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lunes, 30 de julio de 2012

La destrucción de la cultura y del conocimiento



La destrucción  de la cultura y del conocimiento atesorado, junto a la persecución de sus creadores y protectores, ha sido una triste y preocupante constante histórica.
Carl Sagan nos advertía sobre las enormes e irreparables pérdidas que se pueden cometer si se elimina el conocimiento y la riqueza cultural que tanto tiempo y esfuerzo han necesitado para desarrollarse. Así, hablaba de la destrucción de la Biblioteca de Alejandría en el siglo V y la enorme tragedia cultural y humana que esto supuso:
La gloria de la biblioteca de Alejandría es una tenue memoria.  Sus últimos restos fueron destruidos pronto después de la muerte de Hypatia [una astrónoma, matemática y filósofa que fue asesinada por los fanáticos seguidores cristianos de Cirilo, el patriarca de Alejandría]. Fue como si la civilización entera hubiese sufrido una especie de autoextirpación de su cerebro, y la mayoría  de sus recuerdos, descubrimientos, ideas y pasiones fueron extinguidos de forma irrevocable. La pérdida fue incalculable. En algunos casos, sabemos solo los tentadores títulos de los trabajos que fueron destruidos. En la mayoría de los casos, no sabemos ni los títulos ni los autores. Sabemos que de 123 obras de Sófocles en la biblioteca solo siete sobrevivieron. Una de ellas es Edipo Rey. Cifras similares se aplican a la pérdida de Esquilo, Eurípides, Aristófanes. Es como si las únicas obras sobrevivientes de un hombre llamado William Shakespeare fueran Coriolano y Un cuento de invierno, aunque supiéramos que escribió otras obras, desconocidas para nosotros pero aparentemente muy apreciadas en su tiempo, trabajos titulados Hamlet, Macbeth, Sueño de una noche de verano, Julio Cesar, Rey Lear, Romeo y Julieta. Carl Sagan. Cosmos.
¿Por qué se destruyó todo esto? Por motivos muy similares a los actuales, los vencedores de las guerras destruyen el legado y memoria de los derrotados, y el valor y aprecio real por el conocimiento, la ciencia o la cultura son muy poco fomentados en la sociedad; se valora mucho más la riqueza, la posición social y el ocio. ¿Quién se va a preocupar por unos libros de los que desconoce su contenido y su utilidad práctica? ¿Quién se va a preocupar de algo que no le han enseñado a valorar, de algo que no ha ayudado a mejorar su vida o al menos no sabe que ha sido así?
La historia está llena de gente que por temor, ignorancia o ambición de poder ha destrozado tesoros de valor inconmesurable que ciertamente nos pertenecían a todos. No debemos dejar que vuelva a ocurrir. Carl Sagan. Cosmos.
Carl Sagan era un estadounidense que sabía muy bien de lo que hablaba, y por eso nos advertía. Sus advertencias tenían sentido, pero la historia se repitió. De hecho, su país, además de provocar una inmensa tragedia humana en Irak, equiparable a los grandes genocidios cometidos a lo largo del tiempo, volvió a destruir tesoros de incalculable valor en la cuna de la civilización. Museos, patrimonio arqueológico, ciudades, bibliotecas, universidades y un largo etcétera han sido arrasados y saqueados. Cómo evaluar, cómo corregir las pérdidas irreparables de los inmensos y riquísimos legados provenientes de Mesopotamia, cuya mayor ciudad, Babilonia, fue usada como base militar por las tropas estadounidenses, y sus culturas asiria, sumeria o babilónica han sufrido daños irreparables para siempre, así como los legados de todas las otras culturas posteriores cuyos archivos y documentación han sido quemadas.
Los soldados custodiaban el ministerio del petróleo para que quedase intacto y aparentemente miraban con indiferencia a lo demás, aunque en realidad tuvieron parte principal y activa en la destrucción, quema y robo por encargo de  bibliotecas, museos o yacimientos.
Mientras el completo alcance del robo del Museo Nacional de Irak en Bagdad aparece, se muestra claro que no fue nada accidental. Más bien fue el resultado de un proyecto largamente planeado para saquear los tesoros artísticos e históricos que se mantenían en los museos de Irak.
Una vez que los trabajadores del museo han sido capaces de comunicarse con el exterior, sin embargo, se hace evidente que el robo no fue al azar. Fue el trabajo de  gente que sabía que estaban buscando y vinieron especialmente equipados para el trabajo.Ann Talbot. US. Government implicated in planned theft of Iraqui artistic treasures.
"Estas cosas ocurren", decía el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, responsable de esta barbarie. Ocurren cuando unos desalmados gobiernan, atacan y roban al mundo, entonces ocurren, en modo alguno ocurren por casualidad.
¿Qué juez o juzgado juzgará a los mayores criminales?


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