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sábado, 26 de noviembre de 2016

¿Juzgar a Fidel Castro? Juzguemos primero la historia de Cuba

Los EE.UU. están comprometidos en asegurar que los recursos de América latina estén disponibles para la economía americana de la forma en la cual la economía americana las desea. Es parte de un modelo global, pero por supuesto, la huella es más fuerte en la cuenca del Caribe, donde la influencia del poder americano ha sido la más grande durante el mayor tiempo. 1
La Doctrina Monroe y el Corolario Roosevelt se aplicarían con vigor en todo el siglo XX por parte de EE.UU, imponiendo sus criterios e intereses a las otras naciones de América. Especialmente notorio fue y sigue siendo en el Caribe y en América Central.

Podríamos llamarla en su relación con EE.UU. como la gran deseada.
Cuando la élite estadounidense consiguió desplazar a los españoles en su papel de dominador  y explotador de la isla, se abrió para ellos un futuro lleno de oportunidades para hacer grandes fortunas. A un paso de EE.UU., con puertos excelentes, con un clima fantástico para la explotación de cultivos, siendo el paraíso de la diversión y el relax, junto a una posición estratégica extraordinaria de antesala protectora de la nación norteamericana, la hacían el sueño de las ambiciones de  expansión de una potencia  ya naciente.
Tras la supuesta guerra de liberación de la isla, que ya se ha comentado en el capítulo EE.UU. como potencia  mundial, el país norteamericano enseguida empieza a imponer sus intereses. Pero no olvidemos que aquella guerra también se le hizo ver a la gente de los Estados Unidos como una guerra humanitaria, una guerra de liberación de la tiranía y la crueldad española. Que realmente existía, pero que no era el motivo real de la contienda. A finales del siglo XIX ya existían las llamadas “guerras humanitarias”, en realidad han existido  siempre y siguen haciéndolo, como vemos estos días de primavera del año 2011 en África. Nada tienen que ver con temas humanitarios, pero el modelo funciona, por eso se sigue utilizando. El papel de los  medios de comunicación sigue siendo clave y lo hace bien, porque sigue convenciendo a la gente, principalmente porque no tienen otra fuente de información en la escasa pluralidad y libertad de los mass media estadounidenses y también de los europeos.
En realidad EE.UU. nunca quiso una liberación real de Cuba, lo que quería era que el tesoro caribeño cayese en sus manos. Esto ya lo expresó Thomas Jefferson, indicando que si España dejaba de tener control sobre la isla, los EE.UU. deberían salvaguardar sus propios intereses. 2
Tras la revuelta de los esclavos de 1791en Haití, la potencia norteamericana temió que el ejemplo se extendiese a Cuba, por lo que veía como una amenaza cualquier intento de liberación de la isla. Lo que más temían era una revolución como la de Haití, donde los esclavos negros se hiciesen con el poder. Otro gran temor era que cayese en manos de los británicos. La presencia de la flota británica disuadió durante mucho tiempo a los dirigentes estadounidenses de intentar una ocupación militar.1 Así, EE.UU. comenzó a preparar la situación de una forma más sosegada pero sin demora, entablando contacto con los terratenientes cubanos.

Un “apéndice natural” de Estados Unidos y las leyes de la gravitación:

John Quincy Adams, que fue vicepresidente y presidente estadounidense, lo veía así:
Esas islas son apéndices naturales del continente norteamericano. 2
Adams, según lo que él denominaba “las leyes de la gravitación política”, haciendo una analogía con las de Newton en física, expresaba que Cuba caería como un fruto maduro en las manos de EE.UU., solo era cuestión de esperar un poco más.
Simón Bolívar fue advertido por EE.UU. y por Gran Bretaña de no intentar una liberación de Cuba, pese a que se lo habían solicitado desde la isla.
…los Estados Unidos se oponían, desde los comienzos de 1800, a la liberación de Cuba. Mantuvo esa posición hasta el final de siglo, y de hecho conquistó Cuba e hizo de ella una colonia, bajo el pretexto de liberarla de España. Y continuó efectivamente como una colonia estadounidense hasta que Fidel Castro llegó al poder en 1959. 1
El sometimiento a EE.UU. tras la “liberación” era evidente, en 1901 se redactó y aprobó la Constitución cubana. Pero el Congreso estadounidense también aprobó la enmienda Platt, por la que podían intervenir en los asuntos de Cuba cuando lo estimasen oportuno. Pese a algunas reticencias cubanas de la Asamblea Constituyente, EE.UU. le planteó que se aceptaba eso o se mantenía una ocupación completa de la isla. En la enmienda Platt se indicaban  por ejemplo en sus puntos III y IV, cosas como:
III.- Que el Gobierno de Cuba consiente que los Estados Unidos puedan ejercitar el derecho de intervenir para la conservación de la Independencia cubana, el mantenimiento de un Gobierno adecuado para la protección de vidas, propiedad y libertad individual y para cumplir las obligaciones que con respecto a Cuba han sido impuestas a los Estados Unidos por el tratado de París y que deben ahora ser asumidas y cumplidas por el Gobierno de Cuba. 
IV.- Que todos los actos realizados por los Estados Unidos en Cuba, durante su ocupación militar, sean tenidos por válidos, ratificados y que todos los derechos legalmente adquiridos en virtud de ellos, sean mantenidos y protegidos. 3
Para las elecciones se utilizaba el sufragio ilustrado y censitario, es decir, debían saber leer y escribir y además tenían que tener una cantidad de 250 pesos en propiedades. El propósito era excluir a los esclavos y a todo el sector social más empobrecido y abandonado, que eran  mayoría entre la población, evitando de ese modo a quienes sí estaban interesados en cambiar las cosas.
En 1902, con el nacimiento de la República de Cuba, es elegido presidente Tomás Estrada Palma. En su reelección se produce una insurrección como consecuencia de haber existido fraude, ante ello Estrada llama a la  intervención militar estadounidense en septiembre de 1906. EE.UU. intervino y el secretario de Guerra estadounidense, William H. Taft, tomó el cargo de Gobernador Provisional de Cuba, que daría paso a quien ocupó la gobernación del país, Charles E. Magoon. La intervención estadounidense tuvo como resultados la corrupción, el despilfarro y la represión de quienes mostraban su malestar. El soborno era un modo habitual de proceder, gastándose por ejemplo en las obras públicas hasta siete veces más de lo que debían costar. También se pagaban sueldos por cargos implantados pero sin trabajar realmente. Todo esto sentaría un precedente que habría de repetirse en los siguientes gobiernos, donde la corrupción y la opresión fueron ya parte de su funcionamiento. El motivo de estas intervenciones era evitar cualquier independencia real de Cuba y defender los intereses de las inversiones norteamericanas en la isla. La llegada de Gerardo Machado a la presidencia en 1925 supone un ejemplo de ello, donde se prima el beneficio de las empresas estadounidenses y a la élite económica local. El rechazo de la población pronto se hizo patente, hasta tal punto que pese a la fuerte represión el dictador tuvo que huir del país en 1933. Ese año EE.UU. ayuda  a que llegue a presidente Carlos Manuel Céspedes, que  no podrá  gobernar  siquiera durante un mes, ya que Fulgencio Batista da un golpe de Estado el 4 de septiembre de 1933. Tras él se establece el gobierno de los Cien Días, con Ramón Grau como presidente y Batista queda como jefe del ejército. En el poco  tiempo que dura toma medidas de apoyo a la gente menos pudiente y ataca al sometimiento a EE.UU., criticando la enmienda Platt. Este Gobierno no es reconocido por el país norteamericano. Después viene un periodo, de 1937-1945, en el que se suceden gobiernos que hacen mejoras significativas, se implanta la Constitución de 1940 y se legaliza al partido comunista en 1939, como Unión Revolucionaria Comunista. De 1940-44 gobierna Fulgencio Batista, que recibe el apoyo del partido comunista. A este gobierno le siguieron los de Ramón Grau y Carlos Prío Socarras, estos reprimen a competidores políticos y establecen una fuerte censura. Resultado de ello surge una escisión del Partido Auténtico que gobernaba, encabezada por Eduardo Chibas, con el Partido del Pueblo Cubano -ortodoxo-. Como se preveía que en las elecciones de 1952 iba a ganarlas este partido, Fulgencio Batista dio un nuevo golpe de Estado, esta vez con la intención de mantener una dictadura duradera. Llega al poder el 10 de marzo de ese año y una vez en él elimina la constitución de 1940, anula las libertades y la autonomía universitaria. También instaura la pena de muerte. El apoyo a las inversiones norteamericanas es decidido y se les da todo tipo de ventajas económicas y legales. Al no poder existir reclamación por irregularidades o abuso hacia los  trabajadores, la explotación descarnada se convierte en norma. Es un periodo de gran represión y brutalidad hacia la población, pero que por el contrario es de gran estabilidad para los intereses de EE.UU. El daño a la propia riqueza del país era evidente, al convertirse en un mero exportador de algunas materias primas y no generar riqueza propia.
Cuba compraba en Estados Unidos no solo los automóviles y las máquinas, los productos químicos, el papel y la ropa, sino también arroz y fríjoles, ajos y cebollas, grasas, carne y algodón. Venían helados  de Miami, panes de Atlanta y hasta cenas de lujo desde París. El país del azúcar importaba cerca de la mitad de las frutas y las verduras que consumía, aunque solo la tercera parte de su población activa tenía trabajo permanente… 
Trece ingenios norteamericanos disponían de más del 47% del área azucarera total y ganaban alrededor de 180 millones de dólares por cada zafra. 
Había en Cuba, en 1958, más prostitutas registradas que obreros mineros. 4
La respuesta a esto fue la formación de un grupo dirigido por Fidel Castro que intentó sucesivamente cambiar el régimen. Contra los deseos y expectativas de la élite norteamericana Fidel Castro triunfa en su revolución, provocando la salida de Batista el último día del año 1958. Tras el fin de la dictadura, Castro se establece como Comandante Jefe de las Fuerzas Armadas. Según el documento elaborado por los revolucionarios, conocido como El Manifiesto de Sierra Maestra, sí aceptan que haya elecciones si hay seguridad de que van a ser libres y no mediatizadas. Esta voluntad la expresan así en el Manifiesto elaborado el 12 de julio de 1957:
Las elecciones deben ser presididas por un gobierno provisional neutral, con el respaldo de todos, que sustituya la dictadura para propiciar la paz y conducir al país a la normalidad democrática y constitucional. 5
Pero una vez en el poder no se convocaron elecciones, el motivo explicado fue que se había demostrado ya en el pasado que EE.UU. no iba a permitir unas elecciones libres e iba a interferir si no le gustaba el resultado y razón no les faltaba. Aunque también sirviese esto para asegurarse el poder ellos mismos y evitar cualquier competencia.

Estados Unidos más por las malas que por las buenas:

Las medidas que iba a tomar el nuevo gobierno de la revolución no iban a agradar nada a los dirigentes de EE.UU., donde hasta ahora habían gozado de unos privilegios e impunidad bastante escandalosos. Los ataques y presiones estadounidenses que vinieron después no hicieron sino aferrar más al nuevo gobierno en su postura, haciendo difícil una apertura hacia uno más democrático.
En enero de 1961 Eisenhower acabó con las relaciones diplomáticas con Cuba. Pero ya desde 1959 la CIA estaba planeando acciones subversivas y la Administración Eisenhower buscaba el modo de derrocar la revolución. Y lo querían hacer de la forma más disimulada posible.
De tal forma que se evite cualquier apariencia de intervención de EE.UU. 1
La potencia norteamericana ya había intentado ahogar económicamente a la isla, no comprando su principal producto, la caña de  azúcar, y no suministrándole petróleo. Esto hizo que Cuba tuviese que buscar ayuda en la URSS, de donde recibiría el combustible y donde vendería la caña. Las compañías de capital norteamericano en Cuba se negaron a procesar este petróleo, esto provocó que el Gobierno decretase la nacionalización de las empresas. Pero como el chantaje económico no dio resultado, se recurrió al uso de la violencia. El 14 de abril de 1961 intentaron una invasión de la isla, a través de la Bahía de Cochinos. El ataque lo organizaba la CIA y lo llevaban a cabo elementos que habían salido de Cuba tras la llegada de Castro. El material bélico era de EE.UU., en él se incluían inicialmente: dieciséis bombarderos B-26, cinco tanques M-41, aviones de transporte, lanchas, barcos, jeeps, cañones, morteros, etc. Como un ataque de tal magnitud era muy descarado, ya  que haría ver la implicación directa de EE.UU., se redujo a la mitad el número de bombarderos y se cambiaron los planes de ataque. La misión aérea de destrucción iba con banderas cubanas en el fuselaje con el fin de engañar y bombardearon varios aeropuertos militares. Al día siguiente del bombardeo Fidel Castro afirma el carácter marxista y socialista de la revolución, como consecuencia del ataque militar y del embargo económico de Washington. El desembarco en Bahía de Cochinos pudo ser contenido por el Ejército cubano y lo derrotaron antes de que pasasen 72 horas, para evitar que se pudiese alegar que había un gobierno provisional que diese pie a una invasión de la armada estadounidense. Los mercenarios que participaron en el ataque y que fueron detenidos en Cuba, fueron posteriormente canjeados a EE.UU. Kennedy los homenajeó en 1962, para que no quedasen muchas dudas de a quien servían realmente.
El fallo de la invasión militar condujo a que se atacase Cuba con acciones terroristas de menor escala, destruyendo instalaciones y cultivos, también matando a personas y con numerosos intentos de asesinato contra Fidel Castro.
Durante 30 años, los Estados Unidos ha llevado a cabo guerra terrorista contra Cuba, volando fábricas y aplicando un embargo muy severo, porque teníamos que defendernos de “la amenaza rusa”. Ya no hay más amenaza rusa. Entonces, ¿qué ocurre? Estados Unidos prolonga sus ataques sobre Cuba. Esto nos dice exactamente como de importante era la amenaza rusa…  1
El que no funcionasen estos métodos violentos hizo que las administraciones estadounidenses optasen por otra táctica también muy dañina, el embargo. Con él trataban de aislar al país y lo hacían de forma bastante efectiva debido al enorme poder de EE.UU. Con este proceder esperaban que Cuba colapsara, que la población llegase a un extremo de desesperación y miseria que la hiciese volverse contra su gobierno y de alguna forma desestabilizara el sistema. Dando la excusa perfecta para que la élite norteamericana pudiese enviar a los marines y demás apoderándose del país, e indicando que lo habían liberado de una dictadura y que habían traído la democracia. Obviamente esto tampoco tenía ni tiene nada que ver con la realidad ni con sus intenciones, pero ya se encargarían todos los canales y periódicos de venderlo así, ya que ningún mass media se atreverá a desobedecer las órdenes y el consenso establecidos por las grandes corporaciones. Quedando el verdadero objetivo oculto, que es someter a Cuba y explotarla en beneficio de los grandes negocios y en perjuicio de la gente de Cuba. Como le ocurrió y le ocurre  a Haití o le ocurría a Cuba. 
Algunas de las cosas que también preocupan de Cuba a los dirigentes norteamericanos es la dedicación que da el gobierno de esa nación a la educación y a la sanidad. Estando disponible para todos y con el mayor nivel de calidad posible. Algo que EE.UU. no hace ni de lejos en su propio país, pues es uno de los países con mayores desigualdades sociales y de desatención sanitaria entre los países industrializados. Y esa orientación a las políticas sociales es algo que odia el poder estadounidense, ellos quieren a Cuba para llevarse todas sus riquezas y disfrutar en el lujo de ellas, no para que sirva a quien debiera hacerlo, a los cubanos.
El problema no está para EE.UU. en que Cuba sea una dictadura o no, el problema es que no sirve a sus intereses y encima va y se preocupan todo lo que pueden de que las asistencias sociales sean las mejores posibles para su población.  Dos pecados imperdonables, no el de la libertad, como lo documenta la  amplia historia  estadounidense por el mundo.

De: Estados Unidos y el respeto a otras culturas y países  (Mikel Itulain).
Referencias-Notas:
1. Noam Chomsky interviewed by Heinz Dieterich. Fussed About Cuba (excerpted from Latin America: From Colonization to Globalization), Ocean Press, 1999 [assorted interviews conducted between 1985 and 1998].
2. Cat Wiener. History of Cuba. 1. From colonization to the 10 Years War. June 1996.
3. Paul Halsall. Modern History Sourcebook: The Platt Amendment, 1901, July 1998.
4. Eduardo Galeano. Las Venas Abiertas de América Latina. Siglo XXI. 2008. 6ª edic
5. Raúl Chibas, Felipe Pazos y Fidel Castro. Al Pueblo de Cuba. Bohemia, 28 de julio de 1957.


martes, 22 de noviembre de 2016

La alienación de los medios y las elecciones en Estados Unidos


Pasear el otro día por la calle, el 9 de noviembre, entrar a una tienda o  mercado, tomar un café y escuchar de la gente  la misma historia de estupor y sorpresa porque en los Estados Unidos había ganado las elecciones e iba a ser presidente aquel candidato republicano tan difamado y caricaturizado hasta niveles grotescos en los medios de comunicación.
Al ver estas reacciones uno no podía sentir otra cosa que una profunda pena  por aquellas personas. Personas que como en el resto de temas políticos o económicos, al menos en el ámbito internacional, no hacen sino creer sin cuestionarse todo aquello que se diga en televisiones, radios, periódicos o revistas. Carecen, estos espectadores, oyentes o lectores, de un pensamiento propio. Hacen y creen lo que dicen otr@s. Se comportan de forma heterónoma, no autónoma. Estamos, mal que les pese, ante un nuevo tipo de religión. Con su casta sacerdotal de incuestionable opinión, que se toma como verdad, que son los "periodistas" creadores de opinión, y los fieles, los mismos que recurren al diario o a su televisor para informarse, no sé de qué, en ellos.
El "periodista" de estos omnipresentes medios tampoco tiene una opinión propia, sino que es aquella de quien le ha hecho llegar ahí y le remunera sustantivamente. Es, aunque esto no se diga públicamente, una prostituta intelectual. Ell@s lo saben y quienes les pagan también.
Llevad@s a esas cotas de estrellato mediático la arrogancia y la soberbia hacen presa de ell@s. Comienzan a vivir en su torre de marfil, en una burbuja alejada de la chusma ignorante que debe ser adoctrinada y engañada. Pero eso no ocurre siempre y como en el caso de Estados Unidos, la denominada chusma, es decir la gente que no vive en el privilegio, no es tan estúpida como parecía,  no se deja engañar y castiga a aquell@s que con palabras parecen decir algo agradable, pero con hechos reparten el veneno más mortífero. Como es este último el de la carencia de recursos para poder vivir y la certeza de que si no acabas con la farsa las cosas irán cada día a peor.
Sin embargo, y pese a toda esta demostración de  rechazo al embuste que suponen los medios en manos de los poderosos magnates de las transnacionales que constituyen la corporocracia, se volverá a la rutina de querer acusar a la población de ignorancia, incluso, como ocurre con los que votaron a Trump, de ser calificados como racistas, reaccionarios, analfabetos y no sé cuántas lindezas más.
La gente, en la misma línea que se está siguiendo por sus esclavizadores, debe ir a lo suyo, a no dejarse engañar, abandonando, como abandona, esos medios de comunicación y apostando por otros  donde su opinión y las de otr@s cuenta realmente y es reflejo de lo que ocurre en su vida y en las vidas de otras muchas personas del planeta. Uniendo a esta disposición a informarse de verdad el dirigir su dinero hacia estructuras económicas alejadas del espacio corporativo. Porque donde pone uno los recursos y medios económicos tiene una importancia capital en como funciona y funcionará el mundo en el que vivimos y viviremos.
Comentado esto, ahora dirá alguien que un populista se ha aprovechado de tal situación y descontento. Y habrá que recordarle que la candidata demócrata, como el presidente actual,  era todavía más populista si cabe. Porque mueven a masas y hablan en nombre del bien común y la tolerancia de supuestamente tod@s, cuando realmente solo se preocupan de ell@s y del malestar de los demás que supondrá su bienestar. De un@s sabemos los trágicos hechos (Libia, Siria, el retorno del nazismo a Europa, el camino a una tercera Guerra Mundial...) de otr@s esperaremos a verlos y juzgarlos de acuerdo no a la mala fama que les pusieron, sino a lo que realmente hicieron. Por mal que lo hagan, complicado lo tiene Trump y su equipo para hacerlo peor. Aunque tampoco esperen un viraje de 180°, porque las políticas habituales de Washington de intromisión y recurso a la violencia para imponer sus intereses continuarán. Podemos ver ya este camino con el nombramiento de Michael Flynn como Consejero de Seguridad Nacional por la nueva Administración Trump. Recordemos que Flynn fue nombrado en 2012 por Obama como director de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA), responsable en la guerra sucia llevada a cabo contra Siria. 1

PS:
Sobre la insoportable arrogancia de la prensa tienen el siguiente artículo: The unbearable smugness of the press.

Referencias-Notas:
1. Ulson Gunnar. Incoming US National Security Adviser to Fuel, not Fight Terrorism. Land Destroyer. 21.11.2016.

viernes, 18 de noviembre de 2016

Un breve mensaje sobre la victoria de Trump



La victoria de Donald Trump en la elección presidencial celebrada el 8 de noviembre de 2016 en los Estados Unidos de América ha servido para constatar, una vez más, cómo los medios de comunicación, que masivamente y prácticamente en su totalidad apoyaban a Hillary Clinton, no son fiables. 1 Una era la realidad que se vivía en Norteamérica y otra era la interesada opinión de aquellos que no son sino portavoces y órganos de la más pura propaganda de las corporaciones industriales y financieras occidentales, los mencionados medios de comunicación.
Cualquier observador serio que se preciase veía con pruebas más que evidentes y concluyentes lo que se venía cociendo en la marmita de la política popular de la poderosa nación con capital en Washington, pero con decisiones en cada uno de sus estados. Así, el cinturón industrial del Rust Belt (Michigan, Wisconsin, Pensilvania o Ohio) castigó a sus castigadores, a los demagogos y falsos dirigentes del Partido Demócrata, que bajo falsas promesas de libertad, tolerancia y supuestos derechos, se olvidaban a propósito de los más elementales, los de la propia subsistencia que permitiese llevar una vida digna. Ayudaron a empobrecer y no tuvieron en cuenta a tanta gente, que esta finalmente les pagó con su propia moneda, la del desprecio. 
Si bien los responsables de la decadencia de la sociedad estadounidense son tanto el Partido Republicano como el Demócrata, el presidente actual, pese a su pertenencia al primero, representa otra forma de ver las cosas y por eso ha sido tan atacado por el mundo corporativo. Estamos ante un nacionalista que parece desafiar  las actuales políticas de sumisión y sometimiento extremo a las  transnacionales, que hacen grandes negocios explotando mano de obra en condiciones de ilegalidad, que tiran sueldos a los mismos suelos utilizando a los inmigrantes  o que van a abusar de otras personas en lugares más o menos lejanos a su país de origen.
Que los estadounidenses hayan dado su apoyo a Trump se entiende de este modo como una forma de restaurar su dignidad como ciudadanos y como miembros de una nación tan devaluada por la falta de moral y personalidad de sus dirigentes.
Que esto no solo va a suceder allí en Norteamérica parece ser otra de las lecciones a aprender. Francia y Alemania están en este camino, con lo que implicaría de variación de las relaciones de poder, con una Unión Europea debilitada o anulada y la extensión del dominio de las naciones, que si los dirigentes responden a su gente implicaría el coto a la prepotencia  y opulencia de las grandes fortunas que constituyen la  corporocracia, el imperio tan perjudicial como todopoderoso actual.
Siento decir, como se veía venir, que no será la denominada izquierda o el sector "progresista" quienes traigan estos cambios, porque, como ocurre con este último, está completamente sometido a las decisiones de los magnates, o  carecen del valor e ideas propias para hacer algo realmente significativo que cambie la precaria y penosa situación de tantos trabajadores, quedándose en meras palabras sin aportar hechos que eran los que realmente hacían falta.
No es un auge del fascismo, porque este es una medida extrema propia de la corporocracia contra los disidentes, por ejemplo los trabajadores o los gobiernos no obedientes. Es un auge del nacionalismo como restaurador del poder protector del estado frente a quienes quieren destruirlo para sacar mayor provecho a costa del prójimo.

Referencias-Notas:
1. Trump en la Casa Blanca. Misión Verdad. 13.11.2016.
2. Maximiliam Forte. Why Donald J. Trump Will Be the Next President of the United States. Zero Anthropology. 4.05.2016.
3. Edward McClelland. The Rust Belt was turning red already. Donald Trump just pushed it along. The Washington Post. 9.11.2016.

viernes, 4 de noviembre de 2016

Candidato Trump: La política de inmigración


En esa conocida disputa por la presidencia de los Estados Unidos de América entre el candidato republicano Donald J. Trump y la candidata demócrata Hillary D. R. Clinton, hay un aspecto de la campaña y programas, que según los medios de comunicación, a los que califica acertadamente el pretendiente a presidente como deshonestos y corruptos,1 es claramente desfavorable a Trump. Se trata de su política de inmigración.
Pese a ser calificado el neoyorkino, una y otra vez, como racista, xenófobo, que odia a los latinos de América y otras tantas lindezas más, se enfrentan todas estas descalificaciones a que prueben lo que afirman.
¿Por qué es racista el político y empresario que aspira a dirigir su nación los próximos cuatro años? Y del mismo modo, ¿por qué xenófobo o de ir contra los latinoamericanos? Sería racista si creyese que una raza humana es superior a otra o etnófobo si odiase o rechazase a tal o cual etnia. No parece el caso. Se le vilipendia de esa forma porque quiere poner coto a la inmigración ilegal, que es abusada y utilizada para tirar los jornales por los suelos, y defiende que en su país los primeros son los estadounidenses, con una remuneración y vida dignas; algo imperdonable para el mundo corporativo.
Veamos algunos aspectos de su programa:
- Priorizar los trabajos, sueldos y la seguridad de la gente de Estados Unidos.
- Establecer nuevos controles de inmigración para impulsar los salarios y asegurar que los trabajos disponibles sean ofrecidos en primer lugar a los trabajadores estadounidenses.
- Proteger el bienestar económico de los inmigrantes legales viviendo ya en el país, conteniendo las admisiones de trabajadores ilegales extranjeros. 2

Hay más propuestas, como la tantas veces mencionada sobre la construcción de un muro con México. Aunque tal muro ya existe en varios estados de los Estados Unidos y fue iniciado por un presidente del Partido Demócrata, Bill Clinton, en 1994.

Muro en Otay Mesa (San Diego -California) 3

No es cierta la repetida y falsa acusación que se hace de un discurso fascista, supuestamente recordando al de los partidos que realmente lo fueron de los años 20, 30 y 40 del siglo pasado en Europa. En primer lugar porque Trump no culpa a los inmigrantes de los problemas de su país, sino a los dirigentes norteamericanos como causantes de los desaguisados. En segundo lugar, porque a diferencia del fascismo, él no cuenta con el impulso masivo y generalizado que tuvieron los fascistas por parte del mundo corporativo, incluido Wall Street, para destruir al movimiento obrero (entonces también a la nación que lo representaba, la URSS). Y en tercero, porque tampoco cuestiona la democracia ni su Constitución.
Que el presidente y gobierno de no importa que nación miren y prioricen la seguridad económica de sus ciudadanos, los miembros de ese estado, es una labor que por fundamental, básica y, repetimos, prioritaria,  no deja de estar prácticamente olvidada hoy en día en el mundo occidental dominado por las poderosas y egoístas  transnacionales económicas. Multinacionales que dirigen gobiernos para su interés privado, lo que ha conducido a disparar unas pocas fortunas particulares y ha empeorado muy notoriamente la vida y seguridad económica de la mayoría de una población despojada de recursos que se utiliza como mano de obra barata de recambio a la que se ha quitado y quita sus derechos más elementales.
El discurso demócrata y el "progresista" occidental exige, teóricamente, derechos para la ciudadanía relacionados especialmente con aquellos de las minorías: razas o etnias a las que se utiliza y no se mejora su situación, como es el caso de los afroamericanos con Barack Obama; orientaciones sexuales no tan aceptadas socialmente, a las que también se usa de una forma tan poco ética como perversa, así ocurre con la "comunidad" LGTB; o los refugiados o inmigrantes, que son otro instrumento más, como decía, para hundir salarios y condiciones laborales, y que hipócritamente han provocado o generado, o ayudado a generar, tal situación aquell@s que supuestamente los defienden. Situación muchas veces trágica la de esta gente, consecuencia de la destrucción política, económica o militar de los estados de origen de estos desplazados forzosos. Hablaba recientemente en una entrevista  sobre este último punto.
¿Por qué se habla de refugiados por un lado y guerra por otro?Porque conviene hacerlo. Así se desliga la causa de los refugiados, que es la destrucción de estados independientes, con una fuerte protección social y que acogían a multitud de migrantes y refugiados, como ocurría con Libia en África o con Siria, que daba protección en torno a un millón de refugiados de la guerra contra Irak, otros tantos kurdos, a los que se dio la nacionalidad siria, o medio millón de palestinos, se desliga todo esto, como decía, del sufrimiento de todas estas personas. Se hace porque, de otro modo, la población de aquí, occidente, vería un claro vínculo entre los intereses económicos y políticos de sus dirigentes y la tragedia de los refugiados, de la cual los primeros son responsables.
Se trata en definitiva, con todas estas estrategias, de distraer la atención para ocultar la enorme injusticia social, la aberrante inseguridad económica, la pobreza galopante que se extiende sin cesar. Se pretende que las personas dejen de pensar que el derecho fundamental, sin el que los demás no son sino palabras huecas, es poder vivir una vida digna; es decir, tener medios y recursos para poder llevar todo lo demás a buen lugar.
De ahí la importancia de un discurso nacional que soporte, abogue y, como se decía, priorice el bienestar económico de sus habitantes. Una ciudadanía para la que no se pida esta capacidad de tener recursos económicos que permitan la independencia y libertad personal, es una vacía y huera, una trampa engañosa de tantas.
Que Trump cumpla o no lo que indica es otro cantar, pero el debate abierto es uno actual, interesante y necesario. Como lo es el cuestionarse de una vez y seriamente esa creída superioridad occidental, y la derivada y destructiva política colonial que engendra y desarrolla.

Referencias-Notas:
1. Trump: Media is 'Dishonest and corrupt'. http://www.usnews.com. 15.8.2016.
2. Immigration. Donald J. Trump's vision. https://www.donaldjtrump.com/policies/immigration/
3. Fotografía tomada en Otay Mesa (CA, EE.UU.) del muro que separa a México y a Estados Unidos. EFE/Archivo.
http://www.que.es/ultimas-noticias/espana/fotos/fotografia-tomada-otay-mesa-eeuu-f544381.html