El 27 de mayo de 1992, el día en que la Unión Europea (UE) tenía previsto reunirse para tomar medidas contra los
serbios, ocurrió un atentado terrorista contra civiles en Sarajevo. Es la que
se conoció como la masacre de la panadería de Sarajevo. La UE presionada por Alemania, responsable principal en Europa del inicio de esa guerra, quería acabar ya de
una vez con Yugoslavia y esto pasaba por presentar a los serbios como unos
nuevos genocidas a los que había que combatir. En consecuencia las noticias en
los medios de comunicación se cebaron con los serbios, sin mostrar una sola
evidencia que demostrase su autoría. La CBS lo exponía así: “La sangre corría a
raudales hoy en la principal calle de Sarajevo. Al menos veinte personas,
hombres, mujeres y niños han muerto, y más de cien han resultado heridas. Los obuses llovían
sobre los civiles en la capital de Bosnia. Las atrocidades cometidas en directo
por los serbios exigen una ayuda extranjera para todos aquellos que viven en
Bosnia sin ninguna esperanza.” Michel Collon corrige algunas cosas que no son
ciertas en esta información, no hay pruebas de que fuese un obús, no había
ningún cráter en el suelo, por ejemplo, y expone la opinión de un experto que dice que las heridas son principalmente
en la partes inferiores del cuerpo, que
indicaría que fue una bomba colocada en el lugar la causante de este
crimen. La información que aparece en Le
Monde el 29 de mayo de 1992 también es muy reveladora, habla de las
sanciones de la UE decretando un embargo a Belgrado y dice que “al parecer
habrán sido necesarias las imágenes dramáticas del bombardeo del centro de
Sarajevo por el ejército serbio para que la Comunidad eleve su tono”. Bien,
¿estábamos ante un montaje en el que la UE necesitaba noticias de masacres para
realizar las sanciones y estas masacres fueron realizadas por sus socios, los seguidores de Izetbegovic, contra la población de Sarajevo pero culpando a los
serbios? Las investigaciones de la ONU indicarían que sí. Se trataba de un
hecho tremendamente criminal, para dañar a los serbobosnios y justificar un embargo,
preparando un atentado terrorista al que son avisados los medios de
comunicación para que lo difundan y acusen al bando contrario de esta
atrocidad. Los nazis igual no hubiesen ido tan lejos. Pero los medios de
comunicación siguieron con esta gran mentira envuelta en sangre, Le Soir diría que “por fin se sanciona a
Belgrado”, De Standaard: “Serbia es
la agresora”, La Derniere Heure: “La
locura serbia ha vuelto a matar”. Si en algo coincidían todos los grandes
medios de comunicación es en dar la versión oficial, la del poder, la que
quería el mundo de los negocios para destruir, dividir y someter a Yugoslavia.
Los hechos y las muertes no importaban.
Serbia fue el centro de los
ataques porque se negaba a desmantelar su sistema público de empresas y servicios,
y a someterse a los deseos del mundo corporativo y financiero occidental. Pero
pese a todo ello la ONU elaboró un informe en el que se hacía responsable a los seguidores de Izetbegovic de la masacre y añadía que se preparó la masacre haciéndoles
poner a las futuras víctimas en una fila tras cerrar la calle previamente a la
explosión. Además, los medios de comunicación curiosamente estaban allí.
Nuestra gente nos dijo que había una serie de cosas que no encajaban. La calle había sido bloqueada justo antes del incidente. Una vez que la gente estuvo en fila, los medios de comunicación aparecieron, pero mantuvieron la distancia. El ataque tuvo lugar y los medios de comunicación estuvieron inmediatamente en la escena. Comandante General Lewis Mackenzie. Peacekeeper: The road to Sarajevo, Vancouver, BC, 1993, pp. 193-194.
El general canadiense Mackenzie
había sido comandante de la fuerzas para mantener la paz de la ONU en Sarajevo.
The Independent, el 22 de agosto de 1992, saca la información del informe de la ONU, 114
pero ya tres meses más tarde, y el
daño ya estaba hecho, con las muertes y el embargo impuesto al que no era el
culpable del crimen.
El 5 febrero de 1994 una
bomba lanzada sobre un mercado de Sarajevo mata supuestamente a 66 personas e hiere
a 200, ocurre otra vez en un momento oportuno, en el día en que los líderes de
las tres comunidades bosnias: croatas,
serbios y musulmanes se tienen que reunir para tratar sobre negociaciones de
paz y acuerdos. Los musulmanes de Izetbegovic ven que no están consiguiendo lo
que quieren y necesitan apoyo externo, ya que las otras dos culturas bosnias:
la serbia y la croata, pueden plantear dividir Bosnia. El 18 y 19 de enero de
1994 lo que queda del Gobierno Federal yugoslavo y Croacia firman un declaración compartida
sobre el proceso de normalización de relaciones entre ellos, también hacen lo
mismo la República de Srpska (República
serbia de Bosnia) y la Comunidad croata de Bosnia-Herzegovina, pero el lado
musulmán controlado por Izetbegovic no firma tal declaración. Hay un motivo, el
11 de enero de 1994 se reúnen en Bruselas en una sesión de dos días los líderes
de la OTAN, en esa reunión adoptan un comunicado en el que se dice lo
siguiente:
Confirmamos que estamos listos para lanzar ataques aéreos con objeto de prevenir el estrangulamiento de Sarajevo, zonas de seguridad y otras áreas en peligro en Bosnia-Herzegovina.115
La OTAN y EE.UU. presionaron
a Naciones Unidas para que les permitiese actuar y así el Secretario
General de la ONU diría que no veía
razón para no poder usar la fuerza, en referencia a ataques aéreos, y con las
supuestas excusas de proteger a las fuerzas de la ONU y a la población. Esta
forma de actuar de Naciones Unidas abría la caja de pandora para futuras
justificaciones de nuevas guerras. Era un adelanto de la Responsabilidad para Proteger que aparecería en la Asamblea General
del año 2005 de la ONU, y era el “nuevo método” de las guerras, aduciendo razones
humanitarias. Se emplearía en Yugoslavia, Irak o Libia y ahora se pretende en
Siria. Faltaba pues un pretexto para poner en marcha lo que se tenía preparado
y entonces vino el mencionado atentado, con la acusación e indignación contra
los serbios, exigiendo un ataque militar contra estos. El ministro belga de
relaciones exteriores, Willy Claes, pidió al secretario general de la ONU que
ordenase el ataque aéreo sobre las posiciones serbias. Izetbegovic, bastante
hipócrita, indicó que escribiría una carta a los estadistas de cuarenta
naciones para señalar que los habitantes de Sarajevo se sienten “como condenados
a muerte”.116 Hipócrita porque las investigaciones de la ONU
apuntaban a sus tropas como responsables, además realizado de forma premeditada
con el fin de conseguir el apoyo internacional y a que también él tenía
una responsabilidad principal en que se mantuviese el sitio de Sarajevo; ya que
desde el lado serbobosnio se ofreció pase libre para los civiles, que fue
rechazado por Izetbegovic, estableciendo un cerco dentro del cerco; impidiendo así que los civiles de la zona que controlaba él se pudiesen ir. El general
Philippe Morrillon de la ONU, comandante de la UNPROFOR (Fuerzas de Protección
de las Naciones Unidas), se quejó de forma enérgica y repetida sobre Izetbegovic
porque se negó a llegar a un alto el fuego, también expuso esta queja el
general inglés Michael Rose, pese a que el dirigente musulmán tenía garantías y se aceptaban sus
exigencias (Ver Brock. Dateline Yugoslavia: The partisan press, 36; Michael Rose. Fighting for peace, London, 1998; Michael Parenti. To kill a
nation. The attack on Yugoslavia, London, 2000).
Estaba claro que por parte
del gobierno musulmán había otras intenciones, forzar la situación y provocar
la intervención extranjera de la OTAN.
Los medios de comunicación no
faltaron tampoco a su tarea de agitación y exaltación, de hecho la CNN estaba
curiosamente presente allí para ofrecer las imágenes impactantes al mundo, 117
demasiadas casualidades y demasiados intereses en juego, y acusó ya
directamente, otra vez sin pruebas, al lado serbio. Las tropas musulmanas
impidieron el acceso a dos oficiales de la
ONU, no querían que se investigase. El resultado de las imágenes
impactantes de la masacre en la CNN y de la acusación conjunta de los medios
de comunicación hacia los serbios tuvo su resultado: “Si hasta ahora tan solo
era un tercio [de la población estadounidense] el favorable a una intervención
militar americana en Bosnia, tres días después de la masacre el porcentaje
aumentó hasta el 50 %”, indicaba el diario austriaco Die Presse.118 La OTAN no tardó en lanzar un ultimátum a
las tropas serbias el 9 de febrero, y ya bombardeaba el día 28 y también en el
mes de abril. Las investigaciones incidían
que el ataque vino del lado musulmán. El periodista francés de la televisión
TF1 citaba unas palabras de Miterrand del año 1995: “Hace unos días el Sr.
Boutros Ghali me informó que el proyectil que golpeó la plaza del mercado de
Markale en Sarajevo fue un acto de provocación bosniomusulmana.” 115, 117,
118 El hecho de haber cerrado el paso a los investigadores de la ONU
tenía sus razones, tratando de ocultar los sucesos reales, entre los que podían
estar incluso el haber utilizado cuerpos humanos de disputas anteriores, días
antes había habido también combates entre el bando musulmán y el croata, para
preparar una escena del crimen más impactante. Ver esta observación en la obra
de Michael Parenti, To kill a nation,
en las páginas 75 y 76, citando varios testimonios y la conferencia de prensa
de la ONU.94
La información, pese a los obstáculos, fue apareciendo
en la prensa más tarde y apuntaba a las milicias musulmanas: Hugh McManners, Serbs “not guilty” of massacre, Sunday
Times, October, 1, 1995; David Binder, Bosnia´s
bombers, Nation, October, 2, 1995. Otra vez aparecía tarde, cuando el mal
ya se había hecho, cuando ya nadie estaba interesado y cuando casi nadie se
enteró de esta información ahora sí más veraz.
La situación en la ya antigua
Yugoslavia estaba muy tensa en 1995, habían ocurrido los sucesos de Srebrenica
en julio de 1995, que estuvieron muy ligados y en realidad que hicieron de
cobertura días después a la expulsión de los serbocroatas de la Krajina el 4 de
agosto de ese año con la ayuda norteamericana. La Administración estadounidense
imponía ya su poder y estaba deseosa de poder atacar y destruir las defensas
aéreas serbobosnias, lo que le permitiría también el control de Bosnia. El International Herald Tribune informaba
el 31 de agosto de 1995 que: “espías americanos, franceses y británicos habían operado
durante meses en la zona serbia para localizar los radares y otras
instalaciones que habría que destruir”. En este contexto ocurrió el 28 de
agosto otro ataque deliberado sobre civiles, en la conocida como la Segunda
masacre del mercado de Sarajevo. La ONU el día 29 ya acusaba directamente a los
serbios, sin considerar las evidencias aportadas por los informes de expertos
franceses y británicos, además de las declaraciones hechas por el experto en
artillería de la ONU el coronel A. Demurenko.117, 118 También el
editor francés Jean Daniel le preguntó directamente al Primer Ministro francés Edouard Balladur: “¿Ellos [milicias musulmanas] cometieron esta carnicería
sobre su propia gente?”. El Primer Ministro respondió sin dudarlo: “Sí, pero al
menos han forzado a intervenir a la OTAN” (No
more lies about Bosnia, Le Nouvel Observateur, 31.8.1995, también en:
Chronicles: A Magazine of American Culture, January 1997).
No obstante, sin pruebas volvieron
a cargar contra los serbios y amenazaron con castigarlos con un ataque militar
que se llevó a cabo. Los medios de comunicación volvieron a cumplir con su
misión, haciendo ver que era necesaria una intervención militar y así los
ciudadanos occidentales pudiesen aprobar el bombardeo, que finalmente sucedió.
Esta demonización mediática
de los serbios, falsificando estos hechos, supuso la imposición de sanciones en
1992, el comienzo de bombardeos en 1994 y el bombardeo a gran escala de los
serbobosnios en 1995, con más de 3.500 salidas de los bombarderos.
La indignación de muchos expertos y ciudadanos sobre el tratamiento
completamente propagandístico y parcial de los grandes medios de comunicación
en relación a la guerra en Yugoslavia se ha terminado por expresar en
importantes obras tanto a nivel histórico, periodístico y humano, algunas de
ellas las reflejo en la bibliografía. El director del Comité Independiente en
Crímenes de Guerra en los Balcanes, Jacobsen, escribió una carta al director
del New York Times para mostrar su
malestar por la desinformación emitida en este medio: “Su -¿deliberadamente?-
información miope sobre Yugoslavia se burla de la reivindicación de su titular
a la objetividad.”
La “objetividad” de este tipo de
periodismo puede ser vista en la cobertura de los tres atentados con bomba en Sarajevo: en 1992 –en
la Masacre de la cola de la panadería-,
en 1994 –en la Masacre del Mercado de Markale- y en la Segunda masacre del
mercado en 1995. De todas estas tres masacres se informó que fueron llevadas a
cabo por los serbios de acuerdo a los medios de comunicación de EE.UU., a pesar
del hecho de que los oficiales de la ONU y oficiales militares de alto rango
occidentales indicaron que había una gran evidencia que indicaba que las masacres fueron cometidas por los
bosnios musulmanes.119
De: Mikel Itulain. Justificando la guerra.
http://miguel-esposiblelapaz.blogspot.com.es/
Bibliografía:
94. Michael
Parenti. To kill a nation: The attack on Yugoslavia. Verso. 2000. pp. 50-51..
114. Leonard
Doyle. Muslim ´slaughter their own people´: Bosnia bread queue massacre was
propaganda ploy, UN told. The Independent. 22.8.1992.
115. The stage for Markale massacre.
116. Reacciones
internacionales ante la massacre de Sarajevo. Explored.
6.2.1994.
117. Seán Mac
Mathúna. Who was responsible for the market place massacres in Sarajevo? Flame.
118. Michel
Collon. El
juego de la mentira. Las grandes potencias, Yugoslavia, la OTAN y las próximas guerras. Hiru. 1999 pp. 68-75.
119. Michael
Barker. Manufacturing policies: the media´s role in the policy making process.
Journalism Education Conference. Griffith University. 29 Nov-2 Dec. 2005.
Das en la diana. Acertado, crítico y bien documentado. Se agradece tu trabajo.
ResponderEliminarSaludos
Como le acabo de escribir a don Javier couso, la humanidad les agradece y agradecerá siempre su impagable labor. Gracias Don Mikel. Ah por cierto, sabe usted de las manipulaciones a las que está sometiendo las informaciones sobre el horror sirio el Diario Vasco? en fin, gracias y provechoso resto de año, Ariadna Menéndez.
ResponderEliminarHola Adriana, como he comentado en el blog de Javier Couso, las estrategias de engaño y propaganda se repiten, como en el caso de la panadería, bien en Yugoslavia o bien en Siria. Es importante denunciar públicamente estas falsificaciones para mostrar la maldad y falta de profesionalidad de la prensa corporativa.
ResponderEliminarA las manipulaciones mediáticas sobre la guerra contra Siria ya le dediqué un artículo, mostrando el engaño que se da en toda Europa, también, por supuesto, en Estados Unidos.
Saludos.
Tremendo artículo, información bien desmenuzada, gracias Mikel por ser siempre tan esclarecedor. saludos
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