martes, 15 de diciembre de 2015

Venezuela: reflexiones de una involución electoral

El Presidente de Venezuela afronta una nueva etapa tan difícil como interesante y peligrosa. De su decisión y de aprender de experiencias pasadas dependerá su futuro y el de muchos venezolanos 

Celebradas las elecciones parlamentarias en la República Bolivariana de Venezuela este 6 de diciembre de 2015, podemos ver unos resultados que reflejan algo típico en sistemas y sociedades donde ha habido un desafío al poder imperante. 
En primer lugar les voy a comentar los resultados y posteriormente les hablaré de ese comportamiento más o menos típico o habitual cuando se desafía al poder en la sombra, al poder económico.
Tenemos que la amplia coalición que trata de desgastar al movimiento bolivariano de Venezuela (encabezado por el PSUV), conocida como la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), ha obtenido 112 escaños de los 165 de la Asamblea Nacional; una mayoría que supera los dos tercios, lo que le posibilitará tener capacidad para poder realizar reformas: incluidas la elaboración y rechazo de leyes orgánicas, sustituir magistrados de la Corte Suprema, nombrar los jefes del Consejo Electoral Nacional o de la oficiana del Fiscal público, e incluso proponer la reforma constitucional. 1 En estas elecciones la MUD ha obtenido 7.707.422 votos, en el año 2010 obtuvo 5.320.364, casi dos millones y medio de votos (2.387.058) más que antes. El ahora denominado Gran Polo Patriótico Simón Bolivar tiene 5.599.025 y antes tenía, con denominación como Partido Socialista Unido de Venezuela, 5.423.324. En estos resultos habría que tener en cuenta la variación de la población en estos cinco años, pero ya a simple vista se ve que la oposición al movimiento político encabezado por Nicolás Maduro ha crecido, mientras su partido se ha mantenido más o menos en su nivel. La pregunta es entonces: ¿por qué ha ocurrido esto?
Es normal que quien ya lleva tiempo en el poder tenga cierto desgaste, ocurre en todo momento y lugar. Porque recordemos que el gran político y estadista Hugo Chávez, el gran motor del cambio en Venezuela y el político más importante a nivel mundial de las últimas décadas, fue llevado a la presidencia de este país en el año 1999, ya hace, nada más ni nada menos, que diecisiete años de aquello, diecisiete intensísimos años. Así, ya saben que no es lo mismo predicar que dar trigo, predicar y prometer resulta una tarea fácil siendo oposición. Junto a este desgaste del tiempo, tenemos la pérdida irreparable como fue la del enormemente carismático Hugo Chávez; apenas han pasado dos años de su muerte y el primer gran varapalo e involución electoral ha ocurrido. Cierto es que un hombre solo no hace todo, pero cierto es también que sin alguien como Chávez el desarrollo político y sobre todo social de Venezuela no hubiese sido posible. Porque lejos de ser un producto mediático, como es por ejemplo el presidente de los Estados Unidos Barack Obama, el venezolano tenía una sólida formación política e histórica, tenía un gran bagaje en ambos sentidos, algo que no podemos decir de nuestros políticos occidentales. Además, y esto es lo llamativo de Chávez, había una correlación entre discurso y obra, entre palabras y hechos. Lo expresa correctamente el historiador norteamericano Michael Parenti:
 Millones de sus compatriotas perciben correctamente a Chávez por ser el único presidente que ha prestado alguna vez atención a las zonas más pobres de la nación. Su gobierno representa una forma completamente diferente de organización social, en la cual las naciones del mundo deberían poner a la gente por delante de los beneficios, usando la riqueza de la nación para servir a la población trabajadora en vez de a los pocos privilegiados. 2
Este y no otro fue el principal motivo por el que este presidente de Venezuela fue elegido una y otra vez, batiendo tanto un récord en las presidencias como en los logros sociales y en la congruencia.
Pero como decíamos, Chávez ya no está y pese a que el movimiento bolivariano tiene una gran base social, también ha sido utilizado por muchos para sus intereses particulares, se dicen revolucionarios pero piensan solo en su beneficio, hacen loas a la revolución pero no creen en absoluto en ella. Además, además de estos, tenemos aquellos, presentes también en  toda época  y lugar, que medraron y se instalaron allí no para mejorar el país, sino para una labor de zapa, de poner zancadillas, de crear malestar en la población hacia su gobierno. Son los habituales saboteadores, los quintacolumnistas que tienen como misión dañar a quien dicen defender o por quien dicen trabajar. En los dos casos, tanto en el de los interesados y aprovechados como en el de los correctamente denominados traidores o topos, el actual Gobierno venezolano y el PSUV tienen una necesaria y urgente tarea de limpieza. En sus manos está.
Por supuesto, no olvidaremos el prominente chantaje llevado a cabo por sectores empresariales para hacer daño donde más le duele a la población: en el suministro de los bienes y necesidades básicas, como es por ejemplo la alimentación. Este chantaje económico fue denunciado y también perseguido por el Gobierno de Maduro, haciendo un paralelismo correcto con lo que en su día le hicieron a Salvador Allende en Chile, allí Allende fue atacado de todas las formas posibles: destrucción de cultivos, eliminación y robo de ganado, paros de transportistas, etc, etc. Aquí en Venezuela se ha hecho del mismo modo un grave quebranto a muchas familias, haciéndoles pasar un tiempo necesario para otras tareas y actividades necesarias en colas interminables para poder tener lo básico. Esto, lo reconozcamos o no, duele mucho y afecta mucho a quien lo sufre, y casi diría que hará todo lo necesario porque esto no vuelva a tener lugar. Incluso dar el voto a quien en condiciones normales nunca lo hubiese hecho. La desesperación lleva a medidas drásticas, casi siempre muy negativas. Tan negativas como el dar más poder a aquellos que han sido los causantes del problema, el empresariado expresado en los partidos de la oposición, y atacar al gobierno, que era quien estaba haciendo lo posible, seguramente debería haber hecho más, porque no hubiese estos problemas de suministro de productos básicos. Aquí también tiene el Gobierno de Venezuela una tarea urgente: ser más efectivo y resolutivo en la persecución y castigo de estos criminales sociales y económicos.
Junto a todo esto dicho, que creo está bien dicho, no deberíamos seguir añadiendo más medidas o contramedidas económicas sin antes hablar del aspecto moral e intelectual de las personas. Pues una persona no solo debe ser un ente consumidor satisfaciendo sus instintos básicos. Porque si convertimos la política en un mercadillo en el que los partidos juegan a ver quién es el que te da más, estaremos creando ciudadanos caprichosos y egoístas, del mismo modo a como se maleduca a un hijo en el que los padres están reñidos y tratan de ganarse a este hijo a base de regalos y no de educarlo, formarlo y hacerle valorar las cosas y las personas, cosas y personas que se ganan con dedicación y cierto sacrificio. En esto sí ha pecado la política del Gobierno de Venezuela, porque muchos de sus habitantes creían y creen que las mejoras sociales: la vivienda, la atención sanitaria, la comida, la educación gratuita, el elevado sueldo mínimo, etc, etc, están garantizadas, que son un derecho que no se puede perder. Del mismo modo pensaban muchos europeos y ahora están viendo y sintiendo en sus carnes la diferencia entre una realidad, a la que han contribuido a generar, y lo que los vacíos discursos decían y dicen. Los venezolanos mejor que nadie deberían conocer esto, porque antes de la llegada de Chávez las cosas eran muy pero que muy diferentes y no en sentido positivo, sino en el negativo de una enorme masa de población dejada a su suerte, es decir a la pobreza, la penuria y el abandono crónicos. Falta por tanto y es necesario un serio programa de formación y de educación, y sobran facilidades y regalos a gente que no se lo merece y no se lo ha ganado. Nunca se debe dar algo por nada. Lo dice el dicho latino "Do ut des" (Doy para que des).
Tampoco olvidaremos la que es casi una ley social: quien tiene el poder económico acaba teniendo, tarde o temprano, el poder político. Venezuela no es ninguna excepción a esta regla. Los grandes propietarios, además de esa guerra económica descrita antes, han desatado una guerra multifrontal. Entre esos frentes tenemos el mediático, el de los medios de comunicación. Encargardos de difamar y demonizar a las personas que no quieren y de falsificar los hechos o de ocultarlos. Así, si los magnates tienen el control casi completo, como lo tienen en Venezuela, más pronto que tarde acabarán embaucando y engañando a la población. Como efectivamente ocurre. Veamos la situación mediática en Venezuela, donde y pese a los avances, con incluso ley de medios, la desigualdad es escandalosa en beneficio de los que más tienen y en perjuicio del conjunto de la gente:
Los medios privados venezolanos están en un proceso de sostenida expansión que desmiente la idea de que el Estado les imponga frenos o cortapisas. Citemos cifras contundentes de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones. Para 2012 circulan 334 publicaciones periódicas; de ellas un centenar son cotidianos. La mayoría son abiertamente opositoras al Gobierno. Sólo dos guardan un relativo equilibrio en la información, según mediciones del comunicólogo opositor Marcelino Bisbal: Últimas Noticias (Caracas) y Panorama (Maracaibo). Apenas tres (03) diarios, aparecidos en los últimos años, no son opositores: Diario Vea, Correo del Orinoco, y Ciudad Caracas. 
Para 1998 funcionaban 331 emisoras de FM comerciales privadas y apenas 11 de servicio público. Para 2012 estas cifras casi se duplican: hay 499 emisoras FM comerciales, 83 de servicio público y 247 comunitarias. En 1998 emitían en señal abierta 36 televisoras comerciales y 8 de servicio público; para 2012 las cifras casi llegan al doble, pues funcionan 67 comerciales, 13 de servicio público y 38 comunitarias. Advirtamos que las emisoras comunitarias tienen alcance limitado a una parroquia o un distrito, y que su existencia a veces es efímera. 3
Es cierto que unas personas organizadas y concienzadas, que vamos a ser sinceros nunca es la mayoría de la población, pueden resistir y contrarestar esta injusta desigualdad, como de hecho ha ocurrido en Venezuela, pero como en todo hay límites y finalmente la balanza se decanta por el lado de más peso.
Todos los medios de comunicación de Venezuela, prácticamente todos, están en contra del gobierno bolivariano. Que éste haya ganado prácticamente todas las elecciones, en alguna forma da cuenta de cómo el pueblo tiene claridad y puede derrotar la mentira de los medios. 4
No nos engañemos más, unos medios de comunicación presentes en todo momento y lugar, de forma masiva y también compulsiva, acaban modelando la opinión social; de forma que lo que dicen los medios se acaba convirtiendo en el tema de conversación y también en el de pensamiento. Incluso aquellos que no creen en esta influencia no son conscientes que lo que ellos hablan, y hasta cómo hablan y para qué hablan lo están recibiendo de esas grandes estructuras comunicacionales. A este respecto les recomiendo este artículo sobre la modelación de nuestra opinión por los medios de comunicación: Cómo los medios de comunicación modelan nuestra opinión .
Asimismo quien detenta el poder económico puede comprar voluntades y, claro, puede comprar y compra votos (de muy diversas formas y muy diversas formas de agradecimiento), aquí y en Venezuela. Es difícil, por no utilizar la palabra que se debía haber utilizado, imposible, que en una sociedad dividida entre un grupo de propietarios y un conjunto, variopinto, de desposeídos pueda haber una democracia real, porque si esta comienza a existir en verdad, pronto muere, y no por muerte natural, sino por muerte provocada. Es la situación que tenemos en Venezuela, una minoría opulenta, privilegiada y caprichosa con un hondo sentimiento de clase, que no tolera que aquellos "desarrapados", "muertos de hambre" que "no tenían donde caerse muertos", comiencen a tener derechos y medios para ejercer esos derechos. Parece que les ha llegado su hora, pese a que la oposición cuente con gente y opiniones de que hay que llevar un cambio gradual, los "gradualistas", porque la mayoría de sus votantes y los que no son sus votantes verían con muy malos ojos la eliminación o destrucción de las muy importantes mejoras sociales; están otras personas y pensamientos, más poderosas, que ven llegado por fin el momento de acabar con esa pesadilla de apoyo  a los más desfavorecidos y proponen acabar con todo el legado de Chávez cuanto antes, son los "maximalistas". Digamos que no lo tendrán fácil, porque el legado de Chávez ha calado y sigue, muy a su pesar, vivo.

PS: 
En este artículo pueden ver los grandes errores del Gobierno venezolano en su política económica, social y también judicial. Lo repetimos, lo que se consigue sin sacrificio no se valora, y aquí el gobierno se pasó de benévolo y la gente no se lo agradeció.

Regalos sin navidad

Notas:
1. Lucas Koerner. Facing Opposition Onslaught, Chavismo must return to roots. Venezuelanalysis.com. 9.12.2015.
2. Michael Parenti. The face of imperialism. Paradigm Publishers, p.118.
3. Luis Britto García. La libertad de expresión en Venezuela. Primera parte.  América XXI. Noviembre 2012.
4. Es falso que en Venezuela exista una dictadura: Luis Britto. La Jornada, 27.04.2014.

1 comentario:

  1. Desgraciadamente, los pueblos venezolano y argentino han elegido ser colonia de USA. Si Maduro hubiera hecho caso al gallo rojo otro gallo cantaría. Como siempre, Cuba es el ejemplo de revolución y resistencia que el resto de países latinoamericanos deben tener en cuenta. PD: Si comento como anónimo es porque no tengo ninguna de las cuentas requeridas. No soy un troll. Un saludo.

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