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martes, 9 de septiembre de 2014

Hollywood: sus miserias y sus responsabilidades penales y criminales.

Escena de la serie Legends en la que se acusa al presidente de Venezuela de querer comprar armas químicas para usarlas contra los disturbios

Estos días han podido oír y ver como en una serie, Legends, de la productora estadounidense de televisión TNT, se acusaba en uno de sus capítulos al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, de querer comprar armas químicas, en concreto el agente nervioso VX, al estar preocupado supuestamente por los disturbios de civiles en Venezuela.
En la escena un agente del FBI tortura a un detenido, el "terrorista", para saber quién suministra el agente nervioso VX.
- ¿Es el VX?
- No, no.
El interrogador aplica entonces una plancha al rojo sobre la espalda del detenido 
- ¡Está bien!, ¡está bien!, ¡está bien!, es el VX.
- ¿Para quién lo estás comprando?
- No lo sé. Hay un apoderado.
- ¿Y quién es el apoderado?
- Maduro, PSUV, están preocupados por los disturbios civiles en Venezuela.

La mala fe de esta productora de televisión es obvia, pues pretende dejar una muy mala imagen del Gobierno bolivariano de Venezuela, en concreto de su presidente y el partido al que pertenece, el PSUV, el Partido Socialista Unido de Venezuela, y que por cierto han protagonizado un  cambio sin precedentes a bien en Venezuela. Sin embargo, la imagen y la "información" que recibe el público de América del Norte y también de Europa es la contraria. Es aquella de alguien completamente tiránico, depravado y muy impopular, imagen que nada tiene que ver ni con el actual presidente de Venezuela, ni por supuesto con el anterior, Hugo Chávez, ni con su gobierno o el PSUV.
En los comentados "disturbios civiles" se oculta bajo este nombre lo que realmente ocurrió, que no fue otra cosa que una insurrección violenta promovida desde el exterior y apoyada por la oligarquía venezolana para dar la sensación de que el país era un caos económico y social, y que el Gobierno venezolano tenía la población en su contra, cuando en realidad solo era una minoría privilegiada la que apoyaba las algaradas, que eran muy violentas y provocaron la muerte de varios civiles, pero fundamentalmente del lado mayoritario y popular de Venezuela, que estaba con el gobierno. Los medios de comunicación, como hace la TNT, deformaron los hechos e hicieron una sucia campaña de descalificaciones y de fomento de un ataque extranjero violento a Venezuela. Sigan el siguiente enlace para entender como el poder económico occidental, encabezado por el estadounidense, llevó y lleva a cabo una estrategia de subversión violenta en aquellos países que no ceden al chantaje de sus exigencias:


La TNT, Turner Network Television, fue fundada en 1988 por el magnate de los medios  Ted Turner, que también es el fundador de la CNN, otra cadena mediática caracterizada por la  carencia de ética, desinformación y manipulación de las noticias, vean estos ejemplos:




La TNT es filial de Time Warner, el mundo de Hollywood. Hollywood tiene también un historial bastante siniestro, incluso en su actuación en las dos guerras mundiales:



Y en la promoción y halago de la misma Al Qaeda ya en sus orígenes, en Afganistán, en, por ejemplo, la película protagonizada por Julia Roberts y Tom Hanks La guerra de Charlie Wilson. Recordemos el origen de Al Qaeda y a quién y para qué sirve realmente.


Lo preocupante de todo esto que les muestro, que solo es una puntita del iceberg, es que la población occidental apenas es consciente de ello. Sus medios de comunicación de noticias, sus series de televisión, su cine, sus libros... tergiversan completamente la realidad, mienten compulsivamente, invierten muy a menudo los sucesos y los actores reales, provocando que los habitantes occidentales ignoren completamente lo que pasa en el mundo, y lo que es peor, que no son conscientes de su ignorancia, que es de hecho analfabetismo político e histórico, creyendo saber y conocer sobre el mundo que les rodea, cuando claramente no es así. Tenemos, por ejemplo, el fenómeno de Al Qaeda al que entienden como algo intrínseco al fanatismo y atraso de pueblos y naciones que no alcanzan el nivel cultural y de tolerancia que tenemos nosotros. Todo un ejemplo de falsificación de los hechos y de ridícula y  peligrosa arrogancia. Pues son los que dirigen nuestra sociedad los que fomentan a los grupos de mercenarios islámicos, apodados yihadistas, que en absoluto representan al Islam, a la cultura musulmana o a los países que sufren sus ataques. Mercenarios armados y entrenados por nuestros servicios de inteligencia y financiados con el dinero de nuestros impuestos, que luego destruirán ricas, cultas y avanzadas sociedades con muy valioso y abundante patrimonio cultural, artístico y científico. Piensen un poco en todo ello y por una vez pónganse en su lugar. Piensen que su ciudad es invadida por batallones de fanáticos fuertemente armados, que destrozan y roban todo lo que encuentran, que violentan a los hombres y a las mujeres, que prenden fuego a las librerías y matan a los profesores universitarios; junto a que atacan al propio ejército, a los edificios públicos y quieren hacerse con el control de su país. Piensen que en las televisiones de países lejanos que quieren someter al nuestro, dicen que en su país, en su ciudad, existe una rebelión popular y que, además, es reprimida por la policía con dureza, cuando esta lo único que hacía es intentar parar esta insurrección violenta. La campaña de los medios de comunicación de aquellos países consiste en denigrar, insultar y demonizar al presidente de su país, a su ejército, aunque usted no entiende como pueden hacer esto cuando ellos no son en absoluto responsables de que esto ocurra, es más, cuando ellos actúan y luchan para frenar esta barbarie que ha llegado a su ciudad y su país. Usted finalmente pensaría con razón que estos medios de comunicación no actúan de buena fe, sino que persiguen otros intereses llevando a cabo un juego muy sucio que está provocando mucho dolor, destrucción y muerte. Pensaría con razón también que los periodistas, actores o escritores que apoyasen todo esto no merecen ningún respeto, que deberían ser perseguidos judicialmente y culpabilizarlos de sus responsabilidades penales y criminales, pues ellos han alentado de forma consciente, vil y venal todas estas terribles e injustificadas atrocidades. Piensen ahora lo que les he dicho y pónganse realmente en su lugar. Tienen para hacer práctica los casos muy recientes de Venezuela, Ucrania y Siria, donde finalmente no han conseguido sus fines, y el de Libia, donde sí lograron sus propósitos: dividir, enfrentar, debilitar y arruinar al país, como también ocurrió en Yugoslavia. Piensen, como les decía, un poco en todo ello y luego analicen qué hacen y cómo responden ante lo que el cine, la televisión o la prensa les cuenta.
Como ya les comenté en alguna otra exposición, seguimos interpretando el mundo según los intereses y motivaciones de un pequeño grupo de dirigentes políticos y económicos de nuestras sociedades, no según un criterio moral  y racional basado en los hechos y en principios éticos. Mientras sigamos operando así el mundo no será mejor, sino que será todavía peor a como lo conocemos y en ello todos nosotros finalmente saldremos perjudicados, lo estamos ya ante el desolador panorama económico. Y lo malo de todo ello es que tenemos y tendremos un grado de culpa en todo lo que ocurra, aunque no lo queramos reconocer. Nuestro mal no solo es la ignorancia, sino la irresponsabilidad.
Pese a todo, no siempre triunfa la barbarie, la injusticia o los más oscuros pensamientos de las peores personas, a veces, más de las que logramos percibir, triunfa cierto grado de justicia y de solidaridad, lo han podido ver en Siria, derrotando una y otra vez a los fanáticos mercenarios que enviamos desde occidente a destruir su país y lo han  visto del mismo modo en Ucrania, donde han derrotado al fascismo que fue hecho emerger de nuevo en Europa por parte del poder económico occidental.
Para su conocimiento y memoria dejo unos enlaces que no les dejarán indiferentes, pues lo que en ellos se dice se enfrenta de lleno con el pensamiento mayoritario y también mayoritariamente erróneo creado por el mundo de la propaganda corporativa expresada en el cine, la televisión, la prensa, la radio e internet respecto a lo que ocurría y ocurre en países como Siria o Ucrania, de los que tanto se habla y tanto se desconoce.




Notas:
1. La guerra de Charlie Willson. Universal Pictures. 2007.

6 comentarios:

  1. Hollywood, sucursal goebbeliana del Pentágono.

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    1. A pesar de los años y años que Hollywood lleva en este papel, la mayoría de la población occidental no es capaz de percibirlo. Porque se les enseñó a no verlo.

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  2. Recuerdo una película de Gregory pek en la que hacía de ruso. Luchaba tras las lineas alemanas en Rusia durante la segunda guerra mundial, la película se hizo durante la guerra y ponía a los rusos de buenos buenisimos. Me resultó tan curioso que indagué sobre ello, era lo típico, loas al aliado motivadas por la guerra. El cine siempre al servicio de la propaganda, dicen una cosa y la contraria según sople el viento del interés político, llegando incluso a alabar de manera puntual a los odiados comunistas.

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    1. Lo podemos ver ahora mismo en los medios audiovisuales, del halago, alabanza y glorificación de los "rebeldes" libios y sirios, que no eran y no son otra cosa que mercenarios sin escrúpulos, a demonizarlos. En similar medida lo vemos también con los neonazis que han promovido y que han llegado a Ucrania, ahora se impone el silencio.
      Lo triste es ver como a la gente la mueven como peleles sin criterio, antes blanco, ahora negro, y no reaccionan.

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  3. La industria del espectáculo de Hollywood es un instrumento más para deformar y manipular la conciencia de las personas con la finalidad de condicionar sus comportamientos. Como lo son los distintos medios de "información" o la propia literatura.

    De ilusos sería creer que, tras el escándalo que supuso en su día la revelación de que El Congreso por la Libertad de la Cultura no era más que una creación de la CIA para propagar sutilmente la propaganda anticomunista utilizando para ello a talentosos, notorios y afamados escritores y académicos, la agencia dejó de recurrir a tales prácticas.

    Según denuncia Mijaíl Kilev en su libro "Jruschov y la disgregación de la URSS" el Senado de los EE.UU., tras aprobar el proyecto de presupuesto para 1998, otorgó la suma de 30 mil millones de dólares para las estructuras de información. Cantidad que supera el proyecto de presupuesto militar para 1998 de Rusia. Algo que tampoco esconden, pues salió publicado en prensa.

    La enorme magnitud de esa cantidad da idea de la importancia que los dirigentes capitalistas le otorgan al control de la información a la que tiene acceso la inmensa mayoría de la gente.

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  4. Como muy bien has expuesto, esto lleva haciéndose durante mucho tiempo. Hoy tanto o más que siempre. Pero la gente no es consciente de ello.

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