Hoy les voy a hablar sobre un texto que leí y que me llamó la atención. Destacaba en él el rigor informativo y la calidad de la escritura, pero sobre todo destacaba también dónde aparecía expuesto. Este texto formaba parte de una conferencia organizada por el grupo político Podemos. Organización esta muy amiga de la retórica, la demagogia y que normalmente toca con poca profundidad los temas internacionales, cuando no huye, como hace habitualmente, de ellos; de ahí el valor de lo que allí se dijo. La conferencia, titulada Refugiats, era impartida por Laura Camargo, diputada y portavoz del grupo parlamentario Podemos en las Islas Baleares, Alberto Jarabo, Secretario General y Diputado del grupo de ese grupo parlamentario, y Joan Carrero, presidente de la Fundación S´Olivar. Es esta última persona la responsable de lo que vamos a comentar.
Comienza el autor (texto de J. Carrero en cursiva) cuestionando la actitud de los dirigentes de la Unión Europea, tan alejados de los intereses y preocupaciones de los habitantes de esta zona de Europa, como de cualquier espíritu mínimamente democrático. En esto se asemejan bastante a los dirigentes estadounidenses.
Más
propaganda y escenificación para destruir otro país de la lista
Comenzaré
con tres preguntas: 1ª ¿Es creíble la repentina conversión de los
inmisericordes mandatarios de la Unión Europea frente a la foto del cadáver del
niño Aylan tirado en una playa que frecuentan las élites turcas? 2ª En caso de
no ser creíble tan extraña conversión, ¿para qué habrían escenificado semejante
farsa? 3ª ¿Somos conscientes de lo mucho que está en juego en Siria y de lo
explosiva que es la situación mundial, así como de lo peligrosos que son los
líderes occidentales que nos están acercando cada vez más al desastre?
1. La “prodigiosa
conversión” de la Unión Europea
El pasado día 9 de este mes de
septiembre, el sublime discurso del presidente de la Comisión Europea
Jean-Claude Juncker a favor de acoger y auxiliar a las columnas de refugiados
que vagan por Europa, me dejó atónito. Es posible que superase en emotividad y
grandeza a los sermones del mismísimo Martin Luther King. Según se relata en
los Hechos de los apóstoles, la conversión de
Saulo de Tarso tuvo lugar camino de Damasco, la actual capital de Siria. Ahora
los acontecimientos que tienen su origen allí, y más específicamente el éxodo
de refugiados (que algunos se empeñan en hacernos creer que son
mayoritariamente sirios), parecen haber obrado una conversión mucho más
increíble que aquella que transformó a Saulo en el apóstol Pablo.
Jean-Claude Juncker es, ¡oh maravilla!, la misma persona que afirmó
tajantemente "No puede haber decisiones democráticas contra los tratados
europeos". Es también la misma persona que como primer ministro de
Luxemburgo debe ser considerado el responsable último de la enorme estafa
fiscal continuada que facilitó la evasión de impuestos a 340 de las más grandes
multinacionales (entre las que se encuentran Apple, Amazon, Ikea, Burberry,
Procter & Gamble, Heinz, Pepsi, JP Morgan o Deutsche Bank), entre las que
hay treinta españolas. Se trata de una enorme estafa diseñada por
PricewaterhouseCoopers (PwC), una de las cuatro mayores firmas de auditoría y
consultoría del mundo, que a su vez tenía en España a Luis de Guindos como
responsable del área financiera. Es decir los supuestos vigilantes son en
realidad promotores de estafas.
Jean-Claude Juncker es por tanto el responsable de la estafa que supuso la
pérdida de cientos o miles de millones de euros para las arcas de diversos
países europeos. Es el responsable de la estafa que empobreció aún más a los
ciudadanos europeos con menos posibilidades económicas (millones de los cuales
viven ya al límite de sus posibilidades), mientras que ejerciendo a la vez de
presidente del Eurogrupo, imponía sin misericordia alguna la austeridad en
Grecia, Portugal, o España para intentar reducir sus déficits públicos a toda
costa. Es el responsable de una “magistral” estafa tras la que no solo no se le
pidieron responsabilidades sino que el mundo del gran capital lo elevó a la
presidencia de la Comisión Europea.
Pero además, los emotivos aplausos en el
hemiciclo tras tan conmovedor discurso evidenciaron que tan prodigiosa
conversión se produjo no solo en la persona del actual presidente de la
Comisión Europea sino en toda la Unión Europea. Por lo que solo caben dos
alternativas: o se trata de un milagro que supera a los que nos relatan los
primeros libros cristianos o tenemos frente a nosotros a unos cínicos sin
remedio que, además de ser responsables de un incalculable sufrimiento, nos
toman por idiotas. No se trata de buscar conspiraciones sino, simplemente, de
no ser los idiotas que ellos consideran que somos.
Describe bien a estos dirigentes como que tenemos frente a nosotros a unos cínicos sin remedio que, además de ser responsables de un incalculable sufrimiento, nos toman por idiotas. Esta es la actitud real de nuestros dirigentes políticos y económicos: cínicos e inmorales. No les importan las consecuencias trágicas de sus decisiones y, además, desprecian a las personas. Nos toman por idiotas, como decía Joan Carrero. Y seríamos realmente esos idiotas si no cuestionásemos, aunque sea mínimamente, lo que nos están diciendo sobre Siria. El no hacerlo demostraría que tenían razón en su apreciación y en su desprecio hacia nosotros.
En la frase final del magnífico vídeo La
verdad detrás de Siria se les dice a quienes consideran que todos estos
análisis son demasiado conspiratorios: “Necesitas madurar”. Se trata,
sencillamente, de que unos comportamientos tan repentinos y “sublimes” no creo
que tengan la menor credibilidad; de que, precisamente por su artificiosidad,
por darse en la cúpula misma de la Unión Europea y por ir acompañados de
semejante despliegue mediático, están delatando algo; de que hay que buscar,
por tanto, una explicación realista de un cambio tan rápido y radical en
niveles políticos tan elevados
En el vídeo citado se plantea una cuestión básica: ¿Cuáles son las fuerzas (actores) que están y actúan hoy en el escenario del mundo? Señala, el vídeo, que la pregunta continúa sin ser respondida por los supuestos transmisores de la información y la verdad sobre lo que sucede. Aun así, muestra que, nosotros podemos acceder a conocer lo que ocurre, pero parece que tengamos temor a conocerlo. Ese temor, planteo yo, puede tener que ver con abandonar un mundo idílico que nos habíamos creado y tengamos miedo a perder. También puede tener que ver con no querer admitir lo profundamente equivocados que estábamos y que debemos reconsiderar desde la base lo que habíamos creído hasta ahora. Decisión esta que solo los más honestos y valientes llevarán a cabo, y eso es siempre una minoría quien finalmente lo hará.
Respecto a nuestros dirigentes, La verdad detrás de Siria habla claro: Se presentan como héroes, pero de hecho son nuestros destructores. Aseveración fundada en contundentes y abundantes hechos. Los dirigentes estadounidenses, dirigentes a su vez de los dirigentes europeos, son incluso peores. Aquí tienen un ejemplo: Washington y el nazismo en Ucrania.
Estamos
sufriendo una campaña mediática excepcional, a la que no sería extraño que
sucedan decisiones o acontecimientos también excepcionales. Quienes mueven
desde las sombras a las fuerzas que vemos actuar a plena luz financiera y
militarmente siempre operan de la misma manera, siempre movilizan tales
campañas de propaganda. Cuando
todos los grandes medios presentan al unísono la misma primera página y la
misma fotografía, manipulando así las emociones en esta era de la imagen,
debemos empezar a preocuparnos. Desde mi punto de vista, esta
campaña que expone sin cesar la dolorosa situación de los refugiados, no solo
oculta las verdaderas causas de ese éxodo sino que las suplanta por otras
falsas. Antes de entrar en el análisis de todas estas realidades, miremos un
poco hacia atrás, recordemos un poco la historia más reciente.
Aquí el conferenciante, acertadamente, toca el dedo en la llaga de la campaña organizada con los refugiados y certeramente denuncia una clara actuación propagandística de los medios de comunicación, que manipulan las emociones humanas para utilizarlas con unos objetivos nada laudables. Y en esta campaña, como dice él, se ocultan las verdaderas causas, suplantándolas por otras falsas; con el propósito de sacar partido político y económico de tal situación.
Ya en un artículo dedicado a los refugiados les comentaba:
"El hambre y la guerra claman ante Europa", indicaba un medio de la prensa local navarra, 1 en un discurso en sintonía con los otros grandes medios corporativos. Y es cierto que el hambre y la guerra claman ante y a Europa, pero no en el sentido en que los medios de comunicación de las corporaciones quieren hacer ver, que es el que nos piden ayuda para solucionar sus problemas. Una visión de los sucesos completamente irreal y, digámoslo claro, profundamente colonial.La realidad, más prosaica, cruda y clara, es que este clamor no solo es contra Europa, sino también contra América del Norte, con especial atención a Washington. Y lo es porque la causa del drama de los refugiados africanos como la de los procedentes de Oriente Medio, debido a las guerras en Libia y Siria, la tienen fundamental y principalmente los dirigentes occidentales, y no solo por haber generado la guerra colonial en Libia, sino también por continuar con ella en Siria. En ambas guerras se ha fomentado la creación y desarrollo de batallones de mercenarios, escuadrones de la muerte, que han sometido o tratan de someter a las sociedades de estos países mediante el terror y la barbarie con el fin de destruir la estructura de un estado independiente convirtiéndolos en estados sectarios, de ahí la huida de la gente de allí, que llegan aquí como refugiados.Occidente trata de ocultar sus culpas acusando a los gobiernos de aquellos países de ser los causantes, sino de todo el problema, de buena parte de él, e indicando que se trata de conflictos civiles internos. 2 Cuando en el caso de Libia, con el Gobierno de Gadafi, la Yamahiriya , que contaba con un enorme apoyo popular, este país vivió el mejor momento social y económico de su historia. Y en el caso de Siria con un gobierno si cabe todavía más apoyado por su gente, que está aguantando contra viento y marea las oleadas de mercenarios financiados, entrenados y armados por los países de la OTAN (dirigidos por Estados Unidos) y sus socios locales, ahora especialmente activos Turquía e Israel, antes Arabia Saudí, Catar o Jordania.
Continuaba indicando que si se quiere acabar con esta tragedia basta con acabar con su causa, el apoyo a organizaciones mercenarias que destruyen a aquellos países de donde tiene que huir la gente si no quiere ser asesinada. El texto pueden seguirlo aquí: El hambre y la guerra claman a Europa: La tragedia de los refugiados.
Sobre la manipulación emocional llevada a cabo con este motivo tienen este otro informe: Desatando la guerra contra Siria a través de la manipulación de las emociones del mundo occidental.
Seguidamente trata sobre cómo se ha tergiversado la realidad Siria, tomando como fuentes de información precisamente a organismos y organizaciones cuyo fin real era la colonización de Siria para que sirviese a los intereses de las poderosas familias occidentales dueñas de las corporaciones industriales y financieras, y dueñas o financiadoras y protectoras de esas organizaciones "humanitarias" que trabajan para ellos.
Seguidamente trata sobre cómo se ha tergiversado la realidad Siria, tomando como fuentes de información precisamente a organismos y organizaciones cuyo fin real era la colonización de Siria para que sirviese a los intereses de las poderosas familias occidentales dueñas de las corporaciones industriales y financieras, y dueñas o financiadoras y protectoras de esas organizaciones "humanitarias" que trabajan para ellos.
2. Un poco de historia reciente
Siria, con todas las deficiencias democráticas que se quieran criticar
desde nuestro occidente tan “modélico”, era hasta 2011 uno de los países más
estables, cultos y prósperos del Medio Oriente, en el que convivían
armónicamente diversas religiones. Pero tiene la desgracia de estar situado en
un lugar demasiado estratégico del Oriente Medio, de ser un gran aliado de Irán
y del pueblo palestino y de no haberse plegado ni a los imperialistas
estadounidense ni a los sionistas extremistas.
Frente al sesgado y falsario relato oficial de los acontecimientos sirios
que es difundido masivamente en los medios dominantes; frente a la veracidad
que se ha concedido durante años, sin cuestionamiento alguno, a las pruebas
aportadas por una de las partes del conflicto, como es el Observatorio Sirio de
Derechos Humanos; frente a la presentación tendenciosa del éxodo de los
refugiados hacia el interior de Europa; frente a las extrañas circunstancias
que rodean a ciertas fotos emblemáticas como la de Aylan, difundidas tan al
unísono por todos los grandes medios; frente a los análisis de aquellos
expertos que se limitan a citar al Observatorio Sirio, Amnistía Internacional o
Human Rights Watch como únicas fuentes de información en este conflicto… frente
a todo eso, no deberíamos olvidar los precedentes que ya hemos vivido en los
casos de Irak, de Ruanda-Congo o de Libia. Porque los pueblos que no estudian u
olvidan la historia son fácilmente manipulables.
Del Observatorio sirio de derechos humanos, una organización con un ampuloso nombre, pero con su base en Londres y vinculada a los servicios de inteligencia británicos, no diremos mucho más, porque es lo que es y lo decíamos: una organización al servicio del colonialismo, no al servicio de los derechos humanos y tampoco de los sirios. 3
Sobre Amnistía Internacional y Human Rights Watch les dejo este enlace, en él podrán ver su función real, no solo en Siria, sino en multitud de lugares del mundo donde el poder anglosajón tiene intereses políticos y económicos, y desde hace ya mucho tiempo: Amnistía Internacional y otras ONGs.
La historia del fraude humanitario es extensa: desde Yugoslavia a Irak hasta llegar a Libia y Siria.
En Yugoslavia podemos ver las masacres de la panadería y del mercado de Sarajevo, la masacre de Srebrenica, pero ocultando las otras masacres en Srebrenica que fueron de mayor magnitud y causantes de la denunciada, o las de la mayor limpieza étnica en Europa después de la Segunda Guerra Mundial (hasta el ataque neofascista sobre Donbass) en La Krajina contra los serbobosnios y los serbocroatas respectivamente.
En Irak la escenificación con una chica joven (la hija del embajador de Kuwait) de una supuesta atrocidad por la empresa de relaciones públicas Hill&Knowlton de los bebés que eran dejados morir fuera de las incubadoras.
En Libia la extensa campaña de engaño y falsificación de Amnistía Internacional, que volvió a repetir actuación en Siria, lo mismo que Human Rights Watch.
En África el conflicto provocado entre Hutus y Tutsis se tergiversaba, mostrando como ya es costumbre algo que poco tenía que ver con lo que allí realmente aconteció.
No
deberíamos olvidar tantas poderosas campañas de propaganda anteriores, en las que se
difundieron masivamente las doctrinas oficiales que interesaban al Occidente
agresor. Campañas masivas en las que el lugar central siempre estaba
ocupado por la escenificación de esas doctrinas oficiales mediante ciertas
fotos emblemáticas y ciertos falsos testimonios creados para conmover a la
opinión internacional. No deberíamos olvidar tampoco el cinismo de
aquellos mandatarios internacionales que utilizaron todo esto para iniciar
guerras de agresión. No deberíamos olvidar el caso sobre el que se justificó la
I Guerra del Golfo: el de la hija del embajador de Kuwait en Washington que,
sin haber abandonado Washington, en octubre de 1990 se hizo pasar por una
enfermera que trabajaba en Kuwait y relató entre sollozos en el Congreso
estadounidense como los invasores iraquíes sacaron a centenares bebes
prematuros de sus incubadoras y los dejaron morir en el suelo. O el caso con el
que se justificó finalmente la invasión de Irak: el del falso testigo de la
existencia de armas de destrucción masiva, el exiliado iraquí Rafeed al-Janabi,
con el nombre de código Curveball, utilizado por la CIA
para fundamentar la solemne declaración del secretario de Estado, Colin Powell,
ante las Naciones Unidas a comienzos de 2003, exhibiendo fotos que eran en
realidad un montaje. O a nuestro incalificable José María Aznar afirmando con
una impresionante autoafirmación: “El régimen iraquí tiene armas de destrucción
masiva. Pueden creerme [...] les estoy diciendo la verdad”.
No deberíamos olvidar tampoco como sobre el testimonio de un único y falso
testigo, agente secreto de los agresores del Frente Patriótico Ruandés, un tal
Jean-Pierre Turatsinze, pudo ser impuesta masivamente la tesis de la
planificación del genocidio de la primavera de 1994. O la rápida adjudicación,
por parte de todos los medios del mundo, a “los extremistas hutus” tanto del
doble magnicidio del 6 de abril como del asesinato de los tres Médicos del
Mundo españoles en febrero de 1997.
Lo triste es, que pese a todo lo ocurrido, pese a las inmorales falsificaciones y engaños a la población con tan trágicos resultados hacia otras personas y hacia ellos mismos, pese a todo eso, poco se ha aprendido y se vuelven a repetir esos mismos errores. Y vuelve a cumplirse la regla ya observada por Arthur Ponsonby en la Primera Guerra Mundial:
La falsedad es una reconocida y extremadamente útil arma en tiempos de guerra, y cada país la usa deliberadamente para engañar a su gente, para atraer a los neutrales y para engañar al enemigo. La gente ignorante e inocente de cada país no es consciente en el momento de que están siendo engañados y cuando todo ya ha pasado solo aquí o allí se descubren las falsedades y son mostradas. Como todo es ya historia pasada y los efectos deseados ya se han producido, nadie se preocupa por investigar los hechos y mostrar la verdad. 4
Con lo que la estrategia del engaño en la guerra volverá a repetirse y, del mismo modo, las profundas desgracias que esta conlleva.
No deberíamos olvidarnos del enorme poder
de manipulación y de la increíble impunidad de las que estas gentes gozan año
tras año, guerra de agresión tras guerra de agresión; no deberíamos olvidarnos
de cómo otras generaciones anteriores a la nuestra fueron manipuladas de modo
planificado y sistemático hasta que ya fue demasiado tarde y la hecatombe
arrasó todo.
El hecho es que tanto la invasión de Afganistán (que era, según nos decían,
la base de los “perversos” talibanes, “perversos” pero creados por Zbigniew
Brzezinski, mano derecha del gran financiero David Rockefeller y verdadero
hombre fuerte en la sombra tanto del Gobierno de Jimmy Carter como del de Barak
Obama) como la invasión de Irak (que era, según nos decían, el verdadero “eje
del mal”, poseedor de armas masivas y aliado de Bin Laden), fueron precedidas
por unas poderosas campañas mediáticas en las que se adjudicó arbitrariamente
la autoría de los atentados del 11S a afganos e iraquís. Igualmente la conquista
y posterior expolio del inmenso y riquísimo Congo fue precedido por una potente
campaña de demonización del “régimen genocida hutu” de Ruanda (régimen que
previamente se había negado a convertir su pequeño país en la base de
operaciones para el derrocamiento de Mobutu).
¿Cuánta gente en occidente sabe cómo y para qué se creó Al Qaeda? ¿Cómo fue destruido el progreso y la tolerancia en un país como Afganistán y en tantos otros países musulmanes? Tal es el desconocimiento, que muchas personas que les rodean, la inmensa mayoría, serían incapaces de creer que las siguientes imágenes corresponden a Afganistán en los años 70 y comienzos de los 80 del pasado siglo. El destino fatal y terrible de muchas de estas mujeres y hombres recae también sobre nosotros mismos.
Estudiantes en la Universidad de Kabul
Mujer trabajadora
En similar forma hoy muchos tampoco entienden cómo se originó y cómo se mantiene el ISIS. Que trae ahora la desgracia a los hombres y mujeres de Siria e Irak.
Así mismo, los terribles bombardeos de
la OTAN en Libia fueron realizados tras “bombardear” también a la opinión
mundial con mentiras como la de que el “tirano” Gadafi estaba bombardeando
masivamente la ciudad de Bengasi o la de que sus tropas violaban sistemáticamente
a las mujeres de las zonas en las que operaban. Finalmente (por ahora, ya
que en el horizonte está siempre pendiente la eliminación del que podríamos
llamar el gran obstáculo, Vladimir Putin) se
le ha adjudicado al “sátrapa” Bashar al-Assad todo tipo de crímenes, como el de
la utilización de armas químicas que provocó un millar de víctimas, trescientas
de las cuales eran niños; utilización de armas químicas que debía forzar y
justificar la intervención directa de Estados Unidos en el conflicto;
utilización de armas químicas sobre la que alguien tan respetable como Carla
del Ponte (fiscal general de los tribunales ad hoc de la ONU para Yugoeslavia y
Ruanda) declaró que había indicios suficientes como para atribuirla más bien a
los llamados “rebeldes”; utilización de armas químicas que el periodista
Seymour Hersh, ganador del Premio Pulitzer, adjudico a Turquía y al grupo
al-Nusra basándose en un documento altamente clasificado de la Agencia de Inteligencia
de Defensa de Estados Unidos.
La demonización de un líder, persona, grupo social o sistema político es una de las tácticas más poderosas y mortíferas para dar el beneplácito a cosas y hechos que nosotros en condiciones normales nunca aceptaríamos. Cabe recordar que las descalificaciones usadas en esta demonización suelen ser completamente falsas, que se inventaron a propósito. Así ocurrió con Gadafi y su sistema político, la Yamahiriya, como ocurre con el presidente sirio Bashar al Assad.
3. Falseando los acontecimientos en torno
a Siria
Ahora volvemos a ser “bombardeados” con
una campaña en la que nunca se hace referencia a las
premonitorias denuncias del general estadounidense Wesley Clark alertando, con
varios años de anticipación, sobre el plan de sus jefes políticos, según el
cual “la guerra contra el terrorismo” no se detendría en Afganistán sino que
también serían derribados en unos pocos años los regímenes de Irak, Libia,
Siria, Líbano e Irán. Ni se hace nunca referencia a las afirmaciones realizadas por el ex
ministro de Asuntos Exteriores francés, Roland Dumas, sobre el hecho de que
Gran Bretaña ya estaba entrenando y apoyando a rebeldes sirios al menos dos
años antes de la revuelta supuestamente popular, con el objetivo de derrocar a
Bashar al-Assad del poder. Y, mucho menos, aún se hace referencia a hechos
igualmente reveladores pero más antiguos como el complot que debía
responsabilizar al presidente sirio Bashar al-Assad del asesinato del ex primer
ministro libanés Rafic Hariri pero que acabó en el escándalo de los falsos
testigos y la renuncia del alemán Detlev Mehlis; complot en el que el actual
director de Asuntos Políticos de la ONU, el estadounidense Jeffrey Feltman (de
quien depende Staffan de Mistura, representante de Ban Ki-moon para Siria) fue
quien, en sus tiempos de embajador de Estados Unidos en Beirut, organizó la
viciada comisión investigadora y el Tribunal Especial que debía encargarse de
condenar al presidente sirio.
Se trata de una campaña en la que nunca
se hace referencia a los miles de cables de Wikileaks que sacan a la luz los
millones de dólares con los que Arabia Saudita o Estados Unidos crearon y
armaron la llamada rebelión popular siria a la vez que
financiaron la propaganda para demonizar al régimen sirio. Ni se hace nunca
referencia a como los gobiernos occidentales se apresuraron a reconocer a la
Coalición Nacional de Oposición Siria y las Fuerzas Revolucionarias (una
coalición de varios grupos rebeldes formada en Doha, capital de Qatar) como el
único representante legítimo de las aspiraciones del pueblo sirio. Ni se hace
nunca referencia a la investigación de Seymour Hersh, que reveló que el
presidente Barack Obama y el primer ministro turco, Tayyip Erdogan, habían llegado
a un acuerdo secreto a principios de 2012 según el cual la CIA y el M16
británico trasladarían las armas pesadas de Muamar el Gaddafi fuera de Libia y
las utilizarían para abastecer al Ejército Libre de Siria. Ni se hace nunca
referencia a como Turquía, Arabia Saudita y Qatar proporcionarían los fondos
para esta operación que estaba bajo los auspicios de una entidad australiana. Ni se
hace nunca referencia a los informes del exempleado de la NSA Edward Snowden
según las cuales el Estado Islámico es un monstruo creado por la CIA, el Mosad
y el MI6, y financiado, según la misma Hillary Clinton, por las monarquías
petroleras árabes. Ni se hace nunca referencia a que una de esas familias reales, la de
Arabia Saudí, financió los ataques del 11S según reveló Zacarias Moussaoui, uno
de los acusados por los atentados; financiación que, según se cree, está
documentada en las 28 páginas del Informe del Senado de 2002, páginas que las
presiones de diversos senadores no consiguen que se hagan públicas, ya que fueron
clasificados por orden de George W. Bush para proteger las relaciones entre
Washington y Riad...
Podríamos llenar varias páginas más con
informaciones parecidas a estas que evidencia que estamos sufriendo una campaña
que oculta las verdaderas causas, origen y responsables del conflicto de los
refugiados. Pero se trata de una campaña que no
solo oculta sino que además sustituye esas causas, origen y responsables: es
una campaña que lleva a la conclusión de que habría que “hacer algo” en Siria para ayudar a
esas gentes que, según nos dicen, “huyen de los terroristas islamistas y del
régimen de Bashar al-Asad”. El sábado 19 de este mes de septiembre el
secretario de Estado estadounidense, John Kerry, lo formulaba ya claramente:
“es urgente […] solucionar el problema desde la raíz, […] Bashar al Assad debe
dejar el poder”. Y punto. Ayer mismo fue incluso Barak Obama el que lo dejó
claro: “para acabar con el Estado Islámico [que ellos mismos han creado] es
necesario un nuevo líder en Siria”. Así, pronto podrán decir: objetivo
conseguido, derribado uno más de los regímenes que había que derribar. Y los
ridículos monaguillos de esta liturgia belicista occidental repiten al unísono
esta misma jaculatoria.
El conservador David Cameron, que se
encamina triunfal a la conferencia anual de su partido (la primera a la que
acude respaldado por una mayoría absoluta en el Parlamento) pero que está
siendo criticado por algunos altos cargos militares por su gestión en los
conflictos de Libia y Siria, pretende obtener el respaldo del Parlamento para
participar en los bombardeos en suelo sirio. Y el socialista François Hollande,
ya está de hecho bombardeando Siria. El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso
consideró que el ataque aéreo de Francia contra las posiciones del Estado Islámico
(EI) en Siria, hace un par de días, sin la autorización de Damasco ni del
Consejo de Seguridad de la ONU, es “el exterminio del derecho internacional”.
“¿Con qué derecho actuáis en el territorio soberano de un país sin consultar
con su Gobierno legítimo, que lucha valientemente con ese mismo EI?”, interpeló la portavoz oficial de
la cancillería rusa, María Zajárova.
Y en cuanto a los llamados expertos, muchos de ellos
han jugado el papel de conciencia crítica contra la, según ellos, “apática
inacción” de los “moderados” gobiernos occidentales, en especial el de Barak
Obama frente al “tirano” Assad. ¡Curioso rol el de estos expertos tan sensibles
frente a determinados “tiranos” y tan comprensivos respecto a otros como los de
las totalitarias monarquías petroleras de la península arábiga o como Paul
Kagame, imputado por la justicia por crímenes masivos aunque formado y
sostenido por Estados Unidos! Así podemos observar como Bruce Maddy-Weitzman,
investigador principal del Centro de Estudios de Oriente Próximo en la
Universidad de Tel Aviv afirmaba hace unos días: “La actual crisis de
refugiados está demostrando con crudeza que la inacción de los países
occidentales desde 2011 tiene un elevado coste”. O como el secretario general
de Amnistía Internacional, Salil Shetty, que hacía ya en 2011 un llamamiento al
Consejo de Seguridad de la ONU para que se actuase en Siria de manera rápida y
decisiva, como se actuó contra Libia.
Pero quienes osamos afirmar que los refugiados huyen en realidad de las
guerras promovidas por Estados Unidos y sus comparsas, nos convertimos ipso
facto en radicales. Quienes nos atrevemos a recordar que, para acabar con el
“incómodo” Bashar al Assad, se han servido, en una primera oleada, de los
Hermanos Musulmanes, en una segunda de Al Qaeda y en esta tercera del Estado
Islámico, el Frente Al Nusra y otras organizaciones similares, ya sabemos lo
que nos espera: el vacío en los ámbitos académicos y mediáticos “serios”, o
incluso el descrédito. Se nos dice: “Tales cosas no las afirman ni tan siquiera
las grandes ONG de derechos humanos”.
La realidad siria no es en absoluto comprendida por la mayoría de los habitantes occidentales. Por el sencillo motivo de que las fuentes que tiene de "información" sobre este asunto, fundamentalmente los medios corporativos, trabajan para las grandes corporaciones económicas, que tienen interés en destruir la independencia siria. No han recibido, por tanto, ni un solo gramo de información veraz y real de lo que en verdad ocurría y ocurre en Siria. No se han fijado en los hechos, sino en una propaganda ya establecida a priori. Esto el habitante occidental no tendrá el valor y la honestidad de reconocerlo, pero sus opiniones lo delatan: al calificar al Gobierno sirio como ilegítimo, antidemocrático y genocida, algo completamente alejado de lo que han visto y sufrido los propios sirios día a día, como también de calificar la "revuelta" como popular y pacífica, al menos al inicio, algo que tampoco es cierto, pues fue una insurrección violenta y mercenaria, ya desde su mismo origen, como lo fue en Libia.
El basarse en organizaciones "humanitarias", de las que he hablado antes y que trabajan en beneficio del poder económico occidental, para conocer lo que ocurre en estos países no deja de ser una broma pesada. Pues sus informes son tan faltos de evidencias como plagados de falsedad y malas intenciones.
Todo esto demuestra la vaciedad intelectual y también moral del habitante occidental, tan fácilmente engañable, manipulable y controlable.
Que en los medios corporativos, y también en muchos "alternativos", no se dé cabida a mentes cuerdas que hablan claro y con honestidad sobre estos temas, muestra el grado de falta de libertad de expresión que hay en los medios de comunicación; y muestra su debilidad argumental, ya que con un solo informe o artículo de estos puedes derrumbar como un castillo de naipes toda la mitología y falsedad construida para ocultar la verdadera naturaleza de los hechos. Respecto a Libia y Siria la ocultación de meras, duras y puras agresiones coloniales.
Sobre Siria les recomiendo este informe: Deconstructing NATO narrative on Syria. Sobre Libia este otro: Libia: cuando empezaron sus problemas y Al Qaeda se hizo con el poder con el apoyo occidental.
Que Siria era ya el puente y camino hacia la Tercera Guerra Mundial era advertido por el brillante analista Tony Cartalucci. 6
Para mí esta ha sido una de las realidades más duras de estos años: que
mientras tantos profesionales de los derechos humanos, académicos y supuestos
expertos, que tienen tan buenos espacios en todos los medios, siguen hablando
de revoluciones internas en estos países, haya tenido que ser un general
estadounidense, el comandante de la OTAN durante la guerra de Kosovo, quien
haya denunciado la planificación por su propio Gobierno de las intervenciones
encubiertas que los desestabilizarían y los arrasarían. Es absoluta mi
decepción respecto a estos profesionales que no solo no han hecho sus deberes
sino que, una vez desenmascarado este proyecto devastador, parece como si lo
desconocieran o como si no quisieran referirse nunca a informaciones como las
que proporciona el general Wesley Clark. Lo cual hace pensar incluso en
complicidad directa. Resulta sumamente penoso oír en estos días a supuestos
expertos decir, en el horario de más audiencia de la cadena SER, que el 90% de
las víctimas de este conflicto las ha causado el régimen y que Assad debe
desaparecer de la escena. Pero ¿qué podríamos esperar de ONG creadas y/o
financiadas por la administración estadounidense o por gentes como George
Soros?
Una práctica que me parece especialmente
repugnante es la de no referirse nunca a lo que en los Principios de Núremberg
se definió como crímenes contra la paz o crímenes de agresión internacional y
el denunciar exclusivamente los posteriores crímenes y violaciones de los
derechos humanos que se producen en las guerras, metiendo en el mismo saco a
agresores y agredidos. ¿Qué se podía esperar que ocurriese en medio del
absoluto descontrol que se da en las guerras? Y es que en realidad los
principios de Núremberg fueron desactivados por la doctrina del R2P. Ocurrió
años antes de que en España fuese desactivado el principio de jurisdicción
universal. Sirviéndose de la supuesta pasividad de la llamada comunidad
internacional frente al genocidio ruandés de la primavera de 1994, los globalistas y sus think
tankscorporativo-financieros llegaron a un consenso general según el cual el
Orden Mundial unipolar basado en el “derecho internacional” y en “las
instituciones internacionales” tienen primacía sobre la soberanía nacional.
Así los derechos humanos (todos ellos
individuales) y la “responsabilidad de proteger (R2P)” se han convertido en el
argumento y el impulso para imponer militarmente el “derecho internacional”. El
R2P aparece después de que se haya conseguido generar dentro de una nación la
sedición y la violencia financiadas desde el extranjero para desmantelar los
estados-nación. Curiosamente, de modo simultáneo, las agendas de las grandes
ONG anglosajonas se ajustan perfectamente a este consenso de los globalistasy sus think
tanks corporativo-financieros. En 1950 los Principios de Núremberg consideraron
que el inicio de una guerra de agresión era “algo esencialmente perverso” y que
“[…] iniciar una guerra de agresión [...]
no es sólo un crimen internacional, es el mayor crimen internacional,
diferenciándose de los otros crímenes en que contiene en sí mismo la
perversidad acumulada de los otros”.
Por el contrario, Alison Des Forges, la gran experta de Human Rights Watch,
por poner un solo ejemplo, que tuvo durante años un importante papel en la
imposición al mundo de la doctrina oficial del dossier ruandés, afirmaba:
“Nosotros no investigamos sobre quiénes
desatan la guerra. Vemos la guerra como un mal, e intentamos impedir que la
guerra sirva de excusa para las violaciones de los derechos humanos.”
Por eso escribí en mi segundo libro:
“Muchos quisieran reducir todo a
categorías meramente individuales, quisieran que nos desentendiésemos de
cualquier análisis político y también de la soberanía y los derechos de los
pueblos, quisieran […] que no se hablase más de los Principios de Núremberg.
[…]. El problema es que los agresores ya no son los nazis sino Los
Aliados.”
Pero ahora, tras los atentados en el corazón mismo de Europa y tras la
actual avalancha de refugiados, Francia invoca ya la “defensa propia” para
bombardear Siria sin consultar a su gobierno legítimo. Se trata en definitiva
de evitar a toda costa que una guerra de agresión internacional sea reconocida
como tal. Así, hubo que ignorar mediáticamente la agresión de Uganda a Ruanda,
en octubre de 1990, u ocultar las decenas de miles de mercenarios
internacionales que han venido actuando en Libia o Siria. Según nos dicen, los
agresores de Ruanda, Libia o Siria han sido o siguen siendo rebeldes del propio
país. En este sentido, la “defensa propia", que invoca François Hollande,
puede ser aún más eficaz que la “responsabilidad de proteger”, puede ser más
fácilmente aceptada por nuestras sociedades.
4. Objetivos de tanta propaganda y
escenificación
No me cabe duda alguna de que, una vez
más, una campaña como la actual delata que traman algo importante e
inconfesable. Y no creo que el deseo de aparecer como líderes compasivos y
solidarios sea un objetivo suficiente para explicar la farsa vivida en el hemiciclo
europeo durante el discurso de Jean-Claude Juncker. Se trataría tan solo de un
objetivo intermedio que apuntaría a otro más importante como la legitimación
moral de una intervención aún más potente y descarada en Siria para deponer
o eliminar a Bashar al-Assad. No creo que sea fácil identificar con
seguridad los objetivos precisos que buscan con esta nueva campaña mediática
masiva o, en términos de Noam Chomsky, con esta nueva “ilusión necesaria para
sostener el sistema”, esta nueva ficción creada por el sistema que domina todo
en nuestro Occidente. No es fácil identificar sus objetivos porque, entre otras
cosas, el Imperio es tan oportunista como los leones: actúan según conviene en
cada momento en función de los acontecimientos, al igual que los felinos
dominantes que se apropian de las piezas de otros. No es fácil identificar sus
objetivos pero no me cabe duda de que esta nueva campaña apunta hacia algunas
metas.
En el caso Ruanda-Congo, se necesitaron un par de años para descubrir que
tras tanta agresión militar “liberadora”, tras tantos titulares y fotos en las
primeras páginas en torno al genocidio de los tutsis en la primavera de 1994
(mientras reinaba un absoluto silencio sobre las masacres masivas sufridas por
la mayoría hutu desde octubre de 1990), tras la gran farsa mediática del
retorno “voluntario” de los refugiados hutus a su “querida” Ruanda en 1997
(mientras se masacraba sistemáticamente a cientos de miles de ellos en la selva
del Congo)… había objetivos tan inconfesables como el coltan, el oro o el
uranio del Congo. Ellos, con su avanzada tecnología y su privilegiada
información, siempre van por delante. Por lo que habrá que ver en los próximos
meses hacia a donde apunta toda la actual campaña.
Aunque no se los pueda leer en los
medios convencionales de comunicación, son
bastantes los expertos que desconfían de las razones de una avalancha tan
repentina de refugiados, a los que Turquía ha facilitado la salida hacia Europa
de la noche a la mañana; que desconfían también del itinerario que siguen
precisamente hacia el corazón de Europa (en el que no podemos olvidar que se
incuba el grave conflicto de Ucrania); que desconfían también de tan masivo
pero sesgado tratamiento mediático así como de la omnipresencia de la terrible
foto del pequeño cadáver de Aylan en una preciosa y cercana playa turca; que no
entiende como su padre volvió sobre sus pasos hacia el país en guerra del que
su familia huía para enterrar allí el cadáver de Aylan...
No se trata ni mucho menos de negar la terrible realidad de las columnas de
refugiados ni la del cadáver de Aylan. Pero, al mismo tiempo, es evidente que
tales realidades están rodeadas de diversos elementos extraños y que sobre
ellas se ha construido una gran operación de propaganda. Al igual que los
ataques a Charlie Hebdo estuvieron rodeados de elementos tan extraños como el
suicidio dos días después del comisario que los investigaba, Helric Fredou, o
como el montaje fotográfico que colocaba a los líderes políticos a la cabeza de
la gran manifestación de aquellos días en París.
¿Cuál o cuáles podrían ser los objetivos
de una campaña mediática tan intensa, una campaña iniciada tras la repentina y
extraña apertura de las fronteras turcas para que estas masas de refugiados
iniciasen su marcha? Algunos analistas creen que a Turquía, Israel, Arabia
Saudita y Qatar ya les es imposible derrotar militarmente a Siria y que, para
chantajear a las potencias occidentales forzando su intervención, se está
facilitando la entrada de los refugiados en los territorios europeos. Cuantos
más emigrantes lleguen a Europa, mayor será el problema de Europa, mayor la
conmoción social e incluso el miedo. Y más fácil será para los gobernantes
europeos el argumentar que “hay que hacer algo por Siria”. Es un análisis
probable. No tanto porque Estados Unidos esté en posiciones más moderadas que
estos otros cuatro jinetes del Apocalipsis sino porque el imperio, siguiendo la doctrina
Brzezinski, parece apuntar ya directamente a Rusia y China.
Sin embargo, como afirman algunos otros expertos, el general John Allen,
representante de Barak Obama en la Coalición Internacional contra el EI y
compañero de conspiraciones con otros personajes como el general David Petraeus
o Hillary Clinton, ha estado utilizando a Turquía a todo lo largo de este conflicto.
Pero el escándalo provocado por el descubrimiento de la manipulación de la
información sobre este conflicto por parte de esta camarilla de intrigantes (al
igual que Dick Cheney, en su momento vicepresidente de Estados Unidos,
“arregló” los hechos para justificar la invasión de Irak), ha acabado con la
dimisión del general.
A mí no me cabe la menor duda de que
decisiones tan importantes como la de abrir a los refugiados las fronteras
turcas no pueden ser tomadas sin el asentimiento estadounidense. Creo incluso
que, como reveló el general Clark, la iniciativa es estadounidense. La
iniciativa de crear el actual caos en el Oriente Medio es imperial (sin
analizar ahora el grado de responsabilidad en ella por parte de los poderosos y
extremistas lobbies proisraelíes estadounidenses). Es posible que, al igual que
hizo en Libia, Estados Unidos deje ahora el trabajo sucio a cargo de David
Cameron, François Hollande, etc. Pero el
hecho consumado es que, “gracias” al EI, el imperio occidental tiene ya servida
en bandeja la excusa, que no llegaba a encontrar, para bombardear masivamente
Siria. Hace un año exacto que ya bombardean territorio sirio.[1] Por
lo tanto, lo que estarían preparando con una campaña tan potente de propaganda
sería algo más definitivo aún que los bombardeos hasta ahora realizados.
Podemos apuntar otras
hipótesis sobre los posibles objetivos de esta intensa campaña, hipótesis con
suficientes elementos para ser creíbles y que son compatibles entre sí. Pero no
me parece que sean los objetivos principales de ella. Serían unos objetivos
secundarios y sobrevenidos. Uno de ellos podría ser el de la obtención de mano
de obra barata y cualificada. Basta citar al presidente de la patronal alemana,
Ulrich Grillo, refiriéndose a los refugiados: “Debido a nuestra evolución
demográfica, con la inmigración garantizamos el crecimiento y la prosperidad”.
Otras hipótesis, formuladas por expertos serios pero que me resultan tan
graves y desoladoras que no atrevo a tenerlas aún en consideración, son las que
relacionan la avalancha de refugiados provenientes de Turquía con el
debilitamiento de Europa y hasta la desestabilización de Europa.[2] O incluso con
las estrategias que buscan ya directamente el acoso de Rusia mediante la
desestabilización de Europa Oriental, y más específicamente la de los países
filo rusos de los Balcanes: Macedonia, Serbia y la República de Srpska. Para
los EEUU, los Balcanes serían un futuro “patio” islámico terrorista, pensado
como una "fuerza de reserva" para presionar a Europa en el momento
adecuado.
Personalmente creo
que, aunque Siria no llegase a sufrir una mayor agresión occidental directa con
bombardeos masivos como los que se realizaron en Libia, la legitimación moral
del proyecto criminal de dominación que Estados Unidos reactivó tras el 11S es
por sí misma un objetivo más que suficiente para desplegar la agobiante campaña
que sufrimos y justificar no solo lo que están haciendo en Oriente Medio sino
sobre todo lo que, con toda seguridad, seguirán haciendo allí. Y ahora toca
Siria. Lo cual explica el empeño en convertir en sirios incluso a los
refugiados que no lo son. Durante estos últimos años he insistido en que el
enorme poder financiero y la aplastante fuerza militar occidentales no son
suficientes para llevar a cabo un crimen contra la paz sin en el apoyo de esa
tercera pata que es la legitimación moral: “estamos viviendo un choque de
civilizaciones”, “nosotros somos los buenos”, “el terrorismo islamista es el
gran Satán”, etc.
De hecho la madrastra
del austericismo ya se está convirtiendo en la Madre Ángela Teresa. Y la Unión
Europea, responsable del caos vandálico que arrasa Irak, Libia, Siria se está
convirtiendo, por medio de figuras tan emblemáticas y “magnánimas” como la del
presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Junckers, en el padre generoso
que acoge a cientos de miles de refugiados. Todo esto es ya un objetivo que
justifica suficientemente semejante campaña. Sin tal legitimación moral, la
sociedad europea, cuya solidaridad, muy superior a la de sus representantes
políticos, ha quedado en estas fechas de manifiesto, no soportaría con su
trabajo y sus impuestos nuevas campañas militares en Siria.
Por eso es tan importante la foto de Aylan. Gentes demasiado perversas pero muy bien
remuneradas trabajan intensamente desde hace tiempo para lograr crear en
nuestras mentes asociaciones como la que liga el cadáver de Aylan al presidente
sirio Bashar al Assad. Tan solo
entraremos en la verdadera vía de solución de esta gran tragedia cuando nuestra
sociedad manipulada empiece a hacer la asociación correcta: aquella en la que el pequeño cadáver de Aylan y tantos otros
crímenes contra la paz están ligados al proyecto de dominación denunciado por
el general Wesley Clark y a la sumisión a él por parte de tantos gobiernos
occidentales, incluidos todos los del PP y del PSOE.
Las conclusiones y soluciones que nos ofrece Joan Carrero debería de leerlas cualquiera que se estime algo como persona. En ellas no se centra en las emociones, fácilmente moldeables, sino que va a las causas. Los problemas no se resuelven yendo a conclusiones equivocadas tomadas de informaciones deliberadamente engañosas o falsas, sino conociendo los hechos y cómo se han producido estos.
La falta de madurez de la sociedad occidental la está conduciendo a su ruina y hacia la destrucción de la vida y recursos de muchas personas. Son como niños en manos de un perverso padrastro que no piensa en su bien sino en su propio beneficio. Confían en quien no tienen que confiar y apoyan lo que no deben apoyar, ahondando todavía más en sus problemas generales y cotidianos. Mientras no miremos a la cara al, los, verdaderos responsables de esta peligrosa situación, no resolveremos los problemas, ni los nuestros ni los de los refugiados. Ambos tienen un mismo protagonista, el poder corporativo occidental. 5
5.
Conclusiones prácticas para nosotros aquí y ahora
La reacción de nuestra sociedad mallorquina frente a esta crisis me
recuerda demasiado a la que se vivió en relación a Ruanda a partir del abril de
1994. Fue una reacción de una ciudadanía conmovida que, como el tiempo nos ha
demostrado, careció de rigor suficiente, por causa del falseado análisis de los
hechos. Un análisis que, dolosa o inconscientemente, nos presentaron casi
unánimemente todos los grandes medios. Actuar de nuevo sin ton ni son, sin un
análisis correcto del conflicto, viciará nuestras buenas intenciones y los
resultados de nuestra solidaridad. No entiendo a quienes quieren ayudar a los
refugiados y al mismo tiempo no dicen ni una palabra sobre una OTAN que arrasó
Libia o que no tienen ni idea de cómo Occidente ha desestabilizado Siria. Dicen
que no se puede estar en la procesión y repicando. Visto que casi todo el mundo
parece estar en la procesión, yo prefiero seguir dedicándome a recordar que el
proyecto de dominación atlantista continua avanzando y que mientras España siga formando parte
de la OTAN seremos corresponsables de los grandes
crímenes contra la paz que, en un número creciente de países, están provocando
un sufrimiento tan atroz y una devastación tan increíble en pleno siglo XXI.
Una cosa es cierta:
todos tenemos una parte de responsabilidad personal en tanta muerte y
desolación. Tenemos tiempo para muchas cosas pero no suficiente interés por
entender las causas de tanto sufrimiento y muerte. Jon Sobrino se lamentaba con
toda razón de un gran problema: no hay en nuestra sociedad suficiente “voluntad
de verdad”. Y si no tenemos voluntad de informarnos, somos fácilmente
manipulables. Este caos es obra de un propósito anglosajón de dominación. Se
trata de un proyecto al que, como demuestran múltiples cables de Wikileaks y
sobre todo los hechos, los dos grandes partidos españoles han ofrecido una
absoluta sumisión. Desde que Felipe González nos introdujo en la OTAN, los
últimos gobiernos españoles se han sometido sistemáticamente a los dictados de
la administración estadounidense. Las bases de Morón y Rota son una realidad
indigna y somos miembros de la criminal OTAN.
Es increíble el alto porcentaje de políticos irresponsables, o incluso sonados y/o criminales, que en estas últimas décadas deciden por nosotros
sobre la vida y la muerte de naciones enteras. En España no solo hemos tenido
al José María Aznar de las Azores sino que estamos oyendo en estos días al
“carismático” Felipe González decir cosas como esta: “El estado de sitio del
Chile de Pinochet respetaba mucho más los derechos humanos que el paraíso de
paz y prosperidad de Maduro”. O como esta en relación a Catalunya: “Stalin
autodeterminó a millones de soviéticos a Siberia”.
Quiero acabar mi intervención invitando al grupo Podemos (que la organizó),
a Laura Camargo y Alberto Jarabo (que me acompañan en esta mesa), que en estas
graves cuestiones internacionales sean también enérgicos. Hay mucho más motivo
para no dejar de “tirar de la cuerda” frente a estos grandes crímenes que
frente a algunos nombramientos recientes nada ejemplares en nuestra comunidad. Hay que desenmascarar a aquellos políticos
y partidos que ante las cámaras juegan a la compasión en esta tragedia de los
refugiados, pero que en realidad son colaboradores sumisos del proyecto
depredador y de dominación que ha destrozado sus vidas. Es cierto que el PSIB no es exactamente el PSOE y que, frente a los
crímenes de agresión internacional, no podemos pedir las mismas
responsabilidades a los dirigentes nacionales que a los locales. Pero si no
reaccionamos ya con toda energía contra ese criminal proyecto de dominación de
una reducida elite occidental, quizá no lleguemos a tiempo y la historia tenga
que juzgarnos tan duramente como juzgó a la sociedad alemana que permitió el
ascenso, los delirios y los grandes crímenes del nazismo.
Es cierto que estas tragedias de África o del Oriente Medio no nos afectan
tan directamente como la gran crisis-estafa o la corrupción contra las que
tenemos que luchar aquí. Pero al menos nosotros no podemos desentendernos de
estas víctimas más alejadas. Existen unos lazos más estrechos que los
familiares y los nacionales. Ernesto Che Guevara, que puso su vida en peligro
por el pueblo del Congo, llamabacompañeros a todos aquellos que no nos resignamos ante la injusticia. Y, dos milenios
antes, Jesús de Nazaret los llamaba hermanos. El 20 de febrero de 1964 el Che escribía en respuesta a una carta que le
envió desde Marruecos María Rosario Guevara, en la cual le preguntaba si podía
ser parienta suya:[3]
“No creo que seamos parientes muy
cercanos, pero si Ud. es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete
una injusticia en el mundo, somos compañeros, que es más importante”.
Hace ya dos mil años, Jesús de Nazaret respondía algo muy parecido a
alguien que le comunicaba que habían llegado su madre y sus hermanos y que no
podían llegar hasta él a causa de la mucha gente que le rodeaba y escuchaba. No
podemos abandonar a tantas víctimas, pero tampoco podemos limitarnos a
asistirlas. Creo que también debemos de hacer lo posible para abrir los ojos a
nuestros conciudadanos. Y si alcanzamos cargos de decisión política hemos de
intentar salir del falsario y criminal sistema financiero-militar atlantista.
Yo os pediría en especial que hagáis cuanto esté en vuestra mano para
reinstaurar la jurisdicción universal en España. Jurisdicción que fue
desmantelada últimamente por el PP y el PSOE. El primero de modo público y
“legal” y el segundo desde la “diplomacia de la cloacas subterráneas”, como
dejaron en evidencia muchos cables sacados a la luz por Julian Assange. La
impunidad que sucesivos gobiernos del PP y del PSOE han concedido al ruandés
Paul Kagame, un criminal de masas, responsable también del asesinato de nueve
españoles, es la que permite actualmente los cientos de miles de violaciones
que sufren las mujeres del Congo, el pillaje de sus recursos, la opresión del
pueblo de Ruanda, la denigrante privación de libertad que sufren líderes
heroicos como Victoire Ingabire Umuhoza o Deogratias Mushayidi… Hay que
facilitar el trabajo de algunos jueces españoles que tienen una visión lúcida
de lo que está sucediendo en nuestro mundo y que no dependen de mayorías
absolutas para hacer su trabajo.
He comenzado hablando de una conversión al inicio del cristianismo y voy a
acabar ya recordando que un cristiano como el papa Francisco, que recibe
diariamente un enorme caudal de información, viene repitiendo desde hace meses
que nos encontramos ya en un ambiente de Tercera Guerra Mundial, una guerra por
etapas. Hace unas semanas la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva
(OTSC), una alianza militar formada por seis repúblicas de la antigua Unión
Soviética (Armenia, Bielorrusia, Kazajstán, Kirguistán, Rusia y Tayikistán), ha
decidido luchar contra el terrorismo en Irak y en Siria. Y el objetivo de ese
despliegue militar no sería tanto el de defender Irak y la República Árabe
Siria como el de defenderse a sí mismos de probables “revoluciones” iniciadas
también por yihadistas reclutados por la CIA y la OTAN. Temen que si no actúan
ya contra el terrorismo, tengan que enfrentarse más adelante no solo a los
yihadistas infiltrados en sus territorios sino también a los misiles de la
OTAN. En menos de una semana, han sido trasladados a Siria más de dos mil
hombres y gran cantidad de equipamiento. Así mismo, hace tan solo unos días
conocimos la nueva alianza militar entre Rusia, Irán, Siria e Irak. El general
Leonid Ivashov, antiguo jefe de la Dirección de Cooperación internacional
militar del Ministerio de Defensa ruso se refirió a que el derecho a la defensa
individual y colectiva está garantizado por el Estatuto de la ONU. Y afirmó que
todos entienden que esta historia contra Siria e Irak la han provocado los
estadounidenses. Putin ha repetido hasta la saciedad que la política de
Washington de armar a los "rebeldes" sirios sería contraproducente y
el avance imparable del EI le da la razón.
Según el diario «Kommersant», unos 1.700 militares rusos ya estarían desplegados
en Siria, donde estarían habilitando el puerto de Tartus para el atraque de
buques de gran calado, mientras las imágenes de satélite hablan de obras en el
aeropuerto de Latakia para el aterrizaje de cazas rusos. Uno de los puntos del
acuerdo de amistad y cooperación suscrito entre Moscú y Damasco en 1980 señala
que, en caso de que «surja una situación que amenace la paz y seguridad», las
partes «entablarán de inmediato contactos para coordinar sus posiciones y su
cooperación para eliminar las amenazas y restablecer la paz». El documento no
contempla la defensa mutua en caso de agresión, pero sirve de marco jurídico
para la firma de acuerdos concretos por la vía de urgencia para el despliegue
de tropas de asalto. Y, justo antes de entrar en la sala, Laura me acaba de
comentar que hace unas horas Rusia ha iniciado sus bombardeos contra los grupos
terroristas sobre el territorio sirio.
Si los acontecimientos llegan a
descontrolarse, como ocurrió al inicio de las dos guerras mundiales, yo tendré
al menos la tranquilidad de haber levantado mi pequeña voz frente a esta gran
farsa y locura que estamos sufriendo. Espero que no sea una voz tan aislada
como aquellas que se levantaron en los meses previos a las dos grandes guerras.
En todo caso habré cumplido con aquello que creo que me correspondía hacer.
¿Cómo puede ser que nos hayamos acostumbrado a que psicópatas que arrasan
países enteros, como es el caso del trio de las Azores (por citar solo el caso
más evidente y reconocido), se sigan paseando impunes por nuestras calles,
dando incluso conferencias y pontificando sobre todo lo divino y lo humano?
¿Será porque Irak, Ruanda, Congo, Libia o Siria nos quedan demasiado
lejos?¿Será que estamos perdiendo el sentido de la realidad mucho más de lo que
somos conscientes. ¿Será que estamos mucho más influidos de lo creemos por la
realidad paralela y distorsionada que nos presentan los grandes medios? ¿Y si
fuesen nuestra querida Mallorca la arrasada, nuestros hijos los asesinados y
nuestras hijas las violadas? Para
salir de esta locura solo nos queda un camino: hacer día a día el esfuerzo de
mirar los acontecimientos con los ojos de las víctimas, de todas la víctimas.
Diversos expertos concluyen que las
sociedades occidentales deben reconocer y rechazar esta campaña impulsada por
seres perversos y megalómanos. Como afirma Tony Cartalucci, tenemos que empezar
a generar un nuevo consenso basado en la soberanía individual y nacional. Tenemos
que asumir nuestras propias responsabilidades y complicidades con estos intereses
megacorporativos financieros por nuestra apatía que nos hace desinformados e
ignorantes. El proyecto de estas gentes no se detiene en Siria e Irán, sino que
apunta en última instancia a Rusia y China. Los conflictos que vemos en
nuestras pantallas de televisión no quedarán por siempre relegados a lejanas
regiones de nuestro mundo.
[1] Según
informes oficiales del Pentágono, hasta mediados de septiembre la coalición
liderada por Estados Unidos realizó 6.863 ataques aéreos, de ellos 4.328 contra
Iraq y 2.535 contra Siria.
Más de
5.300 de estos bombardeos fueron ejecutados por la aviación militar
estadounidense y el resto por los países que apoyan esta campaña bélica, que en
el caso de Iraq son: Australia, Canadá, Dinamarca, Francia, Jordania, Países
Bajos y el Reino Unido.
Los
ataques contra el EI en Siria son apoyados por Australia, Bahrein, Canadá,
Jordania, Arabia Saudita, Turquía y los Emiratos Árabes Unidos.
El
costo total de estas operaciones desde agosto de 2014 asciende a 3.700 millones
de dólares, con un desembolso aproximado de poco menos de 10 millones de
dólares diarios en aproximadamente 375 días de operaciones.
A pesar
de todo este gasto multimillonario, del despliegue de fuerzas y medios y del
incremento de la agresividad de Washington y sus aliados contra el Gobierno de
Siria con el pretexto de la lucha contra el EI, los resultados de la contienda
son limitados, muy por debajo de lo que espera el Departamento de Defensa.
[2]
El mes pasado, la publicación Info Direkt señalaba
que, según los servicios de inteligencia de Austria, el éxodo de refugiados
sirios hacia Europa estaba siendo orquestado por Estados Unidos.
[3] Lo
recordaba hace unos días Rodolfo Crespo en Rebelión.
Notas (a mi escrito):
1. Refugiats. Causes i oigen del conflicte. Responsables i responsabilitats. Objectius del conflicte. Organiza Podemos. Palma. 30.09.15.
2. Joan Carrera. Damasco, los refugiados y la "conversión" de la Unión Europea. 30.09.2015. (de la conferencia Refugiats).
3. Tony Cartalucci. Syrian NGOs working directly with British Government. Land Destroyer. 26.11.2011.
4. Arthur Augustus William Harry Ponsonby. Falsehood in Wartime: Propaganda Lies of the First World War. George Allen and Unwin, 1928.
5. Tony Cartalucci. Multipolarism solves Syria at the Source. Land Destroyer. 16.10.2015.
6. Tony Cartalucci-Nile Bowie. Subverting Syria. 2012.
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