Hay una obra mayor sobre los medios de comunicación que destaca sobre las demás y precede a buena parte de ellas. Les hablo de Inventing Reality, 1Inventando la realidad, del historiador estadounidense Michael Parenti; que fue publicada el año 1986. Curiosamente otra obra, esta muy conocida, Manufacturing Consent, la Fabricación del consenso, de Noam Comsky y Edward S. Herman, de 1988, no hace mención o referencia a la anterior, cuando sigue una línea similar y siendo ambas del mismo país.
El título elegido por Parenti refleja a la perfección la actuación de estas organizaciones, no muestran o tratan de mostrar la realidad, que sería su función periodística, sino que la inventan según sus intereses, adoptando una función propagandista.
Dada la importante influencia que han acaparado estos medios, recordemos que hoy en día están en su totalidad en manos de los grandes propietarios, ya que la clase obrera prácticamente ha renunciado a tener ideas propias y expresar estas, lo que ellos dicen tiene una influencia directa sobre la sociedad.
Existe no solo la opinión pública, sino las opiniones de los medios sobre la opinión pública. Lo que la gente cree es una cosa; lo que es publicado sobre lo que estos piensan puede ser algo diferente. Los medios tal vez no puedan modelar cada sentimiento político que tenemos, pero pueden llenar el ambiente con pronunciamientos acerca de lo que nuestros sentimientos supuestamente son. 1
Sería bueno que tuviésemos presente estas profundas reflexiones, pues el modelamiento de nuestra opinión, sobre lo que pensamos, hacia donde dirijimos nuestra atención y hacia donde no, es decir, donde están los límites de lo pensable y de lo debatible los dictan en gran medida ellos, lo queramos creer o no, pues inundan con sus pensamientos nuestras vidas y las de los que nos rodean. Podrán comprobar que incluso no hace falta que uno lea periódicos, oiga la radio o vea la televisión para saber de que están tratando, basta atender a lo que hablan sus compañeros de trabajo, la gente del bar o a su propia familia, que actuarán más como portavoces transmitiendo las ideas deseadas que como personas con actitudes críticas y reflexivas. Así, una vez ganada la aceptación social, aunque tal aceptación sea una enorme mentira, y teniendo en cuenta que esta aprobación no es difícil de conseguir dado el monopolio y los medios disponibles que tienen en su posesión para lograr este fin, esta ya será muy difícil de cambiar. Y es de este modo por la inercia social generada y porque quien ha aceptado algo por creencias más que por razones, difícilmente aceptará estas. Lo han podido ver con lo ocurrido en las agresiones a países como Libia, Siria o la antigua Yugoslavia, donde lo que sabe o cree saber el común de los ciudadanos de por aquí no tiene prácticamente nada que ver con lo que ocurrió allí.
Sin embargo y pese a este cierto consenso social que crean de acuerdo a lo que a sus intereses de poder conviene, habrá sectores sociales y personas que no sean engañados por estas estrategias y se opondrán, protestarán y harán público su pensamiento. Aquí los medios utilizarán una de sus armas preferidas y habituales, tergiversarán lo que sus oponentes dicen, los tratarán de marginales y violentos, con el fin de desprestigiarlos de cara a la sociedad. En España creo que recordarán como esto se hizo contra una organización con un enorme apoyo social, como era la CNT, que no aceptó las engaños de la transición. 2 Les tendieron una trampa y les cargaron con la culpa. Fue el caso Scala.
...al mismo tiempo que se desataba una imponente campaña de descrédito contra la organización confederal por medio de los medios de comunicación y de los aparatos represivos del estado, que vieron la ocasión de amordazar y destruir la única fuerza con cierto peso social que amenazaba la amplia operación de blanqueo de la dictadura franquista y de los propios franquistas. 3
Ahora, de nuevo en plena campaña provacunación por el archimencionado Covid ven a estos medios jugando sucio, no informando que las vacunas que tratan de obligar a ponerse a toda la población no están suficientemente testadas, que no se saben sus efectos a medio y largo plazo, que los fabricantes, que se están haciendo enormemente ricos a costa del dinero de los demás, no se hacen responsables de lo que ellos han creado y forzado a aplicar.Y aqui se ve su gran falta de honestidad y para qué realmente están, como órganos de propaganda y de publicidad y no de información, ya que estos medios son propiedad de las corporaciones que se lucran con estas masivas campañas de vacunación.
La multinacional farmacéutica estadounidense Pfizer –responsable, junto a la multinacional farmacéutica alemana BioNTech, de la vacuna contra el COVID-19 autorizada por medio centenar de Estados de todo el mundo– y los principales medios de comunicación españoles comparten accionista: el fondo de inversión estadounidense BlackRock, el mayor fondo de inversión del mundo.
...
Así, BlackRock controla parte del accionariado del grupo Atresmedia, propietario de Antena 3 y laSexta; del grupo Mediaset, propietario de Cuatro y Telecinco, o del Grupo PRISA, propietario del diario ‘El País’ y la Cadena SER. En este último caso, el pasado mes de noviembre, BlackRock y otro de los mayores fondos de inversión del mundo –el británico CVC Capital Partners– compraron además, a través de sendos fondos buitre, deuda de PRISA, lo que supone que ya tienen poder de veto en cualquier operación de compraventa de ‘El País’ –diario que ya está en el punto de mira de varios inversores– o la SER. 4
Y las puertas giratorias entre los monopolios de la comunicación y las transnacionales, como hacen también las organizaciones que utilizan los derechos humanos con fines económicos y políticos. Así que cuidado con lo que le dicen, sea más cauto la próxima vez porque ya ve el panorama.
El presidente y antiguo director general de la agencia de noticias Reuters, James C. Smith, es un importante inversor y miembro del consejo de administración del monopolio farmacéutico Pfizer. Fue elegido miembro del consejo de administración en 2014, y se ha incorporado a los comités de dirección y de ciencia y tecnología de Pfizer.
La noticia plantea graves problemas de conflicto de intereses, ya que las grandes cadenas de comunicación, como Reuters, siguen promocionando los productos de Pfizer, defendiendo a las empresas farmacéuticas contra las críticas y silenciando a los críticos. 5
Tampoco se dice que ante un caso como el ocurrido deben primar las medidas preventivas de control de la transmisión y el seguimiento de los casos detectados para evitar más contagios, protegiendo especialmente a aquellos con problemas particulares en el aparato respiratorio. Los resultados están a la vista, aquellos países que optaron no por la vacunación como método de contención, sino por medidas de salud pública y medidas sociales son aquellos en los que murió menos gente; así lo hicieron Corea del Sur y Nueva Zelanda, también China, que lo combinó también con sus vacunas, por contra quienes no siguieron estas medidas sensatas y primaron el negocio de las farmacéuticas provocaron una mortandad que se pudo evitar, ustedes los conocen: Estados Unidos, Canadá, Israel, Reino Unido..., también España. 6
Que se ha inflado también el número de muertos supuestamente por coronavirus, bien por no hacer autopsias que lo certifiquen o bien por asignar a las estadísticas a quienes morían con coronavirus pero no por coronavirus, a causa de él. Es lo que ocurre con los positivos vivos que no sufren ninguna afección, la inmensa mayoría, pero que se los trata en televisiones, radios y prensa como enfermos en grave peligro, disparando todas las alarmas y creando la histeria social.
Nosotros … no valoramos la causa de la muerte del paciente. Si el paciente muere con un COVID-19, independientemente de la causa de la muerte lo incluimos además dentro de nuestros boletines. Mire, le voy a poner un ejemplo. Podemos tener un paciente … en una situación de terminalidad en relación con un proceso tumoral, con un cáncer, y muere en relación con el cáncer, pero si a ese paciente, además, le hemos diagnosticado un COVID-19, lo contabilizamos dentro de nuestras estadísticas. 7
[Mikel Sánchez, Director de Planificación, Ordenación y Evaluación Sanitarias del Gobierno Vasco]
Que se pretenda extender la vacunación a los niños, cuando la enfermedad no les afecta a ellos y no hay pruebas válidas de que puedan ser mayores transmisores que los ya vacunados es una irresponsabilidad. Que una aplicación masiva a toda la población provocará una selección de las cepas más resistentes y peligrosas, y así puedan extenderse. Que con la vacuna tampoco se previene que te contagies ni que te contagien. Y está además la preocupación de que los vacunados vean reducir su capacidad de respuesta a variantes del virús o a otras enfermedades, al verse dañado o bloqueado su sistema inmunitario. Por ese motivo la campaña de demonización y ridiculización contra los no vacunados o los que hayan dicho basta a más dosis ante la incertidumbre existente, demuestra la falta de rigor, intolerancia y sometimiento a las decisiones de las corporaciones de estas personas que ya vendieron hace tiempo su dignidad. 8 Esta lección del coronavirus ha venido muy bien, aunque se va a pagar cara, para que los que vivían en el cuento de la libertad de opinión y de acción en el mundo "libre" y en la prensa "libre", y afronten de una vez la realidad o se choquen contra ella.
Los medios de comunicación no son democráticos, no reflejan el sentir ni la realidad de la mayoría de la población, ofrecen los intereses y los puntos de vista de una minoría opulenta y poderosa, que a través de ellos engaña, perjudicándola, a la mayoría, para su solo provecho.
Tergiversando la opinión pública, a través de enfatizar unas opiniones a costa de otras, la prensa priva a las masas no organizadas de buena parte de su poder potencial. Los medios cortocircuitan el proceso por el cual las preferencias del público pueden ser de otra forma traducidas a la política del gobierno. 9
Así, tengan todo esto presente cuando se acerquen a estos medios, les pueden servir para conocer, si saben interpretar correctamente las noticias y pareceres, las intenciones de los más poderosos, pero no para entender su propia situación, lo que le sucede y le conviene a usted. Para lo último es necesario ser una persona con pensamiento propio, mantener conductas autónomas, no heterónomas, y si pueden organizarse con cabeza y buen criterio. Ahí es nada en una sociedad tan egoísta y superficial como la nuestra.
Referencias-Notas:
1. Michael Parenti. Inventing reality. St. Martin´s Press, Inc. 1993 (Segunda edición).
2. Gonzalo Puente Ojea. Elogio del ateísmo. Del confesionalismo al criptoconfesionalismo. Una nueva forma de hegemonía de la Iglesia en España.Siglo XXI. 1995
3. 1978: el Caso Scala. CNT València.
4. Javier Lezaola. La multinacional farmacéutica Pfizer y los grandes medios de comunicación de España comparten accionariado. AmecoPress. 2.02.2021.
5. El presidente de la agencia de noticias Reuters es miembro del consejo de administración de Pfizer. mpr21. 3.12.2021.
6. Stephen Gowans. As anti-pandemic tool, vaccines have turned out to be more mirage than oasis. What is Left. 26.08.2021.
7. Covid-19. Ahora ya está claro: todo es mentira. Ekai Journal. 2021.12.
8. Joan Carrero. El futuro de la humanidad dependerá de nuestro sometimiento o resistencia al pasaporte verde. L'Hora. 18.11.2021.
9. David Paletz&Robert Entman. Media Power Politics. New York Free Press. 1981. Citado en la obra mencionada de Michael Parenti.
Los medios de comunicación, ya en su práctica totalidad en occidente en manos de los grandes propietarios que dirigen la economía y la política, agradecen que este o aquel artista, deportista o intelectual, al que han contribuido a dar fama y también fortuna, colabore con ellos dorándoles la píldora y actuando tal cual títere a la orden del patrón que mueve los hilos para que se diga o haga esto o aquello según la necesidad que cada momento y situación requiera.
Somos instrumentos y vasallos de hombres ricos detrás de las escenas. Somos los gatos saltarines, ellos mueven los hilos y nosotros bailamos. Nuestros talentos, nuestras posibilidades y nuestras vidas son todos propiedad de otros hombres. Somos prostitutas intelectuales. 1
Quienes llevan a cabo esta sórdida, aunque gratificada labor, reciben elogios, se les hace famosos y se promociona sus carreras. Pueden ser mediocres, pero no se les hace pasar por tales. Sin embargo, aquellos que mantienen el espíritu crítico, la independencia personal y el rigor en su trabajo, no reciben el mismo trato. Con ell@s se sigue el mismo patrón que siempre se ha seguido: silencio primero, ridiculización después,cuando ya no puede ocultarse, y finalmente difamación o ataques personales directos, físicos, profesionales o jurídicos, cuando lo expuesto se ha hecho de cierto dominio y credibilidad pública. Dentro de estas talentosas y valerosas personas podemos econtrar por ejemplo a Gonzalo Puente Ojea, Alfredo Grimaldos ,Tony Cartalucci, Michael Parenti o Edward S. Herman. Que alguien no conozca a ninguno de ellos ya muestra el grado de alienación en el que vive.
Los siervos siempre son legión y no destacan habitualmente por su honestidad. Obran por interés y miedo. Es habitual que estos halagadores se presten con fervor a servir con prontitud cuando sus amos hacen sonar las trompetas que anuncian la guerra, entonces ell@s pasan a ser acusadores y demonizadores del enemigo oficial, al que hay que mostrar como el más vil de los seres, como un tirano, un sanguinario, un asesino en serie, y acusando hipócritamente a aquell@s que no se prestan a tal burda como malintencionada propaganda de no ser valientes .
Ángeles Díez denunciaba tales actitudes. Ella lo expresaba acertadamente como la complicidad de algunos intelectuales en la guerra contra Siria. 2 Comentando algo realmente triste, y es el que personalidades consideradas como de izquierda hacían un papel legitimador de una guerra de agresión, algo que alguien verdaderamente de izquierda nunca haría. Porque recordemos que en Siria se ha llevado a cabo un ataque exterior masivo utilizando mercenarios desalmados con el fin de destruir toda una nación independiente. Que no hubo ninguna revolución popular ni pacífica y que se ocultó su carácter exclusivamente terrorista. Recurrir en esta situación bélica a deslegitimar al sistema político sirio, apoyado de forma abrumadora por su población, acusando a su dirigente y gobierno de infamias y crímenes que son una pura invención, y que en realidad proyectan las atrocidades de los mercenarios sobre quienes valientemente les combatían, era dar pie y justificación a todos los crímenes y barbaridades que se han cometido contra l@s siri@s.
Esto nos recordaba Nelson Mandela sobre tales comportamientos:
Criminalizar es proscribir y la caza de alguien fuera de la ley es vista como legítima. Es por ello que, aunque millones de personas se han indignado por la muerte de Chris Hani, pocos estaban realmente sorprendidos. Aquellos que han creado deliberadamente este clima de asesinatos políticos son tan responsables por la muerte de Chris Hani como el hombre que apretó el gatillo. 3
Es lo que ocurría con quien ahora tanto adulan esos medios.
...incluso hay quien reclama la intervención militar de Occidente como la novelista Almudena Grandes: “Al fondo está El Asad, un dictador, un tirano, un asesino en serie que resultará el único beneficiario de la no intervención”. 2
Las mentiras de siempre con los horribles resultados que nunca deberían haber ocurrido.
Se ha dicho correctamente que la inyección del veneno del odio en las mentes de los hombres por medio de la falsedad es un mal mucho mayor en los tiempos de guerra que las reales pérdidas de vidas. La corrupción del alma humana es peor que la destrucción de su cuerpo. 4
Mediterráneo es un filme de este año 2021 que pretende remover conciencias respecto al drama que han vivido y viven los refugiados. El mensaje es que hay que actuar, que no es tiempo ahora de preguntas, hay que ayudar y moverse. Sin embargo, ese mismo mensaje, el de que hay que hacer algo ya, hay que parar la masacre de civiles por los "dictadores" Gadafi o Assad, es el que basado en una campaña de propaganda falsa, pues ni Gadafi ni Assad eran dictadores y además tenían un enorme apoyo popular, ha generado la tragedia de los refugiados debido a las guerras de agresión coloniales desatadas por Occidente que destruyeron las sociedades de esos países, provocando la huida de la población. La demonización de los líderes rivales para el poder corporativo, una práctica que se aplica con éxito en todas las guerras, engañó a la gente de aquí y causó toda esta barbarie.
Si tenemos en cuenta además algo cierto, y que en la Unión Europea no se quiere reparar, y es que la inmensa mayoría, todos aquellos que pudieron, huyeron al lado del Gobierno sirio,1 se entiende todo esto todavía más. Algunos no pudieron hacerlo, no tuvieron esa oportunidad, pero otros, aquellos que participaron en las tropelías y crímenes de l@s ciudadan@s siri@s, fueron como terroristas de ida y ahora refugiados de vuelta, es decir, que criminales serán recibidos con las manos abiertas.
Y algo más a tener presente, esta oleada de gente necesitada es vista por las patronales de Europa occidental como un ejército de mano de obra barata, sino semiesclava, por eso la difusión tan omnipresente en los medios de comunicación. Lo expresaba de forma clara Adolfo Ferrera:
La política de “puertas abiertas” para los refugiados abanderada por Ángela Merkel en 2105 estaba redactada por las grandes corporaciones a través de sus think tanks, como el Instituto IFO con sede en Munich, que pretendía aprovechar el flujo de refugiados para eliminar el salario mínimo de los trabajadores alemanes. Lejos de ser una acción responsable y solidaria, esta política de “puertas abiertas” trataba también de satisfacer la demanda de mano de obra barata que reclamaba la gran patronal alemana desde hacía algunos años. Una vez satisfecha esta demanda de esclavos por parte de la burguesía exportadora, las puertas se cierran de nuevo para todos ellos.2
Dada la situación crítica de los trabajadores en esta Unión Europea, donde impera la precariedad, los sueldos de hambre y el despido fácil, es lógico que surjan recelos y desconfianza a la llegada de gente desesperada que provocará una caída mayor de las condiciones laborales. No es un tema de racismo, con esa situación ocurriría en cualquier parte del mundo. Plantéense si es racional y si es justo tener: ¿Fronteras abiertas a los refugiados? o como debe plantearse el tema de los trabajadores y la inmigración masiva.
La película, pese a su pretensión moral, no afronta seriamente el drama comentado, ni desde un punto de vista ético ni tampoco racional.
Referencias-Notas:
1. Tony Cartalucci. Returning Syrian Refugees Were Fleeing US Proxy War, Not "Assad". Land Destroyer. 28.12.2019.
2. Adolfo Ferrera. Terroristas de ida, refugiados de vuelta. El Mirador Global. 17.02.2017.
Como dos estúpidas jóvenes italianas se dejan engañar por una fraudulenta solidaridad para apoyar a criminales que asolaban Siria. La mentira occidental.
Es frecuente oír que a lo largo del tiempo el ser humano ha llegado a unas cotas de mayor moralidad y humanidad. Esto, no nos engañemos, lo dicen aquellos mismos seres humanos que tienen interés en que esto forme parte del pensamiento dominante, aunque luego la realidad sea otra cosa bien diferente. Y no debemos olvidar que en cada época, no importa parece el momento, se ha creído lo mismo. Mirando con costumbre arraigada y con abundante desprecio y superioridad injustificada al pasado. Como es habitual, se desprecia lo que se ignora.
No cambiamos y seguimos en la misma necedad. Sin duda el Homo sapiens ha avanzado en conocimientos, pero desde luego no en principios éticos aplicados a la realidad cotidiana. Lo expresa correctamente uno de los intelectuales más importantes de la segunda mitad del siglo XX, Gonzalo Puente Ojea, que fue silenciado por una sociedad muy lejos no solo de su altura intelectiva, sino especialmente también de la moral.
Esto es la tragedia de la Humanidad, muy progresista en el aspecto técnico, pero moralmente regresiva tanto en el orden de los conocimientos intelectuales de las masas populares, como en el aspecto de la valoración moral de los acontecimientos.1
Así si miramos a hechos terribles muy recientes, tenemos por ejemplo la guerra colonial desatada contra Siria, una agresión internacional contra un país soberano e independiente llevada a cabo por las potencias occidentales por medio de la utilización de mercenarios sin escrúpulos y sedientos de sangre. La tragedia se expresa en que en occidente, en concreto su "izquierda" títere, ha contribuido a engañar a la población, disfrazando una insurrección islamista fomentada desde fuera y haciéndola pasar por una inexistente rebelión popular y pacífica, ocultando su origen mercenario y terrorista. Las barbaridades contra la población siria de estos desalmados de Al Qaeda y afines han sido innumerables, propiciadas y multiplicadas por la cobertura, apoyo y justificación de los propagandistas de la guerra. Es otra de las páginas negras de la hishtoria de la humanidad. Joan Carrero nos mostraba como fallamos gravemente al pueblo sirio, recordando como ahora vemos la agresión internacional llevada a cabo en 1936 contra el pueblo español y su gobierno legítimo y no queremos ver la perpetrada contra este país de Oriente Medio.
¡Pobre Siria, cuánto sufrimiento, qué devastación! Profundas heridas, roja sangre. Una espantosa realidad. Pero ¡qué difícil es salir de nuestra propia piel y de nuestra propia cotidianidad para ponernos en la piel abierta y en la situación trágica de las víctimas! Intentar escribir sobre Siria un artículo que se salga de los agobiantes márgenes de lo políticamente correcto (¡cuánto miedo hay a discrepar y quedar al margen!) es mucho más que un reto: es como un doloroso parto. Aunque también es una obligación moral. Lo cual no le resta en absoluto dificultad. ¿Por qué llamar “conflicto” a una terrible agresión internacional (¡otra más!) cuya realidad ha sido tan escandalosamente distorsionada? Distorsión que deberíamos haber descubierto enseguida. ¿No se hizo antes en tantos otros “conflictos” -Irak, Ruanda, Congo, Afganistán, Libia…- a fin de justificar las correspondientes agresiones “liberadoras”? ¿Cómo hemos podido volver a caer de nuevo en la misma estafa? 2
Hemos ido claramente hacia atrás, no avanzamos en términos de justicia y compasión. Se distrae la atención sobre lo importante y se engaña a la gente por medio de una utilización perversa de sus emociones.
Un pueblo, el sirio, que ha sufrido aquel crimen, el crimen contra la paz, que en 1950 los Principios de Núremberg consideraron que era “algo esencialmente perverso”, ya que “iniciar una guerra de agresión [...] no es sólo un crimen internacional, es el mayor crimen internacional, diferenciándose de los otros crímenes en que contiene en sí mismo la perversidad acumulada de los otros”. El distraer, en pleno siglo XXI, la atención de nuestra sociedad sobre la singular gravedad de los crímenes contra la paz, utilizando para ello la Declaración Universal de los Derechos Humanos (todos ellos individuales) y excitando nuestras emociones con conmovedoras historias particulares, es aún más grave que, en los siglos pasados, haber distraído la atención de la sociedad sobre la necesidad de justicia social utilizando para ello unos piadosos llamamientos a la caridad cristiana. 2
Desde siempre el pensamiento dominante, acompañado de la presión social, ha justificado los hechos más atroces. Como así sucedió en el bombardeo con armas químicas de España en el Rif. Allí los niños, mujeres o ancianos morían asfixiados, quemados, quedaban ciegos o con otras terribles secuelas debido a esta práctica criminal. Lo reconocia el general español Ignacio Hidalgo de Cisneros, un hombre que tuvo que exiliarse fuera de España para escapar de la muerte segura a manos de los matones que se impusieron mediante la violencia al pueblo español.
En aquellos días, me tocó realizar una faena verdaderamente canallesca que me proporcionó el vergonzoso y triste privilegio de ser el primer aviador que tiró desde un avión iperita, gas que había sido empleado por primera vez en Ipres, al fin de la primera guerra mundial. Ni por un instante se me ocurrió pensar que aquella misión fuese una canallada o un crimen; también debo decir que no recuerdo haber tenido el menor remordimiento por lo que hacía. Es increíble la naturalidad con que pueden hacerse las mayores barbaridades cuando se tiene cierta mentalidad. Y es curioso los años que tuvieron que pasar para que yo me diese cuenta de la monstruosidad que cometía tirando gases a los poblados moros. 3
El mundo, como ven, no ha cambiado a mejor. Será bueno que tomemos nota de ello, para no volver a justificar más barbaridades
Referencias-Notas:
1. Gonzalo Puente Ojea: "En los Balcanes no sólo se ha quebrantado el orden jurídico sino también el internacional". Entrevista de Antonio José Domínguez. Mundo Obrero. 12.04.1999.
2. Joan Carrero. Hemos fallado gravemente al pueblo sirio. L'Hora. 24.12.2016.
3. Paco Vigueras. 'Cambio de Rumbo', I Parte: Memorias de Ignacio Hidalgo de Cisneros, Jefe de la Aviación Republicana durante la guerra civil. El !ndependiente de Granada. 14.11.2020.
Estudiantes en Afganistán, antes de la destrucción de la contrarrevolución promovida por los dirigentes de los Estados Unidos
Ahora que una vez más los medios de comunicación vuelven a hacer un ejercicio de desmemoria colectiva y de falsificación histórica, es necesario que recordemos lo que ocurrió realmente en ese país tan mencionado estos días, Afganistán. Lean con atención y no olviden que organizaciones "humanitarias" como Amnistía Internacional, Médicos sin Fronteras y otras, fueron parte del problema y no de la solución.
La tragedia afgana: sigue siendo relevante hoy en día, como ya se analizó hace 15 años
[El académico canadiense Dr. John Ryan publicó por primera vez este artículo en Global Research en julio de 2006, justo antes del quinto aniversario de la Guerra de Afganistán. Titulado originalmente "Afganistán: una historia de tragedia sin fin", este artículo, con una nueva introducción de Steve Brown, conserva su relevancia 15 años después, cuando los expertos de los medios intentan prevenir la salida de Estados Unidos de Afganistán, el sitio de la guerra más larga de Estados Unidos. — Editores]
Introducción
En todos los aspectos, la guerra afgana ha sido un fracaso para Estados Unidos. Pero ha sido un éxito de $ 5 billones para corporaciones estadounidenses como Lockheed Martin, DynCorp, General Dynamics, Black & Veatch, Halliburton y las compañías petroleras que enviaban medio millón de galones de combustible al día para que funcionara nuestro ejército, así como los contratistas militares (incluidos los proveedores de mercenarios como Blackwater), cuyos trabajadores superaron en número a los soldados en Afganistán por tres a uno.
La guerra afgana fue una gran bendición para los fabricantes de armas como General Dynamics, que fabricaron estos cohetes Hydra que fueron utilizados por el ejército estadounidense en la lucha contra los talibanes. [Fuente: sputniknews.com]
Antes de la invasión estadounidense, el líder talibán Mullah Mohammed Omar había estado trabajando diligentemente con la ONU para acabar con la producción de heroína en su país. (Pensó que era "no islámico"). Y de hecho lo borró. En lo que seguramente será la "guerra contra las drogas" más exitosa del mundo, redujo el cultivo de amapola y la producción de opio. por un asombroso 99% en menos de 13 meses.
Desafortunadamente para el mundo, después de que Estados Unidos invadió Afganistán en 2001 y derrocó a los talibanes, una sucesión de gobiernos títeres corruptos instalados por Estados Unidos procedió a resucitar y sobrealimentar la producción rentable de opio hasta tal punto que Afganistán ahora proporciona el 90% del total. suministro global de opio (que luego es distribuido por los albanokosovares, otro "narcoestado" creado y controlado por los EE. UU.)
Ahora se acercan cinco años desde que el gobierno talibán en Afganistán fue depuesto por los bombardeos estadounidenses y la reocupación del país con los ex muyahidines y los llamados señores de la guerra regionales, junto con las tropas invasoras estadounidenses. Entonces, ¿qué ha sucedido en este período de casi cinco años?
En realidad, hay poca evidencia de algún cambio fundamental y, en varios aspectos, las condiciones han empeorado. Aparte de algunas mejoras en Kabul, se ha hecho poco para reconstruir la infraestructura del país, que quedó casi totalmente destruida durante un período de guerra de 20 años. Aproximadamente la mitad de la población está desempleada.
La mayoría de los agricultores luchan por ganarse la vida y algunos han recurrido al cultivo de amapolas para obtener opio y heroína, que los señores de la guerra o sus agentes procesan y envían fuera del país, con poca interferencia de las fuerzas estadounidenses, el ejército o la policía afganos.
En cambio, acosan a los agricultores de vez en cuando. Afganistán produce ahora alrededor del 90 por ciento del opio del mundo, parte del cual luego es distribuido por los albanokosovares, otro estado "liberado" por los estadounidenses. Más de la mitad del PIB en ambas áreas proviene del opio y la heroína. De modo que los estadounidenses han producido dos narcoestados en toda regla, ambos bajo su protección.
Cuando el régimen talibán fue destituido por primera vez, muchas mujeres afganas celebraron quitándose el burka; ahora solo unas pocas almas valientes en Kabul se atreven a ser vistas sin el burka. La ley Sharia, con solo modificaciones menores, todavía está en vigor. Bajo los temidos talibanes, al menos las carreteras y las aldeas eran seguras tanto para los afganos como para los extranjeros, mientras que ahora ha vuelto la anarquía, el miedo y el caos de mediados de la década de 1990. ¿Que está pasando aqui?
En realidad, las condiciones actuales no son una sorpresa, ya que el nuevo gobierno, aunque supuestamente elegido, así como muchos de sus funcionarios y personal incluye una preponderancia masiva de los viejos muyahidines, muchos de los cuales están acusados de orquestar masacres, torturas, violaciones masivas y otros. crímenes de guerra. Un informe de la ONU de 220 páginas, cuya copia fue obtenida recientemente por el guardián,[1] detalla las atrocidades y los nombres de muchas de las personas involucradas actualmente en el cargo.
El informe, que aún no se ha publicado, ha sido archivado misteriosamente desde enero de 2005. Entonces, ¿es este un caso de la ONU, tal vez bajo presión de los Estados Unidos, tratando de proteger la naturaleza de mala reputación del gobierno de Karzai?
Sin embargo, la mayoría de los afganos deben ser plenamente conscientes de la situación, por lo que no es de extrañar que el gobierno sobreviva simplemente gracias a su Guardia Pretoriana Estadounidense. Si el gobierno quiere ganarse el respeto del pueblo afgano, es fundamental que este informe se haga público y que se tomen medidas. Las personas acusadas de delitos deben ser procesadas, si es posible, y como mínimo, deben ser expulsadas de sus cargos.
Hay que recordar que los muyahidines fueron creados inicialmente por la CIA para luchar contra la URSS. Posteriormente fueron derrotados por los talibanes y se limitaron a aproximadamente el 10 por ciento del país en el norte.
Pero en 2001 fueron reclutados por Estados Unidos como aliados y fueron rebautizados como “Alianza del Norte”, por lo que regresaron tras el bombardeo estadounidense para apoderarse del país. Pero estas personas son básicamente iguales a los talibanes, solo que una variedad diferente.
Estos nuevos "aliados" que ayudaron a derrotar a los talibanes son las mismas fuerzas que derrotaron al ejército soviético en la década de 1980. Y también son las fuerzas que, al derrotar al gobierno marxista afgano en 1992, lanzaron una campaña de violación y saqueo, y torturaron y ejecutaron a partidarios del gobierno, y luego se volvieron las armas entre sí.
En la guerra fratricida de cuatro años que siguió, más de 50,000 personas murieron y Kabul quedó reducida a las ruinas de Stalingrado, y todavía se encuentra en gran parte en esa condición.
Fue en oposición a estas guerras muyahidines en curso y la anarquía que aparecieron los talibanes en 1994: eran una creación de escuelas religiosas madrasa en Pakistán, y su creación contó con el apoyo de los Estados Unidos.
Desesperado, el pueblo afgano los apoyó, esperando alguna forma de estabilidad, pero una vez en el poder, los talibanes impusieron un reinado de terror islamista, especialmente sobre las mujeres.
Impusieron una versión ultrasectaria del Islam, estrechamente relacionada con el wahabismo, el credo gobernante en Arabia Saudita. Y ahora, por un giro del destino, los viejos muyahidines están de regreso, es una tragedia tras otra, y para la mayoría de los afganos es solo un cambio de demonios.
A través de una serie de eventos, incluida una elección, Hamid Karzai, presuntamente ex consultor de Unocal Oil,[2] es presidente, pero si los estadounidenses se fueran, él y su gobierno no durarían ni un día.
Zalmay Khalilzad, también ex consultor de Unocal Oil e inicialmente enviado de Estados Unidos a Afganistán (ahora embajador de Estados Unidos en Irak), logró como una de sus primeras acciones que Afganistán, Pakistán y Turkmenistán firmaran un acuerdo detallado el 30 de mayo de 2002. , para la construcción de un gasoducto multimillonario para el envío de gas natural.[3]
Ésta siempre había sido una de las principales prioridades del gobierno de los Estados Unidos y probablemente fue un factor significativo en la toma de posesión del país. Sin embargo, debido a la continua anarquía, el trabajo en el oleoducto no ha comenzado.
Era progresiva perdida
Lo que encuentro asombroso es que los medios occidentales nunca mencionan que durante un breve período de tiempo Afganistán tuvo una vez un gobierno secular progresista, con un amplio apoyo popular. Ha promulgado reformas progresivas y ha otorgado igualdad de derechos a la mujer. Estaba en proceso de arrastrar al país al 20th siglo, y como dijo el politólogo británico Fred Halliday en mayo de 1979, "probablemente más ha cambiado en el campo durante el último año que en los dos siglos desde que se estableció el estado".[4]
Ahora sería el tipo de gobierno que probablemente acogería con agrado la mayoría de la gente en Afganistán y Occidente. ¿Qué pasó con este gobierno? Mucho antes de que la Unión Soviética entrara en escena, este gobierno fue socavado por la CIA y los muyahidines, lo que desencadenó una serie de eventos trágicos que destruyeron el país e irónicamente condujeron al desastre del 11 de septiembre en los EE. UU. Y al caos actual. y tragedia en Afganistán.
Tuve la suerte de estar en Afganistán en noviembre de 1978, seis meses después de que este gobierno progresista llegara al poder. Viajé desde Peshawar a través del paso de Khyber hasta Kabul y pasé un par de semanas en la ciudad y la zona rural circundante.
Mientras estaba en un año sabático como profesor de la Universidad de Winnipeg, había estado en Asia durante casi un año en un proyecto de investigación agrícola, realizando estudios de casos documentales de granjas: 70 estudios en 12 países, comenzando en Japón y terminando con 4 granjas. en Afganistán.
Aunque este gobierno había llegado al poder mediante la revolución, sorprendentemente, fue un momento de paz y recibí la plena cooperación de las autoridades gubernamentales y de la Facultad de Agricultura de la Universidad de Kabul. Mientras estaba en la Universidad, el Decano y varios profesores me informaron sobre la historia de Afganistán, sus condiciones económicas y las causas de la revolución.
Según el decano y los profesores, la mayor parte de la población de Afganistán en la década de 1970 eran agricultores, pero el sistema de tenencia de la tierra no había cambiado mucho desde el período feudal. Más de las tres cuartas partes de la tierra pertenecían a terratenientes que constituían sólo el 3 por ciento de la población rural.
La mayoría de los campesinos sin tierra trabajaban la tierra como aparceros. El terrateniente tomó dos tercios de la cosecha en las áreas menos fértiles y en las llanuras fértiles cuatro quintas partes. En cualquier caso, el aparcero se quedó con apenas suficiente grano para alimentar a su familia.[5]
En parte debido a estas terribles condiciones rurales, el rey fue depuesto en 1973, pero no se produjo ninguna reforma agraria y el nuevo gobierno era autocrático, corrupto e impopular.
El 27 de abril de 1978, a raíz de una gran manifestación frente al palacio presidencial, el ejército acudió en apoyo del pueblo y, tras una breve batalla con la guardia presidencial, el gobierno fue depuesto.
Luego, los oficiales militares liberaron a los líderes marxistas encarcelados e invitaron a su partido a formar el gobierno, bajo el liderazgo de Noor Mohammad Taraki, profesor universitario, escritor y poeta. Los militares apoyaron a los marxistas porque eran los únicos que tenían un programa de reforma agraria y reformas sociales y económicas progresistas.
Así entró en funciones un gobierno marxista, fue un acontecimiento totalmente autóctono, ni siquiera la CIA culpó a la URSS por esto. De hecho, los soviéticos se sorprendieron mucho por lo sucedido. El gobierno comenzó a introducir reformas muy necesarias; algunos fueron controvertidos pero la mayoría tuvo apoyo popular.
Afirmó la separación de la iglesia y el estado, los sindicatos fueron legalizados, la atención médica y la educación se convirtieron en prioridades, las mujeres recibieron los mismos derechos y las niñas debían ir a la escuela. Se prohibieron los matrimonios infantiles y el pago de dotes feudales.
El 1 de septiembre de 1978, se abolieron todas las deudas de los agricultores: los terratenientes y prestamistas habían cobrado hasta el 24 por ciento de interés. Se estaba desarrollando un programa para una reforma agraria importante y se esperaba que todas las familias agrícolas (incluidos los propietarios) recibieran el equivalente a cantidades iguales de tierra.[6]
A través de la Universidad de Kabul realicé mi proyecto de investigación con la ayuda de un profesor de agricultura. Pasé más de una semana en el campo y hablé con muchos agricultores. Los agricultores producían una variedad de cultivos alimentarios y ganado y Afganistán era básicamente autosuficiente en la producción de alimentos.
A diferencia de los campos de adormidera que presencié en el noroeste de Pakistán, no se veía ninguno en Afganistán; de hecho, las pasas eran un importante cultivo de exportación. La producción de adormidera fue introducida en Afganistán por los muyahidines dirigidos por la CIA con el fin de ayudar a financiar su ofensiva contra el gobierno, y se ha seguido cultivando amapola.[7]
Debido a que los agricultores tenían mucho que ganar con las reformas, la mayoría estaba extremadamente satisfecha con el nuevo gobierno. Escuché historias entre lágrimas sobre cómo los agricultores habían perdido sus tierras debido a la imposibilidad de pagar los préstamos. De esta manera, casi la mitad de los agricultores del país terminaron con sus casas en terrenos que pasaron a ser propiedad de los terratenientes. Además, muchas de estas personas tenían deudas heredadas de sus padres y abuelos, y nunca habían esperado pagarlas.
Varios de ellos me dijeron que la ley que abolía estas deudas era como un regalo del cielo. Más tarde, en conversaciones con comerciantes en Kabul, descubrí que ellos también estaban complacidos.
Uno de ellos me dijo que no estaba muy seguro de cómo los líderes del gobierno podían ser marxistas y musulmanes, pero que no habían interferido con su religión.[8] y debido a que los agricultores ahora tenían dinero, el negocio iba en aumento y no tenían quejas.
Por lo que pude ver, la vida era pacífica y había pocos policías y soldados en la escena, y las mujeres eran libres de vestirse como quisieran. Tengo una diapositiva de una escena en una parada de autobús que muestra a una mujer con un burka, otra con un vestido de estilo occidental, un hombre con un traje de negocios, otro con ropa informal y uno con una túnica tradicional y el distintivo turbante afgano. Tales escenas cosmopolitas eran bastante típicas.
Sin lugar a dudas, este parecía ser un gobierno genuinamente popular y la gente parecía mirar hacia el futuro. Es cierto que el tema de los derechos de las mujeres y la educación de las niñas fue controvertido, y los mulás (clérigos) fundamentalistas llevaron a cabo campañas contra esto.
Contrarrevolución patrocinada por la CIA, guerra de los años 1980 y destrucción de Afganistán
Además, muchos de los 250,000 mulás eran terratenientes y se oponían con vehemencia a las reformas agrarias propuestas. En las mezquitas exhortaron a los agricultores a oponerse a los planes del gobierno porque, según ellos, solo Alá podía otorgarles tierras.[9]
Fueron en gran parte estas personas y sus conversos, junto con otros terratenientes y prestamistas, quienes emigraron a Pakistán, como supuestos refugiados. Estas fueron las personas que no solo se opusieron a la reforma agraria, sino también a todas las demás reformas sociales y económicas.
Pero había un oponente mucho más poderoso al gobierno: Estados Unidos se opuso a él porque era un supuesto gobierno marxista.
Al principio de manera extraoficial, pero oficialmente después del 3 de julio de 1979 con la autorización del presidente Carter, la CIA, junto con Pakistán y Arabia Saudita, comenzaron a proporcionar ayuda militar y entrenamiento a los extremistas musulmanes, que se hicieron conocidos como los muyahidines y "luchadores por la libertad". De hecho, Ronald Reagan declaró que eran "el equivalente moral de los Padres Fundadores de América".[10]
La segunda fase de la estrategia contrarrevolucionaria de Estados Unidos involucra a un hombre llamado Hafizullah Amin. Durante la década de 1960, mientras estudiaba en la Universidad de Stanford o durante visitas posteriores a los Estados Unidos, parece que fue reclutado por la CIA y regresó a Afganistán, fingiendo ser un marxista de línea dura. A través de él, la CIA se infiltró en el gobierno de Taraki. Esto nunca se ha reconocido oficialmente, pero hay pruebas sustanciales que respaldan este punto de vista.[11]
Independientemente de la documentación sobre este asunto, sus acciones mientras estuvo en el cargo reflejan exactamente lo que se esperaba que hiciera un agente de la CIA. Hábilmente se abrió camino hasta la cima: primero se convirtió en ministro de Defensa y luego en primer ministro. En septiembre de 1979 llevó a cabo un golpe de estado, asumió el gobierno, hizo matar a Taraki y todos los seguidores leales de Taraki fueron asesinados, encarcelados o exiliados.
Luego, Amin procedió a socavar y desacreditar al gobierno marxista. Promulgó leyes draconianas contra el clero musulmán, para alienarlos aún más a propósito. Las reformas progresistas se detuvieron y miles de personas fueron encarceladas. Los oficiales superiores del ejército fueron degradados, encarcelados o asesinados, y de esa manera debilitó al ejército afgano.
Mientras tanto, los muyahidines entrenados y armados de la CIA llegaron por miles para atacar partes del país, especialmente para destruir clínicas de salud y escuelas y matar maestros. Los maestros que se encontraban con niñas en un aula eran asesinados y, a veces, destripados en presencia de los niños.
En cuestión de tres meses, con las acciones combinadas de los muyahidines y las políticas contraproducentes de Amin, el gobierno marxista estuvo casi destruido. Es una cuestión de registro que durante este tiempo Amin mantuvo numerosas reuniones con el estadounidense encargado de asuntos y otros funcionarios estadounidenses.[12] También envió emisarios para mantener reuniones secretas con el principal líder muyahidín en Pakistán, Gulbuddin Hekmatyar.[13]
Aparentemente, Amin había hecho planes para un nuevo golpe de estado para eliminar a todos los elementos progresistas del gobierno y luego unir fuerzas con los muyahidines, para formar un estado islámico fundamentalista, con él como presidente y Hekmatyar como primer ministro.[14]
Pero a fines de diciembre de 1979, Amin fue derrocado y asesinado por un regimiento del ejército afgano que todavía tenía partidarios de Taraki o por soldados soviéticos; la verdad aún es difícil de establecer.
La versión generalmente aceptada es que lo hicieron los soviéticos, pero la URSS siempre lo había negado. El caso es que algunas tropas soviéticas habían estado en Afganistán desde el 8 de diciembre, por invitación del gobierno afgano.[15]
Toda esta fase se ha visto empañada por la política de la Guerra Fría y sigue siendo un tema turbio. Con el derrocamiento de Amin, hubo un gran júbilo y unos 10,000 presos políticos fueron liberados, y cuando Babrak Karmal asumió la presidencia (después de estar exiliado en Checoslovaquia), habría sido aclamado como un héroe, si hubiera venido solo. .
Lo que agrió la situación es la entrada inmediata de las tropas soviéticas, ya sea por iniciativa propia o después de una invitación oficial sobre la base de un tratado afgano-soviético de 1978. Su propósito era protegerse de los miles de invasores muyahidines bien armados, muchos de los cuales eran mercenarios extranjeros.
Lo que no se sabe es que Estados Unidos, a través de la CIA, había estado involucrado activamente en los asuntos afganos durante al menos un año, y fue en respuesta a esto que los soviéticos llegaron a la escena.
La llegada de las tropas soviéticas a suelo afgano preparó trágicamente el escenario para la eventual destrucción del país. Zbigniew Brzezinski, asesor de seguridad nacional del presidente Carter, se jactó después de haber convencido a Carter para que autorizara a la CIA a tenderle una trampa al oso ruso y darle a la URSS el sabor de una guerra de Vietnam.[16]
Brzezinski vio esto como una oportunidad de oro para encender el celo de los fanáticos musulmanes más reaccionarios, para que declaren una jihad (guerra santa) contra los infieles ateos que profanaron suelo afgano, y no solo para expulsarlos, sino para perseguirlos y " liberar ”las áreas de mayoría musulmana de la URSS.
Y durante los próximos 10 años, con un gasto de miles de millones de dólares de los EE. UU. Y Arabia Saudita, y con el reclutamiento de miles de musulmanes no afganos en la jihad (incluido Osama bin Laden), este ejército de fanáticos religiosos arrasó con la tierra y el pueblo de Afganistán.
El especialista en Asia Central Ahmed Rashid escribió: “Con el estímulo activo [¡un eufemismo clásico!] De la CIA y el ISI [Inter Services Intelligence] de Pakistán que querían convertir la yihad afgana en una guerra global, librada por todos los estados musulmanes contra la Unión Soviética, unos 35,000 musulmanes radicales, desde 40 países islámicos se unieron a la lucha de Afganistán entre 1982-1992. Decenas de miles más vinieron a estudiar a las madrazas pakistaníes. Finalmente, más de 100,000 radicales musulmanes extranjeros fueron influenciados directamente por la jihad afgana ".[17]
La CIA entrenó y patrocinó encubiertamente a estos guerreros. Debe entenderse que los afganos no tienen antecedentes de ser fanáticos religiosos. Para crear la yihad deseada por la CIA se requirió el reclutamiento de extremistas árabes, egipcios y paquistaníes, por lo que el fundamentalismo que surgió en Afganistán es una construcción de la CIA. Aunque Reagan se refirió a los muyahidines como "luchadores por la libertad", cometieron atrocidades horribles y fueron terroristas de primer orden.[18]
Los soviéticos sucumbieron a Vietnam y retiraron sus tropas en febrero de 1989, pero la guerra continuó. De alguna manera, generalmente se piensa que el gobierno marxista afgano colapsó tan pronto como los soviéticos se fueron, pero eso no es cierto.
Al ver la crueldad de los muyahidines, una gran parte de la población afgana, especialmente las mujeres, apoyó al gobierno bastante moderado de Najibullah, y sin un solo soldado soviético en su territorio, lucharon durante otros tres años. De hecho, su gobierno sobrevivió a la propia URSS, que colapsó en diciembre de 1991.
En realidad, en este momento crítico, el factor crucial que socavó al gobierno afgano fue la traición principalmente de los estadounidenses, pero también de los soviéticos. Cuando los soviéticos acordaron retirar sus tropas, entendieron que tanto la URSS como los EE. UU. Detendrían toda la ayuda militar y económica a Afganistán.
Los soviéticos respetaron el acuerdo, aunque eran conscientes de que Estados Unidos, Pakistán y Arabia Saudita seguían apoyando a los muyahidines.
Es razonablemente seguro que si después de 1988 los soviéticos, por algún sentido de equidad y justicia, hubieran proporcionado al gobierno afgano una cantidad mínima de ayuda económica y militar, podrían haber resistido los ataques de los muyahidines.[19]
Guerra civil de los noventa y ascenso de los talibanes
Como estaba, debido al suministro interminable de armas estadounidenses superiores y sin asistencia económica, el gobierno marxista finalmente fue derrotado en abril de 1992.
Los victoriosos muyahidines, que ahora forman una parte importante del actual gobierno afgano, en primer lugar masacraron a los miembros del anterior gobierno secular y a miles de personas de mentalidad progresista.
Luego, durante los siguientes cuatro años, lucharon entre ellos y llevaron a cabo campañas de saqueo y violación hasta que los talibanes los derrotaron y capturaron Kabul en septiembre de 1996.
Durante los años de guerra, Kabul fue totalmente destruida, al igual que la mayoría de las otras ciudades, y el mayor daño ocurrió después de la derrota marxista durante el conflicto fratricida interno.
Los talibanes, que "liberaron" al país de los muyahidines, establecieron un régimen reaccionario atroz. Los terratenientes habían regresado inmediatamente después de la victoria de los muyahidines, y cuando los talibanes tomaron el poder, se declaró una guerra virtual a las mujeres, que no tenía base en la ley islámica.
Miles de mujeres fueron despedidas de sus trabajos como maestras, doctoras, profesoras y labores de todo tipo. Luego no se les permitió participar en la fuerza laboral o incluso que los médicos los trataran (sin un pariente masculino presente), y se prohibió a las niñas ir a la escuela. El terror, en todas sus formas, se convirtió en la base del régimen: un régimen de musulmanes fascistas, pero fue un régimen que Pakistán mantuvo en el poder en gran parte.
A pesar de las atrocidades del régimen, inicialmente tuvieron apoyo en la administración Clinton porque se pensó que los talibanes traerían “estabilidad” que permitiría la construcción de oleoductos y gasoductos a través del país.
Además, la actual administración Bush proporcionó $ 124 millones en ayuda a Afganistán y continuó las conversaciones sobre el gasoducto casi hasta el fatídico 11 de septiembre.[20]
Entonces, ¿quién tiene la culpa de esta tragedia afgana? Obviamente, se trata tanto de Estados Unidos como de la URSS. Qué estupidez para los soviéticos enviar tropas para intentar salvar un régimen marxista que estaba siendo atacado por hordas de fanáticos religiosos.
Su mera presencia en suelo afgano intensificó la determinación estadounidense y el fanatismo muyahidín. Si los soviéticos simplemente hubieran proporcionado armas para el gobierno marxista afgano, es posible que hubieran sobrevivido a los “bárbaros en las puertas”, porque el pueblo afgano común no era fanático y había apoyado las reformas progresistas del gobierno.
E incluso si perdieran ante los muyahidines, con el tiempo pueden haber prevalecido y restaurado un gobierno secular progresista. Después de todo, habían establecido el gobierno marxista inicial en 1978, totalmente por su cuenta.
La guerra prolongada y la destrucción total del país permitieron a los talibanes imponer un régimen de tipo nazi a la población, dejando al pueblo afgano común sintiéndose derrotado. . . y sin esperanza.
Pero si los soviéticos tienen la culpa, ¿qué hay de Estados Unidos, Arabia Saudita y Pakistán?
Las progresivas reformas económicas y sociales que introdujo el gobierno de Taraki, que también llevaron a mujeres y niñas a los 20th siglo — fueron rechazados y vilipendiados por Estados Unidos, porque este había sido un supuesto gobierno marxista.
La "paranoia comunista" de Estados Unidos y su política para socavar a la URSS fue tal que apoyaron y reclutaron a los fanáticos religiosos fanáticos más reaccionarios del mundo, y los utilizaron como un ejército sustituto para luchar contra el comunismo y la URSS, en el curso del cual Afganistán y su gente fue destruida.
En cuanto a los muyahidines que creó este conflicto, cobraron vida propia y ahora se han extendido por todo el mundo musulmán y aparentemente están en celdas por todas partes. Aproximadamente 5,000 de ellos fueron llevados a Bosnia para luchar contra los serbios; incluso Osama bin Laden pudo haber visitado al presidente bosnio Alija Izetbegović en 1992.[21]
Más tarde, los muyahidines ayudaron a los albanokosovares. Pero lo más significativo es que, tras derrotar a lo que llamaron imperialismo soviético, ahora han puesto su mirada en lo que perciben como el imperialismo estadounidense, en particular su apoyo a Israel a expensas de los palestinos y sus ataques a tierras musulmanas.
Durante décadas, Estados Unidos ha interferido en los asuntos de innumerables países del mundo; Afganistán es solo un ejemplo. Y mientras tanto, los responsables de la política exterior de EE. UU. Sintieron que podían actuar sin consecuencias adversas para el territorio estadounidense y su gente. Eran una superpotencia y se sentían invulnerables.
Pero ahora, irónicamente, una creación de su propia creación se ha vuelto contra ellos y, a pesar del abrumador poder tecnológico, económico y militar de Estados Unidos, esta fuerza ha demostrado que Estados Unidos es vulnerable. Entonces, las decisiones de política exterior tienen consecuencias, pero a pesar de lo que ha sucedido, esta perogrullada aún no se ha asimilado.
Si queremos aprender algo de la tragedia de Afganistán, es importante entender que si Estados Unidos hubiera dejado en paz al gobierno marxista de Taraki, no habría habido un ejército de muyahidines, ninguna intervención soviética, ninguna guerra que destruyera Afganistán, ningún Osama bin. Laden, y ninguna tragedia del 11 de septiembre en los EE. UU.
El 9 de septiembre y los pretextos fraudulentos para la guerra
Pero, ¿qué pasa con los eventos posteriores al 11 de septiembre de 2001? Después del trauma del asalto del 9 de septiembre, ¿cuál debería haber sido la respuesta racional? Claramente, este fue un acto criminal, pero no fue un acto de guerra por parte de algún gobierno extranjero.
Si Estados Unidos tenía alguna evidencia que vincule a Osama bin Laden oa cualquier otra persona con esto, deberían haber tomado las medidas necesarias para que estas personas sean llevadas a la Corte Penal Internacional para ser juzgadas como criminales. De hecho, Estados Unidos exigió de inmediato que el gobierno talibán les entregara Osama bin Laden.
En respuesta, los talibanes se ofrecieron a entregarlo a un tribunal internacional, pero solo después de ver pruebas de su culpabilidad en el 9 de septiembre.[22]
Estados Unidos se negó a hacer esto, y la razón real apareció recientemente en un artículo que cita a Rex Tomb, Jefe de Publicidad Investigativa del FBI, haciendo la asombrosa declaración de que “el FBI no tiene pruebas contundentes que conecten a Bin Laden con el 9 de septiembre. "[23]
Entonces, ¿de qué se trató la guerra en Afganistán si, cinco años después, Estados Unidos todavía no tiene pruebas sólidas que relacionen a Bin Laden con el 9 de septiembre? Esta es una revelación asombrosa, pero los principales medios de comunicación aún no se han dado cuenta.
Como se supo más tarde, el complot del 9 de septiembre se tramó en Alemania y el gobierno talibán no podría haber sabido nada de él. Además, el 11 de septiembre bin Laden emitió un comunicado a al Jazeera negando enfáticamente cualquier implicación en el ataque.[24]
Al carecer de pruebas para acusar a bin Laden por el 9 de septiembre y, por lo tanto, confrontar adecuadamente a los talibanes, parece que Estados Unidos se basó en una bravata descarada para invadir Afganistán y "sacarlo de su cueva".
Luego, el 13 de diciembre de 2001, el Pentágono lanzó una cinta de video, borrosa y oscura con un sonido amortiguado, supuestamente de Osama bin Laden en la que admite alegremente su participación en el 9 de septiembre.[25]
Casi milagrosamente y sin ninguna explicación, se informó que esta cinta incriminatoria altamente sensible había sido "descubierta" en una casa privada en Jalalabad.
La autenticidad de la cinta fue cuestionada de inmediato, pero su falsificación se confirmó cuando apareció una cinta de bin Laden innegablemente genuina el 27 de diciembre, que mostraba al hombre delgado, alto y demacrado familiar, con rasgos faciales fácilmente identificables.[26]
Al comentar sobre la invasión estadounidense y sobre otros asuntos, bin Laden rechazó totalmente tener algo que ver con el 9 de septiembre. Es obvio que el FBI rechazó la autenticidad de la "confesión" del 11 de diciembre, así como otras cintas y materiales, ya que admiten, incluso en esta fecha tardía, que no hay pruebas contundentes para proceder con una acusación por los cargos del 13 de septiembre contra bin. Cargado.
Al no tener ninguna evidencia contra bin Laden, Estados Unidos no presentó el caso a las Naciones Unidas, por lo que no solicitaron una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que les autorizara a lanzar una guerra contra Afganistán; tal resolución no habría sido aprobada.
Sin embargo, no tener la aprobación del Consejo de Seguridad no impidió que Estados Unidos bombardeara Yugoslavia en 1999 y seguramente no les impidió atacar Irak en 2003. Después del 9 de septiembre, lo que el gobierno de Estados Unidos quería era venganza, y aunque una guerra contra Afganistán era ilegal, siguieron adelante con la guerra. Dado que la guerra fue ilegal, seguramente la ocupación actual es ilegal.
Una vez que comenzó la guerra, la opinión intelectual, de todo el espectro político tanto en los Estados Unidos como en el Reino Unido, aseguró al público que solo los extremistas radicales podían dudar de que "esta es básicamente una guerra justa".[27]
Los que no estuvieron de acuerdo fueron despedidos, incluidos los afganos anti-talibanes en Europa, Estados Unidos y Afganistán.
En rara unanimidad, todos estos grupos afganos suplicaron al gobierno de Estados Unidos que no bombardeara ni invadiera el país.
Después de que comenzó el bombardeo, una gran reunión de afganos anti-talibanes, exiliados y de Afganistán, se reunió en Peshawar. Noam Chomsky cita el New York Times como informando que se trataba de "una rara demostración de unidad entre los ancianos tribales, los eruditos islámicos, los políticos rebeldes y los excomandantes guerrilleros".[28]
Por unanimidad, “instaron a Estados Unidos a detener los ataques aéreos. . . y el bombardeo de personas inocentes ”y suplicó a Estados Unidos que adoptara otros medios para derrocar a los talibanes.[29]
Señalaron que los talibanes que dirigían el país eran un grupo pequeño y cerrado y sin la asistencia constante de Pakistán y Arabia Saudita, el liderazgo central podría verse socavado, y una vez que perdieran el apoyo de sus bases armadas y armadas, el régimen podría ser derrocado fácilmente.
Entonces, si los estadounidenses querían un cambio de régimen, el propio pueblo afgano estaba completamente preparado para hacerlo. Todo lo que tenía que hacer Estados Unidos era presionar a Pakistán y Arabia Saudita para que detuvieran su apoyo a los talibanes.
Esta propuesta alternativa habría evitado el derramamiento de sangre y una mayor destrucción del país, pero fue totalmente ignorada, tanto por el gobierno de Estados Unidos como por los principales medios de comunicación occidentales. Esencialmente, lo que querían los estadounidenses era una excusa para la guerra, y no importa los intereses del pueblo afgano.
Un desastre para los afganos: la guerra entre Estados Unidos y la OTAN
Miles de afganos murieron en el asalto estadounidense al país, siendo todos tan inocentes como la gente de Nueva York, con la diferencia de que cinco años después siguen muriendo afganos.
Después del colapso del gobierno de los talibanes, la ONU se involucró de alguna manera tratando de recoger los pedazos. Los Estados Unidos entonces presionaron fuertemente a la OTAN para que se involucrara, pero al ver que el lío que crearon no tenía fin, ahora están dejando que la OTAN se encargue de esta sección de su Imperio.
A los estadounidenses les importa un comino el pueblo afgano, lo que quieren es el control del área para algún día construir oleoductos y gasoductos a través de esta región, eso es lo que les importa.
Pero la tragedia no termina aquí. Con sus acciones, los estadounidenses han creado un desastre cultural para los afganos. La mayor parte del pueblo afgano se adhirió a una religión musulmana conservadora en el contexto de una sociedad tribal casi feudal, pero no eran extremistas.
Sus gobiernos siempre habían sido básicamente laicos, especialmente el gobierno de Taraki. Fue el intento de Taraki de introducir cambios sociales y económicos, así como la reforma agraria, lo que enfureció a los mulás, que eran grandes terratenientes y se oponían a todo cambio.
Luego, la CIA trajo a los fanáticos extremistas de Oriente Medio y, junto con los extremistas paquistaníes, se crearon los muyahidines. Los paquistaníes, con el apoyo de Estados Unidos, enseñaron a miles de jóvenes afganos en sus escuelas religiosas madrasa a convertirse en devotos talibanes.
Una vez en el poder, los talibanes establecieron estas escuelas en Afganistán. Igualmente importante, mientras los muyahidines y los talibanes estaban en el poder, sistemáticamente mataron o forzaron al exilio a todas las personas de mentalidad progresista, especialmente a cualquiera sospechoso de ser socialista o marxista.
Entonces, el efecto de la participación de la CIA ha sido incubar en Afganistán dos facciones religiosas, con una filosofía de origen extranjero, los muyahidines y los talibanes, y al mismo tiempo eliminar a casi todas las personas de mentalidad progresista.
En efecto, durante un período de años, los estadounidenses socavaron sistemáticamente las perspectivas de cualquier forma secular progresista de gobierno en Afganistán, en el futuro previsible.
Así que esto es lo que tenemos ahora en Afganistán, dos facciones en lo que está resultando ser una guerra civil. Además, la mayoría de la gente, que no ve ninguna mejora en su vida diaria, quiere que todos los extranjeros se vayan. De hecho, para muchas personas, los soviéticos simplemente han sido reemplazados por los estadounidenses, y no hacen distinción entre los estadounidenses y cualquiera de sus aliados de la OTAN.
La ONU y las diversas agencias de ayuda y ONG, mientras intentan ayudar, crean grandes problemas en el curso de sus operaciones. Gran parte de su ayuda se ha desperdiciado y han contribuido a la pobreza de la población al generar inflación (16% en 2005) y aumentar el costo de vida: los precios del cordero se han cuadriplicado.[30]
En un informe reciente para el Overseas Development Institute, Ashraf Ghani, rector de la Universidad de Kabul y ex ministro de finanzas de Karzai, declaró que en 2002 se desperdició alrededor del 90 por ciento de los mil millones de dólares gastados en 1 proyectos de ayuda.[31]
El informe cita una serie de problemas. Los 280,000 funcionarios del país ganan un promedio de 50 dólares al mes, mientras que unos 50,000 afganos trabajan para organizaciones de ayuda donde el personal de apoyo gana hasta 1000 dólares al mes.
Con más de 2,400 agencias de ayuda y ONG registradas en el país, el gobierno tiene dificultades para retener a su personal. El informe está lleno de ejemplos de desperdicio e ineficiencia. Donde el gobierno afgano podía construir una escuela por alrededor de $ 40,000, una agencia de ayuda internacional se encargó de la tarea de construir 500 escuelas, a un costo de $ 250,000 cada una.
El gobierno afgano contrataría contratistas locales, pero las agencias de ayuda gastan el 80 por ciento de los fondos en asistencia técnica extranjera y personal y suministros importados.
Otro ejemplo es la carretera que se construyó entre Kabul y Kandahar, que el gobierno afgano estimó que costaría 35 millones de dólares si la construyeran; finalmente fue construida por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) a un costo de más de 190 millones de dólares.
También la mejor y, a veces, la única vivienda digna es para el personal extranjero (entre 3 y 4,000 1000 civiles extranjeros), y esto eleva los alquileres a niveles que la gente común no puede pagar, en algunas áreas hasta un XNUMX por ciento.[32]
De ahí que miles de afganos sigan viviendo entre los escombros bombardeados de gran parte de Kabul, que de alguna manera no ha sido una prioridad para la reconstrucción con viviendas de bajo costo.
Los contratistas y consultores extranjeros costosos a menudo duplican o reemplazan el trabajo que podría realizar el gobierno afgano. Algunos de los expertos extranjeros se niegan a enseñar sus habilidades a sus homólogos afganos, porque con el tiempo acabarían con sus propios trabajos.
Otro informe reciente sobre la “reconstrucción” de Afganistán escrito por Fariba Nawa, un periodista afgano-estadounidense, es devastador y “confirma que Afganistán ha sido 'enronizado' por la administración Bush”.[33]
El informe afirma que los contratistas extranjeros "ganan hasta 1,000 dólares al día, mientras que los afganos que emplean ganan 5 dólares al día". Revela que la USAID “otorga contratos a empresas estadounidenses (y el Banco Mundial y el FMI otorgan contratos a empresas de sus países donantes) que quitan grandes cantidades de la parte superior y contratan capas y capas de subcontratistas que toman sus recortes, dejando solo lo suficiente para construcción por debajo del par ".
El resultado es el colapso de hospitales, clínicas y escuelas, nuevas carreteras llenas de baches y peligrosas, y "ayuda" para los agricultores que deja a muchos de ellos peor que antes. En general, innumerables millones se han desperdiciado debido a la mala dirección, la ineficacia y la corrupción, dejando a su paso una población afgana alienada.
La realidad es que la mayor parte de la población continúa languideciendo en la pobreza absoluta, con menos agua potable y electricidad que antes de la guerra. Las agencias de ayuda han ayudado, pero a un gran costo, y no se han ganado el cariño de la población local.
Después de casi cinco años de ocupación y “$ 8 mil millones de ayuda al desarrollo mal administrada, un número significativo de afganos se ha cansado de la 'comunidad internacional' y su ocupación militar”.[34]
En cuanto a esa presencia militar, a pesar de los 32,000 soldados estadounidenses y de la OTAN, ha habido un deterioro constante de la seguridad de los civiles y una creciente furia por los ataques aéreos estadounidenses que han matado a cientos de civiles inocentes y la ocurrencia de "registros domiciliarios liderados por la coalición , detenciones aleatorias y revelaciones de tortura el año pasado en la base aérea de Bagram ".[35]
En su puesto de Director General de Inteligencia Interservicios de Pakistán, Hamid Gul ha seguido los acontecimientos en Afganistán durante años. En una entrevista reciente, esta fue su sombría evaluación:
Cuando comienza este tipo de resistencia masiva, significa que es una decisión colectiva de los afganos. Entonces, puede ver que aunque la resistencia de los talibanes se centra en un área muy específica, han estallado incidentes esporádicos por todas partes. . . Ésta es la punta del iceberg que estás observando; la situación se agravará aún más a medida que todo el entorno propicia la resistencia. . . . Las jirgas son unánimes: habrá una guerra total en Afganistán.[36]
Dada esta situación, no hay una solución fácil para el problema afgano. Históricamente, los británicos fueron derrotados con la pérdida de miles de vidas, al igual que los soviéticos.
Sorprendentemente, incluso el presidente Karzai se ha vuelto recientemente muy crítico con la ocupación liderada por Estados Unidos y la “estrategia antiterrorista”, diciendo: “Creo firmemente. . . que debemos involucrarnos estratégicamente en el desarme del terrorismo deteniendo sus fuentes de suministro de dinero, capacitación, equipamiento y motivación. No es aceptable para nosotros que en todos estos combates estén muriendo afganos. En las últimas tres o cuatro semanas, murieron entre 500 y 600 afganos. [Incluso] si son talibanes, son hijos de esta tierra ".[37]
La sensata oferta de Karzai de una amnistía a los talibanes en 2003 había sido rechazada, pero esta puede ser la única solución.
Gran parte de Afganistán se encuentra ahora en un estado de caos y guerra civil. No existe el mantenimiento de la paz en el país. La guerra continuará indefinidamente y con el tiempo toda la población afgana se levantará para expulsar a los extranjeros. En lugar de esperar eso, los estadounidenses y todos sus partidarios deberían salir, totalmente, de la forma en que deberían salir de Irak. Aunque fueron los estadounidenses los que crearon el desastre para empezar, en ambos países, parece que tendrán que ser los pueblos indígenas para resolver los problemas de alguna manera.
Aunque varias fuentes han sostenido que Hamid Karzai alguna vez actuó como consultor o asesor de la petrolera estadounidense Unocal, tanto la compañía como Karzai lo han negado. La negación puede ser cierta, pero puede ser que su trabajo haya sido lavado a través de subcontratistas, por lo que sería difícil de probar. Le Monde En un 5 de diciembre de 2002, el perfil de Karzai decía: “Después de estudiar derecho en Kabul e India, completó su formación en los Estados Unidos donde fue durante un tiempo consultor de la petrolera estadounidense Unocal, cuando se encontraba estudiando la construcción de un oleoducto en Afganistán ". Le Monde se ha negado a retractarse de la historia. La reclamación también se había hecho en enero de 2002 en Le Monde diplomatique del escritor senior Pierre Abramovici en un importante artículo, "Estados Unidos y los talibanes: un trato hecho", que concluye con: "Luego se supo que durante las negociaciones sobre el oleoducto afgano, Karzai había sido consultor de Unocal". El artículo está disponible en http://www.christusrex.org/www1/icons/abramovici.html. Abundan otros artículos igualmente significativos: Wayne Madsen, "Afganistán, los talibanes y el equipo petrolero de Bush", Centro de Investigación en Globalización, 23 de enero de 2002. Madsen afirma que Karzai no solo trabajó como asesor principal de Unocal, sino que durante años tuvo estrechas relaciones con el director de la CIA, William Casey. http://globalresearch.ca/articles/MAD201A.html; Ilene R. Prusher, Scott Baldauf y Edward Girardet, "Afghan Power Brokers", Monitor de la ciencia cristiana, 10 de junio de 2002 http://www.csmonitor.com/2002/0610/p01s03-wosc.htm; Umberine Syed, "Oil Power Shines Bright: The Wealth of Central Asia", IslamOnLine.net http://www.islamonline.net/English/Views/2002/01/article5.shtml↑
Fred Halliday, "Revolución en Afganistán", Nueva revisión de la izquierda, No. 112, págs. 3-44, 1978; también citado en William Blum, Killing Hope: Intervenciones militares y de la CIA de EE. UU. Desde la Segunda Guerra Mundial, Monroe, Maine: Common Courage Press, 1995, pág. 340. ↑
Todas estas reformas y medidas gubernamentales me fueron explicadas con considerable detalle por el Decano de Agricultura y algunos de los profesores durante una larga sesión en la Universidad de Kabul. ↑
The Economist (Londres), 11 de septiembre de 1979, pág. 44. El artículo señala que durante el primer año y medio del nuevo gobierno "no se impusieron restricciones a la práctica religiosa". ↑
Newsweek, 16 de abril de 1979, pág. 64, reconoce que los mulás eran ricos terratenientes; New York Times 13 de abril de 1979, pág. 8, incluye el comentario de que el tema religioso "está siendo utilizado por algunos afganos que en realidad se oponen más a los planes del presidente Taraki de reformas agrarias y otros cambios en esta sociedad feudal". ↑
Blum, op. cit., pág. 343; "Cómo la CIA convierte a los estudiantes extranjeros en traidores", Murallas (San Francisco), abril de 1967, págs. 23-24; Phillip Bonosky, La guerra secreta de Washington contra Afganistán, Nueva York: International Publishers, 1985, págs. 33-34; La verdad sobre Afganistán: documentos, hechos, informes de testigos presenciales, Moscú: Editorial de la Agencia de Prensa Novosti, 1980, págs. 83-96; El Correo de Washington, 23 de diciembre de 1979, pág. A8. ↑
El Correo de Washington, 23 de diciembre de 1979, pág. A8. Las tropas soviéticas habían comenzado a llegar a Afganistán el 8 de diciembre, a lo que el artículo dice: "No hubo cargos [por parte del Departamento de Estado] de que los soviéticos habían invadido Afganistán, ya que aparentemente las tropas fueron invitadas". ↑
"Cómo Jimmy Carter y yo comenzamos los muyahidines": Entrevista a Zbigniew Brzezinski, Le Nouvel Observateur (Francia), 15-21 de enero de 1998, pág. 76 http://www.counterpunch.org/brzezinski.html↑
El Correo de Washington, 11 de mayo de 1979, página 12. La historia informa que una "táctica favorita" de los muyahidines era "torturar a las víctimas [a menudo rusas] cortándoles primero la nariz, las orejas y los genitales, y luego quitando un trozo de piel tras otro", lo que lleva a "un lento, muy muerte dolorosa"; El Correo de Washington, 13 de enero de 1985. El artículo describe a prisioneros rusos enjaulados como animales y "viviendo vidas de horror indescriptible"; John Fullerton, La ocupación soviética de Afganistán, (Londres), 1984, cita a un periodista del Revisión económica del Lejano Oriente informando que “un grupo [soviético] fue asesinado, despellejado y colgado en una carnicería” —citado en Blum, op. cit., pág. 348. ↑
D. Zayar, "Afganistán, Bin Laden y la hipocresía del imperialismo estadounidense", En defensa del marxismo, Septiembre 26, 2001. ↑
"Cuando Estados Unidos comprometió 43 millones de dólares en ayuda a Afganistán en mayo de 2001, elevó el total de ayuda estadounidense al país ese año solo a 124 millones", citado en un artículo de Joseph Farah, "Murray presionó para que los talibanes recibieran ayuda antes de 9 / 11 " WorldNetDaily.com, Diciembre 26, 2002 http://www.worldnetdaily.com/news/article.asp?ARTICLE_ID=30166 ; "Este año, EE.UU. asignó $ 120 millones en ayuda a Afganistán, incluidos $ 43 millones en ayuda alimentaria durante el mes de mayo", citado en el informe de James Ridgeway, "Taliban Twists Shrub With Poppy Politics: Bush's Opium Blender", Village Voice, 20-26 de Junio 2001 http://www.villagevoice.com/news/0125,ridgeway,25704,6.html; Para las negociaciones del oleoducto, consulte Le Monde diplomatique artículo de Pierre Abramovici, “Estados Unidos y los talibanes: un acuerdo hecho”, que dice: “La tarea de negociar [un acuerdo de oleoducto] con los talibanes fue encomendada a Christina Rocca, la nueva subsecretaria de estado para asuntos del sur de Asia. . . . el 29 de julio [2001], Christina Rocca mantuvo conversaciones infructuosas con el embajador de los talibanes en Pakistán ” http://www.christusrex.org/www1/icons/abramovici.html↑
Diana Johnstone, Cruzada de los tontos: Yugoslavia, la OTAN y las ilusiones occidentales, Nueva York: Monthly Review Press, 2002, págs. 61-62; comunicación personal con el ex embajador de Canadá en Yugoslavia, James Bissett. ↑
Ed Haas, "El FBI dice que 'No hay pruebas sólidas que conecten a Bin Laden con el 9 de septiembre'". Informe Muckraker, 6 junio, 2006. http://www.teamliberty.net/id267.html↑
Una búsqueda en Google identifica docenas de artículos que cuestionan la autenticidad de la cinta del 13 de diciembre de 2001. Lo siguiente tiene buenas fotos que comparan al verdadero Bin Laden con el falso en la cinta: "El video falso de Bin Laden", http://www.whatreallyhappened.com/osamatape.html ; otros artículos más recientes discuten la cinta del 13 de diciembre de 2001, así como otra cinta falsa que salió el 17 de enero de 2006, en la que bin Laden confiesa implícitamente su responsabilidad de orquestar los ataques del 9-S: Eruditos para la verdad del 11-S, "La cinta de Osama parece falsa, concluyen los expertos" GlobalResearch.ca, 1 de junio de 2006 http://www.globalresearch.ca/index.php?context=viewArticle&code=SCH20060601&articleId=2555; "La cinta de Osama: ¿la última de las fabricaciones estadounidenses?" Paz alternativa, Junio 2, 2006. http://groups.google.com/group/alt.peace/browse_thread/thread/47de1d835a560202↑
Robert Kuttner, editor, American Prospect, 5 de noviembre de 2001, citado por Noam Chomsky, op. cit. ↑
Barry Bearak, "Los líderes del antiguo Afganistán se preparan para el nuevo", New York Times 25 de octubre de 2001; John Thornhill y Farhan Bokhari, "Los líderes tradicionales piden la paz yihad", Financial Times 25 de octubre de 2001; "Convocatoria de asamblea de paz afgana" Financial Times, 26 de octubre de 2001; John Burns, "La reunión afgana en Pakistán respalda el papel futuro del rey", New York Times 26 de octubre de 2001; Indira Laskhmanan, “1,000 líderes afganos debaten sobre un nuevo régimen, BG, 25 y 26 de octubre de 2001; Noam Chomsky, op. cit. ↑
Edward Harris, "Muchos afganos resienten la presencia de extranjeros", Yahoo! Noticias, Mayo 30, 2006. ↑
Toby Poston, "Se están desperdiciando millones de dólares en dinero de ayuda", Noticias de la BBC, Febrero http://www.rawa.org/rebuild2.htm↑
Tini Tran, redactora adjunta de prensa, "Karzai denuncia la estrategia antiterrorista" [AP-CP] Prensa libre de Winnipeg23 de junio de 2006, pág. A20. ↑