cabo incluso
también desde el estado clerofascista católico de Eslovaquia. El 17 de
septiembre sería seguido por el ataque soviético, que salía al frente de su
gran rival alemán. No hay condenas de la invasión por parte del Papa, L´Observatore Romano lo expresaba
“neutralmente”:
Dos pueblos civilizados… inician una guerra…
Las consecuencias
para la población polaca fueron
catastróficas: la guerra supuso más de ciento veinte mil militares y más
de quinientos veinte mil civiles muertos, se estima que el 98% de los judíos
fue exterminado, tal vez hasta tres millones de personas.15 Pese al
horror de la represión y de los campos de concentración y exterminio, entre
ellos el de Auschwitz, desde Roma no
hubo una condena directa al régimen nazi por ello, aunque las redes de
información que tenía el Vaticano en Polonia eran muy potentes. Su interés
recaía más en preocuparse por las cuestiones de la libertad religiosa para los
católicos y especialmente por los derechos de la propia Iglesia:
En
las innumerables y urgentes notas diplomáticas y de protesta cursadas por la
Santa Sede al gobierno de Berlín únicamente se exigen o reivindican las
libertades religiosas del catolicismo y nunca (o tan sólo ocasionalmente y de
manera indirecta) las otras libertades humanas aún más esenciales: la libertad
de la propia vida, del honor, de la propiedad, de la familia etc. Y aquellas
notas no acusan ni una sola vez de forma abierta al gobierno del Reich a causa del horroroso genocidio
que puso en marcha en Polonia16
La atención estaba
centrada en satisfacer a la gran potencia alemana, que podía conseguir mediante
su poder militar los deseos de expansión y de poder de Roma, como lo expresaba
el mismo Papa:
Nuestra
gran simpatía por Alemania quedó también constantemente exteriorizada por el
hecho de que siempre interrumpimos nuestras audiencias privadas para no hacer
esperar innecesariamente a aquellos miembros de la Wehrmacht [fuerzas armadas de la Alemania nazi] que deseaban
venir hacia Nos15
Pero no fue solo el
Vaticano quien no hizo algo por evitar toda esta serie de crímenes que llevó a
cabo el nazismo, el gobierno estadounidense también iba en esa línea. Mientras
estos “asuntos” no interfirieran a sus intereses no se preocuparon lo más
mínimo por ellos.
De: Mikel Itulain. Justificando la guerra. 2012.
PS:
Sobre la historia real que precedió al ataque de Alemania y las falsas acusaciones a la Unión Soviética de ser también responsable de lo sucedido:
El día que Occidente prefiere olvidar. Manipulación de la Historia, anticomunismo y rusofobia
PS:
Sobre la historia real que precedió al ataque de Alemania y las falsas acusaciones a la Unión Soviética de ser también responsable de lo sucedido:
El día que Occidente prefiere olvidar. Manipulación de la Historia, anticomunismo y rusofobia
Notas:
13.Avro Manhattan. The Vatican in World Politics. Poland and the
Vatican. London: C.A. Watts & Co. Limited, 1949.
14. Emil Revyuk. Polish atrocities in Ukraine. New Yor City,
1931.
15. Karl Heinz
Deschner. La
política de los Papas en el siglo XX. La Tragedia de Polonia. Vol.II. Yalde, 1994,
16. Carlo Falconi. El silencio de Pio XII. Plaza & Janes, 1970.
El Estado Vaticano es probablemente el ejemplo más patente de la codicia desmedida. Representando supuestamente la fé de los católicos, han movido y mueven los hilos de la política allí donde puedan meter baza, siempre en busca de la expansión de su imperio.
ResponderEliminarPolonia ha sido una más de las naciones embaucadas por esta gente que predica la generosidad y el desprendimiento mientras acumula una de las reservas de oro más grandes del mundo y un ingente patrimonio en acciones, consorcios, tierras e inmuebles.
Y en España no se pueden quejar, sus privilegios son superiores a los de la banca, que ya es decir, y además lejos de perderlos siempre buscan apoyos estratégicos para ampliarlos si cabe.
Perdona si me enrollo tanto, pero es que la falsedad de este macro ente es de escándalo, van de santos y de humanitarios pero tienen las manos enjoyadas con el expolio que han perpetuado durante siglos, y manchadas con la sangre, no de Cristo, sino de los inocentes que se han llevado por delante.
No me extiendo más, un saludo Mikel.
Se suele minusvalorar demasiado el importante papel que ha jugado la Iglesia católica en la política mundial, de esta forma no se puede entender lo que ha ocurrido y por qué ha ocurrido.
ResponderEliminarUn saludo Ana.
Buenas Mikel, a mi personalmente siempre me ha llamado la atención los paralelismos entre Chile y España en la época post dictatorial. Además de que muchos de los promotores e ideologos golpistas chilenos eran notorios admiradores de Franco (Pinochet, Jaime Guzmán etc) me refiero sobre todo a la evolución de ambos paises una vez que, teóricamente, se supera el periodo de dictadura militar: en ambos casos la tutela de los militares y de los poderes fácticos sobre los procesos presuntamente de regeneración democrática es total y, además, tanto en España como en Chile, partidos que antes de la dictadura tenían una indudable trayectoria rebelde y reivindicativa (PC, PS) pasa a formar parte de una amalgama partidaria al servicio del poder.
ResponderEliminarSiempre me ha llamado la atención el contraste entre la "continuidad post dictatorial", por llamarla de alguna manera, que se dio en en Chile y España con los casos de otros paises que salieron de dictaduras como Portugal, Grecia etc; los cuales, aun teniendo importantes problemas y contradicciones, por lo menos realizaron algún esfuerzo por romper con los pilares institucionales que sustentaban a la dictadura dentro sus estados.
Saludos
Hola Mikel gracias por toda esta información que se requiere de mucho estudio. He tomado notas de esta entrada tuya para un comentario pero aunque he citado tu nombre no se poner links. Es suficiente¿ mil gracias
ResponderEliminarHola Lys, sì, está bien. Un saludo.
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