domingo, 9 de junio de 2024

La derrota de occidente (PS. 19.06.24)

 


Cuando durante tu existencia te has dedicado a violentar y robar a tus semejantes no mereces ni que la fortuna ni la compasión te acompañen. Tarde o temprano alguien te dará tu merecido, aunque uno mismo con esa actitud ya está forjando su ruina y cavando su propia sepultura.

Es el caso de cómo ha actuado occidente de cara al mundo. Donde ya existe un hartazgo acumulado que por fin ha dado lugar a un cambio de alianzas posibilitado por una decidida concienciación de que si quieres que te respeten debes hacerte respetar. Para conseguir esto, dado que occidente se ha impuesto finalmente en cada uno de sus múltiples abusos y humillaciones a otras naciones mediante su superioridad militar, era necesario un desarrollo tecnológico en estas naciones que pudiese evitar estos desmanes. Tal cambio ha ocurrido, posibilitando el avance de sus economías y la competencia de sus ejércitos que harán agachar sus orejas al matón sin conciencia, que ahora está justamente siendo humillado.

No olvidemos que el monstruo del nazismo fue creado y sigue siendo alimentado hoy por esos dirigentes tiránicos y antidemocráticos que son dueños de las corporaciones y que eliminarán, si pueden, a cualquiera que disienta de ellos y no les obedezca. 

Todas las guerras que ustedes han conocido y conocen ahora, como la de Ucrania, han puesto y ponen en evidencia a nuestras sociedades occidentales. Nos retratan y lo hacen en el peor sentido imaginable.

De ahí que la derrota de occidente sea una necesidad moral y ética imperiosa que toda persona de bien debe ansiar y apoyar. Por lograr un mundo más habitable, más humano y menos raro, como dice la canción, para una convivencia pacífica donde un progreso real y no el ficticio que vemos por estos lares tenga por fin su espacio.

La caída de occidente está ocurriendo ya, su hundimiento está en marcha. Pero puede darse de la peor de las formas posibles si se continúa atacando, como hacen, a sus poderosos rivales. Porque llegará un momento en que el acosado, ante una amenaza real a su existencia, despliegue todo su poder defensivo, destruyendo definitivamente a su rival mediante una devastación nuclear para la que ya no habrá vuelta atrás. Puede ocurrir, no lo olviden, y será responsabilidad nuestra. Ya nos lo advirtieron si seguimos en esas: "si la confrontación ya es inevitable, debes golpear primero". 

Recientemente el antropólogo e historiador Emmanuel Todd exponía a la audiencia de uno de esos medios corporativos que se han dedicado durante años a hacer propaganda y no periodismo unas realidades que deberán afrontar y entender. Como que la Federación rusa ganará la guerra contra la OTAN que se libra en Ucrania. Como que la propia decadencia y la falta de respeto de occidente hacia los demás provocarán su derrota y caída, que es próxima, porque un falso orgullo y un abundante egoísmo y maldad acelerarán, como lo están haciendo, este proceso.

Aquí tienen esta interesante entrevista a Emmanuel Todd.

El hombre que explica por qué Occidente será derrotado en breve

Emmanuel Todd predijo 15 años antes la caída de la URSS. En su último libro explica los motivos por los que los países antes dominantes están viviendo un declive difícilmente reversible

Foto: El antropólogo, historiador y ensayista francés Emmanuel Todd en su apartamento, en Paris, 2022. (Alamy Stock)
El antropólogo, historiador y ensayista francés Emmanuel Todd en su apartamento, en Paris, 2022. (Alamy Stock)

El historiador, antropólogo y sociólogo Emmanuel Todd (1951) fue conocido con La chute final, publicado en 1976, un ensayo en el que predijo la caída de la URSS, y desde entonces sus ideas no han dejado de generar debate público en el país vecino. Así ha ocurrido con el último de sus libros, un éxito de ventas, La derrota de Occidenteque acaba de ser traducido por Akal. Todd señala tres principales causas del declive: el desplome industrial de EEUU y la creación de un PIB de naturaleza ficticia; la desaparición del protestantismo, que daba soporte al sistema económico, y cuya decadencia ha pasado por la fase del protestantismo zombi hasta llegar al protestantismo cero, que está cerca del nihilismo; y la preferencia del resto del mundo por Rusia antes que por Occidente.

PREGUNTA. Usted afirma en el libro, en diferentes ocasiones, que es un científico social y que no ofrece puntos de vista morales, sino que trata de describir unos hechos de la manera más objetiva posible. ¿Por qué era importante subrayar esto?

 

RESPUESTA. Es importante porque la situación es extraña en Francia, como en Occidente, porque en cuanto sugieres que Putin tiene inteligencia y que Rusia existe como un pueblo con tradiciones políticas específicas, muy ligadas a la idea de soberanía, la gente te acusa de ser prorruso y putinista, y esto no es cierto. Soy un occidental, me encantan el pluralismo y la democracia liberal y no defiendo una moral particular. Soy antropólogo social, y mi trabajo es analizar. Quiero aportar algo a la discusión social, ni siquiera me considero un intelectual.

P. Usted afirma que su libro es una secuela de La ética protestante y el espíritu del capitalismo, de Max Weber. Y asegura en él que el capitalismo actual se ha liberado de la ética protestante y que esta es la causa de su deficiencia moral y de su simpleza intelectual.

 

R. Sí, es una cuestión de deficiencia moral, pero también lo es de falta de eficiencia. Hay un vínculo evidente entre el despegue de la economía en Europa y en EEUU y el auge del protestantismo. Existen varias razones, pero la más importante es la relación con la educación. Como un buen protestante debe saber leer las Sagradas Escrituras, entre los siglos XVI y XVIII, se produjo una alfabetización masiva. Y en la medida en que la gente sabe leer y escribir, también comienza a ser mucho más eficiente a la hora de formarse laboralmente.

 

Pero también están el componente social y moral y la actitud hacia el dinero. Los protestantes tenían que trabajar para demostrar algo. Si querías ser un buen católico, intentabas hacer el bien y así obtenías una recompensa. El protestantismo era otra cosa a causa de la predestinación. Habías sido elegido para la vida eterna (o para la muerte eterna) y lo que hacías en la Tierra era la prueba. Por eso el trabajo y el éxito eran buenos, porque demostraban que eras uno de los elegidos. Esto produce una psicología loca, en la que tienes a Dios metido en tu inconsciente diciéndote que trabajes duro. En los países católicos teníamos dificultades para entender esto.

 

"La desaparición de los valores protestantes en el mundo angloamericano permite entender su fracaso educativo y su desorden moral"

 

Esta influencia es evidente si nos fijamos en Prusia, Suecia, Países Bajos o Gran Bretaña. El mapa de mayor alfabetización en Europa y el de las principales nacionales industriales hacia 1900 coinciden con los países protestantes. Gran Bretaña y Alemania eran los Estados más avanzados, y fuera de Europa estaba EEUU. Francia se mantenía en la carrera porque era un país católico que estaba suficientemente cerca del mundo protestante como para mantenerse al día. Esa fue también la época de relativo declive de Italia o España.

La desaparición de los valores protestantes en el mundo angloamericano en las últimas décadas hace comprensible el declive de EEUU y el de Gran Bretaña, así como su incapacidad para producir toda clase de bienes, incluidas las armas que necesitan para las guerras. Puedes entender su fracaso educativo, el desorden moral y la huida del trabajo. Y también se puede apreciar cómo el neoliberalismo no es tanto una innovación como un nuevo sistema moral. 

Estos procesos son bien conocidos y son muy difíciles de revertir. La ética cristiana tardó siglos en construirse. La pérdida de la ética protestante no es algo de lo que se pueda recuperar EEUU en unos cuantos años.

 

P. Una de las consecuencias de lo que usted llama ‘protestantismo cero’ es la construcción de una economía irreal, con un enorme PIB ficticio. Hay una gran separación entre la economía de los grandes números y la de la vida cotidiana, entre la economía financiarizada y la productiva.

 

R. Sí, sin duda. Proviene de la disminución de los estándares educativos en el mundo angloamericano y de su huida del trabajo manual, que es un algo típico en la historia, aparece en todos los procesos de decadencia.

 

El capítulo más difícil de escribir fue el de Gran Bretaña porque tengo un vínculo personal con el país, le debo mucho, específicamente a Cambridge. Por eso, hasta ahora, me resultaba difícil criticar lo que estaba sucediendo en Gran Bretaña allí, no era capaz de verlo. Me resultaba complicado aceptar la idea de que Margaret Thatcher fuese tan horrible como Ronald Reagan con el nacimiento del neoliberalismo y la destrucción de una sociedad civilizada.

 

"El colapso de las élites británicas ha tenido efectos secundarios negativos en las élites de EEUU y en lo poco que queda de su racionalidad"

 

Lo que está sucediendo en Gran Bretaña es importante porque en ella aparecen ese tipo de economía falsa que hay en EEUU y la desintegración de los valores morales, específicamente entre su clase dominante. Gran Bretaña no es un país poderoso, pero la clase dominante británica, antes de su desintegración, había sido un modelo para la clase dominante estadounidense. La Universidad estadounidense para las élites, así como su escuela secundaria, se inspiraron en el sistema británico, en Oxford, Cambridge y en sus escuelas. Y este colapso de las élites británicas ha tenido y tendrá efectos secundarios en las élites estadounidenses, y en lo poco que queda de su racionalidad.

Gran Bretaña, aunque política o geopolíticamente era un submarino estadounidense en Europa, fue la madre de los Estados Unidos, y la implosión de Gran Bretaña tiene y tendrá un importante efecto negativo para los EEUU.

 

P. Presta en el libro mucha atención a Rusia. Hay un deseo expresado con insistencia en Gran Bretaña, pero también en países europeos y en EEUU, de que Rusia sea derrotada en Ucrania. Usted afirma que no es posible.

 

R. El libro lo escribí el pasado verano durante la llamada contraofensiva ucraniana. Nos decían que los ucranianos reconquistarían territorio y llegarían hasta Crimea. En fin, se trataba de una contraofensiva que solo estaba en las mentes del Pentágono y de los británicos, aunque los muertos fueran ucranianos. No soy un militar ni un ideólogo, sino un historiador, y desde este punto de vista era fácil ver, y así lo escribí, haciendo prospectiva, que no iba a funcionar.

 

Al final, Ucrania será derrotada porque Rusia es ahora estable y más poderosa. Es incluso capaz de producir más armas que el oeste. Vemos que el ejército ruso progresa poco a poco. Lo hacen lentamente, porque los rusos no quieren tanto ganar territorio como destruir el ejército ucraniano y tratan de evitar, en la medida de lo posible, que sus bajas sean muy numerosas. Por supuesto, esta postura es totalmente contraria a lo que se lee en nuestra prensa.

 

Creo que los rusos querrán recuperar Járkov, pero también llegar hasta Odesa. Los británicos han provocado que este sea el propósito, porque han sido tan eficientes a la hora de enviar drones a Sebastopol que los rusos ahora saben que su flota no estará segura hasta que lleguen a Odesa. Así que es inevitable. Creo que lo que los rusos querrán es conquistar y conservar parte del territorio ucraniano y convertir lo que quede de Ucrania en un Estado neutral con capital en Kiev.

Es increíble el estado de negación en Occidente, que ya no piensa estratégicamente. No hay más que acordarse de Nixon y Kissinger, que tenían un gran problema con el mundo comunista. Vieron que había diferencias entre la URSS y China y lo aprovecharon, llegando a un acuerdo con Pekín para evitar la alianza entre los dos países comunistas. Eso es una geopolítica razonable, ahora se ha hecho justo lo contrario. O fíjate en Gaza. Los estadounidenses no son capaces de decir a los israelíes que se detengan. El efecto de esto en el mundo árabe y musulmán es que acaben deseando una victoria rusa porque gran parte de su población ve a los rusos como un escudo frente a la forma de hacer estadounidense. En definitiva, hay demasiada estupidez y demasiada irracionalidad en las acciones de Washington.

P. Un asunto relevante para explicar la decadencia occidental es el debilitamiento de sus clases medias. No puede haber instituciones sólidas cuando la sociedad se divide profundamente fruto de la desigualdad. El Estado necesita de bases donde asentarse y cuando las clases medias caen, desaparece también su primer pilar. La inestabilidad vital aumenta. Este es un gran problema para Occidente. ¿Qué podemos hacer al respecto?

 

R. En fin, soy un investigador, alguien que analiza, no soy un ideólogo, no trato de aportar soluciones. Lo que puedo proporcionar es un análisis, que es en buena medida pesimista, pero no del todo. Hay elementos optimistas en el libro. El mismo hecho de que podamos estar hablando de esta manera gracias a Internet ya marca una diferencia positiva. La decadencia del protestantismo también ha provocado que las formas de racismo disminuyan, especialmente en EEUU. No quiero decir que no haya racismo, pero es menor que el de otras épocas.

 

Hay, no obstante, dificultades evidentes. La desaparición de las clases medias es la consecuencia de la destrucción de un sistema industrial y también de una mentalidad. La verdadera matriz de la sociedad durante siglos era la religión. Pero esa matriz se ha ido desintegrando, y no solo por el debilitamiento de la religión o por la pérdida de fuerza de las formas familiares, sino por la desaparición de las formas ideológicas (la nación, el comunismo, el socialismo) que reunían a la gente. El individuo se ha quedado solo y no hay ninguna estructura que haya venido a sustituir a las antiguas.

 

Uno de los elementos principales, ahora que la gente vuelve a estar obsesionada con la Primera Guerra Mundial, es la falta de dinamismo de la población. Entre principios del siglo XX y, más o menos, la década de 1980, las poblaciones se reproducían con una tasa elevada de fertilidad, lo que hacía posible seguir adelante. Tuvimos la guerra de 1914 y millones de personas murieron. Hubo una segunda guerra y murieron más millones de personas todavía. Pero después de 1945, a los europeos todavía nos quedó energía para avanzar. Hubo un despegue económico formidable con una sociedad de consumo fuerte porque los parámetros demográficos lo hicieron posible. Este ya no es nuestro caso. Quiero decir, hay una natalidad baja en todas partes y tenemos una población que envejece. ¿Encontraremos otra vez la energía para seguir luchando?

 

P. La última pregunta. No sé si hay una analogía a la que podamos acudir para entender nuestra época. ¿Se parece a la república romana, a la república de Weimar, a la caída de la URSS…? 

R. Quizá el final del Imperio romano. Ahí estaba el colapso de los sistemas religiosos, la destrucción de las clases medias por la esclavitud, la falta de sentido existencial. Pero resulta difícil comparar nuestra época con otro momento de la historia. El Imperio romano era una parte del mundo, no especialmente grande, y ahora estamos hablando del mundo entero, tenemos muchas más posibilidades tecnológicas, más riesgos… Estamos en una situación sin equivalente histórico. Creo que lo que viene será muy sorprendente.

https://www.elconfidencial.com/cultura/2024-06-05/entrevista-emmanuel-todd-occidente-derrota_3895682/

PS:

Seymour Hersh, uno de los escasos periodistas que todavía quedan en occidente, dice algo obvio para cualquier persona con conocimiento y honestidad sobre las relaciones internacionales, que la Federación rusa no quiere sino crear una zona neutra entre ella y la OTAN para evitar ser agredida.


La gente pasa olímpicamente de participar en unas elecciones para el parlamento de la Unión Europea, donde las decisiones las toman unos oligarcas a espaldas de la opinión popular a través del órgano ejecutivo que es la Comisión Europea, a la que nadie elige.


Y para colmo eligen aquellos partidos, como el de Le Pen en Francia, que apuestan por su soberanía nacional y por no enfrentarse a quien había sido un socio y proveedor imprescindible para la Unión Europea, la Federación rusa.


La patética Yolanda Díaz, que apoya con el envío de armas al régimen nazi en Ucrania, dimite tras su tercera debacle electoral este año. La primera la tuvo en el enorme rechazo en su tierra,, después en Euskadi y ahora en la UE.


Occidente es tan depravado que ha apoyado los mayores criminales y fanáticos, como el Batallón Azov. Ahora ya quiere blanquearlo de cara a la sociedad occidental. Comprenden por qué occidente debe ser y será derrotado?


Los de Azov nunca han ocultado su siniestra naturaleza.




En la Eurocopa se oye y ve la realidad política que los medios silencian. Aficionados rumanos corean al dirigente ruso, Putin, tras la goleada a Ucrania, y los aficionados ucranianos siguen con sus eslóganes nazis.




Una cruda realidad que no se ha querido admitir en occidente. Occidente que provocó la guerra de Ucrania. Así la BBC no tiene otro remedio que reconocer la aversión de la gente de Ucrania al reclutamiento y el miedo a ser atrapados por ellos. En realidad no quieren ser carne de cañón de una nación vendida a intereses extranjeros para servir a éstos. Los rusos no van a violar ni matar a nadie que no se les enfrente. Lo saben bien en las zonas de cultura rusa como Jarkov o Odessa. De hecho muchas personas no se van ni de los frentes de batalla porque esperan, han esperado durante años, al ejército ruso.







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