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domingo, 31 de marzo de 2013

La guerra en Libia y los derechos de las mujeres



La ministra del PSOE  Trinidad Jiménez dando legitimidad a los títeres coloniales (como Abdul Jalil) que proclamaron la imposición de la ley islámica en Libia (Reuters. 8.06.2011). Ver PS.

Libia era un lugar particular en África por el gran nivel de vida de sus habitantes y la libertad de sus mujeres. Estas podían ir libremente donde quisiesen, no se tenían que quedar obligatoriamente cerradas en casa o ir siempre acompañadas por alguien de su familia. No tenían tampoco por qué estar completamente cubiertas. El hecho de que en Libia hombres y mujeres se tapasen a veces la cara o el cuerpo, se debía a una mera y necesaria protección frente al clima y al sol ardiente. Esto comentaba Leonor Massanet, una mallorquina que fue a realizar una tesis doctoral a Libia:
Es verdad que un gran número de mujeres llevan la cabeza cubierta, también es verdad que un gran número de hombres llevan la cabeza cubierta, es algo cultural y muy relacionado con el clima tan seco y árido, incluso es verdad que yo también me tapo la cabeza y en ocasiones la cara porque se me queda como un pergamino en el Sahara debido a la sequedad del aire. 1
Comentaba esto Leonor Massenet porque los medios de comunicación españoles trataban de falsificar, otra vez más, la realidad libia.
Si los medios hicieran un trabajo serio de investigación hubieran descubierto que en Libia los hombres y las mujeres gozaban de los mismos derechos, sin embargo las diferencias culturales han sido utilizadas perversamente para dar la impresión contraria. 1
Las mujeres, así mismo, podían ir a la universidad, tener el mismo sueldo que los hombres y, por supuesto, conducir vehículos. Esto no es lo normal en cualquier país árabe, tanto por no tener medios como, especialmente, por serles vetado por motivos religiosos. Esta libertad que existía les permitía decidir con quién querían casarse y con quién no.
...desde los primeros días de su gobierno, Gadafi dijo que  ni hablar de los matrimonios forzados. Las mujeres libias tienen el derecho a elegir a sus propios maridos. Ellas son animadas a buscar matrimonios por amor. Bajo la ley libia, ninguna persona, sin excepción, puede forzar a una mujer libia a casarse con ningún hombre por ninguna razón. 2
Esto tampoco era, ni es, habitual en otros países árabes, donde los matrimonios pactados, normalmente entre personas mayores y niñas, son lo habitual. Jordania, Yemen, Arabia..., la lista es extensa. En Libia había imanes progresistas que defendían estos derechos de las mujeres, como Sheich Khaled Tentoush; que sobrevivió a dos intentos de asesinato, uno de ellos un ataque deliberado de la OTAN contra un grupo de imanes que iban hacia Bengasi para negociar un final pacífico al ataque a Libia.
Tentoush dijo que él y otros doce imanes progresistas estaban viajando a Bengasi para discutir un final pacífico al conflicto. Pararon a tomar un te en Brega y la OTAN lanzó una bomba justo sobre ellos, matando once de los trece imanes, que habían apoyado reformas islámicas que daban autoridad y poder a  los derechos de las mujeres y al progresismo. 2
El matrimonio resulta habitualmente una cárcel peligrosa en estos países donde impera la ley islámica. Así, una mujer puede ser golpeada, denigrada e incluso violada, y no tener prácticamente posibilidad de dejar o denunciar a su marido. No ocurría esto en Libia, donde la mujer podía decidir de forma libre divorciarse y mantener sus bienes.
La mujer libia podía también realizar los estudios y carreras que eligiese, de este modo podía verse personal femenino en cualquier sector: abogadas, ingenieras, doctoras, agricultoras, periodistas, etc. Tenían acceso de igual forma a las becas pagadas con todos los gastos, incluidos el de un acompañante, para ir también al extranjero. 
Estos y otros derechos en igualdad de condiciones tenían las mujeres antes en Libia. Tras el brutal ataque de la OTAN, que ha destruido las infraestructuras del país y ha matado a miles de civiles, y que ha sido  acompañada de mercenarios con fuertes vínculos a Al Qaeda que han violentado y arrasado Libia, la situación es bastante diferente. Las violaciones y asesinatos múltiples de jóvenes y no tan jóvenes han sido y son frecuentes. Los vídeos de estos hechos horribles han ido llegando y también están siendo censurados, además de en las televisiones, en canales como You Tube. Ya en septiembre de 2011 el líder del Consejo Nacional de Transición (los peones de las transnacionales occidentales en Libia), Mustafá Abdel Jalil, decía que: "Libia se convertirá en un Estado regido por la ley islámica". 3
Mal futuro para los libios, e incluso peor para las mujeres libias. No olvidemos que a este presente y a este futuro sin futuro han contribuido de forma muy importante organizaciones "humanitarias", medios de comunicación corporativos y también mujeres que tratan de representar las ideas "progresistas" en occidente. De esta forma, en el bastión de los extremistas islámicos, incluido el CNT, en Bengasi recibían en el hotel Tibesty a sus padrinos occidentales en esta nueva guerra colonial.
[El hotel Tibesty] se ha convertido en sede de los representantes de la Unión Europea, de las televisiones internacionales y de las organizaciones humanitarias que trabajan en el principal bastión de los rebeldes libios. 4
La propia Trinidad Jiménez, Ministra de Exteriores del Gobierno español y perteneciente al Partido Socialista Obrero Español, decía de Mustafá Abdel Jalí, el que indicaría días después que Libia sería un estado regido por la ley islámica: "Es el legítimo representante del pueblo libio". 4 Eso sin que nadie en Libia hubiese aprobado o legitimado a este títere colonial. Las masivas manifestaciones en apoyo del gobierno de Gadafi se ignoraban, 5 y la "legitimidad" del nuevo desgobierno colonial se impuso mediante las bombas, el terror y la persecución de los disidentes y de las mujeres, con la ayuda de Al Qaeda.
Para colmo el PSOE en el Gobierno español daba ayuda a estos mercenarios fanáticos coloniales y bombardeaba al pueblo de Libia.
Al Isaui [representante de exteriores del CNT] agradeció el apoyo brindado por el Gobierno español desde el primer momento. "España ha ayudado a los libios", sentenció con contundencia, refiriéndose a la contribución financiera en ayuda humanitaria y al reconocimiento del Consejo como "único interlocutor legítimo del pueblo". 4
Toda la ayuda que no da el Gobierno español a los españoles, que bien la necesitan, para un gobierno títere de terroristas fanáticos.
Esto hizo la Ministra de Asuntos Exteriores socialista, y la de Interior, Carmen Chacón, también de ese partido, se dedicó al bombardeo y a la colonización, y no solo de Libia. Ahora, esta, quiere ser la "regeneración" del PSOE. 6
No solo tuvieron un papel realmente penoso las representantes de España y de otros gobiernos, junto a las organizaciones humanitarias y los medios de comunicación, hubo activistas "pro-derechos humanos" de las mujeres que apoyaron a estos llamados rebeldes, es decir, a los mercenarios islamistas, buena parte de los cuales eran de la propia Al Qaeda. ¿Les parece incongruente? En Europa, con la enorme desinformación que hay, cualquier cosa se puede hacer, hasta esto. Tenemos así el caso de Magdulien Abaida, que llevó a cabo una campaña en Europa en favor de esos fanáticos y que viajó a París y a El Cairo para hablar contra el Gobierno de Gadafi y buscar ayuda para los islamistas. Cuando cayó el Gobierno libio fue a este país a celebrarlo. En el verano de 2012 quiso realizar una cumbre sobre las mujeres, financiada con dinero del Gobierno británico, en Bengasi. Allí mismo vio lo que ella y su gobierno habían creado, fue insultada y amenazada de muerte de forma bien explícita:

Te mataré y te enterraré y nadie lo sabrá. 7

Esto les pasó a muchas mujeres en Libia por culpa de gente tan falsa y deshonesta como Magdulien Abaida, y de organizaciones y gobiernos que con sus mentiras humanitarias engañaron a la población europea para que la guerra de invasión colonial fuese posible. Amnistía Internacional apoyó la solicitud de asilo de este mujer en Gran Bretaña, tal para cual. Luego, cuando esto se empiece a olvidar, dirán cómo defendieron los derechos de las mujeres. Desde luego no se puede ser más hipócrita.
¿Qué dirían las mujeres libias asesinadas y ultrajadas de todo esto?
Ahora, después  de la barbarie, ha llegado el silencio respecto a Libia en los medios de comunicación, encabezados por TVE que tanto exaltaba a los "rebeldes". Ahora están haciendo la misma barbaridad en Siria. 8, 9 Y Siria lleva el mismo camino de triunfo de la intolerancia si es derrotada por los mercenarios financiados y armados por Estados Unidos y sus socios de la OTAN con las dictaduras islámicas de Catar y Arabia Saudí, en colaboración con Israel, Turquía y Jordania. 10
¿Hasta cuándo vamos a permitir este mundo de demasiada maldad,  hipocresía y falsedad?
¿Hasta cuándo va a continuar esta farsa humanitaria y de medios de comunicación?
¿Hasta cuándo este falso "progresismo" que no defiende realmente a las mujeres ni sus derechos?
¿Hasta cuándo toda esta gran mentira promovida por intereses económicos?
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Para ver el papel de los medios de comunicación y de las organizaciones humanitarias en el ataque colonial a Libia ver este articulo: Mikel Itulain. Los medios de comunicación y la guerra en Libia.

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PS: Abdul Jalil reconocería después que Gadafi no disparó contra los manifestantes, sino que fueron mercenarios contratados por sus opositores los que lo hicieron, para crear la tan conocida como falsa justificación:
Líder de la falsa revolución en Libia admite que Gaddafi no asesinó manifestantes

Notas:
(1) Leonor Massenet. Derechos de la mujer en Libia: los medios tegiversan la realidad. www.leonorenlibia.com. 27.11.2012.
(2) Susan Lindauer. Libya’s War for “The Abaya”: Women’s Rights and NATO’s Support of Pro-Islamist Rebels. Global Research, 27.7.2011.
(4) Jiménez legitimiza a los rebeldes libios en Bengasi. Público. 8.6.2011.
(5) Million libians march in support of Gadafi. Press TV. 6.7.2011. Enlace
(6) Mikel Itulain. El nuevo PSOE, ni una alternativa seria ni decente. Enlace
(7) Libya rebel flees to UK as revolution sours for women. BBC Newsnight, 4.12.2012.
(8) Mikel Itulain. Los medios de comunicación corporativos y la guerra contra Siria. Enlace
(10) Syria: Women’s Rights and Islamist Education in a “Liberated” Area of Aleppo. Global Research. 27.3.2013. Enlace

viernes, 29 de marzo de 2013

¿Es usted antiamericano?

Criticar la política exterior de los Estados Unidos no es ser antiamericano, sino ser justo y responsable.

Hay quien quiere hacer creer que quien se opone a las decisiones de los dirigentes de nuestra nación es un mal ciudadano. Sin embargo, quienes toman tal actitud, la de falta de tolerancia hacia la crítica, no hacen sino mostrar sus propias carencias, y, especialmente, sus poco bien intencionados objetivos. Que no son sino que la población sea pasiva y obediente, que renuncie a las cualidades y responsabilidades que debería tener toda persona con la vida política y social de su propia sociedad.
Esta estrategia de poder: de cohibición, de anulación y de inactivación que se fomenta en el propio país, choca con la postura respecto a la situación en otros lugares con los que no se tienen buenas relaciones y en los que existen normalmente intereses económicos. Aquí se suele hablar de supuesta falta de democracia y de las protestas reprimidas por sus gobiernos, a los que apodan como regímenes con el propósito de descalificar su legitimidad democrática. Es decir, en estos países no amigos se fomenta lo contrario a lo que se hace en el propio. Y no precisamente porque nuestro país sea una maravilla del respeto hacia la libertad y la democracia, y el otro un absoluto desastre; no, esto obedece a intereses, a grandes intereses políticos y económicos. Esta doble vara de medir la vemos con nuestros dirigentes, pero también la podemos apreciar con sus socios internacionales, y con particular acentuación en el caso de la mayor potencia mundial: Estados  Unidos. De este modo, a quien critica las actuaciones, las intervenciones, muchas militares, de  este primer poder a lo  largo y ancho del mundo, es calificado de antiamericano. No obstante, para alguien que viniese de otro planeta diferente al nuestro esto le parecería muy chocante. Vería que se trata de denigrar a ciertas personas por denunciar la intromisión de un país más poderoso en la política y economía de otros, tratando de imponer sus criterios y que esos países más débiles le obedeciesen. Todo ello en solo un beneficio de una minoría de mandatarios extranjeros y locales, y en perjuicio de una gran mayoría del país coaccionado.
Un buen historiador como Michael Parenti, precisamente de ese país llamado Estados Unidos, dice:
Los que se oponen a la política exterior de los Estados Unidos todavía son acusados de echar la culpa u odiar a América. Una vez más los que protestan son el problema, en vez de la política contra la que protestan. En respuesta debemos señalar repetidamente que los que critican a los líderes y sus políticos particulares o las condiciones sociales de su país no manifiestan carencia de lealtad. Si la prueba de patriotismo sólo consiste en apoyar al líder siempre que este agite la bandera, entonces lo que tenemos es una forma de dictadura, pero no una democracia.(1)
Efectivamente, así es, cuando oigan estas críticas de falta de patriotismo o incluso de ser antiamericano, estarán asistiendo a un ataque a su libertad, a un intento de eliminar la democracia, que tantas veces ha intentado el poder económico y político y sus medios de comunicación. Además, el uso de la palabra americano o América para referirse a los Estados Unidos no deja de tener un tinte claramente imperialista y racista. Tratan de identificar a una parte de América con su totalidad, ninguneando al resto de los países que la forman, que son mayoría. Todo ello con el fin de someter el continente entero a los intereses de un pequeño grupo de la élite de los Estados Unidos. ¿Hay algo más antidemocrático y que atente tanto contra la libertad?
Porque, recordemos, no es Venezuela quien trata de dictar el gobierno que dirigirá los estadounidenses y su política económica y social; no es Ecuador quien financia mercenarios islamistas para que destruyan países por el mundo; no es Bolivia quien bombardea ciudades, pueblos, fábricas, puertos, almacenes agrícolas, trenes, hospitales, escuelas, puentes y estaciones eléctricas; no es Vietnam quien quemó y envenenó los bosques de América del Norte; no es Corea quien destruyó las ciudades de Washington, New York o Boston y mató millones  de personas; tampoco son Nicaragua, ni Guatemala, ni El Salvador los que destruyeron el progreso social y miles y miles de vidas en la propia Norteamérica, no fueron ellos, fueron los oligarcas que controlaba y controla los Estados Unidos de  América.
No se critica a un país, sino  los daños terribles que han provocado los que dirigen el país más poderoso en la tierra. Es, por tanto, una crítica justa y necesaria. Aquellos que no la hacen abandonan su responsabilidad moral para con el mundo y sus habitantes, y esto no es una decisión sensata ni responsable.
No olvidemos que el poder, como el dinero, nunca dan la razón, por más que quisiesen tenerla.

Referencias:
(1) Michael Parenti. Más patriotas que nadie. Hiru. 2004.