domingo, 7 de junio de 2015

El caso de la FIFA: ¿lucha contra la corrupción o lucha contra la democracia?

Si la FIFA hubiese dado la Copa del Mundo a Inglaterra y hubiese privilegiado a los países anglosajones no verían ustedes este titular de The Times

Ahora en los medios de comunicación estamos viendo una intensa campaña sobre los supuestos casos de corrupción en la FIFA (la Fédération International de Football Association). Además, hemos visto que dirigentes políticos, como el británico David Cameron, pedían la dimisión de su presidente Joseph Blatter o que la propia Comisión Europea hablaba de cambiar a la FIFA. Todo ello después de haber sido reelegido su presidente a finales de mayo con 133 apoyos frente a 73 de su rival, el príncipe jordano (un títere al servicio de los intereses anglosajones y de la Unión Europea). 1 Dicha presión hizo dimitir a Blatter el 2 de junio.
 Es curioso que dicha investigación la esté dirigiendo una poderosa organización perteneciente al país más poderoso del planeta. ¿Se imaginan si en vez del FBI tal proceso lo llevasen a cabo los servicios de inteligencia  y seguridad rusos?, ¿se lo imaginan? ¿Lo admitiríamos o lo calificaríamos de una intromisión en asuntos que exceden de su competencia tratando de dirigir aspectos y temas internacionales que nos afectan a todos bajo intereses particulares?
Si leen el New York Times seguro que no encontrarán un periódico que les enseñe verdadera ética o moral, como tampoco explicará con rigor y sinceridad cómo funcionan realmente  las cosas en el mundo y que sucede en él, pero sí podrán ver en este medio reflejados los intereses políticos y económicos de la clase dirigente de la política y de la economía en ese país. Entendido esto podemos ver que dicen sobre la FIFA y  la verdad es que es revelador. Para ellos el principal problema no es en sí la corrupción denunciada, sino el sistema de elección muy democrática de esta organización. Demasiado democrática para el gusto de los oligarcas que están acostumbrados a mandar y no a dialogar, debatir y escuchar a los demás.
La raíz del problema, como Carl Bialik ha indicado, es la regla "un país un voto" de la FIFA para tomar las decisiones más importantes. 2
En el artículo indica que un país pequeño de población no debería tener el mismo voto que otro con mayor población. Y aquí habría que ver que opinarían si siguiendo esta regla de proporcionalidad China tuviese mucho más valor en su voto que los Estados Unidos. Es de imaginar que entonces en este caso no les gustaría y buscarían un mecanismo legal para bloquear tal diferencia. También comentan que en este sistema, debido a las ayudas que van a estos países pequeños y no tan pequeños (por ejemplo los de África), se ha creado una red de clientelismo y corrupción. Otra vez más parece claro que no hay una sincera y verdadera denuncia de la corrupción, sino el no tolerar que países "tercermundistas" tengan el mismo peso en sus decisiones que los "países civilizados" y además que reciban dinero en igual medida. Todo esto es intolerable para este mal acostumbrado y mal educado poder económico y político occidental.
En las votaciones que revalidaron la continuación del que era dirigente de la FIFA, Blatter, se estima que recibió un apoyo de 53 delegaciones africanas, de 46 de Asia y 34 de América del Norte y el Caribe (por supuesto que no de Canadá y de Estados Unidos).
La relación con África de la FIFA es digna de recordar. Los países africanos, que experimentaron un proceso de descolonización hacia mediados del siglo XX, vieron una gran ayuda y reconocimiento a su identidad perteneciendo a organizaciones internacionales como las Naciones Unidas, el Comité Olímpico o la misma FIFA. Tenemos que para mediados de los años 60 pertenecían a la Confederación Africana de Fútbol (CAF) casi la mitad de los miembros de la asociación de fútbol e hicieron cambios notorios e importantes a nivel internacional, y no solo en lo relativo al fútbol.
La CAF hizo el deporte más inclusivo y representativo. Introdujo una cláusula antiracista en la constitución de la FIFA. Encabezó una campaña exitosa que llevó al ostracismo al África del Sur del apartheid de la Copa del Mundo de 1961 a 1992 (con un breve respiro en 1963). 3
Así, en 1974 ayudó a llevar al brasileño Joao Havelange a la presidencia de la FIFA, evitando que su rival, el inglés Stanley Rous, hostil a quienes se oponían al Apartheid, llegase al poder.
Como las cosas nunca les fueron puestas fáciles a los países africanos, sino más bien todo lo contrario, teniendo por ejemplo que disputar múltiples rondas de clasificación para llegar a un mundial, en el año 1966 en el Campeonato de Fútbol de Inglaterra hicieron un boicot. Hecho que les hizo ganarse derecho a un puesto en el siguiente Mundial, el de 1970 en México. Con Joao Havelange la participación de los equipos africanos no hizo sino aumentar, en 1998 ya eran cinco. Haciendo un poco de memoria, los que vimos el Mundial 82 de España todavía recordamos la gran calidad de selecciones africanas como Argelia o Camerún, Argelia derrotó a Alemania, que más tarde sería finalista, en este torneo.
Aparte de esta mayor igualdad y presencia en el aspecto deportivo de países considerados normalmente como de segunda en la escena mundial, está el tema económico vinculado a tal hecho. Y esto duele, principalmente por envidia y por un mal disimulado sentimiento racista-clasista.
La mayoría de los millones de dólares desembolsados en el programa [el programa de asistencia GOAL, establecido en 1999 para financiar proyectos de desarrollo del fútbol] han ido a países escasos de recursos en África. 3
Y, de este modo, vamos al problema de fondo, al motivo real por el que ha actuado el FBI, por el que ha habido presiones para ello de los dirigentes políticos y por el que los medios de comunicación, como de costumbre, han hecho campaña propagandística y difamatoria sobre el asunto. Engañando, otra vez más, a la demasiado ignorante población occidental.
A diferencia de Naciones Unidas (especialmente en el Consejo de Seguridad) y en el Fondo Monetario Internacional, los africanos son gente con influencia en la FIFA. Ellos ejercen el poder real, conforman la política y ganan riqueza y estatus a una escala global gracias a la popularidad planetaria del deporte. 3
Puede que ustedes digan que, no obstante, en la FIFA había corrupción. Y yo no se lo voy a negar. También les digo que hay corrupción en gran parte de las empresas que trabajan ustedes, en muchos de sus ayuntamientos, en la mayoría de instituciones que conocen... Y esto no es un "y tú más", sino que puestos a analizar, analicemos todo y con la misma vara de medir. Midiendo y viendo las cosas buenas y las que no lo son. Y díganme si sinceramente piensan que un control de Estados Unidos, Gran Bretaña o de otros socios europeos de la FIFA va a eliminar la corrupción. No la eliminará, se lo anticipo sin la menor de las dudas, es más, la aumentará, y no solo eso, sino que principal y fundalmentalmente eliminará la poca democracia que hay en las instituciones mundiales. Una de ellas hasta ahora era la FIFA.

PS:
Otros motivos del ataque a la FIFA son, por ejemplo, el que Rusia vaya a albergar el  Mundial de 2018 y que no puedan hacerlo ahora países como Gran Bretaña (que exigía ahora tener uno nuevo), porque hay otros que no lo han organizado y que por justicia les corresponde, siguiendo además una rotación continental.

Notas:
1. Claudi Pérez. Bruselas exige reformar a la FIFA. El País. 2.06.2015.
2. Francisco Toro. How to clean up FIFA? The New York Times. 2.06.2015.
3. Peter Alegi. FIFA, Blatter and Africa: a special relationship. nsnbc.me. 6.06.2015.

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