sábado, 21 de enero de 2017

El triunfo de Donald Trump en su discurso presidencial


Ayer, 20 de enero de 2016, tomó  el cargo de presidente de los Estados Unidos de América el candidato seguramente más vilipendiado e insultado durante toda la historia de ese país por los medios de comunicación dominados y poseídos por las corporaciones. Las ventajas que le pusieron a la candidata demócrata Hillary Clinton, con una enorme campaña de mentiras y propaganda, no fue suficiente para enmascarar su naturaleza. Considerada con acierto en todo el mundo y en su propio país por aquellas personas que conservaban el buen juicio, como una ambiciosa, desequilibrada, embustera y con un historial criminal ya terrible, que podía haber conducido a un desastre mundial si por un casual hubiese llegado a la presidencia.
Afortunadamente para todos no ha sido así y el 45° gobernante de la nación más poderosa de la Tierra muestra un cambio de rumbo que ya se está dando a escala planetaria. Es la confrontación de los recursos públicos  y privados como parte y orientados al bien común, frente a la tiranía de las transnacionales, que usurpan patrimonio y riqueza de todos para la codicia propia. De ahí la visceralidad y odio que observamos en televisiones, diarios o radios que están controladas y pagadas por poderosos magnates, como Soros, que ven derrumbarse ese tenebroso y perverso mundo que estaban creando.
Sin dejarse para nada intimidar, en su discurso inaugural Trump ha hablado claro:
La ceremonia de hoy, sin embargo, tiene un significado especial. Porque hoy no solo estamos meramente transfiriendo el poder de una Administración a otra, o de un partido a otro - sino que estamos transfiriendo el poder de Washington D.C. y devolviéndoselo a ustedes, la gente de América. 
Los políticos prosperaban - pero los trabajos se perdían y las fábricas se cerraban.

El establisment se protegía así mismo, pero no a los ciudadanos de nuestro país. 1
Aquí refleja con acierto cómo el mundo de las grandes propietarios  y el político, que se protegen y enriquecen mutuamente, han despreciado y olvidado al común de los mortales, no importándoles su destino y suerte. Los estadounidenses ya avisaban que iban a castigar tales actuaciones y lo hicieron. 2 Y apostaron por una forma diferente y más cercana de hacer política, que no parece fijarse en superficiales y vacías formas de crear ilusiones o esperanzas, que habla de cosas más concretas que pueden reflejarse en cómo mejoran por una vez realmente las vidas de muchos seres humanos.
En el centro de este movimiento está una convicción crucial: que una nación existe para servir a sus ciudadanos. Los estadounidenses quieren buenas escuelas para sus hijos, vecindarios seguros para sus familias y buenos trabajos para ellos mismos. Estas son demandas justas y razonables de un público justo. Pero para demasiados de nuestros ciudadanos una realidad diferente existe: madres y niños atrapados en la pobreza en el interior de nuestras ciudades; fábricas oxidadas dispersadas como tumbas a lo largo del paisaje de nuestra nación; un sistema de educación que funciona con dinero, pero que deja a nuestros jóvenes y hermosos estudiantes desprovistos de conocimiento; y el crimen, las bandas y las drogas que han quitado demasiadas vidas y robado a nuestro país de tanto potencial no realizado. 1
Son verdades demasiado claras de la realidad actual de los Estados Unidos como para ser negadas, como para ser ocultadas.
La "esperanza" que traía el lema del discurso de Obama no era sino un trabajo bien pagado a elitistas de las relaciones públicas y de la ingeniería social, con el propósito de embaucar y anular la capacidad crítica y racional de las capas sociales base. La "esperanza" era el póster de diseño para poner en la pared del puente mientras tú te morías de hambre, frío y desesperación.
Hope, de Obama

El nuevo presidente continúa posteriormente recordando como las empresas se fueron de Estados Unidos a otros lugares del mundo, abandonando a los trabajadores. Basta ver antiguos centros industriales como eran Detroit o Seattle. Aunque le falte precisar que la riqueza no es que se fuese a manos precisamente extranjeras, sino a las más pudientes de su país que la ocultan allá donde pueden.
 Traeremos nuestros trabajos. Volveremos a tener nuestras fronteras.  Recuperaremos nuestra sanidad. Y volveremos a tener nuestros sueños. 1
 La falsa y extendida acusación de racismo o xenofobia al presente dirigente viene de desconocimiento o mala fe respecto de lo que se habla. Él, como cualquier persona normal, está en contra de una inmigración descontrolada e ilegal. Y si vamos a su programa lo veremos más claro, poco teniendo que ver con lo que insistentemente nos bombardaen los mass media y la izquierda parlamentaria. Esto es:
- Priorizar los trabajos, sueldos y la seguridad de la gente de Estados Unidos.
- Establecer nuevos controles de inmigración para impulsar los salarios y asegurar que los trabajos disponibles sean ofrecidos en primer lugar a los trabajadores estadounidenses.
- Proteger el bienestar económico de los inmigrantes legales viviendo ya en el país, conteniendo las admisiones de trabajadores ilegales extranjeros.
No debemos olvidar que los patronos tienen tres medios principales para destruir las condiciones laborales y tirar en picado los salarios: Automatizar los procesos desechando personal, llevar las industrias a otros países para pagar menos a los obreros y traer esa mano de obra barata al propio país, mediante una inmigración masiva. 
La izquierda occidental ha apoyado estas nefastas estrategias empresariales que tanto daño han hecho a los trabajadores: primero siendo activa instigadora en la destrucción de economías con una orientación socialista, como la yugoslava; segundo apoyando la destrucción de países soberanos y receptores de refugiados y personas de otras naciones, como Libia o Siria,  generando oleadas de personas desamparadas que se utilizarán irónicamente  como justificación para proseguir la intervención militar y al mismo tiempo para hundir a la ya hundida clase trabajadora de Europa o Norteamérica. Las clases dominantes en el mundo capitalista han procurado tener siempre un ejército de reserva carente de medios de subsistencia  para presionar y coaccionar a los que ya tienen un empleo. De modo que estos no solo no se atreverán a pedir mejoras, sino que estarán dispuestos a que se recorte su sueldo y se incrementen sus labores. Una dictadura silenciosa dejará sin nada a los que no cedan y utilizará la entrada de la inmigración masiva como repuesto.  Los "progresistas" miran hacia otro lado ante estos abusos de los que son directamente responsables.
En cambio, el candidato neoyorquino elegido por los votantes, ya está trayendo puestos de trabajo para que la gente pueda tener un medio y modo de vida. Fue claro, con este mensaje enviado a las grandes compañías: "¡Fabrícalo en EE.UU. o paga altos impuestos en la frontera!"


Ante lo que otras corporaciones han tomado nota, Sprint, OneWeb o la misma Ford son ejemplos que siguen ya este rumbo. 3


No estamos hablando de promesas que nunca se cumplirán, de vagos discursos sin resultado efectivo, por contra son hechos que tendrán un efecto inmediato en las vidas de los olvidados y despreciados obreros de los Estados Unidos.
Si a esto añadimos el buen talante que está mostrando en la esfera internacional, con su declaración de que buscan amistad y buena voluntad con otras baciones y no quieren imponer su modo de vida a otros, el panorama no solo nacional, también el internacional es otro y es mejor. Aunque aquí se intuyen ya enfrentamientos con competidores económicos como China o con rivales de su aliado Israel, Irán. La apuesta por el diálogo y cooperación con Rusia no es otra que una por la sensatez y la cordura, que tanto ha faltado. Debido en gran medida al envenenamiento de la población por parte de los medios de comunicación. Con razón decía Trump que tener buenas relaciones con el país eslavo era algo bueno, no malo, y que solo los estúpidos o los locos lo podrían ver mal


Es muy entendible, para una persona equilibrada, que Donald J Trump esté ahora en la Casa Blanca. La gente de allí lo decidió y tenía motivos para hacerlo.

PS:
Ya advertíamos en noviembre de 2016 que a Trump habría que juzgarlo por sus hechos, como hicimos con Hillary Clinton o Obama. Indicaba entonces que había algunos aspectos bien preocupantes, como rodearse de gente que participaba y llevaba a cabo la guerra sucia y mercenaria contra Siria. Esto decía entonces:
Comentado esto, ahora dirá alguien que un populista se ha aprovechado de tal situación y descontento. Y habrá que recordarle que la candidata demócrata, como el presidente actual,  era todavía más populista si cabe. Porque mueven a masas y hablan en nombre del bien común y la tolerancia de supuestamente tod@s, cuando realmente solo se preocupan de ell@s y del malestar de los demás que supondrá su bienestar. De un@s sabemos los trágicos hechos (LibiaSiriael retorno del nazismo a Europa, el camino a una tercera Guerra Mundial...) de otr@s esperaremos a verlos y juzgarlos de acuerdo no a la mala fama que les pusieron, sino a lo que realmente hicieron. Por mal que lo hagan, complicado lo tiene Trump y su equipo para hacerlo peor. Aunque tampoco esperen un viraje de 180°, porque las políticas habituales de Washington de intromisión y recurso a la violencia para imponer sus intereses continuarán. Podemos ver ya este camino con el nombramiento de Michael Flynn como Consejero de Seguridad Nacional por la nueva Administración Trump. Recordemos que Flynn fue nombrado en 2012 por Obama como director de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA), responsable en la guerra sucia llevada a cabo contra Siria. 1
        La alienación de los medios y las elecciones de los Estados Unidos


Lo comentaba en Twitter, donde pueden ver qué opino de Trump, un cobarde, una vez se ha pasado de las palabras a los hechos:



Referencias-Notas:
1. The Inaugural Address. The White House. 20.1.2017.
2. Maximiliam Forte. Why Donald J. Trump Will Be the Next President of the United States. Zero Anthropology. 4.05.2016.
3. Jonathon M. Trugman. Trump is already delivering the jobs he promised America. New York Post. 1.1.2017.

3 comentarios:

  1. Llevo varios años leyéndole con mucho interés y le agradezco sinceramente su muy instructivo punto de vista pues estoy escandalizado ante la barbarie cometida contra el pueblo sirio , al que tengo en alta estima por su alto nivel cultural. Por lo que los países denominados democráticos hicimos en Libia o por el ataque fascista en Ucrania. Todo por un interés estratégico contra Rusia... Ahora bien . No creo que el señor Trump sea solución alguna ( sin dejar de estar de acuerdo con muchas de las conclusiones publicadas por usted) . Me alarma que sus primera medida no vaya contra los mayores aliados del islamismo radical y criminal: Arabia Saudí e Israel ( Erdogán ya cambió de bando tras haberse forrado con tanta muerte). La ha tomado precisamente contra Irán y sigue apoyando a los " rebeldes " sirios. Todo parece indicar que apoyará con más fuerza la represión contra el pueblo Palestino y pone el muro israelí de modelo. Grupos de descerebrados evangelistas y antiabortistas, creacionistas y ultra reaccionarios le apoyan en las redes. Y el amigo de lo que más odio ( el pensamiento religioso) jamás podrá ser , a mi entender, la solución sino un problema añadido a la triste realidad presente. Quede claro mi admiración a su trabajo.

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    1. Estamos ante un momento clave para intentar frenar el abuso de los monopolios corporativos, que han llevado a la miseria moral y material a millones de personas. La apuesta de los estadounidenses es por frenar esta barbarie que ha dejado en la precariedad e indigencia a muchos de ellos. Si mejora esta situación, algo habrá hecho, a diferencia de la Administración Obama, que tocó fondo.
      El pensamiento y sentimiento religioso siempre estará con el ser humano, mientras sea moderado no hay problema. La ausencia de religión no hace mejor al ser humano, lo vemos claro en la sociedad de hoy, tan insolidaria y bárbara como de costumbre.

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  2. La política externa de EE:UU: es sistémica no partidaria. No importa quen gobierne ni de que partido sea. USA considera que el mundo es suyo y se hace lo que a ellos les convenga y les parezca cuando, como y donde se les antoje, por eso son imperealistas. La política interna puede ser que cambie algo según que partido político asuma el gobierno. Aunque no creo que varíe mucho porque no hay tanta diferencia como se quiere hacer ceer entre republicanos y demócratas, ni hablar de los otros partidos políticos ( Partido de la Constitución, Partido Verde de los Estados Unidos, Partido Libertario, Partido de la Reforma de los Estados Unidos y otros tantos más) que son casi inexistentes, un rasgo más de la poca democracia que hay allí.

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