sábado, 25 de agosto de 2012

El show de la guerra



La cadena de televisión estadounidense NBC comenzó a emitir en el mes de  agosto un programa tipo reality, Stars Earn Stripes, en el que personajes conocidos por el público de Estados Unidos son instruidos por personal militar, entre ellos boinas verdes, para realizar unas pruebas que consisten en entrenamiento y operaciones militares. Con ello la cadena, y sus colaboradores, pretenden ensalzar el trabajo y la labor de las tropas norteamericanas a lo largo del mundo y el propio servicio militar.
Como no todo vale, incluso para las grandes corporaciones mediáticas y para el ejército estadounidense, han recibido severas críticas, entre ellas destaca la carta de protesta enviada por varios premios Nobel de la paz, como son: Adolfo Pérez Esquivel, Oscar Arias, Rigoberta Menchú o Desmond Tutú, entre otros.
En esta carta, que titulan: La guerra no es entretenimiento y no debe ser tratada como tal,1 se indican de forma clara y seria algunos asuntos, denunciando la intención final y oculta o semioculta que hay tras el programa:
 Creemos que este programa no rinde homenaje a nadie en ninguna parte y continúa y extiende una nada gloriosa tradición de glorificar la guerra y la violencia armada. El entrenamiento militar no puede ser comparado, sutilmente o de otra forma, con la competición de atletismo mostrando anuncios en los juegos olímpicos. La preparación para la guerra no es ni divertida ni entretenida.La guerra real tiene que ver con lo sucio de la muerte. La gente -militares y civiles- muere de formas que son todo salvo entretenidas. Las comunidades y las sociedades son desgarradas y rotas en los conflictos armados y  el periodo posterior puede ser tan mortal como la misma guerra, pues animosidades latentes se desatan en espirales horribles de violencia. La guerra, tanto si dura relativamente poco como si continúa durante décadas, como sucede en demasiadas partes del mundo, deja profundas cicatrices que puede costar generaciones el superarlas, si es que alguna vez se superan.El intentar de alguna forma el descafeinar la guerra comparándola con una competición atlética, pone en duda la moralidad y la ética de unir en cualquier lugar lo militar  con la industria del entretenimiento, con los esfuerzos apenas velados para hacer la guerra y sus costos multitudinarios más aceptables para el público.
 La guerra no es algo divertido, algo banal, algo a promover o a admirar; ensalzando la labor de nuestros soldados y de nuestros generales no contribuimos a mejorar el mundo, no apoyamos algo justo y honesto, más bien se apoya el crimen masivo, el no respeto al diálogo, a la tolerancia y en definitiva el no respeto a la paz.
Como anfitrión de este programa aparece además el general Wesley Clark, muy halagado por los medios de comunicación corporativos, pero que tiene un historial militar realmente terrible. Este general fue el que dirigió la brutal acción de la OTAN en Yugoslavia, con los bombardeos sistemáticos contra Serbia, amparándose en una falsa excusa humanitaria en Kosovo. La OTAN, y los medios, alegaban un supuesto genocidio inexistente en la provincia serbia de Kosovo, presuntamente de los serbios a los alabanokosovares, pero los datos y los hechos apuntaban en realidad en todo caso en sentido contrario. Antes de los bombardeos, los enfrentamientos entre la UCK (una organización mafiosa metida en política,  apoyada por la OTAN), y la policía serbia, daban unos resultados de 500 muertos contra 1500. Es decir la UCK mató tres veces más y no solo mató a serbios, sino a otras etnias, incluidos albanokosovares que no obedecían sus dictados. 2,3
La excusa buscada por la OTAN para atacar Serbia fue la falsificación de la realidad y el inventar una supuesta masacre, la conocida como masacre de Racak, donde un enfrentamiento entre la policía y los paramilitares de la UCK fue expuesto por los medios de comunicación occidentales como una matanza de civiles por parte de la policía serbia. Esto, unido a la trampa de los llamados "Acuerdos de Rambouillet", donde a Serbia se le ponían unas condiciones inasumibles para cualquier país, condujeron a que se dijese que Serbia era intransigente y que estaba cometiendo un genocidio. 2,3 Una gran mentira que condujo a un gran crimen, llevado a cabo por la OTAN.
La OTAN estuvo bombardeando Serbia de forma incesante, desde el 24 de marzo al 10 de junio de 1999, todo tipo de lugares e instalaciones: escuelas, hospitales, apartamentos, hoteles, fábricas, cooperativas agrícolas, puentes, cultivos, carreteras, aeropuertos, trenes, estaciones eléctricas, etc.
La barbarie fue extrema, matando ya esos días a unos 2.000 civiles y a unos 500 militares, muertos que se multiplicaron en fechas posteriores, porque aparte de destruir todos los servicios e infraestructuras, la OTAN lanzó productos tóxicos y radiactivos, envenenando los cultivos, el suelo y el agua, y provocando cáncer en la población con el uranio empobrecido. Tal fue la barbarie que un piloto español de la OTAN, el capitán Martín de La Hoz, no pudo más y denuncio este crimen contra la humanidad:
 Están destruyendo el país, bombardeándolo con nuevas armas, gases nerviosos tóxicos, minas de superficie lanzadas con paracaídas, bombas con uranio, napalm negro, productos químicos para esterilizar, productos para envenenar los cultivos y armas de las cuales incluso nosotros todavía no sabemos nada. Los norteamericanos están cometiendo allí una de las mayores barbaridades que pueden ser cometidas contra la humanidad. 2
Pero el general Wesley Clark, el Comandante Supremo de la OTAN, alardeaba de que el objetivo del ataque aéreo era:
 demoler, destruir, devastar, degradar y finalmente eliminar la infraestructura esencial [de Yugoslavia].2
Ni Amnistía Internacional ni Human Rights Watch ni los medios de comunicación corporativos han denunciado alguna vez  a los responsables de estos crímenes contra la humanidad, uno de ellos es el mencionado general Wesley Clark, que interviene ahora en este show haciendo apología de lo militar para la cadena NBC.
Con buena razón han realizado esta denuncia esos hombres de paz en la carta abierta del 13 de agosto.

Notas:
1.  War isn´t entertaiment, and shouldn´t be  treated like it is. An Open Letter to Mr. Robert Greenblatt, Chairman of NBC Entertainment, General Wesley Clark (ret.), Producer Mark Burnett and others involved in “Stars Earn Stripes”. August 13. 2012.
2. Michael Parenti. To Kill a Nation. The attack on Yugoslavia. Verso. 2002.
3. Mikel Itulain. Justificando la guerra.



Mikel Itulain.
http://miguel-esposiblelapaz.blogspot.com.es/

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