¿Hay héroes en una guerra?, ¿hay algo heroico en una guerra?, o tal vez el heroísmo, los héroes de la guerra, solo existen en la imaginación de los profesores que enseñan a los niños y a los jóvenes, en los periódicos que engañan a la gente y en la gente que cree lo que le cuentan los periódicos. Viancé, el joven aragonés protagonista de la novela Imán de Ramón J. Sénder, habla sobre la realidad del heroísmo en la guerra y sobre las mentiras que encubren esas realidades.
Nosotros somos los que en la prensa y en las escuelas
llaman héroes. Llevar sesos de un compañero en la alpargata, criar piojos y
beber orines, eso es ser héroes. Yo soy un héroe. ¡Un héroe! ¡Un hé-ro-e!» La
palabra, al repetirla, pierde sentido y llega a sonar como el gruñido de un
animal o el ruido de una cosa que roza con otra. (1)
Las palabras pierden su sentido en boca y pluma de profesores y prensa, se juega con las palabras en un juego no limpio. Se engaña a los niños, se engaña a los jóvenes, no se enseña lo que sucede, y, de este modo, esta nueva generación cometerá los mismos errores que la precedente.
Recientemente los periódicos, tanto los considerados de izquierda como los de derecha, ensalzaban a un nuevo héroe de guerra. Muere el general Schwarzkopf, el héroe de la Primera Guerra del Golfo, rezaba el titular del diario madrileño ABC.(2) El País, ese mismo día, el 28 de diciembre de 2012, (3) lo mostraba como el artífice de una de las mayores victorias de la historia militar norteamericana. También comentaba que: La
primera Guerra del Golfo la decidieron una serie de operaciones aéreas que
debilitaron notablemente al enemigo iraquí, con un número muy reducido de bajas
entre las filas aliadas. Sólo murieron en operaciones directas de combate 147
soldados. Ni una sola mención a los miles y miles de iraquíes que fueron muertos, asesinados, en aquella guerra, ninguna mención a la destrucción prácticamente completa de las infraestructuras del país: red eléctrica, agua, agricultura, comunicaciones, industria... Ninguna mención que aquello, junto a las sanciones que vinieron después, provocaron hasta más de un millón de muertos de acuerdo a las investigaciones de Lancet, en su mayorías niños, los más débiles, los que no preocupan a la prensa, a la prensa que dirige el poder económico.(4)
La guerra, la Guerra del Golfo, fue completamente desigual, un superejército aplastaba y quemaba a otro, débil y desguarnecido, el ejército iraquí. Se ensañaron con ellos y con el pueblo iraquí, para llevarlo a la ruina, a la sumisión absoluta.
El diplomático francés Eric Rouleau señalaba que los iraquíes tendrían dificultad para entender las razones que el ejército de Estados Unidos tenía para destruir las infraestructuras y la industria de Iraq, de la cual eliminaron un 92% de la capacidad de las estaciones eléctricas, un 80% de las refinerías, 135 centros de comunicación telefónica, más de 100 puentes, carreteras, autopistas, trenes de transporte, fábricas de todo tipo: de medicinas, de cemento, aluminio, textil, etc, etc. (5) Todo eso sería muy difícil de entender si alguien no supiese los verdaderos motivos de la guerra, de esa guerra y de todas las demás. El general estadounidense Schwarzkopf no era más que el medio con el que las transnacionales económicas imponían su poder en otro país del planeta. La guerra es un método viejo por el cual quienes dirigen la sociedad, quienes tratan de dirigir el mundo, imponen sus intereses por la mayor e infame de las violencias. Otro general estadounidense, Smedley Butler, el general más laureado de los Estados Unidos, entendió y expresó muy bien su función, no la de proteger a un país, no la de liberar a otro país de sus supuestos tiranos, sino la real, la función para la que son encomendados y preparados. Esta función nunca será desvelada por la prensa, por los medios de comunicación que pertenecen a quienes hacen y van a hacer un gran negocio con la guerra. Tampoco la desvelarán las que se llaman organizaciones humanitarias y que reciben grandes sumas de dinero de este poder que las usa como justificadoras de sus injustificables actuaciones. (6), (7), (8) Así de claro hablaba el capitán más joven y el general más condecorado del ejército de los Estados Unidos:
He servido durante 30
años y cuatro meses en las unidades más combativas de las fuerzas armadas
norteamericanas: en la infantería de marina. Tengo el sentimiento de haber
actuado durante todo ese tiempo de bandido altamente calificado al servicio de
los grandes negocios del Wall Street y sus banqueros. En una palabra, he sido un pandillero al servicio del capitalismo. De tal manera, en 1914
afirmé la seguridad de los intereses petroleros en México, Tampico en particular. Contribuí a transformar a Cuba en
un país donde la gente del National
City Bank podía birlar tranquilamente los beneficios. Participé en la
"limpieza" de Nicaragua, de 1902 a 1912, por cuenta de la firma bancaria internacional Brown
Brothers Harriman. En 1916, por cuenta de los grandes azucareros
norteamericanos, aporté a la República Dominicana la "civilización". En 1923 "enderecé" los asuntos en Honduras en interés de las compañías fruteras norteamericanas. En 1927, en China, afiancé los intereses de la Standard Oil. Fui premiado con
honores, medallas y ascensos. Pero cuando miro hacia atrás considero que podría
haber dado algunas sugerencias a Al Capone. Él, como gángster,
operó en tres distritos de una ciudad. Yo, como marine, operé en tres continentes.
El problema es que cuando el dólar americano gana apenas el seis por ciento,
aquí se ponen impacientes y van al extranjero para ganarse el ciento por
ciento. La bandera sigue al dólar y los soldados siguen a la bandera. (9)
Los daños a las personas, los miles de víctimas olvidadas por la prensa sufrieron un infierno en esa guerra "heroica" comandada por "héroes". El que fuera fiscal general del Estado de Estados Unidos, Ramsey Clark recordaba que:
Los aviones estadounidenses hicieron más de 109.000 salidas, lanzando 88.000 toneladas de bombas, el equivalente a siete Hiroshimas [...] Iraq perdió entre 125.000 y 150.000 soldados [gran parte de ellos asesinados a sangre fría, cuando huían ya rendidos]. Los Estados Unidos han dicho que han perdido 148 en combate, y de esos 37 fueron causados por fuego amigo [...] (10)
También relata Ramsey Clark como el ejército estadounidense uso munición ilegal, con bombas de napalm y bombas de racimo; algo que volvieron a repetir en Yugoslavia por medio de la OTAN.(11), (12)
¿Ven ustedes algo heroico en destruir las infraestructuras, industria, agricultura y recursos de un país?, ¿en matar a miles de personas?, ¿en usar armas infernales?, ¿en poner sobre eso un embargo que causó más de un millón de muertos, principalmente niños? y, ¿en la guerra que vino después, en el bombardeo e invasión masiva que sucedió después?
http://miguel-esposiblelapaz.blogspot.com.es/
http://miguel-esposiblelapaz.blogspot.com.es/
Notas:
(1) Ramón J. Sénder. Imán. 1930.
(2) ABC. Internacional. 28.12.2012.
(3) Norman Schwarzkopf, el general que cambió la forma de hacer la guerra. El País. Internacional. 28.12.2012.
(4) The Lancet, Volume 355, Issue 9218, pages 1851-1857, 27 May 2000.
(5) Eric Rouleau, 'The View From France: America's Unyielding Policy toward Iraq', Foreign Affairs, Vol. 74, No. 1, January/February 1995.
(6) Mikel Itulain. La manipulación emocional de las personas. El testimonio de la niña Nayirah. Enlace
(7) Mikel Itulain. La OTAN no trae el progreso al mundo, aunque Amnistía haga campaña por ello. Enlace
(8). Tony Cartalucci. Amnesty International is US State Department propaganda. Land Destroyer
(9) Smedley Butler. On interventionism. 1933.
(10) David Cromwell. Death of a hero. Media Lens, 14.1.2013.
(11) Michael Parenti. To Kill a nation. The attack on Yugoslavia. Verso, 2000.
(12) Mikel Itulain. El show de la guerra. Enlace
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