La OTAN matando a Yugoslavia y a la esperanza y futuro de sus gentes
Nos decía el escritor alemán Bertolt Brecht que el peor de los analfabetos es el analfabeto político, que no sabe o no quiere saber que el llevar una vida digna o, por contra, una de miseria y de humillaciones depende de la decisión, la responsabilidad, el conocimiento y el trabajo de gente como él mismo. Y lo que es peor, tiene a orgullo y risotada su ignorancia y dejadez política. Tan zoquete como vago, tan sin fundamento como inconsciente. Como dice el dramaturgo, de su ignorancia política nace la prostituta: la mujer que sin otros medios y dejada a su suerte tiene que entregar su cuerpo a quien no quiere para sobrevivir o hacer sobrevivir a su familia. Del mismo modo, en semejante despropósito nace el menor abandonado, que será carne de explotación y de cañón, y se desarrolla el político corrupto y mequetrefe al servicio de las empresas privadas, nacionales y transnacionales.
Europa occidental está repleta de analfabetos políticos, analfabetos que han mirado hacia otro lado, en el mejor de los casos, o han apoyado directamente los ataques que llevaban y llevan a cabo los dirigentes políticos, corruptos y mequetrefes, al servicio de las empresas privadas contra las naciones que tenían florecientes y ricos sectores públicos, incluida la industria y la banca, y que posibilitaban unas sociedades prósperas y cultivadas. Un ejemplo era Yugoslavia, no querida por este motivo por los tiránicos magnates de las corporaciones extranjeras. Como se indicaba en la primera parte, a este estado se le tendió una trampa mediante la concesión de préstamos, generando una enorme deuda; luego vinieron los chantajes y las amenazas, para enfrentar a unas repúblicas de la Federación con otras, provocando la división. División que era ahondada por dar dinero a unas y negárselo a otras, por condicionar estos préstamos a que la independencia de las repúblicas fuese no solo algo posible sino una realidad, y por dar armas para que tal ruptura fuese un hecho consumado; no por las buenas, sino por las malas y bien malas. 1, 2
Pese a toda esta violencia económica y militar por parte de occidente, hubo repúblicas de Yugoslavia , como Serbia, donde residía la capital, Belgrado, que continuaba firme y decidida con un potente sector público liderando los diferentes sectores económicos: industrial, financiero, turístico, comunicaciones, enseñanza, investigación, agrícola, sanitario... Pero este no era en absoluto el modelo que deseaban las corporaciones occidentales, ellos no querían un estado con un sector público poderoso y con recursos, trabajadores con buenas condiciones laborales y una sólida protección social, con la riqueza económica destinada al bien e interés común y no al beneficio privado. Se quería en realidad para Yugoslavia y sus repúblicas algo verdaderamente indignante, llevarlas a una situación tercermundista, una tercermundialización mediante la destrucción de la industria y los demás sectores económicos para doblegar y arrodillar al país ante los deseos y ambiciones de fortunas privadas extranjeras. Situación ante la cual los trabajadores occidentales tomaron partido por los agresores y que, como veremos, se volvería finalmente contra ellos mismos, porque el objetivo previsto para Yugoslavia era también el pensado para los Estados Unidos y la Europa de la Unión Europea. Veamos qué objetivos eran estos:
- crear países (en muchos casos colonias, como la misma Bosnia o Kosovo, de los que hablaré en otro artículo) incapaces de desarrollarse y ser independientes, entre otras cosas porque no se dispone ya de los recursos económicos y, especialmente también, porque a los dirigentes políticos no se les permite tomar decisiones y trabajar por su país, sino que desarrollan su labor en provecho de poderosos clanes externos y de algunos locales.
- Recursos naturales en manos de las corporaciones extranjeras para su explotación, convirtiéndose estas naciones en proveedores de materias primas baratas, no aprovechándolas para su propio crecimiento. Constituyendo esto el típico e histórico robo de las grandes potencias sobre las naciones conquistadas. Son las venas abiertas de América Latina descritas por Eduardo Galeano aplicadas a la misma Europa. 3
- una población, la yugoslava, muy formada pero sometida mediante la fuerza y el hambre, al destruir las fábricas o empresas donde se ganaban dignamente la vida, a trabajar bajo salarios de subsistencia, sin derechos y con una alta proporción de desempleo para mantener a raya a los trabajadores. Esta situación se utilizaría para destruir así mismo las condiciones laborales en occidente, al importar a estos trabajadores o algo más común, llevar las fábricas allí o amenazar que se iban a llevar allí, de modo que mediante este chantaje se destruían y destruyen las condiciones laborales aquí. Esto último lo están experimentando ahora los trabajadores de TRW en Pamplona, donde la amenaza era con irse a un país de la ex Unión Soviética, otro estado hundido ante la complacencia de occidente, con el fin último de reducir la plantilla, dejando en la calle y sin recursos a bastantes personas, y de romper el convenio laboral existente, ruptura y "negociación" a peor. 4 La dirección de esta empresa indicó inicialmente que tenía previsto despedir a 250 trabajadores, para atemorizar a la plantilla lo suficiente y luego ser "más generosa", reduciendo el número de despidos a 123, pero estableciendo un convenio colectivo donde los ingresos y condiciones de los trabajadores se ven muy claramente mermados. 5 Ahora los trabajadores de esta empresa y de tantas otras se sienten completamente indefensos ante esta situación de imposiciones, pero hay que recordar que es una situación que ellos mismos contribuyeron a crear. Por supuesto, el trabajador occidental nunca reconocerá esto, la culpa es de los demás o del sistema, algo abstracto siempre es útil; y, por supuesto también, acusará y odiará a quien le haga ver tan evidente realidad, ya saben, aconseja al necio y te tomará por enemigo.
- Desmantelar o destruir toda la industria y economía, tanto pública, privada o en cooperativas, que no se sometiese a las órdenes, deseos o que fuese competencia de las corporaciones exteriores. Lo que muestra, como siempre se ha mostrado, que lo del mercado libre o la libre competencia es uno de los mitos más extendidos del occidente capitalista. Lo que se quiere y se ha logrado es una corporocracia con los estados a su servicio, una especial tiranía más o menos encubierta. 6
Todavía en el año 1999, en lo que quedaba de la Federación yugoslava, Serbia, incluida Kosovo, y Montenegro, más de tres cuartas partes de la industria y de las empresas pertenecían al sector público. Había que destruirlas. 6
¿Qué se hizo? Lo de siempre, demonizar a un líder, aquí Milosevic, 7 aunque no fuesen en absoluto ciertas las acusaciones vertidas contra él, o demonizar un gobierno, al que se le llamará, como no, "régimen" o "dictadura", aunque no haya aquí tampoco evidencia real de que ese gobierno o sistema político sea peor que el de los denunciantes, habitualmente suele ser al revés.
Se generó el típico ambiente de histeria colectiva que se crea cuando se quiere lanzar una guerra. El propio Willy Wimmer, vicepresidente alemán del parlamento de la OSCE, criticaba duramente la desinformación deliberada sobre la masacre de Racack, un hecho como tantos, como la masacre de Srebrenica, tergiversado y sacado fuera de contexto:
Todo está orientado de manera que suscite una cierta reacción y que nos haga reclamar, al ver ciertas imágenes, que enviemos a nuestros soldados a desencadenar una operación. Estoy profundamente afectado por esta vergonzosa manera de jugar con nuestros sentimientos humanos.8
Los hechos se invertían, se ponía en el poder político a una organización mafiosa como el apodado como ELK y a un dirigente mafioso Hashim Thaci, conocido como "la serpiente" en los círculos del hampa. 9 Y estos, financiados y asesorados por los servicios de inteligencia de Estados Unidos y Alemania, 10, 11 comenzaron la ola de terror no solo contra los serbios, sino contra otras etnias, como los gitanos, y especialmente también contra los albanokosovares que rechazaban tales criminales prácticas, por ejemplo seguidores de alguien más moderado como Rugova. 12 Era la estrategia de la limpieza étnica y la provocación, tal y como se haría más tarde en Libia y Siria.
El propio ELK manifestaba públicamente que la suya era una estrategia de desafío para provocar las represalias del Ejército serbio y así conseguir el apoyo de la opinión pública occidental al ataque de la OTAN. 13
Los medios de comunicación de Europa y de Estados Unidos repitieron otra de sus campañas bélicas que tanto daño y muerte provocaron posteriormente.
El suceso de Racak, el 15 de enero de 1999, se quiso presentar por el Gobierno norteamericano y por los medios de comunicación como un crimen contra la humanidad, cuando lo que ocurrió es que la policía serbia atacó un poblado donde estaban militantes del ELK y mató a varios de ellos. Pudo haber abuso de los militares serbios, pero no hay que olvidar que días antes miembros del ELK habían asesinado a varios policías. No obstante, el hecho fue mostrado como un acto de genocidio o de crimen contra la humanidad contra civiles indefensos en un montaje preparado por William Walker para la prensa. Walker era el diplomático estadounidense que apoyó a los escuadrones de la muerte en El Salvador. Se indicó que los cuerpos presentaban disparos a corta distancia y con mutilaciones. Sin embargo, esto se comprobó que era falso, ya que un equipo de Associated Press Tv había estado filmando el combate entre la policía serbia y los integrantes del ELK en Racak. Además, las autopsias hechas, pese a la oposición norteamericana y del ELK, revelaban heridas de bala por disparos a larga distancia, es decir, en un combate. 14 Esta información fue silenciada en los medios occidentales y provocó que se usase como pretexto para lanzar el brutal bombardeo contra Serbia ya preparado. Fue un crimen en la guerra que se libraba (el suceso de Racak), pero no un genocidio como algunos periódicos lo calificaban, sin olvidar que en el cómputo general de la guerra en Kosovo el balance de muertos era mucho mayor en el lado serbio, algo que no querían recordar en occidente. Hasta enero de 1999 se contabilizaban en torno a dos mil víctimas por los enfrentamientos. George Robertson confesaba ante la Cámara de los Comunes que la mayor parte de los crímenes cometidos correspondían al ELK. Nicolas Wheeler también coincide en esta observación e indica que la policía serbia sería responsable de unas quinientas muertes, quedando mil quinientos en responsabilidad de la organización extremista albanokosovar. 13 Pero los medios de comunicación querían dar otra versión para alentar el ataque de la OTAN, que se produciría a finales de marzo de 1999. Por ejemplo, un editorial de The Guardian del 26 de marzo de 1999 hablaba de la guerra como "un reto para nuestra generación"; el Mirror lo expresaba así: "Ecos del holocausto"; y The Sun pedía: "pulverizarlos (a los serbios) con un bombardeo masivo", la BBC, incluso en el año 2002, mostraba en enero un programa, Descubierto, en el que celebraba la jornada de Conmemoración del Holocausto, haciendo referencia a un supuesto holocausto imaginario provocado por los serbios. En el New York Times Tomas Friedman, el 23 de abril de 1999, en un artículo titulado sin ambigüedades como: "déjense de milongas", hablaba de "limpieza étnica", causada por los serbios a los que había que castigar, pidiendo que "todas las centrales eléctricas, las conducciones de agua, los puentes, las carreteras" deberían convertirse en objetivo de la OTAN. 13 Y eso es lo que hizo la OTAN a partir del 24 de marzo de 1999, bombardear sistemáticamente un país como Serbia durante setenta y ocho días, matando al menos durante esos días a dos mil civiles, las secuelas, por el propio cáncer producido con el uranino lanzado, originarían bastantes más muertes; y destruyendo sus infraestructuras, industria, escuelas, hospitales, instalaciones agrícolas, etc., además de contaminar el suelo, agua y cultivos con uranio y otros productos tóxicos lanzados. Toda esta barbarie fue posible una vez más gracias a la campaña de odio y mentiras sembradas por los medios corporativos.
Los efectos del bombardeo fueron también obviados por las televisiones y la prensa, de hecho los utilizaron como argumento a favor de los ataques de la OTAN, al haber gran número de refugiados albanokosovares que huían. Lo que no decía la prensa es que esto lo provocó directamente el bombardeo o indirectamente al causar la reacción serbia, pero una vez más los medios invirtieron la realidad:
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Los efectos del bombardeo fueron también obviados por las televisiones y la prensa, de hecho los utilizaron como argumento a favor de los ataques de la OTAN, al haber gran número de refugiados albanokosovares que huían. Lo que no decía la prensa es que esto lo provocó directamente el bombardeo o indirectamente al causar la reacción serbia, pero una vez más los medios invirtieron la realidad:
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La crisis de los refugiados se convirtió en el arma propagandística más poderosa de la OTAN, cuando, racionalmente, se debió de haber considerado como un delito de agresión […] Así que los cientos de miles de serbios que se vieron obligados a huir de los bombardeos fueron olímpicamente obviados por la prensa británica [y la occidental en general]. 15
Así, ocurría que cuando una mujer albana cruzó la frontera de Macedonia, los medios de comunicación le esperaban con entusiasmo y le preguntaron si la policía serbia la había expulsado. La mujer respondió:
Bien, pedir racionalidad e integridad periodística a unos medios de comunicación que tienen como misión servir al mundo de los grandes negocios, al de las transnacionales y al sistema financiero, es en vano. Su misión es, en definitiva, mostrar al público un mundo acorde a los intereses de esos dirigentes. Claro que no solo a costa de renunciar a su labor teórica como periodistas, sino a ser cómplices activos en crímenes contra la humanidad. Complicidad que es arrastrada al público, que apoyará firmemente estas barbaridades, llevando su parte de culpa con estos crímenes y con la destrucción de los modos de vida estables y dignos de estos países, y, en una jugada macabra, contribuyendo a destruirse ellos mismos, al dar poder para conseguirlo a sus propios explotadores, que luego aplicarían las severas condiciones laborales a Europa occidental una vez hubieron logrado su objetivo en Europa del Este.
No fueron los serbios. Fuimos asustados por las bombas [de la OTAN]. 16Esto no fue publicado entonces por los medios corporativos, como el New York Times o el Washington Post, como indica el historiador Michael Parenti, apareció reflejado en un medio alternativo de San Francisco.
Bien, pedir racionalidad e integridad periodística a unos medios de comunicación que tienen como misión servir al mundo de los grandes negocios, al de las transnacionales y al sistema financiero, es en vano. Su misión es, en definitiva, mostrar al público un mundo acorde a los intereses de esos dirigentes. Claro que no solo a costa de renunciar a su labor teórica como periodistas, sino a ser cómplices activos en crímenes contra la humanidad. Complicidad que es arrastrada al público, que apoyará firmemente estas barbaridades, llevando su parte de culpa con estos crímenes y con la destrucción de los modos de vida estables y dignos de estos países, y, en una jugada macabra, contribuyendo a destruirse ellos mismos, al dar poder para conseguirlo a sus propios explotadores, que luego aplicarían las severas condiciones laborales a Europa occidental una vez hubieron logrado su objetivo en Europa del Este.
La destrucción de la economía de Yugoslavia fue aplicada tal y como solicitaban "periodistas" como Tomas Friedman del New York Times, bombardeando cada industria, cada empresa, cada infraestructura o lugar, sin importar si había en ellas trabajadores o no, hasta demolerlas, hasta que no pudiesen ser fuente de competencia o de subsistencia para los yugoslavos. La crueldad e inmoralidad de la OTAN al servicio de las corporaciones no tuvo límites. Podemos ver tal actuación contra el complejo de industrias Zastava que fabricaban automóviles, camiones, tractores, maquinaria..., además de proporcionar electricidad a la población, y que empleaba a decenas de miles, añadido a las industrias suministradoras y clientes de ella. Así, vista la clara intención de la OTAN de destruir el sector industrial de Yugoslavia, Zastava se revelaba como un objetivo central. En una decisión que nos sorprende ahora a los habitantes de la Unión Europea, los trabajadores de Zastava hicieron de escudos humanos voluntariamente y conscientes del grave riesgo que conllevaba para proteger su empresa, que era la garantía de poder continuar con su modo de vida. Hoy esto sería impensable en nuestros países, los trabajadores podemos estar alienados y ser unos analfabetos políticos, pero no somos tan estúpidos como para arriesgar las vidas por algo que percibimos correctamente como no propio y donde tenemos que ir con pesar y desagrado para llevar un pobre sueldo que nos permita subsistir, ya no vivir, a nosotros y a nuestras familias. No era así en Yugoslavia, la empresa era algo propio que se preocupaba por uno, el trabajo no era una esclavitud, sino una parte de la vida donde se hacían cosas para la sociedad y se recibía una compensación digna y formación por ello.
Tres días después de que la OTAN comenzó su guerra, los trabajadores y la dirección emitieron una carta abierta que fue enviada a los sindicatos en el extranjero, al Presidente de los EE.UU. Clinton, al Primer Ministro Tony Blair, a la Secretaria de Estado de EE.UU. Madeleine Albright y a otros líderes occidentales. "Nosotros, los empleados de Zastava y los habitantes de Kragujevac [una ciudad industrial en el centro de Serbia, sede de Zastava] amantes de la libertad hicimos un escudo humano" indicaba la declaración. "Incluso al final del turno, incluso cuando la alarma sonó, los trabajadores de Zastava no abandonaron sus talleres, sino que se quedaron para proteger con sus cuerpos lo que provee el modo de vida a sus familias, lo que ellos han construido en largos años de trabajo honesto con el propósito de crear un futuro mejor". La carta avisaba a los líderes de la OTAN, "Queremos que ustedes sepan que el ataque sobre nuestra fábrica significa una muerte directa a miles de hombres y mujeres y una enorme pérdida material y espiritual para sus familias". 17
La solidaridad con esta fabulosa gente solo llegó de las personas y trabajadores de los países denominados como tercer mundo, que sabían por experiencia personal lo que eso significaba. Del primer mundo no hubo noticias, los trabajadores, los sindicatos, los profesores universitarios y todos los demás callaron, callaron mientras caían las bombas y destrozaron Zastava e hirieron a sus trabajadores, continuando con otras y otras empresas e infraestructuras. Avergüenzense ustedes y no se quejen hoy de su penosa situación que ustedes con su inhumanidad crearon.
Como acertadamente señala Michael Parenti, la destrucción de la OTAN de la Yugoslavia social sirvió a un racional interés de clase, aquel en el que un grupo de privilegiados humillan y someten a sus caprichos a todo un conjunto de la sociedad, haciéndoles vivir penosas vidas mientras ellos despilfarran absurdamente la riqueza generada por otros.
La Confederación de sindicatos de Serbia mostró una lista de 164 fábricas destruidas por el bombardeo, ninguna de ellas de una firma extranjera; las bombardeadas pertenecían al estado.
Como yo observé en un viaje a Yugoslavia poco después de la guerra, el enorme Hotel Yugoslavia, dirigido por el estado, fue hecho inhabitable por los misiles de la OTAN, mientras el Hyatt Hotel, propiedad de las corporaciones, con toda su fachada de cristal no sufrió ningún arañazo en sus ventanas. Edificios que exponían señales muy visibles en sus azoteas anunciando marcas como Panasonic, Coca Cola, Diners Club International y McDonald's, eĺ último con inmensos arcos dorados, sobrevivieron perfectamente intactos. 18
Llegaba de esta forma la "democracia" a Yugoslavia, destruyendo la economía, pero también las bibliotecas, los teatros, los hospitales, las clínicas de maternidad, los sanitarios, los geriátricos, los hogares, las escuelas, los puentes, los monumentos, las iglesias, los museos..., algo que ni el propio Hitler hizo años atrás. 18
La mano oculta del mercado nunca funcionará sin el puño oculto -McDonald's no puede prosperar sin McDonnell Douglas, el constructor del F-15. Y el puño oculto que mantiene el mundo seguro para las tecnologías de Silicon Valley se llama Ejército de los Estados Unidos. 19
Referencias-Notas:
1. Boris Malagurski. The Weight of chains (documental). 2010.
2. Michel Collon. El juego de la mentira. Las grandes potencias, Yugoslavia, la OTAN y las próximas guerras. Hiru. 1999. pp.120-145.
3. Eduardo Galeano. Las venas abiertas de América Latina. Siglo XXI.
4. ZF TRW reitera que los 123 despidos son necesarios y que "no va a cerrar la planta". Diario de Noticias. 20.2.2016.
5. La dirección de TRW plantea 250 despidos en la planta de Landaben. Diario de Noticias. 19.1.2016.
Diario de Noticias es uno de los medios corporativos locales de Navarra y ha contribuido también con su desinformación y propaganda persistentes sobre los conflictos internacionales a este estado catastrófico de las cosas. Alguien dirá, con el habitual poco criterio, que por ejemplo ha publicado artículos de este autor, pero hay que decir que lo ha hecho con aquellos que bien le interesaba, ejerciendo una férrea censura cuando yo ponía en evidencia en otros las falsedades vertidas por este periódico y otros, como lo ocurrido en Crimea, en Siria o cómo Israel capta y utiliza a los mercenarios islamistas en su provecho, incluidos a sectores de Hamás.
6. Michael Parenti. To kill a nation. The attack on Yugoslavia. Verso. 2000, pp.17-22.
7. Michael Parenti. The demonization of Slovodan Milosevic. December 2003.
http://www.michaelparenti.org/Milosevic.html
8. Michel Collon. Monopoly, la OTAN a la conquista del mundo. Hiru. 2000, pp: 10-20
9. Michel Chosudovsky. Kosovo´s mafia state: from Madeleine to Hillary.Global Research. 6.4.2012.
10. Tom Walke, Aidan Laverty. CIA aided Kosovo guerrilla army. The Sunday Times. 12.3.2009
11. Fallgot, Roger (1998). «How Germany Backed KLA». The European.
12. Michel Chosudovsky. The History of "Humanitarian Warfare": NATO's Reign of Terror in Kosovo, The Destruction of Yugoslavia. Global Research. 24.2.2008.
13. David Edwards, David Cromwell. Los guardianes del poder. Txalaparta. 2011, pp.159-170.
14. Michael Parenti. To Kill a Nation: The Attack on Yugoslavia. pp. 106-112.
15. Hammond y Herman, Degraded Capability. 2000.
16. Michael Parenti. The media and their atrocities. 2000.
17. Gregory Elich. Deindustrialization-nato-style. Counterpunch. 15.4.2015.
18. Michael Parenti. To Kill a Nation: The Attack on Yugoslavia. pp. 165-175.
19. Thomas L. Friedman. A Manifesto for the Fast World. New York Times. 28.3.1999.
Un post completo, para tomar nota.
ResponderEliminarSaludos,
ResponderEliminarMichael Parenti también ha escrito sobre Yugoslavia.
http://www.michaelparenti.org/yugoslavia.html
Sí, ese texto lo tienes en las notas, como parte de su obra To Kill a Nation.
EliminarGracias Sr. Itulain.
ResponderEliminar¿Qué texto de Michael Parenti me podría recomendar?
Ese mismo: "To kill a nation. The attack on Yugoslavia". No está traducido, las editoriales españolas son un desastre. En castellano tiene algunas obras, por ejemplo: El asesinato de Julio César.
EliminarUn saludo
Muy buen blog. Yo soy serbia y viví aqui la parte de la guerra de los años 90. Fue exactamente así, es como actua el "primer mundo" antes y ahora, con sus medios de comunicación y su íntereses.
ResponderEliminarGracias. Caló el engaño de demonizar a los serbios con el propósito de destruir el proyecto económico y político de Yugoslavia. La gente no sabía cómo iba a influir eso, junto a la caída provocada de la URSS, tan negativamente en nuestras vidas. Si quieres Razno nos aportas tu propia experiencia.
EliminarUn saludo