El general estadounidense Smedley Butler fue muy claro en ello.
He servido durante 30 años y cuatro meses en las unidades más combativas de las fuerzas armadas norteamericanas: en la infantería de marina. Tengo el sentimiento de haber actuado durante todo ese tiempo de bandido altamente calificado al servicio de los grandes negocios del Wall Street y sus banqueros. En una palabra, he sido un pandillero al servicio del capitalismo. De tal manera, en 1914 afirmé la seguridad de los intereses petroleros en México, Tampico en particular. Contribuí a transformar a Cuba en un país donde la gente del National City Bank podía birlar tranquilamente los beneficios. Participé en la "limpieza" de Nicaragua, de 1902 a 1912, por cuenta de la firma bancaria internacional Brown Brothers Harriman. En 1916, por cuenta de los grandes azucareros norteamericanos, aporté a la República Dominicana la "civilización". En 1923 "enderecé" los asuntos en Honduras en interés de las compañías fruteras norteamericanas. En 1927, en China, afiancé los intereses de la Standard Oil. Fui premiado con honores, medallas y ascensos. Pero cuando miro hacia atrás considero que podría haber dado algunas sugerencias a Al Capone. Él, como gángster, operó en tres distritos de una ciudad. Yo, como marine, operé en tres continentes. El problema es que cuando el dólar americano gana apenas el seis por ciento, aquí se ponen impacientes y van al extranjero para ganarse el ciento por ciento. La bandera sigue al dólar y los soldados siguen a la bandera.
http://www.fas.org/man/smedley.htm
El propio Wilson revelaría en
1919, una vez finalizada la guerra, sus motivos reales, mostrando la típica
hipocresía de las élites.
¿Hay
algún hombre o mujer –que digo, hay siquiera un niño- que no sepa que la
semilla de la guerra en el mundo moderno es la
rivalidad industrial y comercial?... Esta guerra ha sido una guerra
industrial y comercial.
Citado por Arthur Ponsoboy.1
Pues sí, había mucha gente que no sabía algo tan obvio, porque
con la intensa campaña de propaganda habían hecho creer a la población que los
motivos de la guerra eran la defensa de la justicia, de la democracia, de la
libertad o de las mujeres y niños asesinados por “los hunos”. Muy distintos de los
motivos reales por los que su élite promovió y apoyó esa guerra. Aquellos que
desvelaron estos inconfesables objetivos fueron perseguidos.
Estados Unidos y el respeto a otras culturas y países. Capítulo 7: EE.UU en la Primera Guerra Mundial.
Interesantísima entrada. Loable y certero la diana a la que apuntas. Ánimos y saludos.
ResponderEliminarEdu
Gracias Edu.
ResponderEliminarLas palabras que dijo Wilson parece que hay que recordarlas una y otra vez, aunque un niño en principio lo vería claramente sino fuese porque se engaña tanto a través precisamente de esos grandes medios de comunicación, que raramente informan.
El caso del ataque a Yugoslavia es un ejemplo demoledor sobre deformación de los hechos. Lo trato en mi reciente trabajo, y está especialmente bien en la obra de Michael Parenti, Killing a nation, the attack on Yugoslavia.
Así es. Por cierto dinos cuando , cómo y dónde podemos hacernos con tu libro.
ResponderEliminarGracias.
Saludos
http://yugoslavos.blogspot.com
Respecto a mi libro se puede pedir ya en cualquier librería, lo he publicado a través de Libertarias. Un capítulo está dedicado a la destrucción de Yugoslavia, analizando los intereses económicos que había y hay y cómo se llevó a cabo, incluida la desinformación o las falsedades sobre lo que ocurrió allí. Serbia se oponía a las privatizaciones en beneficio de las transnacionales y por ello se la demonizó y se la atacó con una despiadada crueldad.
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