sábado, 18 de agosto de 2018

Sus guerras, nuestras muertes



A la llegada del Rey de España a Barcelona con motivo del aniversario de los atentados terroristas de agosto de 2017, no recibió la mejor de las acogidas; tanto por su equivocada y obtusa postura respecto a Cataluña, como por ser  aliado de uno de los mayores sustentadores del terrorismo islamista en el mundo, la dictadura de Arabia Saudí.
Si bien la denuncia tiene buen fundamento, no deja  de mostrar solo la superficie del problema. 
Nos causan horror los crímenes cometidos por estos fanáticos en nuestras ciudades, pero, de forma terriblemente contradictoria, no los vemos igual cuando autores similares hacían incluso cosas peores y en mucha mayor cuantía con los habitantes de pueblos y ciudades en Libia o Siria. Y esto tiene su causa en que los medios de comunicación han faltado a la ética y al rigor una y otra vez, falsificando a propósito la realidad cruenta que allí se sufría y que aquí no se atendía, disfrazando y mostrando a escuadrones de la muerte a sueldo como revolucionarios que luchan por inexistentes ideales de democracia y libertad. El mundo imaginario de las pantallas y las ondas no es inocente, pretende ocultar los horrores creados por sus dueños para dominar a otras naciones. Son las corporaciones occidentales las que han planificado concienzudamente estas guerras y el vandalismo que generan, está escrito y detallado, no pertenece al campo de las elucubraciones o de lo que carece de pruebas; sin embargo, una sociedad demasiado estupidizada y cretinizada no tiene el talento ni el criterio para ver el origen de sus problemas y de sus muertos, de sus propios muertos, como aquellos que perecieron sin saber quién ni cómo lo hizo, o los que les seguirán de una forma igualmente absurda y penosa. Lo trágico no solo han sido las muertes y destrucción generadas, lo realmente trágico es que todo esto se podía haber evitado, que nadie de tod@s est@s hombres y mujeres debía haber acabado allí, que deberían estar ahora con tod@s nosotr@s.  Pero desde milenios los seres humanos se siguen comportando de forma hipócrita, dañando al prójimo, haciendo lo que marca la corriente dominante de su tiempo, aunque en su fuero interno para nada crean en tal pensamiento hegemónico. Es nuestro sino y uno de los graves riesgos que acechan a nuestra especie.
Ahora sigan defendiendo que Libia era una dictadura brutal como falsamente lo es Siria, que la Primavera Árabe fue una revuelta espontánea y popular en el Norte de África y en Oriente Medio, sigan con ello no entendiendo el mundo en el que viven ni cómo de este modo pueden generar hasta su misma muerte.
 Toda la vida viviendo con miedo para acabar del mismo modo, bajo el miedo.

domingo, 5 de agosto de 2018

Madeleine Albright: la gran dama de la política alerta de los nuevos fascismos

Albright y Thaci. Poco trigo limpio

Este titular del artículo para cualquiera algo informado, siempre una minoría en la sociedad, no deja de ser algo ridículo y bastante vergonzoso, pero es el que nos ofrece en una entrevista  un folleto propagandístico en forma de revista de los medios corporativos. 1
Albright no es ninguna gran dama, porque en primer lugar no es ninguna gran persona, bien al contrario.
Fue ella quien reflexionando serenamente corroboró públicamente las terribles actuaciones de la Administración estadounidense contra Irak. En las que las sanciones llevaron a la muerte a más de medio millón de niños. Esta mujer fue Secretaria de Estado desde comienzos de 1997 a comienzos de 2001.
Creo que es una dura elección, pero el precio [a pagar en coste de vidas humanas para conseguir los objetivos]--nosotros creemos que el precio merece la pena. 2
Y no extrañará que fuese una de las instigadoras de la guerra contra Yugoslavia y de su bombardeo, y promotora del ascenso y llegada al poder de organizaciones mafiosas implicadas en el tráfico de drogas, prostitución y órganos humanos,  junto a limpiezas étnicas y miles de asesinatos para destruir el Estado yugoslavo, como el ELK y su líder Hashim Thaci. 3
Esta señora nos quiere alertar de los "nuevos fascismos". No hay nuevos fascismos, sino los de siempre, empujados por las poderosas corporaciones occidentales  contra los trabajadores y las naciones que no hincan la rodilla y dicen amén.
Cada época ensalza a sus mandatarios, por muy ruines que estos fuesen. Pero la verdadera historia, la que relata la fidelidad de los hechos, los pone finalmente en su lugar. En este caso no es el lugar del honor, sino el del horror.


Referencias-Notas:
1. Madeleine Albright: la gran dama de la política alerta de los nuevos fascismos. Entevista de Christoph Scheuermann en el XLSemanal del 5 al 11 de agosto de 2018.
2. Rahul Mahajan. “We think the price is worth it”. Media uncurious about Iraq policy´s effects--there or hereExtra! November-December 2005. Fairness&Accuracy in Reporting.
3. Michel Chossudovsky. KOSOVO’S “MAFIA STATE”: From Madeleine to Hillary: The US Secretary of State’s “Love Affair” with the KLA. Global Research. 6.04.2012.