Los medios de comunicación, ya en su práctica totalidad en occidente en manos de los grandes propietarios que dirigen la economía y la política, agradecen que este o aquel artista, deportista o intelectual, al que han contribuido a dar fama y también fortuna, colabore con ellos dorándoles la píldora y actuando tal cual títere a la orden del patrón que mueve los hilos para que se diga o haga esto o aquello según la necesidad que cada momento y situación requiera.
Somos instrumentos y vasallos de hombres ricos detrás de las escenas. Somos los gatos saltarines, ellos mueven los hilos y nosotros bailamos. Nuestros talentos, nuestras posibilidades y nuestras vidas son todos propiedad de otros hombres. Somos prostitutas intelectuales. 1
Quienes llevan a cabo esta sórdida, aunque gratificada labor, reciben elogios, se les hace famosos y se promociona sus carreras. Pueden ser mediocres, pero no se les hace pasar por tales. Sin embargo, aquellos que mantienen el espíritu crítico, la independencia personal y el rigor en su trabajo, no reciben el mismo trato. Con ell@s se sigue el mismo patrón que siempre se ha seguido: silencio primero, ridiculización después,cuando ya no puede ocultarse, y finalmente difamación o ataques personales directos, físicos, profesionales o jurídicos, cuando lo expuesto se ha hecho de cierto dominio y credibilidad pública. Dentro de estas talentosas y valerosas personas podemos econtrar por ejemplo a Gonzalo Puente Ojea, Alfredo Grimaldos ,Tony Cartalucci, Michael Parenti o Edward S. Herman. Que alguien no conozca a ninguno de ellos ya muestra el grado de alienación en el que vive.
Los siervos siempre son legión y no destacan habitualmente por su honestidad. Obran por interés y miedo. Es habitual que estos halagadores se presten con fervor a servir con prontitud cuando sus amos hacen sonar las trompetas que anuncian la guerra, entonces ell@s pasan a ser acusadores y demonizadores del enemigo oficial, al que hay que mostrar como el más vil de los seres, como un tirano, un sanguinario, un asesino en serie, y acusando hipócritamente a aquell@s que no se prestan a tal burda como malintencionada propaganda de no ser valientes .
Ángeles Díez denunciaba tales actitudes. Ella lo expresaba acertadamente como la complicidad de algunos intelectuales en la guerra contra Siria. 2 Comentando algo realmente triste, y es el que personalidades consideradas como de izquierda hacían un papel legitimador de una guerra de agresión, algo que alguien verdaderamente de izquierda nunca haría. Porque recordemos que en Siria se ha llevado a cabo un ataque exterior masivo utilizando mercenarios desalmados con el fin de destruir toda una nación independiente. Que no hubo ninguna revolución popular ni pacífica y que se ocultó su carácter exclusivamente terrorista. Recurrir en esta situación bélica a deslegitimar al sistema político sirio, apoyado de forma abrumadora por su población, acusando a su dirigente y gobierno de infamias y crímenes que son una pura invención, y que en realidad proyectan las atrocidades de los mercenarios sobre quienes valientemente les combatían, era dar pie y justificación a todos los crímenes y barbaridades que se han cometido contra l@s siri@s.
Esto nos recordaba Nelson Mandela sobre tales comportamientos:
Criminalizar es proscribir y la caza de alguien fuera de la ley es vista como legítima. Es por ello que, aunque millones de personas se han indignado por la muerte de Chris Hani, pocos estaban realmente sorprendidos. Aquellos que han creado deliberadamente este clima de asesinatos políticos son tan responsables por la muerte de Chris Hani como el hombre que apretó el gatillo. 3
Es lo que ocurría con quien ahora tanto adulan esos medios.
...incluso hay quien reclama la intervención militar de Occidente como la novelista Almudena Grandes: “Al fondo está El Asad, un dictador, un tirano, un asesino en serie que resultará el único beneficiario de la no intervención”. 2
Las mentiras de siempre con los horribles resultados que nunca deberían haber ocurrido.
Se ha dicho correctamente que la inyección del veneno del odio en las mentes de los hombres por medio de la falsedad es un mal mucho mayor en los tiempos de guerra que las reales pérdidas de vidas. La corrupción del alma humana es peor que la destrucción de su cuerpo. 4
Ver Los famosos y su actuación en la política.
Referencias-Notas:
1. . John Swinton. On the independence of the press.
2. Ángeles Díez. La complicidad de algunos intelectuales en la guerra contra Siria. Cinereverso. 19.09.2013.
3. Carlos Martínez. Decriminalizing Bashar al Assad. Towards a more effective anti-war movement. Global Research, 23.9.2013.
4. Arthur Augustus William Harry Ponsonby. Falsehood in Wartime: Propaganda Lies of the First World War. George Allen and Unwin, 1928, p 10.