viernes, 13 de enero de 2017

Los intelectuales como legitimadores de los mayores poderes y sus guerras


El astrónomo y escritor Carl Sagan nos advertía hace ya un largo tiempo que la historia, nuestra historia, está llena de gente que por temor, ignorancia o ambición han propiciado y originado verdaderas catástrofes. Nos mostraba como la destrucción del saber acumulado durante generaciones y el abandono de la sabiduría y ciencia clásicas tenían su raíz en esos males humanos. Lanzaba, Sagan, una acusación directa y certera contra los intelectuales de las letras y ciencias:
No hay noticia en toda la historia de la biblioteca [de Alejandría] de que algún ilustre estudioso o científico hubiese desafiado seriamente alguna vez un solo supuesto político, económico o religioso de la sociedad en la que vivieron. La permanencia [inmutabilidad] de las estrellas fue cuestionada, pero la justicia de la esclavitud no. 1
La indiferencia o cobardía en denunciar las injusticias y abusos que se cometían, marginando, oprimiendo y explotando a amplios sectores sociales que no se beneficiaban de los logros y riqueza que traían el conocimiento y las tecnologías que de él se derivaban, creaba un sustrato lleno de resentimiento e ignorancia que haría imposible la paz social y, en consecuencia,  el florecimiento y extensión generalizada de la cultura y la ciencia, que acabaron ellos y ellas destruyendo y olvidando lo que se sabía, generando un rápido e inexorable marchitamiento de algo que pudo haber sido y no fue.
Los seres humanos no han cambiado, se mantienen en su empecinamiento y egoísmo y siguen en su mayoría indiferentes al sufrimiento ajeno, y lo que es tanto peor, a las causas que lo generan. Pocos se atreverán, como entonces en Alejandría, a cuestionar las decisiones políticas o económicas de los dirigentes que desencadenan grandes dramas claramente evitables. No importa si como en Libia se envían hordas de matones sanguinarios,  que llegan a las plazas de los pueblos y ciudades y degüellan a esta o aquella persona más o menos al azar con el fin de aterrorizar a los demás, y destruyen el país más próspero de África. No importa tampoco que repitan la operación en otro lugar llamado Siria y vuelvan a generar una oleada de matanzas y destrucción.  Y por no importar, no importa y se mira hacia otro lado cuando en la misma Europa se hace resucitar el nazismo en pleno siglo XXI en Ucrania. Pero lo que deja sabor más amargo es que tal barbarie se ha tenido que justificar de algún modo, apelando a las inverosímiles y ficticias supuestas defensas de  vulneraciones de los derechos humanos. Como lo hacían quebrantando la realidad y los principios de la ética las organizaciones "humanitarias" y los medios de comunicación, componiendo un dúo tan fraudulento como deshonesto.
El intelectual en la sociedad aparenta tener una actitud verdaderamente crítica, es su papel, pero es normalmente solo eso, apariencia.
El problema con los intelectuales es que les encanta pretender que son críticos del poder cuando en realidad lo legitiman. Por ejemplo, lamentarán que nuestros gobiernos occidentales no hacen lo suficiente para promover nuestros valores (a través de intervenciones y subversiones), lo que, por descontado, refuerza el concepto de que “los nuestros” o “nuestros gobiernos” hacen eso de buena voluntad, algo de lo que conviene dudar, como trato de explicar en mi libro.
Estos intelectuales en ocasiones son criticados, ¿pero por quién? En general por figuras marginales, creo. Siguen dominando en los medios de comunicación y en la esfera intelectual. 2
En muchos casos la corrupción de los intelectuales se traslada a la sociedad por su influencia, por su capacidad persuasiva. Son utilizados por sus dueños como instrumento degradador de la dignidad y empatía humanas. Especialmente cuando se quieren desatar los vientos de la guerra. Podemos recordarlo en las inútiles perdidas de millones de personas en la Primera Guerra Mundial, aquel conflicto para acabar con todos los conflictos.
Se ha dicho correctamente que la inyección del veneno del odio en las mentes de los hombres por medio de la falsedad es un mal mucho mayor en los tiempos de guerra que las reales pérdidas de vidas. La corrupción del alma humana es  peor que la destrucción de su cuerpo. 3
En este tiempo presente, cuando los que hacen gran negocio con las campañas bélicas y los resultados que estas dan, y que así mismo dominan y agasajan, de una manera u otra, al mundo de los intelectuales o de los activistas preparados a propósito,  cuando lo necesitan ponen en marcha esa empresa de enardecimiento público a través de todos ell@s, haciendo odiar a imaginarios tiranos creados para la situación, inventando historias tan llenas de dolor e injusticia, sobre niños y sobre mujeres, que hasta el alma más dura se terminará por ablandar. Es el objetivo: demonizar para justificar. Justificar finalmente, no nos engañemos, una acción enérgica económica  y militar con unas consecuencias crueles para la población que las sufrirá. Por supuesto, los intelectuales en su gran mayoría, salvo raras excepciones, dirán que ellos están en contra de la intervención, es su papel, pero que no podemos ser indiferentes ante tanto sufrimiento y dolor. Sufrimiento y dolor al que ya se han encargado de buscar un culpable, que no es el responsable o responsable final de lo ocurrido y al que le tienen ganas, comúnmente por su independencia, los dueños de la economía y la política mundial. Quienes han promovido la demonización son tan responsables como los que les quitan el arroz o la leche a los niños o los que disparan a sus padres o violan a sus madres.
Podemos irnos a la Sudáfrica de los comienzos de los años 90 del pasado siglo, cuando sufría el ApartheidEn aquella época hubo una intensa deslegitimación y demonización de los movimientos que luchaban contra esta tiranía a cargo de los medios de comunicación, especialmente contra el MK y también contra el ANC (la organización de Mandela). Esto creó un clima favorable para disponer a la gente a que algo les pudiese ocurrir a estos líderes. Y así fue, Chris Hanni fue asesinado el 10 abril de 1993. Esto decía Mandela en su funeral:  
Criminalizar es proscribir y la caza de alguien fuera de la ley es vista como legítima. Es por ello que, aunque millones de personas se han indignado por la muerte de Chris Hani, pocos estaban realmente sorprendidos. Aquellos que han creado deliberadamente este clima de asesinatos políticos son tan responsables por la muerte de Chris Hani como el hombre que apretó el gatillo. 4
Podemos irnos, así mismo, a la campaña demonizatoria del Gobierno sirio y de su presidente, Bashar al Assad, una vez asesinado Gadafi y destruido su país, Libia.  Tenemos aquí un comunicado muy oportuno en el tiempo para los que perseguían destruir los estados soberanos del Norte de África y de Oriente Medio en la denominada y preparada ad hoc "Primavera Árabe". Comunicado firmado por representantes de la política, las letras y activistas (Por ejemplo: Santiago Alba, Olga Rodríguez, Esther Vivas, Carlos Taibo, José Luis Sampedro, Javier Sádaba, Gaspar Llamazares, Juan Carlos Monedero,  Atilio Boron, Teresa Aranguren, Jaime Pastor, etc) titulado en: "solidaridad con el pueblo sirio": "Desde Marruecos a Bahréin la reivindicación es la misma: un cambio pacífico y radical que instaure una democracia que ampare los derechos sociales y económicos de la mayoría":
Nuestra condena no encubre la solicitud de ninguna intervención militar occidental ni la imposición de un asedio medieval contra la población siria. Rechazamos abiertamente —como lo hacen los propios sirios, que luchan por su libertad— cualquier forma de presión militar y de tutelaje colonial. Pero nos resistimos a aceptar que nada pueda hacerse frente a lo que está ocurriendo en Siria, que la pasividad y el silencio amparen los crímenes que se están cometiendo en Siria. 5
No se quiere teóricamente una intervención militar, pero "nos resistimos a aceptar que nada puede hacerse". Más si en el mismo escrito se enciende a las personas con la demonización de un presidente y de todo un gobierno, mostrándolos como monstruosos asesinos sin escrúpulos, falsificando de una forma  descarada lo que ocurría en Siria.
Sin embargo, la primavera siria se ha tornado en un terrible baño de sangre. Millares de manifestantes pacíficos han sido asesinados por las fuerzas de seguridad del régimen de Bachar Al-Asad, que no ha dudado en recurrir al bombardeo de ciudades y pueblos. Un número aún más elevado de personas han sido detenidas y sistemáticamente torturadas. Los derechos humanos básicos, desde el derecho a la vida al de expresión, están siendo masivamente violados por las autoridades sirias en un país cerrado a la información independiente.Quienes suscribimos esta declaración queremos expresar nuestra condena por estos hechos: no hay justificación posible para esta guerra abierta que el régimen sirio libra impunemente contra su propio pueblo. 5
No era ni es el Gobierno sirio quien ha matado a millares de manifestantes, ni quien libra una guerra abierta sobre su pueblo, sino todo lo contrario, como atestiguan los contundentes hechos. Eran los mercenarios islamistas financiados, armados y entrenados por occidente quienes masacraban y mataban a civiles, policías y soldados. Para el lector que no está familiarizado con lo que sucedió y sucede en Siria y que lo que tuvo lugar no tiene nada que ver con una revuelta popular ni tampoco pacífica, les recomiendo los siguientes informes en los que se explica cómo se desarrollaron tales revueltas y la naturaleza de estas: Las revueltas en Siria no son ni fueron una rebelión popular ni pacífica, Descontento fabricado: el pueblo de Siria nunca deseó la revolución y Disfrazando la insurrección islamista. Es esa "primavera", "Primavera Árabe" solo existente en el imaginario de Europa o Norteamérica, que fue en realidad un proyecto de recolonización de Oriente Medio y del Norte de África y que diseñó el poder económico occidental, quien está provocando las penurias  y la matanza del pueblo sirio, como lo hizo con el pueblo libio.
El manifiesto de estos intelectuales no es nada sincero y nada honesto, ellos lanzan unas acusaciones terribles ante las que cualquier ser sano no puede permanecer indiferente y ante las que lógicamente pedirá  que se actúe para parar eso o intentará hacer algo para que eso cambie, claro, en contra del Gobierno sirio, que era quien realmente defendía a los sirios, y a favor de los "rebeldes", los mercenarios islamistas que cometían y cometen verdaderas  atrocidades difíciles de explicar y entender (como las de Libia). Así, visto esto, la ciudadanía no verá con malos ojos incluso una intervención militar extranjera, para "parar ese horror", castigando a ese "dictador sanguinario" y "salvando" al pueblo sirio. Eso sí, ellos, los autores del manifiesto, se lavan las manos sobre una intervención militar que supuestamente no desean, pero no dejan de tener una enorme culpa en que esta se lleve finalmente a cabo, por instigadores de las más bajas pasiones engañando a la gente, que conducirán a verdaderas monstruosidades y enormes tragedias.
El grado de inducción en el manifiesto nombrado, sin embargo, no era tan disimulado, ya que echaban en cara que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, quien precisamente evitó el bombardeo contra Siria, no condenase al apodado como "regímen" sirio.
Conocemos muy bien las reglas que rigen el mundo contemporáneo, aquellas que permiten al tiempo que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas vete la creación de un Estado Palestino y la condena de la represión del régimen sirio. 5
Como ven, todo tipo de descalificativos y descalificaciones se utilizan: "régimen" en vez de gobierno, dictador o "dictadura de Bashar al Assad" en vez de presidente o democracia, claro, sin aportar ninguna prueba veraz y real de tales afirmaciones. Esta demonización tiene unas consecuencias funestas sobre el demonizado y sobre la sociedad a la que se dirigen estos manifiestos e "informaciones", pues crea el caldo de cultivo necesario para librar cualquier tipo de actuación, aunque con la boca pequeña o no tan pequeña se diga que no se está a favor de esto. No obstante, cuando pones todos los ingredientes para que el fuego ocurra y se extienda, lo normal es que termine por desatarse y tú eres responsable de ello.
Ante este tipo de descalificaciones y otras, como la muletilla tan usada de "dictador", sin mostrar normalmente ninguna evidencia de que lo sea (y aunque tuviese visos de ello, como en el caso de Sadam Hussein, basta ver como han convertido la nación árabe más próspera de Oriente Medio en una ruina e infierno, y basta comparar el historial de vulneración de los derechos humanos de este sujeto con el de cualquier presidente de los Estados Unidos. Si no actuamos contra estos así, no lo hagamos con el otro),  tenemos que tener muy presente que no son algo sin importancia o neutras, nada más lejos de la realidad.
No debemos olvidar que en estos ambientes prebélicos y bélicos cualquier apoyo a una calumnia de un líder, de un pueblo, o del sistema político de un país tiene unos efectos demoledores, con unas consecuencias terribles.
"Una vez que la conciencia  social es inducida a asumir la ilegitimidad de un líder o de un sistema político, la forma de su derrocamiento es ya una cuestión secundaria, un problema tecnológico." 6
...basta con deslegitimar o convertir en un monstruo al líder o al gobierno de un país, una vez hecho esto lo demás viene seguido y rodado. Es una cuestión secundaria, solo un problema técnico que los expertos mediáticos y militares solventarán. 
La catástrofe está servida para muchos y el negocio para unos pocos, negocio al que estos "eruditos" siempre han contribuido. Y aunque esta "élite"  no consiga engañar a todos, porque no se puede confundir a todo el mundo con falsedades y manipulaciones emocionales, sí será suficiente muchas veces su actuación para contrarrestar o evitar un movimiento popular contra la guerra, a los que acusarán mezquina e injustamente de complicidad en crímenes fabulados o sacados de contexto.
Los intelectuales y los activistas promovidos no suelen ser un referente moral, son, por el contrario, parte de la corrupción, del mismo problema que generaron y teatralizan resolver. Los vieron y los volveran a ver actuar en aquellos momentos clave en que sus verdaderos directores los necesiten; es su función, no la de servir al conocimiento y al entendimiento social, político y económico entre las diferentes naciones.
Lo bueno, y siempre hay algo bueno, es que también siempre habrá alguien que desenmascare tal perversión de la realidad, poniendo en clara evidencia lo que los hechos y la buena voluntad pueden y deben mostrar. 



PS:
Enlaces de interés:
Referencias-Notas:
1. Carl Sagan. Cosmos. La biblioteca de Alejandría. 1980. 
https://youtu.be/Xzb9Y03LV9Y
2.La izquierda se ha autodestruido aceptando las intervenciones humanitarias. Entrevista a Jean Bricmont. Público. 25.11.2015.
3. Arthur Augustus William Harry Ponsonby.  Falsehood in Wartime: Propaganda Lies of the First World WarGeorge Allen and Unwin, 1928, p 10.
4. Carlos Martínez. Decriminalizing Bashar al Assad. Towards a more effective anti-war movement. Global Research, 23.9.2013.
5. Solidaridad con el pueblo sirio. "Desde Marruecos a Bahréin la reivindicación es la misma: un cambio pacífico y radical que instaure una democracia que ampare los derechos sociales y económicos de la mayoría". Rebelión. 4.11.2011.
6. Antonio Fernández Ortiz. Chechenia vs Rusia. El caos como tecnología de la contrarevolución. El Viejo Topo, 2003.

1 comentario:

  1. Por que estos "intelectuales" no hablan duro contra el regimen de Netanyahu?? Él sí es 1 genocida !

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