martes, 1 de octubre de 2013

La masacre de Srebrenica. Parte II

Imagen manipulada del campo de refugiados en Trnopolje (Bosnia) y el mensaje de súplica y de denuncia que lleva: "¿Debe continuar?" La mala fe de Time, como de la práctica totalidad de los medios de comunicación occidentales, fue clara. Se buscaba mostrar que habían vuelto los campos de concentración a Europa de mano de los serbios, algo en absoluto cierto.
Ver explicación en el texto.

Los medios de comunicación falsificaron de forma generalizada los sucesos de la guerra en Yugoslavia, con el fin de extender el odio hacia los serbios que se oponían a la desintegración del país por motivos obvios, y así promocionar la guerra deseada por el poder económico contra este país independiente. Los motivos obvios de la oposición de los serbios eran que ellos estaban presentes en todas las Repúblicas yugoslavas, especialmente en Croacia, serbocroatas, y en la propia Bosnia, serbobosnios, y a que tal ataque a Yugoslavia podía volver a desencadenar, como así ocurrió, la brutal persecución a la que ya fueron sometidos en la Segunda Guerra Mundial por los fascistas croatas y los fascistas musulmanes, en aquel caso con el apoyo nazi.
 En esta segunda parte sobre la masacre-s de Srebrenica vamos a ver como los países que agredieron a Yugoslavia, en la órbita de la OTAN, y sus medios de comunicación ya tenían y siguen teniendo un largo historial de manipulación, falsificación y ocultación de los hechos en los conflictos en los que han tomado parte, utilizando habitualmente una doble vara de medir. Al enemigo se le achacaban y achacan todos los males y se exagera todo lo que hace, cuando no se inventa, al socio, al amigo, se le perdona todo, se mira para otro lado cuando comete actos de auténtica barbarie e incluso se le anima o ayuda a cometerlos. Los crímenes propios, normalmente mayores que los de los demás, se ocultan o se envuelven en un manto que por muy grueso que sea no puede tapar todo lo que pretende cubrir. Se presenta un mundo en blanco y negro que nada tiene que ver con lo que sucede en la realidad.
Como dice Herman, que alguien haya mentido habitualmente y lo siga haciendo no quiere decir que siempre mienta, es el caso que nos tenemos que plantear con los medios de comunicación y  los gobiernos occidentales respecto a Srebrenica, sin embargo, aquí también, como hemos visto en la primera parte y veremos en las siguientes, no hubo tampoco una excepción, y se mintió y se falsificó tanto o más que otras veces.
La inmensa campaña de propaganda de demonización de los serbios llevada a cabo por los medios de comunicación desde al menos ya los primeros años de la década de los 90 del pasado siglo, ha tenido como resultado que la opinión pública occidental relacione serbio con barbarie y genocidio, siendo una opinión generalizada que los serbios fueron los causantes de la guerra en Yugoslavia y de sus atrocidades, y que fueron castigados por ello. Tal versión maniquea, por más que está extendida, no puede estar más equivocada. Incluso quienes se muestran críticos con la versión oficial y de los medios de comunicación, siguen arrastrando muchos de sus mitos. Así, para justificar de algún modo su postura, reflejan acontecimientos o supuestos hechos donde sí se demostraría el carácter irracional y genocida de buena parte del lado serbio, aunque aquí se confunde a veces lo que era Yugoslavia o el Ejército yugoslavo con lo que es realmente Serbia. Tenemos por ejemplo el caso de Vukovar, donde se acusa exclusivamente del fanatismo y de la violencia a los serbios, olvidando la historia de sucesos en su conjunto, con las primeras atrocidades que fueron perpetradas contra los serbocroatas, incluidos asesinatos, torturas y violaciones, haciendo desaparecer a buena parte de la comunidad serbia de Vukovar. Este es un ejemplo, pero hay más: los supuestos campos de concentración serbios, cuando en realidad eran campos de refugiados o de prisioneros, que los tenían todos los contendientes: croatas, bosniocroatas y bosniomusulmanes, y unos no eran mejores que otros. Por cierto, Médicos del Mundo colaboró en esta terrible campaña de difamación y acusación. (1)

Utilización de la fotografía fraudulenta en un campo de refugiados en Trnopolje (Bosnia) por Médicos del Mundo, añadiéndole otra de una torre de campos de concentración para que impactase más y lanzar un claro mensaje acusatorio. (1), (2), (3) (ver también explicación de Herman abajo y en este enlace sobre la actuación del periodismo español en Yugoslavia).

Esto decía Médicos del Mundo:

Purificación étnica quiere decir: campos, violaciones, asesinatos, ejecuciones y deportaciones en masa de las poblaciones no serbias de Bosnia-Herzegovina y de Sarajevo. Los Nacionalistas serbios llegarán hasta el final de su ideología mortífera. Médicos del Mundo ha decidido continuar sus misiones médicas y su ayuda de urgencias, pero no se va a callar.

ALTO A LOS CRÍMENES CONTRA LA HUMANIDAD DE LOS NACIONALISTAS SERBIOS. (3)

El uso y abuso del término "campo de concentración" por parte de los medios de comunicación fue vergonzante, a tal punto que historiadores del Holocausto de la Segunda Guerra Mundial tuvieron que denunciar tal uso propagandístico, falso y poco moral.

El historiador del holocausto alemán, Simon Wiesenthal, denunció en el Herald Tribune el 12 de agosto de 1992 la banalización del uso del término “campos de concentración” y recordó que los primeros refugiados fueron cuatrocientos mil serbios que huyeron de Croacia al ser amenazados y discriminados por el régimen de Tudjman; que con la nueva constitución eran considerados como seres de segunda clase. Elie Wiesel diría que “comparar este campo (Manjaca) con los campos nazis que yo he conocido, no tiene ningún sentido”. En “Le Monde” del 27 de agosto, Mr.Point Delpech citó a Simone Veil que acompañaba al convoy humanitario de la Asociación Equilibrio en Bosnia:

"Refugiado no es deportado, un campo de agrupación de refugiados no es un campo de concentración, mucho menos un campo de exterminio. El genocidio tiene un sentido diferente."
(Gerard Baudson. The New World Order and Yugoslavia. Part three, 1996).(4)

Otro ejemplo más, en este caso de propaganda negra, es decir, de acusar al enemigo de los crímenes propios, lo tenemos en las masacres de Sarajevo, la de la panadería en 1992 y las dos Masacres del Mercado en 1994 y 1995. Aquí se acusó de forma unánime otra vez a los serbios, sin embargo, las evidencias decían y dicen lo contrario, es más, dicen que estos atentados terroristas se perpetraron contra la misma población musulmana  por sus propios dirigentes, con el fin, gracias al apoyo de los medios de comunicación, de atribuirlos a los serbios y así condicionar importantes negociaciones que estaban en juego y provocar el ataque final de la OTAN sobre los serbobosnios. Para a quien esto le suene extraño o que no lo vea posible le recomiendo que siga el siguiente enlace, y atienda a las pruebas y no a los prejuicios: Las masacres del Mercado de Sarajevo, quién y por qué se cometieron. Si alguien piensa que los líderes de una población no son capaces de utilizar a esta como carne de cañón y como escudo humano para condicionar a la opinión pública, es que desconoce profundamente la historia humana. ¿Por qué se hicieron estos atentados?, el de 1992, el de la cola en la panadería, porque la Unión Europea tenía previsto reunirse en esas fechas para tomar medidas sancionadoras o no contra los serbios. La de 1994 en el día en que se tienen que reunir las comunidades bosnias: croata, serbia y musulmana para llegar a acuerdos de paz, y la de 1995, el día 28, para tener la justificación para un bombardeo del sistema defensivo serbobosnio por parte de la OTAN. Las tres masacres tuvieron una enorme utilidad para los dirigentes bosniomusulmanes que habían pactado con EE.UU. el no llegar a ningún acuerdo e imponerse por la fuerza. No todos los musulmanes bosnios tenían esa postura extrema, violenta y completamente injusta y amoral, tenemos el caso del líder musulmán moderado Abdic, que abogaba por la negociación, vista la imposibilidad de tratar de dividir Bosnia en facciones, ya que esto provocaría una guerra civil, por ello quería mantener esta unidad bajo Yugoslavia. Finalmente fue atacado en el mismo mes de agosto de 1995, aprovechando el ataque final lanzado contra todo oponente, tanto en la Krajina, en Bosnia contra los serbobosnios, como con esta región administrativa dirigida por Abdic y no controlada por Izetbegovic. (5) Los medios de comunicación occidentales permanecieron mudos al respecto.
Ya, en relación a las cifras de muertos entre albanokosovares y serbokosovares en Kosovo, los números de occidente, de sus medios de comunicación y de sus organismos oficiales, no casan en absoluto con los de los hechos reales.

...en  el cómputo general de la guerra en Kosovo el balance de muertos era mucho mayor en el lado serbio, algo que no querían recordar en occidente. Hasta enero de 1999 se contabilizaban en torno a dos mil víctimas por los enfrentamientos. George Robertson confesaba ante la Cámara de los Comunes que la mayor parte de los crímenes cometidos correspondían al UCK, Nicolas Wheeler también coincide en esta observación e indica que la policía serbia sería responsable de unas quinientas muertes, quedando mil quinientos en responsabilidad de la organización extremista albanokosovar.(6) Pero los medios de comunicación querían dar otra versión para alentar el ataque de la OTAN, que se produciría a finales de marzo de 1999. Por ejemplo, un editorial de The Guardian del 26 de marzo de 1999 hablaba de la guerra como "un reto para nuestra generación";. El Mirror lo expresaba así: "Ecos del holocausto"; yThe Sun pedía "pulverizarlos (a los serbios) con un bombardeo masivo", la BBC, incluso en el año 2002, mostraba en enero un programa,  Descubierto, en el que celebraba la jornada de Conmemoración del Holocausto, haciendo referencia a un supuesto holocausto imaginario provocado por los serbios. En el New York Times Tomas Friedman, el 23 de abril de 1999, en un artículo titulado sin ambigüedades como: "déjense de milongas", hablaba de "limpieza étnica"; causada por los serbios a los que había que castigar, pidiendo  que "todas las centrales eléctricas, las conducciones de agua, los puentes, las carreteras"; deberían convertirse en objetivo de la OTAN.(6) Y eso es lo que hizo la OTAN a partir del 24 de marzo de 1999, bombardear sistemáticamente un país como Serbia durante setenta y ocho días, matando al menos durante esos días a dos mil civiles, las secuelas, por el propio cáncer producido con el uranio lanzado,  originarían bastantes más muertes; y destruyendo sus infraestructuras, industria, escuelas, hospitales, instalaciones agrícolas, etc., además de contaminar el suelo, agua y cultivos con uranio y otros productos tóxicos lanzados. Toda esta barbarie fue posible una vez más gracias a la campaña de odio y mentiras sembradas por los medios corporativos. 

Como ven, y van a poder seguir viendo, la "información" de los medios de comunicación occidentales respecto a la guerra de Yugoslavia fue no solo mala, sino intencionadamente mala, logrando confundir a la poblaciones europeas,  y así, de esta forma, poder llevar a cabo de modo impune la entrada a sangre y fuego del neoliberalismo en un lugar donde no debía haber llegado si la razón, la sensatez y la propia verdad hubiesen ganado la partida.

Notas.
(1) Mikel Itulain. Estados Unidos y el respeto a otros países y culturas. Libertarias. 2012.
(2) Mikel Itulain. ¿Fue la guerra de Cuba una guerra humanitaria? Enlace
(3) Michel Collon. El juego de la mentira. Hiru, 1999.
(4) Mikel Itulain. Justificando la guerra.2012
(5) Michael Parenti. To kill a nation: The attack on Yugoslavia. Verso. 2000.
(6) David Edwards, David Cromwell.Los guardianes del poder. Txalaparta. 2011, pp.159-170.
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Continuamos con esta segunda parte del trabajo de Edward Herman La política de la masacre de Srebrenica, donde se revelan una buena cantidad de falsedades que se contaron antes y después de ese suceso en Srebrenica, mostrando que la política general era precisamente esa, la de la falsificación.

Parte 2- La serie de mentiras antes y después de Srebrenica:
En cada etapa en el desmantelamiento de Yugoslavia, su limpieza étnica, y antes y durante la guerra de la OTAN sobre la provincia de Kosovo en Serbia en 1999, las mentiras de la propaganda jugaron un papel muy importante en promover el conflicto y las acciones antiserbias. Había mentiras de omisión y mentiras que directamente transmitían falsas impresiones y falsa información. Una forma importante de mentira de omisión fue la constante presentación de la mala conducta serbia, como solo de los serbios, no además del comportamiento de los musulmanes y croatas o del conflicto en conjunto. Caso tras caso los medios de comunicación informarían sobre los ataques y atrocidades de los serbios, negándose a informar sobre los anteriores ataques sobre los serbios en esas mismas ciudades y haciendo parecer el comportamiento serbio como actos de agresión no justificados y barbarie.

Esto fue evidente desde el mismo comienzo de los combates serios en 1991 en la República de Croacia. En el tratamiento de la ciudad croata del este, Vukovar, por ejemplo, los medios (y el ICTY -Tribunal Penal Internacional para Yugoslavia-) se centraron exclusivamente en la toma de la ciudad por el Ejército Federal Yugoslavo en otoño de 1991, ignorando completamente la anterior matanza en primavera y verano de las tropas de la Guardia Nacional Croata y de paramilitares de cientos de serbios [serbocroatas] que habían vivido en la zona de Vukovar. De acuerdo a Raymond K. Kent, "una cantidad considerable de población serbia desapareció sin haber huido en la mayor ciudad de Eslavonia, Vukovar, dejando muestras de tortura en las catatumbas del muelle de la antigua Austria debajo de la ciudad, con evidencias de asesinatos y violaciones. Los medios de comunicación occidentales cuya demonización de los serbios estaba bien en marcha decidió pasar por alto estos hechos ..." (12) Este enfoque engañoso y selectivo fue la norma en la práctica de los medios y del ICTY.
Las mentiras por omisión fueron también claras en la atención dada a los campos de prisioneros serbobosnios como Omarska, sobre el cual los medios de comunicación se centraron intensamente y con indignación, cuando de hecho los musulmanes y los croatas tenían similares campos -en Celebici, Tarcin, Livno, Bradina, Odzak y en el campo de Zetra en Sarajevo, entre otros sitios- (13) con números aproximadamente comparables, instalaciones y ciertamente un trato no peor a los prisioneros; (14) pero en contraste con los serbios, los musulmanes y los croatas contrataron firmas de relaciones públicas competentes y negaron el permiso para inspeccionar sus instalaciones y el ya bien desarrollado sesgo hizo que los medios tuviesen poco interés en ellos, salvo los campos serbios.
Acusaciones extravagantes  de condiciones en los "campos de concentración" serbios como las de Auschwitz fueron difundidas por los "periodistas empotrados" [periodistas que colaboran con la maquinaria de guerra como una parte más de ella] que se tragaron los folletos de propaganda de los oficiales musulmanes y croatas y de las compañías de relaciones públicas. Roy Gutman, que ganó un premio Pulitzer junto con John Burns por el reportaje en Bosnia en 1993, dependía en gran medida de funcionarios croatas y musulmanes y de testigos con credenciales sospechosas e imposibles reivindicaciones, y él fue una fuente principal de la inflada, sesgada y falsa propaganda de los "campos de concentración". (15) El premio Pulitzer de John Burns estaba basado en una extensa entrevista con Boris Herak, un serbobosnio capturado entregado a él, y en un cineasta financiado por Soros de los bosniomusulmanes. Varios años más tarde Herak admitió que su extremadamente inverosímil confesión había sido bajo coacción y que había sido forzado a memorizar muchas páginas de mentiras. Dos de sus supuestas víctimas además volvieron a la vida en años posteriores. Al informar sobre Herak, John Burns y el New York Times (y el film financiado por Soros) suprimieron el hecho que dañaba la credibilidad que Herak había acusado además al ex-comandante de UNPROFOR, el general canadiense Lewis Mackenzie, de haber violado a jóvenes musulmanas en un burdel serbio. (16) Estos premios escandalosos son sintomáticos del sesgo de los medios que era ya abrumador en 1992 y 1993.
En un reciente acontecimiento de interés, en una visita al moribundo Alija Izetbegovic, Bernard Kouchner le preguntó sobre los campos de concentración serbios, tras lo cual Izetbegovic, sorprendentemente, admitió que esos hechos habían sido exagerados con el propósito de conseguir que la OTAN bombardease a los serbios. (17) Esta importante confesión no ha sido mencionada en los grandes medios de comunicación estadounidenses o británicos. 
Una de las más importantes mentiras de la propaganda de los años 90 la caracterizó el campo de Trnopolje dirigido por los serbios, y visitado por por reporteros  de ITN  de Gran Bretaña en agosto de 1992. Estos reporteros fotografiaron a Fikret Alic, residente en el campo, mostrándolo escuálido y aparentemente dentro de una alambrada de un campo de concentración. En realidad, Fikret Alic estaba en un campo de tránsito, era un hombre enfermo (y estaba enfermo con tuberculosis mucho antes de llegar al campo), no era de ninguna forma un ejemplo respecto a sus compañeros en el campo y fue pronto capaz de ir a Suecia. Además, la alambrada estaba alrededor de los fotógrafos, no del hombre fotografiado (18). Pero esta enormemente deshonesta foto fue mostrada en todas partes en occidente como prueba de un Auschwitz organizado por los serbios, fue denunciado por altos mandos de la OTAN, y ayudó a crear la base moral para la creación del ICTY  y enfoque claro sobre el mal serbio.
En el caso del cerco de Sarajevo, como con el conflicto alrededor de muchas ciudades "protegidas", el Gobierno musulmán estaba ocupado con un programa continuo de provocar a los serbios, culpabilizándoles por la respuesta resultante, mintiendo sobre las víctimas e intentando -normalmente con éxito- hacer culpables a los serbios. Como Tim Fenton ha dicho: "las acusaciones de masacres de los musulmanes bosnios estuvieron en cualquier conflicto del que se informó como la noche sigue al día, más notoriamente el Primer Ministro musulmán Haris Silajdzic culpabilizó a la ONU de que era responsable por las muertes de 70.000 en Bihac a principios de 1995, cuando de hecho apenas había habido ningún enfrentamiento y las víctimas eran pocas."(19)
Una notable característica de la lucha de los musulmanes bosnios para demonizar a los serbios, con el propósito de conseguir que la OTAN viniese en ayuda de ellos con bombas, fue su voluntad de matar a su propia gente. Esto fue especialmente notable en el caso de los crueles atentados sobre los civiles en Sarajevo en tres masacres: en 1992 (la Masacre de la cola de la panadería), 1994 (la Masacre del mercado de Markale) y una Segunda Masacre del mercado en 1995. En el discurso oficial los serbios fueron responsables y es cierto que no es fácil de creer que los líderes musulmanes matarían a su propia gente para obtener provecho político incluso si las evidencias apuntan de forma contundente en esa dirección. Pero estas masacres fueron muy bien calculadas en el tiempo para influenciar las decisiones inminentes de la OTAN y la ONU para intervenir más por la fuerza en beneficio de los musulmanes bosnios. Más importante, numerosos oficiales de la ONU y oficiales militares de alto rango occidentales habían indicado que la evidencia era importante en los tres casos que las acciones fueron planificadas y ejecutadas por los musulmanes bosnios. (20) El oficial del Ejército de los Estados Unidos John E. Sray, que estaba en Bosnia en el lugar durante estas y otras masacres y era el jefe de la sección de inteligencia  de EE.UU. en Sarajevo, incluso sugirió que los incidentes, y la probable connivencia de oficiales bosniomusulmanes en estas atrocidades, "merecen un completa investigación por el Tribunal Internacional de Crímenes de Guerra". (21) No hace falta decir que tal investigación no fue puesta en marcha. En resumen, esta visión de las tres masacres no es una teoría conspiratoria, es una conclusión basada en evidencias serias y sustanciales, pero incluso no debatidas en los discursos dominados por la línea de partido de la reciente historia balcánica. (22)
Tanto antes como después de Srebrenica mentir sobre el número de muertos era también una práctica habitual, útil en el mantenimiento del discurso dominante. Para Bosnia, en diciembre de 1992 el gobierno bosnio musulmán denunció 128.444 muertes de sus fuerzas y gente, cifra que aumentó a 200.000 en junio de 1993, aumentando a 250.000 en 1994. [23] Estas cifras fueron tragadas sin el menor escrúpulo por los políticos occidentales, los medios y los intelectuales que hicieron campaña por la guerra (por ejemplo, David Rieff), con el propio Clinton utilizando la cifra de 250.000 en un discurso en noviembre de 1995. El ex funcionario del Departamento de Estado George Kenney ha cuestionado mucho estas cifras y se maravilló de la credulidad de los medios en la aceptación de estas afirmaciones sin el menor interés en la verificación. Su propia estimación iba estaba entre 25.000 y 60.000. [24] Más recientemente, un estudio patrocinado por el gobierno de Noruega estimó los muertos de la guerra de Bosnia como 80000, y uno patrocinado por el Tribunal de La Haya en sí, llegó a una cifra de 102.000 muertos. [25] Ninguno de estos estudios han sido mostrados en los medios de EE.UU., que habían ofrecido regularmente a sus lectores / oyentes los números inflados.
Un proceso de exageración similar tuvo lugar durante los 78 días de bombardeo de la OTAN en 1999, con altos funcionarios de EE.UU. indicando en varias ocasiones 100.00, 250.000 y 500.000 asesinatos de albanokosovares por los serbios, junto con el abundante uso de la palabra "genocidio" para describir las acciones de los serbios en Kosovo (26) Esta cifra se redujo gradualmente a 11.000 y ha permanecido ahí, a pesar del hecho de que solo alrededor de 4.000 cuerpos fueron entregados en una de las búsquedas forenses más intensas de la historia, y con un número desconocido de aquellos cuerpos de combatientes, serbios y civiles víctimas del bombardeo de EE.UU. Pero los 11.000 deben ser válidos porque los gobiernos pertenecientes a la OTAN y el ICTY lo dicen, y Michael Ignatieff aseguró a los lectores del New York Times que "si esos 11.334 serán encontrados depende de si los militares serbios y la policía los quitó" (27)
Este registro sistemático de desinformación ciertamente no desmiente la verdad del discurso dominante sobre la masacre de Srebrenica. Lo que sí hace, sin embargo, sugerir la necesidad para una observación más rigurosa de las afirmaciones, que han demostrado ser tan convenientes, una observación más rigurosa que los grandes medios de comunicación se han negado constantemente a proporcionar.
Notas:
12. Raymond K. Kent, “Contextualizing Hate: The Hague Tribunal, the Clinton Administration and the Serbs,” Dialogue (Paris), v. 5, no. 20, December, 1996 (as posted to the Emperor’s Clothes website, http://www.emperors-clothes.com/misc/kent.htm
13. Carl Savitch, "Celebici," http://www.serbianna.com/columns/savich/047.shtml.
14. It would be hard to surpass the savagery  of the Bosnian Muslims at the Celebici camp, described in ibid. See also, Diana Johnstone, Fools' Crusade (Pluto: 2002), pp. 71-72.
15. See the two works by Peter Brock, note 9 above; also Johnstone, Fools' Crusade, pp. 70-83.
16. For details and citations see Brock's article and book (note 9 above).
17.  Bernard Kouchner, Les Guerriers de la Paix (Paris: Grasset, 2004), pp. 372-4.
18. Johnstone, Fools' Crusade,  pp, 72-73; Thomas Deichmann, "Misinformation: TV Coverage of a Bosnian Camp," Covert Action Quarterly,  Fall, 1998, pp. 52-55.
19. In a private communication dated November 21,  2003.
20. For a good summary of  the case that these were "Self-Inflicted Atrocities," with further references, see the Senate Staff Report of January 16, 1997, on "Clinton Approved Iranian Arms Transfers Help Turn Bosnia Into Militant Islamic Base,"  http://www.senate.gov/%7erpc/releases/1997/iran.htm#top. See also Cees Wiebes, Intelligence and the War in Bosnia, 1992 - 1995, London: Lit Verlag, 2003, pp. 68-69:  http://213.222.3.5/srebrenica/toc/p6_c02_s004_b01.html ).
21.  John E. Sray, "Selling the Bosnian Myth to America: Buyer Beware," Foreign Military Studies, Fort Leavenworth, Kansas, October, 1995, <http://fmso.leavenworth.army.mil/documents/bosnia2.htm>.
22. For exceptions to this rule, Leonard Doyle, "Muslims 'slaughter their own people.'" The Independent, Aug. 22, 1992; Hugh Manners, "Serbs 'Not Guilty' of Massacre," The Sunday Times [London], Oct. 1, 1995. David Binder was unable to get his own paper, the New York Times, to publish analyses of possible Muslim involvement in Sarajevo massacres; he had to publish these elsewhere. See David Binder, "The Balkan Tragedy: Anatomy of a Massacre," Foreign Policy, No. 97, Winter, 1994-1995; David Binder, "Bosnia's Bombers," The Nation, October 2, 1995
23. For a good summary, Srdja Trifkovic, "Une spectaculaire revision de chiffres," Balkan Infos (B.I.), February 2005.
24. George Kenney, "The Bosnian Calculation," New York Times Magazine, April 23, 1995.
25. See Trifkovic, supra note 23; also, http://grayfalcon.blogspot.com/2004/12/death-tolls-part-3.html.
26. See Edward Herman and David Peterson, "The NATO-Media Lie Machine: 'Genocide' in Kosovo," Z Magazine, May 2000: http://www.zmag.org/ZMag/articles/hermanmay2000.htm
 27. Michael Ignatieff, "Counting Bodies in Kosovo," New York Times, November 21, 1999.

Para ver la Parte I de esta serie sobre Srebrenica ir a este enlace: Parte I

2 comentarios:

  1. Da igual quienes comenzaron , quienes perpetuaron la masacre, el hecho es muy grave , murieron serbios , Bosnios, y mas que eso! asesinaron indiscriminadamente hombres, mujeres y niños , en la cara de toda la comunidad internacional, es un asco! y es una estupidez decir que los buenos eran los Serbios! cuando han cometido actos aberrantes contra seres humanos! , cuando hay videos y fotografias del infierno se Srebrenica

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  2. En primer lugar moléstate en leer las cuatro partes de que consta esta exposición, aquí tienes el enlace:
    http://miguel-esposiblelapaz.blogspot.com.es/2013/10/la-masacre-de-srebrenica-parte-iv.html

    Porque no se habla para nada de buenos y malos, sino que se muestran los hechos y su contexto.
    No pudo haber mujeres y niños, porque, como se dice, se les permitió salir. Algo muy poco común en este tipo de enfrentamientos o revanchas.

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