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martes, 14 de mayo de 2013

Una sociedad insana

Exhibición militar en Badajoz, 2010. Fuente Hoy.es

Dice Rosa Moro en su análisis del trabajo sobre Afganistán del investigador Agustín Velloso: “que unas personas gasten una enorme cantidad de dinero en someter y matar a otras personas que viven a miles de kilómetros de distancia, de las que nunca han recibido mal alguno y a quienes no han conocido ni tienen intención de hacerlo, mientras dejan al mismo tiempo de satisfacer sus necesidades básicas, las de sus hijos y sus vecinos” solo puede entenderse si la población que actúa así se encuentra en estado de enajenación mental generalizado… habla del pueblo español.(1)
A ver, ¿en qué cabeza humana puede entrar que nuestro dinero y nuestros recursos se gasten en armas para matar gente que no nos ha hecho nada a miles de kilómetros? Seguramente en una mente enferma, pero seguramente también en una mente completamente engañada. Y no me equivocaré mucho si digo que ustedes, como yo, han visto y han prestado demasiada atención a los llamados medios de comunicación, esperando que estos medios les iban a reportar, les iban a informar sobre las noticias, sobre lo que sucede en el mundo. Esta  inconsciencia y falsa inocencia nuestra merece pocas disculpas. Los medios de comunicación, que son medios corporativos dominados por el poder económico, nunca han tenido la intención de mostrar una información veraz, ni se les ha pasado por la cabeza. Lo que iban a mostrar y han mostrado es una visión de los sucesos que favoreciese a sus negocios, una visión claramente empresarial, no periodística.(2), (3) Ciertamente una visión amoral, pero el mundo del dinero nunca ha tenido moral, por lo que era inútil esperar una actitud diferente. Ciertamente también esto demuestra que hemos sido unos inmaduros y unos grandes irresponsables, porque, nos guste reconocerlo o no, nosotros también hemos sido cómplices de esas enormes mentiras  de los medios de comunicación que han encubierto enormes matanzas que se han producido en el mundo, y que han perpetrado nuestros líderes políticos y económicos, pagándolo además con nuestro propio dinero.
La sociedad occidental actual es una de las más viles e inmorales que ha conocido la humanidad. Ha creado una perversión de periodismo, que ha convertido la falsificación y la apología de la violencia de los poderosos en algo incluso aceptable, de lo que no hay que hablar. De similar manera y con similar función, pero con una hipocresía y maldad incluso mayor, se han creado organizaciones apodadas como humanitarias que han logrado que la población aprobase y viese como necesarias acciones militares realmente bárbaras. (4), (5) Vivimos en un mundo de maldad que nosotros mismos hemos estado abonando y regando, y ya es hora de parar esta barbarie que nos ha embrutecido y envilecido demasiado.
Volvamos a la pregunta directa y estremecedora del comienzo que desnuda nuestro ser y nos muestra nuestra ruina moral e intelectual:

Pero ¿cómo es posible que los ciudadanos españoles apoyemos el matar a gente inocente que nunca nos ha atacado ni tiene intención ni medios para hacerlo por estar “al lado de los que cuentan”? Parece inverosímil, pero es la realidad. Los ciudadanos apoyamos semejante barbarie porque los medios de comunicación [y las organizaciones humanitarias] nos lo presentan con palabras confusas, que eluden nuestra responsabilidad, nos brindan propaganda disfrazada de noticias. Los grandes medios, contribuyen a este crimen dando mala información o propaganda sobre el asunto, y es en ellos donde se informa la mayoría de la gente que cree que sabe lo que pasa, aunque en realidad no ha tenido oportunidad de acceder a una versión independiente y realista, ni a la versión de los afganos.(1)

Ya saben que dicen que la sinceridad nunca hace muchos amigos, aunque los que hace los hace verdaderos. Y ya saben, o debían saber, que vivir sin sinceridad es vivir vanamente. Piensen, piensen en qué hubiese pasado si nuestros recursos no hubiesen sido usados con el fin de construir armamento y enviarlo a matar gente en otros continentes, y en el nuestro también, con el único y real fin de que quienes dirigen nuestra sociedad sean todavía más ricos de lo que ya lo son. Piensen en ello.

"No enviar soldados, no usar bombas rompe-refugios, no emplear munición con uranio empobrecido, ni aviones no tripulados, no contratar a mercenarios (contratistas en la jerga periodística), hubiera costado cero dólares y habría supuesto un ahorro incalculable de vidas, bienes y recursos".(1)

¿Lo ven?, o ¿no lo quieren ver porque es demasiado claro, demasiado veraz, demasiado perturbador? 
¿Por qué no escuchamos a la otra parte, a la parte que sufre, a las víctimas?

Hay que escuchar la versión de los afganos para sentir vergüenza por todas las barbaridades cometidas por los militares occidentales, entre ellos los españoles, en nombre de nuestros intereses. (1)

Es hora de que tengamos un poco de vergüenza de esta sociedad que hemos creado, tan carente de principios. Demasiado vacía, demasiado falsa, demasiado hipócrita para seguir ocultándolo por más tiempo.
Este artículo no es una lección de moral, sino todo lo contrario, una exposición de lo inmoral y de lo sucio de todos nosotros.


Notas:
(1) Rosa Moro. La Intervención en Afganistán, un crimen en toda regla que nunca juzgará el Tribunal de La Haya. Tercera Información. 16.4.2013.
(2) Mikel Itulain. Los medios de comunicación corporativos y la guerra contra SiriaEnlace
(3) Mikel Itulain. El periodismo español en la guerra de Yugoslavia. Parte IEnlace
(4) Mikel Itulain. La manipulación emocional de las personas: el testimonio de la niña Nayirah. Enlace
(5) Mikel Itulain. La guerra contra Yugoslavia: otro borrón más de Amnistía Internacional. Enlace



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