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domingo, 20 de diciembre de 2020

L@s corresponsales de TVE y su peligrosa y reiterativa propaganda política


Érika Reija con Poroshenko

Es ya una tradición diaria ver a las corresponsales de Televisión española en Estados Unidos, Sara Rancaño y Cristina Olea, hacer campaña adulatoria de Joe Biden, donde todo parece ser maravilloso, aunque el tipo y el equipo que está formando tengan el historial más siniestro de cuantos gobiernos haya en la Tierra. Involucrados en todo tipo de fechorías y crímenes, imaginables y no tanto. Las guerras contra Yugoslavia, 1 Irak, Libia, Siria, Yemen, Afganistán,  el golpe de Estado en Ucrania..., no son pecata minuta. Aunque a las mencionadas corresponsales  esto parece venirles grande y no importarles en demasía, y se centran, tal como les mandan, en meterse con Trump, pues es alguien  no del gusto  de las transnacionales  y esto a pesar, y seguramente también  por eso,  de que sea el presidente que menos gente ha matado  de  la historia reciente norteamericana.

Biden hizo mucho más que solo votar por la guerra. Aunque su papel en posibilitar aquella guerra permanece desconocido o malentendido por el público. Cuando la guerra fue debatida y entonces autorizada por el Congreso de los EE.UU. en 2002, los Demócratas controlaban el Senado y Biden era el Jefe del Comité de Relaciones Exteriores del Senado. Biden tenía una enorme influencia como Director y habló decididamente en favor de la resolución de 2002 concediendo al presidente Bush la autoridad para invadir Iraq. [...]

Pero tenía un poder mucho mayor que sus propias palabras. Él podía escoger los 18 testigos en las principales comisiones del Senado sobre Iraq. Y él eligió principalmente gente que apoyaba una posición  proguerra. 2

Los "argumentos" en favor de esa guerra, como de las tantas otras, se repetían y repetirían: "Quitar al régimen", "al dictador", "traer la democracia", que los iraquíes "apoyarían una rebelión", que "darían la bienvenida" a los invasores y por supuesto, " las armas de destrucción masiva"; incluso, y aprovechando la monumental ignorancia  de la masa social occidental, decir que Saddam Hussein colaboraba con Al Qaeda,  cuando, si hay un hecho cierto, es que la agresión exterior  trajo a los terroristas islamistas donde antes no podían estar.

Otra de las corresponsales habituales es Érika Reija, que inyecta en cada aparición importantes dosis de carácter antiruso. Rusia es el gran enemigo a batir, además de China, por su poderosa influencia mundial y sus colosales  riquezas, y a eso están. Recientemente nos mostraba, como un colectivo de "periodistas independientes", denominado Bellingcat, "probaba" la enésima acusación contra su presidente y sobre los maldecidos servicios secretos eslavos que parecía que querían perder el tiempo con una inexistente "oposición" política, que en realidad trabaja como mercenaria al servicio de intereses extranjeros y por eso es tan despreciada en Rusia, como ocurre con el tal Navalny.

No hay que investigar demasiado para ver que tal colectivo es lo que es, un órgano de propaganda para demonizar a los rivales, y recibe el dinero de donde lo recibe. De hecho, nos lo dice la persona que pusieron como fundador de tal entramado, Eliot Higgins: la plata viene de la NED (National Endowment for Democracy) o de la misma o de la Open Society  (OSF), de George Soros, un conocido delincuente financiero y político.


Él mismo es miembro de un think-tank,   el Atlantic Council, 3 donde las corporaciones planifican su piratería sobre el mundo. 

 

Como han hecho con Libia y Siria, y prevén para Irán. De hecho, Rand Corporation en su Extending Russia: Competing from Advantageous Ground, de 2019, apostaba por medidas tan dentro de la barbarie como incrementar el apoyo a los "rebeldes" en Siria, es decir a las hordas de matones de Al Qaeda y afiliados, aportar ayuda letal a la junta neonazi de Ucrania, promover el "cambio de régimen en Bielorrusia", que hemos visto este año 2020 o provocar tensiones en el sur de Caucaso. Además, como hace la corresponsal de TVE, de desprestigiar a las instituciones y personalidades rusas, para así justificar  cualquier ataque contra ellas. Las corporaciones escriben el guion y los "periodistas" lo cumplen. Todo esto requiere una intensa campaña propagandística, como la que hacen, para engañar a la población occidental y dar la vuelta a la realidad. Lo describía certeramente el escritor Fernando Sánchez Dragó:

El único estadista que queda en el mundo se llama Putin. Por eso lo demonizan, por eso lo calumnian, por eso le atribuyen los crímenes que los demás cometen, por eso han orquestado contra él una de las mayores campañas publicitarias que la historia universal ha conocido, superada sólo en cuantía de inversión oligárquica y en lavado colectivo de cerebros por la que condujo al despacho oval a un fantoche llamado Obama. La agresión perpetrada por Turquía y avalada por la OTAN y el Pentágono contra el caza ruso es una declaración de guerra que sólo beneficia al IS. 5

La Rusia que quieren es una saqueada, anulada, corrompida, colonizada, sin esperanza y con millones de mendigos y prostitutas por las calles, como empezaron a hacerlo con Gorbachov y el peor Yeltsin.

Al fin Moscú despierta, ha despertado tal que ayer, al fin la Rusia profunda, la del 17 y el trabajo, se ha echado a la calle para decir, para gritar lo que otros callan, pero también sienten: que la democratización ha sido un fraude, la perestroika unas rebajas de enero a la inversa y Yeltsin el hombre de la CIA. 6

Francisco Umbral hablaba de la gran manifestación en Moscú en enero de 1992 contra la corrupción de sus líderes y en defensa de sus vidas y los logros de la URSS.

A Érika Reija ya la vimos como enviada especial a Bengasi, allí, con los mismos "rebeldes" que asolarían luego Siria, como el Combating Terrorism Center del Ejército de los Estados Unidos 7 había investigado y estudiado, los mercenarios de Al Qaeda que iban de Bengasi a Irak, ahora eran los protagonistas de la insurrección islamista en Libia. Reija nos contaría una ficción terrible en suelo libio, pero también lo haría en Egipto, ocultando como Estados Unidos trataban de imponer a los violentos e intolerantes Hermanos Musulmanes, pero en este caso los egipcios pudieron decir que no.

Verán muchos telediarios con sus corresponsales contando muchas historias inventadas, demonizando y creando enemigos artificiales, generando odio, con el propósito final, no se engañen, de satisfacer la codicia y tiranía de las corporaciones occidentales. Y esto supondría llevarnos a una guerra fatal, que destruiría y nos destruiría. Si todavía permanecen cuerdos, desprécienlos y denuncien tales villanías.

Como nos recordaba el sabio y honesto Arthur Ponsonby, la inyección del veneno del odio por medio de la falsedad, es uno de los peores males, fuente de enormes tragedias. La corrupción del alma es peor que la destrucción de su cuerpo. 8


Referencias-Notas:

1. Nauman Sadiq. The Yugoslav Wars: Biden's Belligerent Militarism Revisited. Global Research. 11.10.2020.

2. Mark Weisbrot. Joe Biden Championed the Iraq War. Will That Come Back to Haunt Him Now? The Guardian. 18.02.2020.

3. Tony Cartalucci. Atlantic Council: Is Libya a "Global Con?". Land Destroyer. September 2011.

4. Extending Russia: Competing from Advantageous Ground. Rand Corporation. 2019.

5. Fernando Sánchez Dragó. Santa Rusia. El Mundo. 29.11.2015.

6.  Francisco Umbral. Moscú. El Mundo. 14.01.1992.

 7. Al-Qa´ida´s foreign fighters in Iraq. Combating Terrorism Center, West Point, New York. 2007. Enlace

El estudio del Combating Terrorism Center está basado en los llamados Registros de Sinjar, que son la base para la publicación Al Qaida foreign fighters in Iraq, y donde se expone y explica el flujo de miembros de Al Qaeda hacia Iraq en los años 2006 y 2007. Posteriormente este centro del Ejército de los Estados Unidos publicó una ampliación de este estudio en  2008: "Bombers, Bank Accounts and Bleedout: al-Qa'ida's Road In and Out of Iraq."

8. Arthur Augustus William Harry Ponsonby.  Falsehood in Wartime: Propaganda Lies of the First World WarGeorge Allen and Unwin, 1928.


martes, 8 de diciembre de 2020

Tailandia o nuestro desconocimiento del mundo en el que vivimos


La suficiencia económica en Tailandia

¿Cómo llegamos a conocer lo que ocurre en un país en el que no vivimos? Tal vez pasamos un más o menos breve periodo vacacional, interactuando muy a menudo poco con la gente y el día a día de allí, tal vez algún académico universitario, con habitualmente el mismo desconocimiento y falta de interés por su realidad cotidiana, nos vino a dar lecciones de lo que nada sabe y no quería saber, y tal vez, lo más frecuente, este y otro medio de comunicación, en manos de los poderes industriales o financierios, nos cuenta lo que bien beneficia a sus interes económicos. Así, Doris Martínez expresa este desconocimiento nuestro, que paradójicamente lo tomamos como conocimiento. Cuando no lo es.

La prensa es el vínculo entre las acciones políticas internacionales de las élites gubernamentales y el público. Las personas que habitualmente siguen las noticias sobre asuntos internacionales no poseen un marco interpretativo o conceptual que les permita desarrollar una evaluación crítica. Los lectores del periódico, o la audiencia de los medios electrónicos, toman los discursos de las élites como referente para sus propias interpretaciones sobre sucesos internacionales. Esta dependencia provoca que el público seas más sensible a los discursos de las élites y de la prensa. 1

Lo queramos aceptar o no, ocurre así, nuestros pensamientos sobre los asuntos internacionales son inculcados por estos medios, que modelan nuestra opinión a su antojo, según no lo que sucede realmente, sino según lo que conviene a monopolios que habitualmente y finalmente resulta contrario y perjudicial para el público obediente que lo aprueba con su consentimiento o haciéndoles el juego propagandístico de forma  gratuita. Pongamos un ejemplo: la destrucción del estado más próspero y con desarrollo social de África, Libia, que fue provocada por las mentiras e histeria generadas en la masa poblacional occidental por esos entramados comunicacionales,  ayudados, para poder vender la guerra, por los venales "progresistas" de nuestros lares. La instauración de un sicariato, por medio de terroristas islamistas generó el saqueo de una nación independiente y rica, y la persecución de quienes les hiciesen frente o les molestasen. Traducido en la salida, de los que pudieron, de la gran cantidad de trabajadores extranjeros y de la no posibilidad de poder volver a ganarse la vida donde antes existían todas las posibilidades, que condujo a la ola de refugiados hacia Europa. Pues en la Libia que crearon estos dementes su destino era la muerte o la esclavitud. 2 Ahora tienen que quienes ayudaron a provovar tal disparate, como Amnistía Internacional, quieren hablar en nombre de esos refugiados y echar en cara a otros  una supuesta insolidaridad. Es la hipocresía infinita de estas organizaciones  que utilizan los derechos humanos con fines políticos y económicos.

Tras esta introducción, necesaria para que el lector se vaya situando y sea algo consciente de lo que en verdad no era tanto, sería bueno mostrar que las difamaciones y agresiones vertidas contra el país mencionado no son tan diferentes de las hechas contra Ucrania, Siria, Venezuela o la misma Tailandia. Todas ellas siguen un similar patrón y método, aunque no hayamos sido capaces de percibirlo, debido a la niebla generada por la desinformación recibida. Todos ellos son casos de países soberanos negándose  al sometimento de los dictados de las corporaciones de occidente,  todos han sido acusados falsamente de cometer crímenes y violaciones de los derechos humanos, y en todos han financiado a "opositores" que trabajan por intereses propios y extranjeros, y a organizaciones militares que llevan a cabo las malas artes del terrorismo y del sabotaje, pero cuya práctica es achacada a las fuerzas de seguridad nacionales.

En Tailandia tenemos  escuadrones de la muerte, los "camisas rojas", como en su día los hubo en El Salvador, provocando matanzas al sevicio del imperio norteamericano. Eso sí, adornadas y cubiertas sus criminales actuaciones con el amparo del paraguas de las "revoluciones de colores".

Estas revoluciones de color de los "camisas rojas" son obra de Thaksin Shinwatra y un sinfín de patrocinadores extranjeros. Thaksin era un ex miembro del Grupo Carlye antes de asumir la presidencia en 2001. Llevó a cabo una campaña de consolidación del poder, de eliminación de los controles  y equilibrios de la nación, y un programa de liberalización económica (es decir: la venta de todo el país a los extranjeros). 3

Si quieren conocer mejor a Tailandia les recomiendo la obra de Brian Berletic  (Tony Cartalucci), uno de los mejores analistas políticos, que precisamente vive allí.

Sobre la violencia que sucedió o sucede:

La cantinela  del "golpe militar":

Sobre la suficiencia economía de un país del que tenemos que aprender y que le ha permitido no ser colonizado y explotado:


Tailandia, además de defender su soberanía, comete algo insoportable para los tiranos corporativos, mantiene buenas relaciones con China. En el siguiente enlace podrán entender por qué esto constituye una adversidad para las transnacionales europeas y norteamericanas. Más si cabe si se construye un canal en su territorio, evitando China el inestable y dependiente Estrecho de Malaca:

La guerra económica, militar, mediática y humanitaria de Estados Unidos contra China.

Van a oír hablar y mal de este estado muchas veces, ahora ya saben por qué. No porque en verdad haga algo mal, sino porque  precisamente lo está haciendo  bien.


Referencias-Notas:

1. Doris Martínez VizcarrondoLo que no nos dijeron de Saddam Hussein: la construcción mediática de un demonio. Comunicaçaco, media e consumo. Sao Paulo. Vol 4, N.11. pp. 79-92. Nov. 2007.

2. Neil Ckark. Slave Markets in "Liberated" Libya and the Silence of Humanitarian Hawks. RT Op-Ed. 1.2.2017.

3. Tony Cartalucci. Egypt today, Thailand tomorrow.  Land Destroyer. February 2011. Enlace





miércoles, 2 de diciembre de 2020

LA ESCALADA DE TUCÍDIDES: HACIA LA TRIPOLARIDAD

 

Una modalidad de guerra que hemos visto, vemos y veremos: Amnistía Internacional , haciendo un uso fraudulento de los derechos humanos al servicio de la política exterior de los dueños de los Estados Unidos, atacando a sus rivales.


LUIS BRITTO GARCÍA

Los particulares desconocemos nuestros pequeños destinos; los actuarios calculan los de los grupos sociales; los estrategas anticipan  los de Estados, Naciones, Imperios.

La disputa por la hegemonía mundial parece centrarse hoy en día entre tres grandes potencias, cuya preeminencia fue anticipada por algunas mentes sagaces.

En su clásico libro La Democracia en América (1835) Alexis de Tocqueville  profetiza que en dos siglos, sólo habría dos potencias en el mundo: Estados Unidos y Rusia.

Poco antes, Napoleón señaló que China era un gigante dormido, y que cuando el gigante despertara, el mundo se estremecería.

Los colosos que compiten por la hegemonía mundial comparten varias características: extenso territorio, vastas poblaciones, un pasado de reorganización revolucionaria.

La dinastía Ching unificó lo que hoy es China entre 230 y 212 A.C. El Imperio ruso fue consolidado por Iván el Terrible en el siglo XVI.

Estados Unidos surge, aunque parezca contradictorio, de una reorganización para entonces revolucionaria que desde 1783 abrió las puertas a  la modernidad. Su Guerra de Independencia desechó las arcaicas constricciones de la monarquía hereditaria semifeudal inglesa, cediendo el paso al ideal republicano que a su vez sirvió de coto de caza de una naciente burguesía agrícola e industrial.

Rusia y China también requirieron drásticas reorganizaciones  internas para ascender a potencias modernas: revoluciones socialistas que barrieron los antiguos feudalismos y los capitalismos externos o internos, para asignar al Estado el papel rector en la economía. Gracias a ellas, en décadas, y no en siglos, pudieron medirse con  las antiguas hegemonías europeas y superarlas.

A potencia mundial se llega unificando e integrando vastas poblaciones y territorios y  modernizándose con  reformas revolucionarias.

En su clásico  Dos contra uno: Teoría de las Coaliciones en las Tríadas (1956), Theodor Kaplow señala que entre competidores de primer, segundo y tercer orden, la alianza más probable unirá a la de primer orden con la de tercer rango, pues nadie quiere un aliado inmanejable.

Las décadas siguientes  confirmaron sus presunciones: Estados Unidos, para entonces primera potencia mundial, en 1971  pactó un transitorio armisticio con China, en esos días tercera potencia del mundo, para concentrarse en la Guerra Fría que la llevó a desintegrar a la Unión Soviética, derribándola de su pedestal de segundo poder planetario.

Así surgió el orden contemporáneo, en el cual Estados Unidos pretende a sangre, fuego y sanciones económicas e imponer su voluntad contra el resto del orbe ejerciendo la unipolaridad. 

En su indispensable libro La escalada de Tucídides:hacia la Tripolaridad, el general Vladimir Padrino López analiza la creciente tensión entre las mencionadas potencias  y su inevitable evolución hacia un mundo multipolar.

Señala Padrino que el objetivo final del conflicto lo definía Herfold Mckinder en su obra Democratic´s Ideas and Reality (1919) expresando que “quien gobierne en Europa del Este dominará el Earthland (Asia y Europa Central), quien gobierne el Earthland dominará la Isla Mundial (Eurasia y África), quien gobierne la Isla Mundial controlará el mundo”.

Para el control de la Isla Mundial, China y Rusia disfrutan de incontestables ventajas: no tienen que invadirla, están ya instaladas en ella. La lucha se centra entonces en las periferias tanto terrestres como marítimas. Ello explica la frenética carrera de Estados Unidos por intervenirlas, mantener en ellas dispendiosas guerras e instalarles más de setecientas bases militares extremadamente alejadas de sus fronteras nacionales.

Para tal política Estados Unidos disfruta de accesos amplios  hacia dos grandes océanos, el Atlántico y el Pacífico, conectados por el canal de Panamá, y rodea los mares de Asia a través de alianzas con Australia, Japón y Taiwan.

Para equilibrar la situación las potencias asiáticas deben vencer sus limitaciones navales. Rusia dispone de difíciles accesos marítimos por el mar congelado del Ártico y los estrechos del Báltico, pero ha desarrollado la que es quizá la fuerza aérea y la cohetería más eficaz del mundo. China goza de amplias costas, pero bloqueables por el estrecho de Malaca. Vladimir Padrino López nos revela que compensó ese incómodo cerco desarrollando lo que es hoy la más poderosa flota naval del planeta.

Pero las guerras contemporáneas no se libran sólo con tanques, acorazados y aeroplanos. Se juegan en el plano económico de la producción, el avance tecnológico y el mercado; en el ideológico del dominio de la información,  el diplomático de las alianzas y el invisible del sabotaje y el espionaje.

En este sentido, señala Vladimir Padrino que China es la segunda potencia del mundo. Es la misma posición que con modestia ejemplar se reconocían los miembros de su Comité Central del Partido Comunista cuando me invitaron a un seminario en Beijing y Shangai.   Pero desde  octubre de 2014 el Fondo Monetario Internacional reconoció que la República Popular China era la primera economía del mundo, con un PIB de 17,6 billones de dólares, que superaba los  17,4 billones del de Estados Unidos. La deuda pública de este último sobrepasa su PIB, mientras que la China apenas llega al 4% de su propio PIB. China lleva la delantera en las tecnologías 5G, 6G e Inteligencia artificial. Si seguimos el modelo de Kaplow, es fácil prever una victoriosa alianza entre China y Rusia contra la potencia que ahora ocupa el segundo lugar, Estados Unidos.

Al concluir el perspicaz estudio de Vladimir Padrino López nos preguntamos: ¿Cómo manejarnos ante este inminente choque de poderes mundiales? Recordemos  que todas las revoluciones  surgieron o se afianzaron en los resquicios de conflictos entre potencias. Así aparecieron la Revolución Francesa, la Soviética, la China, la Cubana, la Descolonización, el Socialismo del Tercer Milenio.

Integremos  territorios y poblaciones latinoamericanas y caribeñas, reorganicémonos en un gran bloque socialista. 

Ascendamos de  instrumentos a protagonistas.


Fuente : 

 http://luisbrittogarcia.blogspot.com/2020/11/la-escalada-de-tucidides-hacia-la.html