sábado, 25 de julio de 2015

¿Era Lenin democrático?


Cuando nos preguntan sobre Vladimir Ilich Lenin, uno de los grandes pensadores de la historia humana, solemos asociarlo o encasillarlo como una especie de dogmático dictador. Una persona poco afín a la democracia, porque, claro, apoyaba "la dictadura del proletariado". Aunque también sería bueno ver aquí quién o quiénes de los que califican así a Lenin han leído algo de  su obra y más en concreto si entienden a qué se refiere el pensador ruso cuando habla de esa dictadura del proletariado.
Para entender a qué se refiere respecto a esta dictadura hay que fijarse primero lo que él ve en la sociedad y más en concreto en las sociedades civilizadas con un estado. En ellas, indica, existen clases sociales antagónicas, donde los intereses de unos, que suelen poseer los bienes de producción, chocan contra los intereses de otros, los no poseedores. Esto convierte a unos en explotadores y a otros, en consecuencia, en explotados. Lo que deviene finalmente por propia relación de los hechos en enemigos a unos de los otros. Lenin, como Marx, se limitaban aquí a relatar una realidad empírica de la propia historia de su tiempo y del pasado (también aplicable al presente).
En relación a si Lenin defendía una sociedad democrática, entendida esta como aquella en la que se sigue lo que quiere la mayoría de las personas que la componen en beneficio de esa mayoría, es bueno que le escuchen a él mismo:
Las clases explotadoras necesitan la dominación política para mantener la explotación, es decir, en interés egoísta de una minoría insignificante contra la mayoría inmensa del pueblo. Las clases explotadas necesitan la dominación política para destruir completamente toda explotación, es decir, en interés de la mayoría del pueblo contra la minoría insignificante de los esclavistas modernos, es decir, los terratenientes y capitalistas. 1
Estas palabras son un ejemplo claro de la preocupación del político por una sociedad con cierta justicia social, por una sociedad realmente democrática.
Y ahora viene cómo se consigue una sociedad sin explotadores ni explotados, y aquí está el problema, pues los explotadores no ceden sus privilegios ni los beneficios que obtienen de la explotación de forma democrática, aceptando la decisión de la mayoría, que no aprueba esto. Y una de dos o se mantiene la explotación de unas personas por otras, divididas en férreas y rígidas clases sociales, o se combate esto. Es decir, se trata de combatir o no una dictadura, la dictadura que ejercen los grandes propietarios sobre los desposeídos. Es lo que se conoce en la obra de Lenin o de Marx como la dictadura de la burguesía, una dictadura no ficticia, sino muy real, entonces como ahora. Contra ella, según Lenin, caben pocas opciones, tan pocas que según él es necesario ejercer la fuerza para combatir la fuerza. Por eso habla de la dictadura del proletariado para acabar con la dictadura de la burguesía. 
El derrocamiento de la burguesía solo puede realizarse mediante la transformación del proletariado en ´clase dominante´, capaz de aplastar la resistencia inevitable y desesperada de la burguesía y de organizar para el nuevo régimen económico a todas las masas trabajadoras y explotadas. 1
Para el autor no es una dictadura caprichosa, ni tampoco esta es el objetivo final, sino que es un paso intermedio necesario para alcanzar una sociedad realmente democrática.
Lenin, como también Marx, ven al Estado como un órgano de dominación de clase, y que para que esto deje de ser así el proletariado, los trabajadores, deben hacerse con el control político, pero no para continuar utilizando el Estado de la misma forma a lo que lo hacen los grandes propietarios, sino para finalmente extinguirlo al no ser necesario en una sociedad sin clases sociales.
Así, Lenin, como Marx, ven la dictadura del proletariado como ese paso necesario, no como el fin, el tránsito hacia la abolición de todas las clases y hacia una sociedad sin clases.

Notas:
1. V.I. Lenin. El Estado y la revolución. Alianza Editorial. 2012. p. 68-69
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2 comentarios:

  1. Y si defendemos el marxismo-leninismo nos tratan como sectarios que hablamos de cosas muy viejas y desfasadas, como si las clases sociales fueran de otra época. Son más conscientes de la lucha de clases los burgueses que las personas (oprimidas) a las que explotan. Por ejemplo, Emilio Botín no tuvo problemas en decir "la lucha de clases existe y yo la voy ganando", sin siquiera contener las carcajadas.

    Incluso si el ideal marxista tuviera siglos de antigüedad, seguiría siendo indispensable. Sin ir más lejos, la invención de la rueda data del V milenio a. C. y sin ella no podríamos realizar una ingente cantidad de tareas indispensables.
    El marxismo-leninismo será necesario hasta que se imponga en su totalidad, pasen 1 o 1000 años. Sin él, no puede haber verdadera democracia.


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    1. Los hechos son tozudos y te dan la razón. Los seres humanos se caracterizan porque un pequeño grupo quiere dominar y someter al resto a sus deseos y caprichos. La clase obrera olvidó esto y lo ha pagado caro.

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