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viernes, 18 de enero de 2013

Imaginen




 Imagina a toda el mundo
viviendo la vida en paz...

¿Pueden imaginarlo? ¿Pueden imaginar al mundo viviendo en paz, sin guerras, sin saqueos, sin esclavitud, sin explotación?
Un mundo sin necesidad para la codicia o el hambre, como reza la canción Imagine de John Lennon.
Imaginen este blog hablando de cosas pasadas, de palabras, como indicaba Martin Luther King, ya no usadas más, como esclavitud, guerra o discriminación.
¿Es ese mundo posible? ¿Es demasiado imaginar?
Imaginen seres realmente inteligentes no estropeándose la vida unos a otros, imaginen seres que utilizan la inteligencia no para destruir, sino para aportar algo favorable a ellos sin dañar a los demás, imaginen seres que no son indiferentes al sufrimiento de otras personas en otros países, imaginen seres que se oponen y reprueban a sus dirigentes por atacar a otros países a otras gentes para robarles, imaginen a estos líderes castigados por haber cometido crímenes bombardeando otros países, imaginen organizaciones, laicas y religiosas, defendiendo siempre la paz y el respeto, no en función de sus intereses de poder, sino en función de verdaderos intereses humanos.
Imaginen que todo lo que les he contado no es nada imposible, que en realidad es bien posible, que en realidad tiene bastante sentido común, que es comportarse así de un modo realmente inteligente. 
¿Quién dijo que el ser humano es el ser más inteligente? ¿En qué grado se mide esta inteligencia? ¿En su potencialidad?, ¿en su capacidad para inventar?, ¿en su capacidad para desarrollar cosas? Bien, en ese sentido obviamente somos más inteligentes. Pero, y ¿en el sentido de vivir una vida de respeto, de concordia, de felicidad?, ¿en el sentido de no desarrollar armas y malas intenciones para destruirnos?, ¿en el sentido de no autodestruirnos? ¿Somos en este sentido más inteligentes? Parece claro que no.
¿Imaginamos? o ¿dejamos de imaginar y acabamos finalmente unos con otros?
No es este un discurso trágico, no pretende serlo, pero el camino en el que nos hemos embarcado los seres humanos, tarde o temprano, tendrá un final no muy venturoso, sino al tiempo. Como indicaba Carl Sagan, si hubiese algún observador externo a nuestro planeta vería que estamos ya en el mismo borde de un precipicio, al borde de un gran fracaso, donde si no se cambia el rumbo el final está claro.
No sigamos en esta locura insensata de explotar y destruir a nuestro planeta y a nuestros semejantes, tanto seres de nuestra especie como de tantas otras que llevamos milenios destruyendo. No amparemos guerras de pillaje, guerras criminales que persiguen el robo, el latrocinio y la esclavización. No llamemos a estas guerras misiones humanitarias. No apoyemos esas vergonzosas campañas, apodadas humanitarias, que son justificativas de las guerras. No apoyemos la  barbarie, la destrucción y la esclavitud. Y no alimentemos a la bestia que hace estas cosas, representada por muchos de nuestros dirigentes políticos y económicos. No les compremos sus productos, no les riamos las gracias y no asistamos a sus burdas mentiras en los medios de comunicación. No es difícil, podemos hacerlo, es sencillo y los resultados son sorprendentes. Si no se colabora con la barbarie esta termina por desaparecer.

Quien hace esta reflexión no es mejor que otros seres humanos, tampoco peor, pero al menos no alimenta o trata de no alimentar a la bola de nieve que se abalanza sobre nuestro poblado, la tierra.



1 comentario:

  1. Sí...Si no nos comportásemos solo individualmente porque tendríamos capacidad de unión AL MARGEN DE LA CAJA TONTA,al final la pirámide caería.Pero solo nos unimos,formando algo así como una sola persona,a la hora de PENSAR LO QUE LA ÉLITE QUIERE QUE PENSEMOS.

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